De verdad que no me esperaba un partido así, un partido tan pésimo, donde ni si quiera hemos sido capaces de controlar el partido. Mucha culpa de ello la ha tenido Renato Sánchez, que ha hecho prácticamente lo que le ha dado la gana.
El Lille, con tres jugadores presionando arriba la salida del balón, dificultaba mucho la creación de juego sevillista. Para colmo, nuestro centro del campo no daba una a derechas.
Aún así, nos acompañó la suerte, y en un afortunado rebote nos encontramos el gol. 1-0, pero el Sevilla seguía sin controlar el partido. Los franceses estaban mejor situados y el Sevilla seguía siendo incapaz de romper la doble línea de presión.
Ni siquiera con el marcador a favor me gustó el Sevilla. Parecía ansioso con marcar el segundo, cuando lo que pedía el cuerpo era ralentizar el ritmo de partido, tocar y tocar, hacer correr un poco al rival e intentar que dejara espacios.
Y entonces pasó lo inesperado y lo inexplicable. Porque no se puede explicar que un jugador con tanta experiencia como delaney haga un penalti tan absurdo, y más aún cuando hay VAR.
El 1-1 fue un mazazo, por las formas y porque fue al final del primer tiempo.
Debió gustarle a Lopetegui la primera parte que hizo el Sevilla –a mí, ni mijita–, porque, sorprendentemente no hizo ningún cambio al descanso.
A los pocos minutos de la reanudación, en una jugada muy mal defendida, se adelantó el Lille. Y lo peor es que todo siguió igual, a pesar de los cambios: el Lille controlando el partido y el Sevilla siendo incapaz de crear ocasiones. Y las poca que tenía, las fallaba, como la que tuvo Lamela.
Como hoy no era la noche, y parecía que todo salía mal, también hubo un lesionado: Jesús Navas. Esperemos que se recupere lo antes posible.
El Lille me pareció muy buen equipo. Muy físico. Se llevaron casi todos los balones divididos. Tiene mucha calidad arriba y, sobre todo, muchísima velocidad. Además perdió todo el tiempo del mundo y más. En mi opinión fue justo vencedor.
La clasificación se pone casi imposible. Habría que ganar los dos partidos que quedan, y eso es bastante difícil. A ver si, al menos, podemos quedar entre los mejores terceros y pasar a la Europa League. Que ya sería un desastre, económico y deportivo, pero nos permitiría soñar con ganar un título.