Archivo mensual: abril 2022

Sevilla FC 1 – Cádiz 1. Mal resultado, pero pudo ser peor

Muy mal partido hoy del Sevilla FC. Probablemente, el peor de la temporada. Sólo se salvan los primeros minutos de partido, en concreto hasta que En-Nesyri marcó el gol. El resto del partido fue un suplicio, con el Cádiz dominando el partido, cercando y bombardeando nuestra área.

En mi opinión, el Cádiz hizo un gran partido y el Sevilla estuvo muy por debajo del nivel que se le espera y presupone. La explicación es que, quitando nuestros centrales y a Bono, todos los jugadores estuvieron nefastos. Ni siquiera Acuña estuvo bien, que ya es decir.

El centro del campo estuvo perdido, superado continuamente por los jugadores amarillos. Jordan estuvo desastroso, siendo él el máximo responsable del empate. Empate que no pudo ser más estúpido. En primer lugar a Delaney le da por tirar el balón a fuera de banda, supuestamente por estar el balón falto de presión. Nos da el balón el árbitro y a Jordan no se le ocurre otra que regalárselo a Lucas Pérez, al borde del área. Y por si fuera poco, le hace falta, en un lugar peligrosísimo. Tan peligroso que acabó en gol. Su lanzamiento fue perfecto, limpiando la escuadra de telarañas, como se suele decir. Seguramente, Lucas Pérez tirará a las nubes o a la barrera sus próximos treinta lanzamientos de falta, pero da la puta casualidad de que hoy le ha dado por marcar un golazo.

Jordan da la sensación de involucionar. Cada partido parece que juega peor. Está a un nivel paupérrimo, pero es que Rakitic no le mejoró mucho que digamos. Según parece, el que daba el equilibrio al equipo, la clave para que el Sevilla fuera prácticamente imbatible, era Fernando. Y por desgracia, no lo vamos a tener hasta la próxima temporada. Así que urge encontrar una solución, que no sé si será Gudelj, Delaney o alguien de la cantera, pero, desde luego, la dupla Rakitic-Jordan parece que no funciona.

Y arriba también falta pólvora. Corona, que estuvo toda la semana con problemas físicos –gripe, según leí–, salió para intentar cambiar el rumbo del partido, sin éxito. En-Nesyri, aparte del gol, estuvo negado. Falló un gol cantado, al intentar rematar de primeras. Ocampos tampoco fue capaz de desbordar por la derecha, y Lamela pronto dio muestras de cansancio, o quizás se lesionó. La cuestión es que las ocasiones de gol brillaron por su ausencia.

Vi al Sevilla perdido y a la afición muy nerviosa. Al final del partido temí lo peor, pues el Sevilla arriesgaba yendo a por el partido, a veces dejando a muy pocos efectivos en retaguardia, y el Cádiz estaba deseando sorprender a la contra. Ese contragolpe llegó, pero menos mal que fue abortado por Koundé. Habría sido muy duro caer derrotado esta noche. Ya es bastante duro el empate…

La sensación que tengo es que el Sevilla llega muy justo físicamente al final de temporada. No sé si también hay algo de cansancio mental, pero parece que nuestros jugadores no pueden ni con sus botas. Y eso es muy preocupante.

En principio, el punto sabe muy mal, pero siempre que se suma, aunque sea un mísero punto como el de hoy, puede sacarse ventaja a alguno o algunos de nuestros perseguidores. Habrá que esperar al lunes por la noche para saber cómo debe valorarse este punto.

Lo que sí es cierto que este empate convierte al partido contra el Villarreal en vital. De perder, la plaza Champions podría estar en serio peligro.

Levante 2 – Sevilla FC 3. De verdad que no lo entiendo.

Para mí es inexplicable las cosas que hace este Sevilla. Los de hoy eran tres puntos vitales, importantísimos, y los hemos puesto en peligro por errores increíbles. Algunas veces, diría que nuestros jugadores parecen juveniles, por el poco oficio que muestran.

Me ha dado la sensación, durante todo el partido, de que a poco que el Sevilla se fuera al ataque, sin miedo, se llevaba los tres puntos sin problemas, puesto que el Levante es muy inferior. Pues nada, se han dedicado todo el tiempo a contemporizar, a tener posesión, poniendo en peligro el botín, puesto que cualquier golpe de fortuna –como el primer penalti– o una buena acción del rival, podría haber echado por tierra todo.

