Archivo mensual: octubre 2021

Sevilla FC 2 – Osasuna 0. Victoria cómoda y merecida

Partido tranquilito el que hemos visto hoy en el Ramón Sánchez Pizjuán. El Sevilla dominó con total claridad el partido, excepto algunos minutos donde el Osasuna nos encerró en el área, pero sin crear apenas peligro. Únicamente recuerdo un córner, y ya en el tiempo de descuento, una pérdida absurda de Koundé que pudo dar un poco de emoción al partido.

El Sevilla pudo incluso haber conseguido una victoria más amplia, de no haber fallado ocasiones clarísimas, de esas que no se pueden fallar nunca, Rafa Mir y Ocampos. El primero falló estrepitosamente un cabezazo en el área pequeña, y el segundo no fue capaz de convertir un mano a mano con el portero, desaprovechando el regalo de Lamela. Llega a levantar un poquito más el balón y habría marcado, porque la parada del portero no fue muy ortodoxa, ya que le dio con la cara.

El primer gol del partido fue de Diego Carlos, al rematar a la perfección un córner muy bien lanzado por Rakitic, a falta de cinco minutos para el final de la primera parte. El segundo lo hizo Ocampos –a pase de Bono, por así decirse–, al aprovechar un mal entendimiento entre el portero y uno de los centrales rojillos, marcando a puerta vacía.

Quedaba aún media hora para el final del partido, y, ciertamente, esperaba mucho más de Osasuna, sobre todo cuando entraron en juego Budimir y Moncayola, aunque Arrasate retiró a Chimi Ávila. Sustitución que no entendí, a no ser que el argentino estuviera lesionado o que ya diera el partido por perdido.

Ambos equipos hicieron muchos cambios con respecto a la jornada anterior, pero, como es lógico, Osasuna lo notó bastante más que el Sevilla, por la diferencia de calidad de las plantillas.

Lo peor del partido fue la lesión de Montiel, y lo mejor la vuelta de En-Nesyri.

El clima, con lluvia y viento, fue un fastidio para los espectadores y para los jugadores, ya que complicaba muchísimo el juego aéreo. Me acordé de toda la familia de Del Cerro Grande cuando decidió dar cinco minutos de tiempo añadido. En ese momento caía bastante lluvia.

En mi opinión, Del Cerro hizo un buen arbitraje. Fue un partido limpio, con pocas tarjetas. Quizás hasta sobró la amarilla a Bono, por perder tiempo. Fue a petición de un jugador rojillo, y, curiosamente, cuando ya había sacado de puerta.

El próximo partido de Liga es el derbi, pero antes está un partido clave contra el Lille, en Champions. Hay que ganar como sea.

Mallorca 1 – Sevilla FC 1. Otro robo escandaloso en Mallorca

Han pasado muchos años, pero el sevillista jamás olvidará cómo, posiblemente, nos arrebataron un título de Liga en Mallorca. Digo «posiblemente», porque habría que haber ganado al Villarreal en casa en el último partido –que se perdió–, pero nadie duda que ese partido se habría ganado, de haberse jugado la Liga el Sevilla.

Hoy también ha habido un robo escandaloso, y encima con el VAR de por medio. Iglesias Villanueva ha vuelto a demostrar que odia al Sevilla FC. Sólo así puede entenderse que llamara al árbitro para que revisara la jugada en el monitor. Incluso a cámara lenta, es muy dudoso que Fernando toque el balón con la mano, pero si lo hace, el contacto es mínimo, de manera que en ningún momento le permite controlar el balón. Es más un roce que otra cosa. Si es que le roza. Además, según parece –me he enterado hoy– las manos involuntarias, aunque acaben en gol, ya no se señalan. Para rizar el rizo, incluso hubo una mano más clara que la de Fernando, que habría supuesto un penalti a favor del Sevilla, y no se señaló como penalti.

Bien es cierto que si el Sevilla hubiera hecho bien su trabajo, nos habría dado igual que estos dos ladrones, sospechosos habituales cuando se trata de arbitrar al Sevilla, dados sus antecedentes, hubieran anulado el gol de Ocampos –buena falta le hacía– en el minuto 95. Ocasiones hubo para ello. Rafa Mir falló una sin portero, que había salido por uvas. Después, un disparo a bocajarro del mismo jugador, no entró porque al portero más malo de Primera, como es Reina, le dio por hacer un paradón y el rechace fue escupido por el poste. Y por último, Ocampos falló un remate de cabeza, casi en la línea de gol, de esos que son difíciles de fallar.

Es decir, ocasiones hubo para ganar el partido. También es verdad que el Mallorca también las tuvo. De hecho, estuvo muy cerca de lograr el 2-0, salvándonos el poste.

