Buen partido, en líneas generales del Sevilla FC, que fue superior al Español durante gran parte del partido.
No fue un partido de muchas ocasiones, pues ambos equipos presionaban y estaban bien posicionados en el centro del campo. Sin embargo, en una de los pocos contragolpes de la primera mitad llegó el 1-0. Jugada iniciada por Jordan y que finalizó En-Nesyri, rematando casi en línea de gol un magnífico pase de Jesús Navas.
Susto gordo el que nos llevamos a los pocos minutos, cuando un despiste de los centrales y una media salida de Bono dejó a Raúl de Tomás prácticamente con la puerta vacía. Menos mal que hubo un fuera de juego, bastante ajustado, pero lo suficiente como para que el gol no subiera al marcador.
Bono también tuvo que intervenir para despejar un disparo fuerte y ajustado de Darder a córner. Este jugador aprovechaba la más mínima ocasión que tenía para probar su magnífico golpeo desde larga distancia.
El Sevilla pudo lograr el 2-0, con algo de fortuna, pero Diego López logró sacar el balón prácticamente en la línea de gol.
El Español siguió moviendo bien el balón, pero sin crear apenas ocasiones. El partido discurría con normalidad hasta que González Fuertes la lió al señalar una falta inexistente a Delaney. Éste no se lo podía creer –ni nadie– e hizo un aspaviento. Un árbitro puede perdonarte una entrada por detrás, un placaje de rugby, pero un aspaviento es como si te metieras con su madre. Así que tarjeta. Como tampoco se lo podía creer, puesto que seguramente en su país no se sacarán amarilla por estas tonterías, no se le ocurrió otra cosa que aplaudirle. Y no sé en otros países, pero aquí es tarjeta sí o sí. Lo hizo a las espaldas de González Fuertes, pero debió de recibir un chivatazo por el pinganillo, porque le sacó la segunda amarilla y lo expulsó.
Yo creía que la tontería de Delaney nos iba a costar puntos, porque el Español estaba apretando y quedaba media hora por delante, jugando en inferioridad. Un partido que estaba, más o menos, controlado, se ponía cuesta arriba por una falta inventada y por la poca cabeza de un jugador tan veterano que se le presupone que no debería haber perdido los papeles de esa forma.
Entró el partido en una fase donde el Sevilla tiró de oficio. Supo perder tiempo, defender con las líneas muy juntas y rechazar las muchas internadas y centros al área que llegaban desde los laterales. Y también supo sentenciar el partido pese a estar en inferioridad. A cinco minutos para el final del partido Rekik, que por circunstancias estaba en la frontal del área, dejó solo, aunque escorado, a Rafa Mir, que batió por bajo, de tiro cruzado y ajustado al poste, a Diego López.
Nuestro «amigo» González Fuertes añadió 7 minutos extra, pero no se pasaron apuros.
Lo peor del partido, aparte de la expulsión de Delaney, fue la lesión de En-Nesyri, cuyo alcance no es posible evaluar hasta que se le realicen pruebas.
Ahora toca Champions. Visita a Alemania. Mucho tendremos que mejorar el juego mostrado ante el Salzburgo si queremos superar al Wolfsburgo.