Y precisamente, cuando tiene que ponerse a hacerlo, a mover el balón, a dejar pasar el tiempo, a jugar con la desesperación de un rival hundido, con 1-3 en el marcador, se deja hacer un gol, permitiendo un absurdo contragolpe. Y menos mal, menos mal, que Bono en su cantada, tan inexplicable como el partido del Sevilla hoy, tuvo suerte y el balón rebotado en Soldado se fue fuera. Porque se habrían ido dos puntos de la manera más estúpida posible.

El partido ha tenido de todo: jugarreta arbitral –ninguno de lo dos penaltis se los habrían pitado al Madrid o al Barcelona–, un penalti fallado por el rival, buenos goles, emoción… Pero lo que yo quiero, que parece ser imposible, es ver un partido tranquilito, donde ganemos con claridad y no nos compliquemos la vida tontamente.

Lo mejor del partido ha sido Corona y el golazo de Koundé, quien al fin y al cabo ha logrado el gol de la victoria.

Más nos vale que el Papu no se vuelva a lesionar en lo que queda de temporada, porque es el jugador, con diferencia, con mejor visión de juego y más capacidad para retener el balón. Es más, yo diría, por lo visto en los últimos partidos, que es el único.

Sufrimiento máximo e innecesario, pero los tres puntos vuelan para Sevilla, que mucha falta hacía. Esta victoria nos permitiría ir a Champions con sólo ganar los tres partidos que nos quedan en casa.

Sevilla FC 2 – Madrid 3. La prevaricación arbitral y una nefasta segunda parte evitaron la victoria

Creo que todos los sevillistas sabíamos lo que iba a pasar antes de empezar el partido, que es lo que pasa siempre. El Madrid te gana, o por los árbitros, o porque son muy buenos. Y hoy han ocurrido ambas cosas, unido a la desastrosa segunda parte que ha hecho el equipo.

En resumen, se puede decir que el Sevilla duró hasta que el Papu estuvo sobre el terreno de juego. La excelente primera mitad, donde el Sevilla fue muy superior, no sirvió de nada. Todo se fue al traste cuando faltó sobre el tapete la calidad del Papu, Lamela o Acuña. El Sevilla tiene una buena plantilla, pero hay jugadores diferenciales, y cuando faltan varios de estos el equipo se vuelve vulgar. Y cuando enfrente tienes a un equipo con muchísima calidad, pues ocurre lo que tiene que ocurrir.

En mi opinión, hubo dos claves en el partido:

La no expulsión de Camavinga. Si el árbitro hubiera hecho bien su trabajo, hoy estaríamos de fiesta y casi celebrando que tendríamos bien encaminada la clasificación para Champions. O quizás sí hizo bien su trabajo, si éste fuera barrer para el poderoso. Lo que hemos visto hoy en el Ramón Sánchez Pizjuán sólo puede llamarse prevaricación. La segunda amarilla y expulsión de Camavinga era clarísima, sin dar opción a la duda. Y además lesionó a Martial. Lógicamente, Ancelotti no es tonto, agradeció la generosidad arbitral y retiró inmediatamente al francés para dar entrada a Rodrigo, quien además fue fundamental en la remontada.

La segunda clave fue la desastrosa segunda parte que hizo el Sevilla, incapaz de dar dos pases seguidos. A la falta de calidad se debe añadir la lamentable preparación física. El equipo se arrastraba, los jugadores del Madrid parecía que iban en moto. Es más, parecía que quien había jugado una prórroga hace unos días eran ellos y no los jugadores visitantes.

También faltó oficio. Ahora sí era el momento de hartarse de dar pases horizontales, sin arriesgar el balón, como acostumbra a hacer el equipo de Lopetegui. Pero el problema era que ni lo olíamos. Faltaba quien templara el balón, quien fuera capaz de retenerlo, de jugarlo con sentido, de jugarlo con precisión…

Por otro lado, no se pudo defender peor. Hoy no ha sido el mejor día de los centrales. Los tres goles han sido rematados desde el punto de penalti, o incluso más cerca.

Arriba tampoco hicimos nada de nada. Sólo Rafa Mir tuvo una ocasión. Clarísima, eso sí, para fusilar a Courtois. Pero su cabezazo fue muy mal rematado, yéndose alto.

La Champions se complica. No ya por lo que hagan los demás, que también, sino porque el equipo está tan mal físicamente que no parece capaz de llegar al final de los partidos sin arrastrar la lengua. Y los partidos duran noventa minutos. O noventa y tantos. Hasta que marque el Madrid, o el Atlético, o el Barcelona. Ya lo sabemos.

Una cosa está clara. Para la próxima temporada hay que fichar físico. Casi todos los equipos europeos nos superan en ese sentido. No podemos tener un centro del campo con jugadores como Óliver Torres o Rakitic, que son lentísimos y poco corpulentos. Jordán está haciendo una temporada decepcionante… Hay que encontrar un sustituto a Fernando –cuánto se le echa de menos–… Hay que vender bien y hacer una buena limpia.

