Archivo mensual: enero 2022

Sevilla FC 2 – Celta de Vigo 2. Punto muy meritorio

Temía este partido, por la baja de Koundé, y porque el Celta venía enrachado, habiendo ganado tres de los últimos cuatro partidos disputados. Y además, porque nos visitaba el gran Iago Aspas, que es para mí uno de los mejores delanteros nacionales, si no el mejor. Lástima que fuera malvendido en su día, porque podría habernos dado mucha gloria.

El partido fue bastante extraño, con una primera parte donde el Sevilla parecía nervioso, con poca paciencia e incómodo ante la presión celtiña. Como suele ser habitual, con dificultad para crear ocasiones de gol cuando el rival se encierra con orden.

Y precisamente cuando el Sevilla creó un par de ocasiones, pudiéndose adelantar perfectamente en el marcador, inmediatamente después, como justo castigo por perdonar a su rival, llegó el 0-1. Contragolpe visitante y Cervi la enganchó bien, batiendo a Dmitrovic.

Mazazo. Pero lo peor es que el Sevilla no tranquilizaba su juego, se precipitaba, y en otra pérdida de balón totalmente evitable, llegó el balón a Aspas. Rekik no debe conocer bien a Aspas, porque no le encimó y le dejó pensar al borde del área. Pecado mortal que llevó al 0-2.

Se ponía el partido negrísimo, porque la efectividad del Celta era abrumadora –llegó dos veces y marcó dos goles–, y, sobre todo, porque el Sevilla parecía ofuscado, sin ideas.

Pero la segunda parte fue otra cosa. El equipo tiró para arriba, arriesgando bastante, y empezó a crear ocasiones. Fue clave la aportación de Papu Gómez. Causó estragos al Celta por banda y con su movilidad. Él fue el encargado de acortar distancias, con un buen disparo desde la frontal que se coló por la escuadra. Y también centró al área, pocos minutos después, para que Óliver Torres cogiera un rechace y batiera por bajo a Dituro.

Habría sido precioso que Óliver Torres hubiera sido el héroe del partido al marcar el 3-2, pero, desgraciadamente, no fue así, y su cabezazo lo repelió el poste.

Los minutos finales fueron de bastante tensión, y cualquiera de los dos pudo llevarse el gato al agua.

En mi opinión, el jugador del partido fue Diego Carlos. Hizo un auténtico partidazo y salvó un gol cantado, cortando un contragolpe del Celta. Es un jugador tan importante que no lo vendía de ninguna de las maneras, a no ser que presionara para irse. Y en todo caso, por una cantidad cercana a su cláusula.

Por otro lado, Acuña hizo un mal partido. Irreconocible. Un error suyo costó uno de los goles. En la segunda parte mejoró, pareciéndose al Acuña que todos conocemos.

Muy bien la afición, animando al equipo y mostrando total indiferencia hacia el segundo equipo de la ciudad, con permiso del Sevilla Atlético.

No era lo previsto lograr sólo dos puntos de los últimos seis en juego, pero también es cierto que el Sevilla los ha afrontado con 10-12 bajas. En cuanto vuelvan a ser de la partida jugadores tan importantes como Bono, Koundé o En-Nesyri, el equipo debe notarlo para bien.

Para el próximo partido visitaremos al Osasuna, equipo siempre complicado. Esperemos que para entonces tengamos a algunos jugadores importantes recuperados.

Valencia 1 – Sevilla FC 1. Nula efectividad, buen punto

Una lástima de partido el que hemos visto en Mestalla, porque el Sevilla ha tenido ocasiones para ganar con mucha claridad. Ahora bien, lo normal es que si las fallas todas, si perdonas a tu rival una y otra vez, también lo normal es acabar perdiendo el partido. Por eso considero que es un buen punto, aunque el sevillismo esté tirándose de los pelos por dejar de sumar de tres en tres. Pero hay que recordar el dicho: «Si no puedes ganar, al menos no pierdas». Incluso con superioridad numérica temí por el resultado, que volara ese punto que tenía el Sevilla en la mano. Vi demasiada precipitación, demasiados espacios, y el Valencia seguía teniendo sobre el césped a un Guedes que es quien marca diferencias en su equipo. Ningún otro jugador se le acerca en calidad y visión de juego.