Y por supuesto, de haber saltado al terreno de juego con más ambición y más concentración, muy probablemente, tampoco estaríamos ahora lamentándonos por los dos puntos desaparecidos o robados.

También tuvo bastante que ver la mala actuación de varios jugadores. Navas, por ejemplo, falla estrepitósamente en la jugada del gol mallorquín, rompiendo el fuera de juego primero y no siendo capaz de defender su zona con acierto. También dejó mucho que desear el partido de Óliver Torres o Munir, que fueron decisivos ante el Levante, o el de Jordán. Incluso Acuña parecía otro. Si me dicen que estaba jugando su hermano gemelo, me lo creo. Por el lado positivo, me gustó bastante el aporte de Delaney y Augustinsson.

También hay que dar su mérito al Mallorca, que algunos creen que es un equipo al que hay que meterle cuatro o cinco goles sin despeinarse, pero que también tiene buenos jugadores. Se hartaron de correr y de presionar –algo que no hizo el Sevilla–, y su doble pivote, sobre todo con el africano Baba, dio muchos problemas al Sevilla en el centro del campo. Realizaron algunos contragolpes muy peligrosos, donde pudieron también marcar.

Lo mejor del partido fue el golazo de Lamela. Lo peor, sin duda, que te quiten dos puntos de manera injusta. Y lo que ya clama al cielo es que lo hagan con VAR. Tienen toda la tecnología a su favor, pero como suelo decir, el que es mal árbitro sigue siendo mal árbitro, con VAR y sin VAR.

Toca pensar en el Osasuna. Ojalá que no llueva. Y, por supuesto, no será un partido fácil. Ahora mismo está jugando con el todopoderoso Madrid, que es el líder, van por el minuto 85, y siguen empate a cero.

Sevilla FC 5 – Levante 3. El Sevilla que todos queremos

Empiezo aclarando que, eso de «el Sevilla que todos queremos» es sin tener en cuenta los dos goles regalados al rival, pero es de suponer que ni Dmitrovic ni Diego Carlos, ambos magníficos jugadores, no tendrán fallos tan garrafales en mucho tiempo.

Pero, por lo demás, el partido del Sevilla me encantó. Contrastó totalmente con otros. En este se notaba la intensidad desde el principio, moviendo rápido el balón y sin jugar al trote, con continuos desmarques y apoyos. Se notó mucho el buen partido que hizo Oliver Torres, que además abrió el marcador con un golazo de volea impresionante, al rematar un córner lanzado por Augustinsson, que fue otro jugador que estuvo a buen nivel.

Valoro muchísimo el esfuerzo que tuvo que hacer Koundé ayer, sin duda porque sólo nos queda un central sano, que es Diego Carlos. Salió de titular, luciendo un aparatoso vendaje en la rodilla, pero bastó la primera carrera para ver que Koundé estaba lejos de su mejor forma, pues una de sus virtudes es la velocidad, y ayer estuvo falto de ella en varias ocasiones.

En mi opinión, ayer se ganó con relativa facilidad –de no haber sido por los dos regalos, habría sido un paseo– por partido tan completo que hicieron gran parte de la plantilla:

Oliver Torres: Mucha movilidad y mentalidad ofensiva. Dio rapidez al juego

Jesús Navas. Va a cumplir 36 años y ayer le tuvieron que agarrar porque se iba en velocidad en la recta final del partido. Eso lo dice todo de él. Sigue teniendo la misma calidad de siempre, y dio el pase de la muerte a Fernando para que consiguiera el gol que sentenciaba el partido.

Fernando. Otra exhibición, y además ya hasta hace goles. No sé a qué espera el Sevilla para renovarlo, porque este, al igual que Navas, tiene cuerda para rato.

Munir. Es uno de los jugadores con más gol, visión de juego y calidad de la plantilla, y ayer lo demostró. Marcó un gran gol, de tiro fuerte, raso y ajustado. Pudo conseguir otro, que habría sido de pañuelos.

Suso. Centros magistrales. Se burló de su lateral en alguna ocasión. Mereció el gol que le impidió el poste.

Delaney. Dio equilibrio. Es bueno defendiendo y también atacando.

Rafa Mir. Volvió a marcar, y eso siempre es importante para un delantero. Además hizo un gran despliegue físico y puso en jaque a los centrales.

El árbitro, Pizarro Gómez, no me gustó. Creo que hubo un penalti a Koundé que pasó por alto –y que dio lugar al primer gol del Levante–, y se equivocó gravemente al señalar penalti en la jugada de Ocampos. Menos mal que está el VAR, porque, si no, lo habríamos pasado mal en los últimos minutos.

