Partido muy serio, y con mucha seguridad en defensa, el realizado hoy por el Sevilla en Getafe. Se volvió a hacer un partido como los de antes, cuando el rival se las veía y se las deseaba para crearnos ocasiones de gol. Y estoy seguro, segurísimo, de que no ha sido casualidad que esto haya ocurrido con la vuelta de Koundé. En mi opinión, el francés tiene que ser, obligatoriamente, quien forme la pareja de centrales junto con Diego Carlos. No sólo porque es la única pareja que ha dado consistencia y fortaleza a la defensa, sino porque además Koundé aporta bastante en ataque, tanto a balón parado como en contragolpes o desplazamientos en largo. Hoy ha marcado un gol, pero también fue muy llamativa la velocidad con la que salió al contragolpe en el minuto 88 de partido, dejando atrás a varios rivales. Esa velocidad viene de perlas a un equipo que no es que destaque precisamente por la rapidez a la contra.
También otros jugadores estuvieron a un altísimo nivel, como fueron los casos de Gudelj, Fernando (marcó un gol y asistió a Koundé) o Dejong. El holandés, aunque no marcó, como suele ser habitual, dio muchos quebraderos de cabeza a la defensa azulona y asistió a Fernando en el 0-2, tras falta lateral magistralmente botada por Suso.
Hay que admitir que también tuvimos esa suerte que he echado en falta en oros partidos. Fue fundamental para abrir el marcador el resbalón en el área de Etebo, lo que permitió a Reguilón robar y dar un perfecto pase medido a Ocampos, quien sólo tuvo que empujar el esférico a puerta vacía.
También me ha parecido muy importante que el árbitro, Estrada Fernández, echara mano de las tarjetas y no se dedicara a perdonarlas, como hacen otros. Así, hasta siete jugadores del Getafe vieron amarilla.
Me sentó como tres patadas donde más duele que Lopetegui decidiera, con 0-2 en el marcador, retirar a Suso y dar entrada a Sergi Gómez. De nuevo, echaba al equipo atrás, cuando, aparentemente, no había necesidad de cambiar nada en el aspecto táctico, pues el Getafe era incapaz de crearnos peligro. Afortunadamente, llegó el 0-3 al poco tiempo y no hubo consecuencias en los balones que los locales centraban sin cesar al área.
Con la seriedad mostrada hoy, con la intensidad y, sobre todo, con la efectividad del que ha hecho gala hoy el Sevilla, pocos puntos se nos deben ir. Hay que seguir mejorando en ataque, porque una efectivdad tan alta no la vamos a tener siempre –ojalá– y hay que crear más ocasiones de gol.
La victoria de hoy pone fin a una racha de varios partidos sin ganar, que, curiosamente, ha coincidido con los partidos en los que a Lopetegui le dio por quitar a Koundé de las alineaciones y sustituirlo por Carriço o por Sergi Gómez, ambos, sobre todo este último, muy lejos de las capacidades de Koundé. Confío en que, si a Lopetegui se le antoja cambiar algo, que ni mire a los centrales, y que más bien mire a la delantera. Al menos en casa, deberíamos arriesgar más y jugar con dos delanteros. Hay que poner fin a la fuga de puntos del Ramón Sánhez Pizjuán.
Habrá que estar atentos a la lesión de Vaclík. No parece buena señal que sea en la rodilla y que estuviera llorando. Si no pudiera jugar, Bono demostró ser un buen portero en el Gerona. En caulquier caso, ojalá no sea nada grave y se quede todo en un susto.
Próximo rival en Liga, el Osasuna. Equipo que no parece el mismo desde la lesión del Chimy Ávila. Tres puntos fundamentales para afrontar con tranquilidad el importantísimo partido ante el Atlético de Madrid, que hoy ha ganado con claridad, por 3-1, a un Villarreal que se adelantó en el marcador y que se queda a cinco puntos del Sevilla.
Los tres puntos de hoy, aparte de hacernos volver a los puestos Champions, nos dan el goalaverage a favor ante el Getafe (5-0), rival que se supone estará en puestos europeos hasta final de temporada, Final de temporada que se prevé muy disputada por la calidad y cantidad de los equipos que se disputan entrar en Europa: Atlético, Sevilla, Getafe, Real Sociedad, Villarreal y Valencia. Seis equipos para cuatro plazas.