El partido no pudo empezar mejor, con ese autogol de Diakhaby. Siguieron unos minutos de control de juego en el centro del campo, ese juego al que ya estamos más que acostumbrados: triangulaciones entre línea de defensa y centro del campo, pero casi sin mirar a puerta… hasta que el partido se volvió loco. Por un lado, el Valencia, sabedor de los problemas en defensa y portería del Sevilla, confíaba en colgar balones al área, y por otro lado, el Sevilla contragolpeaba con peligro aprovechando los espacios que regalaba el Valencia. Ocampos, Rafa Mir (al poste), Rakitic… Múltiples ocasiones para lograr un 0-2 que habría dado tranquilidad al equipo. Pero fue el Valencia el que aprovechó uno de esos centros al área para igualar el partido. En mi opinión fue un error de los centrales. El centro fue muy bueno de Gayá, haciendo imposible la salida del portero, y Guedes remató a placer, justo en la posición donde tendrían que estar los centrales –o al menos uno de ellos–, adelantándose a Marcos Acuña.

En la segunda parte no ocurrió gran cosa. Mucho centrocuentismo y poquísimas ocasiones de gol. La más clara la volvió a tener el Sevilla, por medio de Corona, pero su vaselina sobre la salida de Domenech salió fuera por poco.

Buen partido, en líneas generales, del Sevilla. De nuevo se puede considerar una hazaña el hecho de puntuar ante un buen equipo, como es el Valencia, aun teniendo once bajas –que se dice pronto– y estar defendiendo la portería el tercer guardameta de la plantilla.

Esperemos que para el próximo partido, Lopetegui, o quien le sustituya, pueda recuperar jugadores, porque esta temporada está siendo un tormento, y en especial este mes, entre la dichosa Copa de África, las lesiones y la Covid. El rival será el Celta de Vigo, que aunque esté en la zona media de la tabla, tiene tres o cuatro jugadores muy habilidosos, destacando Iago Aspas, uno de los mejores delanteros nacionales.

Sevilla FC 1 – Getafe 0. Tres puntos muy trabajados

Parece muy sencillo que el Getafe no te cree, prácticamente, ninguna ocasión de gol, y ni mucho menos lo es. Únicamente en un fallo de Koundé, en unos de esos ataques de exceso de confianza que le entra, provocó la única ocasión que tuvo el Getafe. Clarísima, eso sí, pero menos mal que estaba Fernando para arreglar el entuerto y despejar a córner, cuando el gol parecía inevitable.

Por lo demás, fútbol control, sobre todo en la segunda parte. Cada cierto tiempo el Sevilla daba algún pequeño arreón, como cuando llegó el gol, que sorprendió a todos, a David Soria incluido, porque daba la sensación de que Rafa Mir no tenía nada que hacer ante el centro de Ocampos y con su marcador agobiándole. Y no fue así. Se sacó de la manga el único gol del partido.

La racha de lesiones es tremenda. Hoy fue Koundé, que esperemos que no tenga nada. Pero es que ni siquiera hace falta que se jueguen partidos para que se lesionen. Suso y Lamela se lesionaron de gravedad en los entrenamientos, y Rekik en el calentamiento en La Romareda.

El mejor del partido ha sido, sin ninguna duda, Acuña. Vaya pedazo de lateral. Yo no recuerdo a ninguno con tanta calidad. Es completísimo, tanto en defensa como en ataque. Se enfadó mucho con Papu Gómez cuando subió la banda en un contragolpe, en superioridad numérica, y Papu prefirió tirar a puerta. También en el descuento mostró su veteranía y calidad para provocar una falta que dio vida a un equipo muy cansado.

El Sevilla tuvo varias ocasiones para sentenciar el partido, pero habría sido demasiado bonito. Hubo que sufrir hasta el final. Por la incertidumbre del resultado, porque el Getafe, ni siquiera asustó con algún centro al área. Me sorprendió que en ningún momento arriesgara, manteniendo las líneas muy juntas y sin presionar durante todo el partido. Parecía que estaban más preocupados por no encajar el segundo gol que por empatar el partido.

