Ya decía Lopetegui que para ganar había que hacer un partido perfecto. Yo añadiría también que hay que tener un mínimo de suerte (que no hubo), y el árbitro no te perjudique mucho, pero eso es demasiado pedir, visto lo visto durante toda la historia del fútbol español.
Los errores que pagó el Sevilla fueron, principalmente, dos: el grave error de Bono en el primer gol, que es incapaz de despejar un disparo muy lejano de Militao, y el error de siempre, al que estamos acostumbrados a ver los sevillistas: Lopetegui echa atrás al equipo, para amarrar el resultado. A partir de ahí, ya me hice a la idea de que perdíamos, porque el Madrid atacaba continuamente, y sólo estaba por ver, si marcaría en el 85, el 90, o el 94. Salvo milagro, que no ocurrió.
La Diosa Fortuna tampoco fue nuestra aliada. Los postes jugaron siempre para el Madrid. En el primer gol, el mal despeje de Bono da en el poste y queda muerto para que Benzema remate a placer. Y en la jugada anterior a este gol, Ocampos tira al larguero, que repelió lo que habría sido un golazo y el 0-2. Encima, el gol de la victoria fue un golazo de Vinicius, que muy probablemente no volverá a hacer un gol así ni en sueños.
Por supuesto, tampoco el árbitro fue nuestro aliado. Perdonó un par de tarjetas amarillas clarísimas a los locales y lo peor de todo es que no señaló un penalti sobre Ocampos, que podría habernos puesto de nuevo por delante en el marcador.
Partidazo de Acuña, que ha hecho una exhibición de principio a fin, y de Fernando.
Una lástima este resultado, porque el Sevilla, en líneas generales, hizo muy buen partido. Faltó creer. Lopetegui no creyó, y lo dejó claro con los cambios finales. Y también faltó acierto. Se fallaron un par de ocasiones muy claras.
En fin, es lo que hay. Nueva derrota y, desde ya, toca pensar en el próximo rival: el Villarreal, un conjunto, a pesar de lo que diga ahora mismo la clasificación, muy poderoso y un rival directo.
Lo único bueno de hoy ha sido la victoria del Sevilla Atlético, que ha conseguido 7 de los últimos 9 puntos en disputa, y la derrota de la Real Sociedad, otro rival directo.