El Sevilla está tercero, con un partido menos, y además, en esta ocasión, jugando bien. Aunque la clasificación es un poco engañosa, ya que, a falta del partido de esta noche, diez equipos han disputado los diez partidos, y otros diez equipos han disputado sólo nueve partidos.

Visitaremos al Mallorca la próxima jornada, equipo de mitad de la tabla pero está más que capacitado para darnos problemas, sobre todo si volvemos a jugar andando y con pases lentos y horizontales. Pero como juguemos como ayer, no tendrán mucha opción.

Lille 0 – Sevilla FC 0. Otro pobre puntito

De nada sirvió ser superior al Lille. Cuesta muchísimo marcar goles, y no es de extrañar, ya que ni Suso ni Ocampos están en su mejor momento. Ponen toda la voluntad del mundo, pero acierto nulo. Llegadas claras, con buen número de efectivos, pero siempre falló el último pase o el remate.

Urge ganar, porque, yendo de puntito en puntito, no vamos a tener un futuro halagüeño. Aún así, estamos segundos de grupo, pero el Salzburgo ya ha puesto muchísima tierra de por medio. Prácticamente, estamos obligados a ganar en su estadio para ser primeros de grupo.

En defensa, eso sí, estamos en un estado de forma envidiable. Sólo nos queda un central sano, después de la lesión de Rekik de hoy, pero aún así, prácticamente no nos tiran a puerta. Magnífico el trabajo de Fernando, ya sea en la zona ancha o en defensa.

Me habría gustado ver a Munir unos minutitos, porque es uno de los pocos jugadores que tiene gol de la plantilla. Como suponía, me quedé con las ganas. Lopetegui le ha hecho la cruz, y no parece que haya mucha solución a estas alturas.

Buen partido del Sevilla, en líneas generales, pero tenemos tan poquita pegada que es verdaderamente complicado ganar partidos. A ver si cuando vuelva En-Nesyri y recuperen su nivel los jugadores que ahora están bajo mínimos, mejoramos algo. Al menos, la tremenda fortaleza defensiva que muestra el equipo da cierta tranquilidad, porque ésa es la base para que lleguen los triunfos.

Pero claro, esa red que trenza el equipo, ese trabajo defensivo que también exige mucho despliegue físico, provoca una descompensación en ataque, y más jugando con un único delantero, con lo que hay pocos espacios y jugadores ofensivos cuando se recupera el balón en los contragolpes. Es lo malo que tiene el sistema de Lopetegui, que es difícil encontrar un balance, un equilibrio entre defensa y ataque. Una solución, evidentemente, sería tener jugadores con más gol, desborde y velocidad en bandas y en punta, pero hay lo que hay. Ojalá tuviéramos al Ocampos de la primera temporada y a En-Nesyri enchufado, como en la pasada temporada, porque otro gallo nos cantaría. También ayudaría que las transiciones se hicieran más rápidas, jugando más al primer toque, porque, a día de hoy, cada jugador da dos o tres toquecitos antes de pasar el balón. Habrá que esperar a que lleguen tiempos mejores en cuanto a la vistosidad del juego.

Ahora, a recuperarse y pensar en el Levante. No hay tregua, no hay descanso, pero hay que llevarse los tres puntos el domingo, como sea.

Celta de Vigo 0 – Sevilla FC 1. Se ganó con muy poco

Normalmente, me quejo de que los rivales tienen que hacer muy poquito para ganarnos. Sirva de ejemplo el último partido donde mordimos el polvo: Granada. Pues lo mismo ha hecho hoy el Sevilla: ganar con el mínimo esfuerzo. Ha bastado un rebote, en la segunda parte, para que se la encontrara Rafa Mir y batiera al guardameta celtiña con mucha tranquilidad.

A mi modo de ver, el Sevilla hizo más méritos en Granada que en Vigo, pero el fútbol tiene estas cosas. Si tienes a la Diosa Fortuna de aliada, será más fácil ganar. No sólo nos acompañó la suerte en la jugada del gol, sino también en la jugada donde Santi Mina, con toda la portería para él y con Bono saliendo a la desesperada, le da por estrellar el balón en el poste. Obviamente, habría cambiado el partido completamente en esa jugada, y muy probablemente no estaríamos ahora felicitándonos por la victoria. Porque a este equipo le cuesta un mundo hacer un gol, así que hacer dos parece misión prácticamente imposible.

La victoria es importantísima por varios motivos: porque se ha logrado con bajas muy importantes, como son las de Koundé y Diego Carlos, porque permite que sigamos en los puestos de privilegio de la clasificación, y también porque permite encarar de manera muy diferente el vital partido del miércoles, contra el Lille, en Champions.