Tres puntos más, con los que sacaremos algo más de ventaja a nuestros perseguidores y probablemente obligaremos al colectivo arbitral a que le vuelvan a sacar las castañas del fuego al Madrid, como hicieron ayer, con un penalti de chiste, supuestamente realizado a un jugador que tendría que haber estado expulsado.

Pero la Liga no es nuestra batalla, al menos hasta que no haya un campeonato limpio. No sé si lo veremos algún día, pero, mientras tanto, el objetivo debe ser clasificarse todas las temporadas para la Champions. Y en esta vamos por muy buen camino.

El próximo partido será en Copa del Rey, en un derbi muy particular, a único partido y en campo contrario. Importante recuperar los máximos jugadores posibles, y, sobre todo, a Koundé. En cualquier caso, jueguen los que jueguen, el Sevilla está más que capacitado para pasar la eliminatoria.

Cádiz 0 – Sevilla FC 1. Tres puntos muy importantes para sacar ventaja al quinto

Con esta importante victoria ya le sacamos diez puntos al quinto, que ahora es el Barcelona. También sacamos ocho puntos al tercero (Betis) y nueve al cuarto (At. de Madrid). Es decir, que son cifras muy importantes, sobre todo teniendo en cuenta que ya ha finalizado la primera vuelta del campeonato y que estas últimas victorias se han conseguido con multitud de bajas, y bajas además de jugadores importantes.

La primera parte fue la habitual del Sevilla cuando juega como foráneo: soporífera, hasta tal punto que aburre hasta a las ovejas: juego muy lento, horizontal, con posesión absoluta pero sin buscar la portería contraria, muy previsible… Y, como es lógico, en este plan es muy difícil hacer ocasiones de gol. Y las pocas que tuvimos las fallamos.

En la segunda parte el Sevilla pisó algo el acelerador, pero sin abrumar tampoco al Cádiz. Pero ya se vio un cambio de actitud. Se buscó con más verticalidad la portería contraria y se crearon más ocasiones de gol.

Faltaba poco más de media hora de juego cuando el Sevilla consiguió el único gol del partido, tras una rápida combinación entre los Ivanes (Romero y Rakitic) y Ocampos, que sorprendió al portero por su palo, de un fuerte disparo.

El Sevilla pudo sentenciar el partido en varias ocasiones, pero o fallábamos las ocasiones –como la clarísima de Jordán que salió rozando la escuadra–, o el portero se lucía –paradón a Rakitic, que a punto estuvo de marcar por la escuadra–, o cuando marcábamos el gol era anulado por fuera de juego –justamente anulado–. La cuestión es que a punto estuvo de darme un infarto. No porque el Cádiz agobiara mucho, sino más bien por la incertidumbre del resultado. A decir verdad, si no recuerdo mal, el Cádiz sólo tuvo una ocasión clara, que fue un disparo lejano de Espino, que casi sorprende a Bono.

Es sorprendente cómo el equipo, a pesar de las múltiples bajas en defensa, sigue mostrando una fortaleza defensiva encomiable. De hecho, es el equipo menos goleado, con sólo 13 goles en contra. Los dos equipos que se le acercan en esta faceta son el Real Madrid y Ahtletic Club, ambos con 17 goles en contra pero con un partido más disputado. Obviamente, el mantener la portería a cero es el camino para mantenerse arriba, sobre todo porque nos cuesta muchísimo marcar goles. Sin embargo, paradójicamente, también somos de los equipos más anotadores.

Me ha gustado el partido de Acuña, Diego Carlos y Ocampos, que sigue en racha goleadora y sigue viendo puerta con facilidad.

Como no podía ser de otra manera, hoy también hubo un lesionado: Fernando. Ojalá sea sólo un golpe y se recupere pronto, porque se nota muchísimo cuando no está en el terreno de juego.

Ahora toca la Copa del Rey, frente al Zaragoza, y después se recibirá al renacido Getafe, que parece que tiene poco que ver con el que inició la Liga, con derrota tras derrota.