A mí particularmente me gustaban más los derbis más recientes, donde el Betis se presentaba en el templo sevillista con un equipo plagado de medianías, y donde la duda era si íbamos a ganar por cuatro o por cinco goles de diferencia. No fue el caso de ayer, donde los que reniegan de Sevilla plantaron sobre el césped un ramillete de buenos jugadores, donde destacan en el centro del campo. En esa zona tienen a jugadores de primerísimo nivel, como Guardado (aunque ya tenga una edad), Canales y, sobre todo, Lo Celso, que es un jugadorazo como la copa de un pino, y que no me explico ni por qué no jugaba en el PSG, ni por qué lo ha dejado salir con opción de compra.
Fue una lástima que Gonalons estuviera lesionado, porque, si no, creo que el Sevilla se habría impuesto con más solvencia y no habría sido un derbi tan disputado. Eché mucho de menos la verticalidad y visión de juego del francés. El Sevilla tuvo problemas para crear juego, debido a la presión tan adelantada del Betis, y, posiblemente, con Gonalons sobre el césped, habría sido más fácil bularla.
Fue muy importante adelantarse en el marcador, como ocurre en todos los partidos, pero más aún lo es en un derbi. Fue una pena que Ben Yedder fallara una ocasión clarísima de gol, que habría supuesto el 2-0, cuando lo tenía todo a su favor, tras pase genial del Mudo Vázquez. El empate llegó en una jugada muy mal defendida y sentó como un jarro de agua fría, pero el Sevilla supo sobreponerse con dos buenos goles. Espectacular el 3-1, de extraordinario disparo de Mudo Vázquez.
El lógico miedo en el cuerpo llegó cuando acortó distancias Tello, de otro espectacular trallazo. No entiendo cómo este jugador no es titular, cuando yo creo que es el mejor delantero que tiene el Betis, pero Setién sabrá.
El Sevilla no estuvo bien en defensa, teniendo que realizar Vaclík varias intervenciones de mérito. Tenía dudas de si era acertado poner al checo de titular, dado que Soriano lo estaba haciendo muy bien, pero hizo un gran partido.
El arbitraje de Hernández Hernández no me gustó absolutamente nada, y, por lo visto, tampoco agradó en la otra acera.
Lo mejor del Sevilla fue su efectividad, con un alto porcentaje de acierto de cara a gol.
El ambiente fue sensacional, con un bonito tifo realizado por los Biris. Sin duda se dio una gran imagen de cara al exterior, pues el derbi se retransmitió a 183 países. Nunca un derbi Sevilla-Betis había tenido tanta difusión, nunca antes tanta gente se había enterado de quién manda en Sevilla. Y fue un gran derbi, un muy buen partido por ambos conjuntos.
La victoria fue importantísima. No ya por el gustazo de ganar el Betis, sino porque dejamos a un posible rival por las plazas europeas a nueve puntos y metemos presión al Getafe y Valencia, que son nuestros más fuertes rivales por la ansiada y valiosa cuarta plaza.