Esto de encarar un partido tan importante como el de hoy con sólo un central específico en el once inicial se veía venir.Si sólo tienes tres centrales en plantilla, basta con que llegen las lesiones y las sanciones para que se quede temblando la defensa. Afortunadamente, tenemos a Fernando. Y también, para ser honestos, y aunque no sea santo de mi devoción, hay que reconocer que Gudelj también ha hecho un buen partido. Urge fichar a un central en invierno, para evitar vernos en una tesitura como la de hoy, pero teniendo enfrente a un rival potente o un partido donde nos juguemos muchísimo.

El partido, en líneas generales, ha sido bastante malo. La primera parte fue aburridísima, sin apenas ocasiones de gol por ningún equipo. La segunda, al menos, marcamos y, lo que es más importante, supimos controlar el partido, excepto en los últimos minutos de descuento, donde no supimos mantener la posesión e incluso concedimos un disparo muy evitable, en el último minuto, a Cervi.

El Sevilla no está jugando nada bien, eso salta a la vista, pero mirándolo desde el lado positivo, estamos bien clasificados y a los rivales les cuesta una barbaridad ganarnos. Particularmente, me desespera ver jugar al equipo andando, con tanto juego horizontal, sin buscar profundizar; con multitud de pases fáciles para tener posesión, pero sin mentalidad ofensiva. Pienso que hay jugadores para hacer un fútbol más agradable para la vista.

El arbitraje de De Burnos Bengoetxea no me gustó. Me pareció demasiado permisivo con los jugadores del Celta, que podían agarrar, cortar contragolpes o hacer fuertes entradas sin ver tarjeta amarilla.

A ver qué hacemos el miércoles. Partido donde sólo vale ganar.

Granada 1 – Sevilla FC 0. Echo mucho de menos a En-Nesyri

Primera derrota del Sevilla FC en la temporada que nos deja muy mal sabor de boca de cara al parón. Sé que el equipo va a recibir muchas críticas por parte de la afición y prensa deportiva, pero, en mi opinión, el Sevilla ha merecido, al menos, el empate.

Es cierto que en la primera parte el Sevilla ha estado muy por debajo del nivel que se le espera, pero aún así ha tenido tres o cuatro ocasiones para darle la vuelta al marcador, desaprovechándolas todas. Y en la segunda parte, el Sevilla, aunque fue muy superior, no le sirvió de nada, pues la efectividad de cara a gol siguió siendo nula. Por eso echo mucho de menos a En-Nesyri, porque se nota una barbaridad su ausencia: por sus desmarques, su juego aéreo, su presión, y sus goles. Porque, desgraciadamente, en este juego, por muy superior que seas al rival, si no la cuelas no te llevas ningún punto.

La derrota me parece bastante injusta, porque el Granada, como casi todos los rivales que nos arrebatan puntos, ha tenido que hacer muy poquito para llevarse el premio gordo. Simplemente, ha tenido que aprovechar un doble error en defensa, primero en un mal despeje –creo que de Diego Carlos– y, a continuación, en un mal paso de Bono, que le impidió blocar el buen disparo de Rochina. Y ya está. El Granada apenas tuvo más ocasiones. Su mérito fue presionar sin descanso y defender bien. Algo que ojalá hubiera hecho el Sevilla. Porque ahí sí que nos ganó el Granada por goleada, en despliegue físico.

Mal momento para tener la pólvora mojada, porque el Granada era un rival propicio. Aún no había ganado ningún partido, mostrando un pobre juego y con el entrenador más que cuestionado. Hoy no es que haya mejorado, pero ha tenido efectividad, que es la solución a todos los males.

No se puede obviar que el Sevilla necesita mejorar mucho su juego, si queremos estar al final de temporada entre los cuatro primeros. No podemos tirar a la basura 30 o 45 minutos en todos los partidos. Normalmente, eso ocurre en el primer tiempo. No sé si es falta de actitud o de concentración, pero urge encontrar una solución.

También hay que controlar las estupideces. Si la semana pasada fue Delaney, ahora la ha hecho Diego Carlos, buscándose una segunda amarilla absurda que le impedirá ser de la partida tras el parón.

A pesar del descalabro de esta noche, el Sevilla sigue estando en puestos Champions, cuarto, con un partido menos. En positivo, Madrid y Barcelona han pisado el polvo. En teoría, ambos no deberían ser nunca rivales nuestros, pero cualquiera sabe. También se puede considerar positivo que Real Sociedad y Valencia no hayan podido pasar del empate. Y lo negativo es la victoria del Villarreal, ya que es el equipo que más me preocupa para la lucha por los puestos Champions. Aunque sea el que esté más abajo, décimoprimero, con once puntos, no me fio de ellos ni un pelo. Tienen una gran plantilla.

El próximo partido también será fuera del Ramón Sánchez Pizjuán, ante el Celta, un rival que tampoco se nos da precisamente bien, al menos fuera de casa.