West Ham 2 – Sevilla FC 0. Con las mismas sensaciones que en la Copa del Rey

Duele caer eliminado de la Europa League, pero en fútbol hay que tener acierto, y el Sevilla, más o menos, ha defendido bien, pero ha faltado efectividad de cara a gol. No hemos tenido muchas, pero alguna sí debió entrar, como la que sacó Areola, sacando a contrapié el remate de En-Nesyri. Ocasión clave, pues de habernos adelantado en el marcador, probablemente, habría sido un partido bastante distinto.

La primera parte se controló bien, hasta la recta final, donde el West Ham avisó, pero Gudelj –gran partido el suyo– estuvo al quite cuando parecía que el gol era inevitable, pues sólo quedaba empujar el balón cerca de la línea de gol. Poco después llegó el 1-0, que igualaba la eliminatoria, tras una buena jugada del «boxeador» –parece más un boxeador que un futbolista– jamaicano, Michail Antonio, que la pone muy bien al segundo palo, donde Soucek, además de ganarle la partida a Augustinsson, cabecea a la escuadra, cruzado y ajusado, dejándola imposible para Bono.

Es lo que ocurre cuando tienes rivales de primer nivel, que al mínimo descuido, el mínimo error, y te encuentras por debajo en el marcador. Y además en un mal momento, pues quedaba muy poco para el descanso.

Tocaba remontar en el segundo tiempo, y no se hizo. El West Ham fue mejor, e incluso pudo marcar el 2-0 antes. En el Sevilla Martial no daba señales de vida. Menos mal que sólo va a estar seis meses, porque como este sea su nivel habitual, me parece que no tiene sitio en el Sevilla. Es de suponer que es bastante mejor de lo que está demostrando. Me da la impresión de que le ocurre lo mismo que a En-Nesyri, que es el tipo de jugador que depende mucho de su velocidad, y este Martial no se parece en nada al que jugó contra nosotros ante el Manchester United. Aquél era una auténtica bala.

A medida que pasaba el tiempo, el Sevilla perdía fuelle y se notaba mucho el cansancio en los jugadores. No quería, de ninguna de las maneras, una prórroga, porque daba por sentado que varios jugadores no iban a aguantarla. Pero se dio, y el Sevilla duró hasta que Gudelj dijo basta. Espero que sólo fueran calambres y no una lesión, porque, si no, no sé quién va a jugar contra la Real Sociedad.

Fue salir Gudelj y encajar el 2-0 definitivo. El West Ham aguantó bien, y, lamentablemente, se acabó lo que se daba. Esta temporada tampoco tocaremos plata.

La sensación que me deja esta eliminación es la misma que cuando caímos en la Copa del Rey: que de no haber tenido tantísimas bajas, y tan importantes, nos habríamos clasificado. Pero los partidos hay que afrontarlos como vienen. Y por mucho que diga Monchi, sigo pensando que en una plantilla que aspire a todo, que ha jugado cinco competiciones (Liga, Champions, Europa League, Copa del Rey y partidos internacionales) no puede tener jamás, pero jamás de los jamases, únicamente tres centrales natos. Porque después llegan partidos vitales, donde te juegas prestigio y dinero, y tienes que afrontarlos con un centrocampista o un joven inexperto como centrales.

Ahora toca levantarse, intentar recuperar jugadores y ganar a la Real Sociedad. Porque el partido del domingo también se las trae.

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