Mientras tanto, hay que levantarse. Algo que ahora mismo parece imposible cuando faltan jugadores tan importantes. Pero, al menos, hay que intentarlo.

Sevilla FC 4 – Granada 2. Van a acabar conmigo

Muy contento por la victoria de hoy, por dos motivos: por saber que mi corazón está en perfecto estado de forma y porque los tres puntos de hoy se antojaban vitales para lograr el primer objetivo de la temporada, que no es otro que conseguir puesto Champions por tercera vez consecutiva. Ese puesto que corre peligro después de tanto empate, ya que, como es lógico, los equipos que vienen detrás aprietan fuerte.

El partido no empezó bien, con el Granada bien situado, presionando, y el Sevilla viéndose incapaz para hincarle el diente.

Me sorprendió el Granada, al que esperaba bastante más defensivo. Pero contragolpeaba con mucho peligro, saliendo con rapidez. En el minuto 22 llegó el mazazo: tiro fuerte y ajustado de Machís, desde la frontal del área, y sin que le molestaran mucho los centrales. Poco pudo hacer Bono.

Tocaba hacer lo más difícil, que era darle la vuelta al marcador ante un equipo que defendía con orden y que bien pudo conseguir el 0-2, de no haber sido por Diego Carlos, que despejó un fortísimo disparo que iba entre los tres palos. Poco después, el central brasileño fue el protagonista del empate, al cabecear al segundo palo un magnífico centro de don Jesús Navas.

La segunda parte parecía pertenecer al Sevilla, sobre todo cuando Ocampos conseguió el segundo, a pase de Corona, pero nada más lejos de la realidad. Contra todo pronóstico, el Sevilla gestionó muy mal la ansiada ventaja en el marcador, con muchas pérdidas de balón e imprecisiones. Sin embargo, Rafa Mir consiguió el tercero. O eso creíamos, porque fue anulado, cómo no, por el VAR. Y la verdad es que no me lo explico. Se han hartado de decir que el VAR sólo entra en errores manifiestos y no de apreciación. Salvo, claro está, cuando está el Sevilla implicado. A mí no me pareció ni falta.

También dicen que cuando toca un jugador rival, ya se considera otra jugada. Salvo cuando es el Sevilla. Entonces se «rebobina» lo que haga falta con tal de encontrar una supuesta infracción, aunque no sea manifiesta, aunque haya el más mínimo indicio de que haya podido rozar una mano… Al final, el Sevilla perjudicado. Lo que contrasta enormemente cuando el VAR tiene que revisar jugadas del Atlético, Madrid o Barcelona. En fin, lo que ya sabemos todos. Como bien gritaba la grada: «estamos hasta los huevos del Barça y del Madrid».

Duro golpe este gol anulado, porque quedaba poco tiempo y obligaba al Sevilla a seguir esforzándose a tope y a la grada a sufrir. Y vaya si sufrimos. Porque el Granada se lanzó a tumba abierta a por el empate, y avisó muy seriamente en dos ocasiones. En poco tiempo el poste y Bono, con una muy buena intervención, logró enviar a córner un balón que se colaba ajustado al palo. Pero en este córner, muy mal defendido por el Sevilla, Victor Díaz logró empatar el partido, a falta de sólo tres minutos para el final.

Este gol me dejó dos sensaciones: que Bono pudo hacer más, porque le remataron en el área pequeña, y que, de haber estado Diego Carlos, que había sido sustituido minutos antes, no habrían marcado.

Parecía todo perdido, pero el soplapitos de turno añadió nueve minutos de tiempo de prolongación. Y en nueve minutos pueden pasar muchas cosas. En este caso ocurrieron dos. Dos goles. Uno de Rafa Mir, a pase de Rakitic, y otro de Papu Gómez, a pase de Oliver Torres. El argentino, esta vez sí, logró sentenciar el partido. Hay quién se fue con el marcador 2-2 y no vio lo mejor del partido. Eso no lo entenderé jamás, que haya gente que pague una entrada o un abono y se vaya antes del pitido final, cuando es un período donde se marcan muchos goles y, si el marcador es ajustado, muy emocionante.

Si el Sevilla no supo manejar el ritmo del partido cuando se puso 2-1, sí lo hizo perfectamente con el 3-2, moviendo el balón y buscando posesión junto al banderín de córner

Rafa Mir no es un virtuoso técnico, pero tiene buen golpeo y velocidad. En mi opinión, ahora mismo debe ser el delantero titular, por delante de En-Nesyri. Por lo que sea, el marroquí no está bien y está peleado con el gol.

