Parece muy sencillo que el Getafe no te cree, prácticamente, ninguna ocasión de gol, y ni mucho menos lo es. Únicamente en un fallo de Koundé, en unos de esos ataques de exceso de confianza que le entra, provocó la única ocasión que tuvo el Getafe. Clarísima, eso sí, pero menos mal que estaba Fernando para arreglar el entuerto y despejar a córner, cuando el gol parecía inevitable.
Por lo demás, fútbol control, sobre todo en la segunda parte. Cada cierto tiempo el Sevilla daba algún pequeño arreón, como cuando llegó el gol, que sorprendió a todos, a David Soria incluido, porque daba la sensación de que Rafa Mir no tenía nada que hacer ante el centro de Ocampos y con su marcador agobiándole. Y no fue así. Se sacó de la manga el único gol del partido.
La racha de lesiones es tremenda. Hoy fue Koundé, que esperemos que no tenga nada. Pero es que ni siquiera hace falta que se jueguen partidos para que se lesionen. Suso y Lamela se lesionaron de gravedad en los entrenamientos, y Rekik en el calentamiento en La Romareda.
El mejor del partido ha sido, sin ninguna duda, Acuña. Vaya pedazo de lateral. Yo no recuerdo a ninguno con tanta calidad. Es completísimo, tanto en defensa como en ataque. Se enfadó mucho con Papu Gómez cuando subió la banda en un contragolpe, en superioridad numérica, y Papu prefirió tirar a puerta. También en el descuento mostró su veteranía y calidad para provocar una falta que dio vida a un equipo muy cansado.
El Sevilla tuvo varias ocasiones para sentenciar el partido, pero habría sido demasiado bonito. Hubo que sufrir hasta el final. Por la incertidumbre del resultado, porque el Getafe, ni siquiera asustó con algún centro al área. Me sorprendió que en ningún momento arriesgara, manteniendo las líneas muy juntas y sin presionar durante todo el partido. Parecía que estaban más preocupados por no encajar el segundo gol que por empatar el partido.
Tres puntos más, con los que sacaremos algo más de ventaja a nuestros perseguidores y probablemente obligaremos al colectivo arbitral a que le vuelvan a sacar las castañas del fuego al Madrid, como hicieron ayer, con un penalti de chiste, supuestamente realizado a un jugador que tendría que haber estado expulsado.
Pero la Liga no es nuestra batalla, al menos hasta que no haya un campeonato limpio. No sé si lo veremos algún día, pero, mientras tanto, el objetivo debe ser clasificarse todas las temporadas para la Champions. Y en esta vamos por muy buen camino.
El próximo partido será en Copa del Rey, en un derbi muy particular, a único partido y en campo contrario. Importante recuperar los máximos jugadores posibles, y, sobre todo, a Koundé. En cualquier caso, jueguen los que jueguen, el Sevilla está más que capacitado para pasar la eliminatoria.