Muy mal partido hoy del Sevilla FC. Probablemente, el peor de la temporada. Sólo se salvan los primeros minutos de partido, en concreto hasta que En-Nesyri marcó el gol. El resto del partido fue un suplicio, con el Cádiz dominando el partido, cercando y bombardeando nuestra área.
En mi opinión, el Cádiz hizo un gran partido y el Sevilla estuvo muy por debajo del nivel que se le espera y presupone. La explicación es que, quitando nuestros centrales y a Bono, todos los jugadores estuvieron nefastos. Ni siquiera Acuña estuvo bien, que ya es decir.
El centro del campo estuvo perdido, superado continuamente por los jugadores amarillos. Jordan estuvo desastroso, siendo él el máximo responsable del empate. Empate que no pudo ser más estúpido. En primer lugar a Delaney le da por tirar el balón a fuera de banda, supuestamente por estar el balón falto de presión. Nos da el balón el árbitro y a Jordan no se le ocurre otra que regalárselo a Lucas Pérez, al borde del área. Y por si fuera poco, le hace falta, en un lugar peligrosísimo. Tan peligroso que acabó en gol. Su lanzamiento fue perfecto, limpiando la escuadra de telarañas, como se suele decir. Seguramente, Lucas Pérez tirará a las nubes o a la barrera sus próximos treinta lanzamientos de falta, pero da la puta casualidad de que hoy le ha dado por marcar un golazo.
Jordan da la sensación de involucionar. Cada partido parece que juega peor. Está a un nivel paupérrimo, pero es que Rakitic no le mejoró mucho que digamos. Según parece, el que daba el equilibrio al equipo, la clave para que el Sevilla fuera prácticamente imbatible, era Fernando. Y por desgracia, no lo vamos a tener hasta la próxima temporada. Así que urge encontrar una solución, que no sé si será Gudelj, Delaney o alguien de la cantera, pero, desde luego, la dupla Rakitic-Jordan parece que no funciona.
Y arriba también falta pólvora. Corona, que estuvo toda la semana con problemas físicos –gripe, según leí–, salió para intentar cambiar el rumbo del partido, sin éxito. En-Nesyri, aparte del gol, estuvo negado. Falló un gol cantado, al intentar rematar de primeras. Ocampos tampoco fue capaz de desbordar por la derecha, y Lamela pronto dio muestras de cansancio, o quizás se lesionó. La cuestión es que las ocasiones de gol brillaron por su ausencia.
Vi al Sevilla perdido y a la afición muy nerviosa. Al final del partido temí lo peor, pues el Sevilla arriesgaba yendo a por el partido, a veces dejando a muy pocos efectivos en retaguardia, y el Cádiz estaba deseando sorprender a la contra. Ese contragolpe llegó, pero menos mal que fue abortado por Koundé. Habría sido muy duro caer derrotado esta noche. Ya es bastante duro el empate…
La sensación que tengo es que el Sevilla llega muy justo físicamente al final de temporada. No sé si también hay algo de cansancio mental, pero parece que nuestros jugadores no pueden ni con sus botas. Y eso es muy preocupante.
En principio, el punto sabe muy mal, pero siempre que se suma, aunque sea un mísero punto como el de hoy, puede sacarse ventaja a alguno o algunos de nuestros perseguidores. Habrá que esperar al lunes por la noche para saber cómo debe valorarse este punto.
Lo que sí es cierto que este empate convierte al partido contra el Villarreal en vital. De perder, la plaza Champions podría estar en serio peligro.