El próximo partido será contra el Madrid. Un rival temible, pero no es nada comparado con el árbitro y el VAR. Impresionante el show que montaron ante el Celta. Aquí habrá que esperar tres cuartos de lo mismo, a no ser que el Madrid te gane por derecho. De vez en cuando, muy de vez en cuando, también lo hacen.

Barcelona 1 – Sevilla FC 0. Buen partido, arbitraje criminal y primera derrota del 2022

Como suele ser habitual, el Sevilla ha mordido el polvo en el Nou Camp. Desgraciadamente, es lo de siempre: si no caemos por nuestros errores, es debido a los «errores» arbitrales, por una genialidad del rival o por falta de mentalidad. En mi opinión, hoy ha sido por una conjunción de los tres primeros motivos que he enunciado.

En cuanto a nuestros errores, han sido en ataque. En defensa el Sevilla ha rozado la perfección, pero ha sido en las jugadas de ataque donde siempre se ha elegido la peor opción y donde hemos errado las pocas oportunidades de gol que hemos tenido. Los mayores responsables de este desaguisado ofensivo han sido Ocampos y Martial. Ambos han estado negados, hasta el punto de que no alcanzo a comprender por qué Lopetegui no los ha sustituido antes. También se han desaprovechado las ocasiones a balón parado. Rakitic estuvo muy cerca de marcar de falta directa, pero el balón fue a parar encima de la red.

El arbitraje me ha parecido criminal. Cuando Sánchez Martínez decidió no señalar un penalti clarísimo, y que vio perfectamente puesto que estaba magníficamente situado, lo hizo para mandar un mensaje claro: «Si queréis ganar aquí, será por encima de mi cadáver». El penati es que no admite discusión: Araujo tiene el brazo separado del cuerpo y ocupa un espacio, precisamente el espacio que cortó y evitó el centro al área del Barcelona. Por supuesto, el VAR fue cómplice necesario de la fechoría. Se esfumaba así una magnífica posibilidad de poner el 0-1 en el marcador. Cierto que luego hay que meterlo, pero mejor ocasión que un penalti no hay, excepto los disparos a puerta vacía.

Pero Sánchez Martínez no se quedó ahí, sino que dejó sin señalar innumerables faltas en contra del Barcelona, la mayoría de ellas muy claras, perdonando, por ejemplo, una amarilla a Piqué, que probablemente habría supuesto su expulsión en los minutos finales del partido, o un par de faltas sobre Martial, una de ellas al borde del área. Incluso evitó el saque rápido de una falta a favor del Sevilla, mandándola repetir, por sacarse a pocos metros de donde se había producido. Lo que fuera necesario, que por él no iba a quedar.

Espero que ya que la Federación y la Liga tienen lo que deseaban, que el Madrid y el Barcelona se disputen la Liga y jueguen la Supercopa –que para eso la han modificado para que la jueguen cuatro equipos–, dejen de machacarnos los árbitros, jornada sí y jornada también, porque así es muy difícil ganar.

Y por último, el partido se decidió en una genialidad de uno de los muchos y buenos jugadores con los que cuenta el Barcelona. En esta ocasión fue Pedri. Que conste que a mí me parece un jugador sobrevalorado, pero tengo que admitir que hizo un golazo, ajustando el balón al palo y dejándolo imposible para Bono.

Lógicamente, era mucho pedir que el Sevilla no perdiera jugadores para el próximo partido. En esta ocasión le ha tocado a Rekik –de nuevo, lesión muscular, que hace pensar que no se ha recuperado bien– y a Montiel, por sanción, al ver una amarilla por protestar.

Pintan bastos. Toca defender la cuarta plaza, y para eso el principal rival será el Betis, ya que tiene un calendario bastante favorable, teniendo la suerte de enfrentarse al Madrid en la última jornada, cuando será ya, previsiblemente, campeón de Liga.

Por tanto, cada partido de los ocho que queda son primordiales. El primero será el Granada. Pero aún nos quedan rivales durísimos, como Real Madrid, Atlético o Villarreal. Será fundamental recuperar en esta recta final a jugadores tan importantes y decisivos como Papu Gómez y Acuña. Y por favor, si Martial no va a aportar absolutamente nada, que no juegue. Porque si mal está pagar un pastizal por unos meses, mucho peor va a ser que no vayamos a la Champions por una sequía goleadora que parece que podría tener mejor remedio en Rafa Mir o En-Nesyri. Ambos marcarán o no, pero al menos se matan corriendo y dan lo máximo.