Archivo mensual: febrero 2019

El Sevilla se juega la temporada en una miniliga de trece jornadas contra seis equipos

A finales de diciembre de 2018, dada la ventaja que tenía el Sevilla sobre sus más inmediatos perseguidores, todos pensábamos que muy mal se tenían que hacer las cosas para no estar en Champions la próxima temporada. Y efectivamente, así ha sido. Todo ha salido verdaderamente mal, con lo que el Sevilla tendrá que mejorar mucho en lo que le queda de este desastroso 2019. El nivel mostrado por el Sevilla ha sido tan ínfimo que se ha dejado arrebatar la plaza Champions por el Getafe. Y no sólo eso, sino que, de seguir así, será complicado que no se escapen también las plazas de Europa League.

Una vez esfumada la ventaja, es como si empezáramos el próximo sábado una nueva competición, una pequeña liga donde partimos con el pequeño privilegio de tener algún punto, o algunos puntos de ventaja, según el caso, sobre la mayoría de los rivales. Y también deberíamos beneficiarnos del hecho de que siete partidos tendrán lugar en nuestro feudo y seis fuera.

Los teóricos rivales directos, que disminuirán según vayan pasando las jornadas, serán los siguientes:

Getafe, Alavés, Betis, R. Sociedad, Valencia y Athletic Club.

El Ramón Sánchez Pizjuán decidirá gran parte de nuestro destino, pues aún nos queda por enfrentarnos a estos seis rivales, y cinco de ellos lo harán en nuestra bombonera. El único “rival directo” al que visitaremos será el Getafe, en la jornada 33.

Es importante destacar que en la penúltima jornada visitaremos al Atlético de Madrid. Aunque, muy probablemente, ya a esas alturas no tendrá ninguna opción a conseguir el título de Liga, los madrileños siempre son un rival complicado. El Atlético está a siete puntos del Barcelona, que se dejarán muy poquitos puntos en el camino, y además los colchoneros aún tienen que visitar el Nou Camp.

Por otro lado, el Sevilla exceptuando esta penúltima jornada, contra el Atlético de Madrid, ya ha jugado todos los partidos contra los tres primeros rivales de la Liga. Lo cual es un alivio.

La miniliga empieza este sábado, en El Alcoraz, ante el farolillo rojo. Una nueva derrota creo que incluso pondría en juego la continuidad de Machín. Ningún entrenador –si exceptuamos a Tevenet la pasada temporada con el Sevilla Atlético—es capaz de sobrevivir a los malos resultados. Y si no somos capaces de ganar al último clasificado, ¿a quién vamos a ganar? Una nueva derrota significaría que Machín es incapaz de encontrar soluciones a estos dos meses en caída libre. Porque es evidente que la plantilla, aunque haya tenido muchos lesionados y un calendario muy cargado de partidos, no debe, bajo ningún concepto, dar los bochornosos espectáculos de Balaídos o el Estadio de la Cerámica, por poner algunos ejemplos.

El tiempo se acaba. Hay que reaccionar ya. Y aunque, por ahora, quede en la recámara la opción de ganar la Europa League para clasificarnos para la Champions, mejor hacerlo por la vía teóricamente más fácil: la Liga.

Sevilla FC 2-Barcelona 4. Ellos tienen a Messi

Como en casi todos los partidos que juega el Barcelona, Messi volvió a decidir. Es un jugador demasiado determinante, increíble, y, además, parece que cuando juega contra el Sevilla, le sale todo. Pero también es verdad que el Sevilla cometió demasiados errores, y eso ante un equipo contra el Barcelona, se paga con goles.

La primera parte fue bastante buena. De hecho, el Barcelona apenas tuvo ocasiones, pero en la que tuvo, Messi la puso en la escuadra, de volea e inalcanzable para cualquier portero. El Sevilla se adelantó en el marcador, con goles de Navas, y después de Mercado, haciéndonos mantener la esperanza de que ganar era posible.

Sin embargo, la segunda parte fue otra historia completamente distinta. Probablemente fue por los cambios, tanto en el Sevilla como en el Barcelona. Por ejemplo, Vidal es el jugador menos técnico del Barcelona, y estaba cantado que sería sustituido. Dembelé, su sustituto, sí dio quebraderos de cabeza, sobre todo por su velocidad y desborde.

También en esta segunda parte nos dio por cometer errores graves. No fue el día de Vaclík, que falló en el segundo gol y en el cuarto.

Para colmo, tampoco nos acompañó la suerte. El tercero del Barcelona, que daba la vuelta al partido, fue a raíz de un rebote, quedando el balón muerto a los pies de Messi, quien hoy ha marcado su 50 hat-trick en su carrera deportiva. Y seguro que no será el último.

Se intentó, se jugó muy bien a ratos, se tuvo al Barcelona contra las cuerdas durante muchos minutos, pero faltó calidad para rematar la faena y una pizca de fortuna.

La derrota conlleva salir de los puestos Champions, donde llevábamos muchísimo tiempo. Pero, a decir verdad, era algo esperado. Si no ganamos casi nunca, lo más lógico es que te adelanten.

Ahora a ganar en Huesca. Y si no ganamos, por lo menos espero que los jugadores tengan un poquito de vergüenza y no arrastren el escudo. Porque andando no gana nadie. Si acaso, el Barcelona de Messi, pero ningún equipo más.

Sevilla FC 2 – Lazio 0. En octavos, con algún que otro susto

Misión cumplida. El Sevilla estará en el próximo sorteo. No ha sido un partido fácil, sobre todo en la primera parte, que fue bastante igualada y donde llegó el primer susto. Un despiste en la defensa, donde un italiano había pasado desapercibido, llegó a tener una ocasión clarísima de gol. Desde la grada me pareció que pudo ser hasta penalti.

Poco después llegaría el gol de Ben Yedder, que aprovechó un rechace del portero, a tiro de Sarabia, para empujar el balón al fondo de la red. Estos dos jugadores están en un momento extraordinario y sus estadísticas demuestran que fue un grave error que estuvieran en el banquillo en el importantísimo partido de Villarreal.

El segundo susto llegó tras la expulsión de Franco Vázquez. A mi modo de ver fue injusta. Me dio la sensación de que hasta es él el que recibe la falta. De cualquier forma, era un gran riesgo mantener a Vázquez en el césped con una tarjeta, porque es un jugador bastante alocado y no sabe contenerse.

La cuestión es que se planteaba un final de partido complicado, porque la Lazio tiene un buen equipo y quedaba mucho tiempo por delante, más de media hora. Afortunadamente, Marusic vio una estúpida tarjeta roja y, ya en igualdad numérica, quedaba prácticamente sentenciado el partido. Para despejar toda duda, Sarabia se encargó de hacer el 2-0, con la colaboración de un defensa que tocó el balón.

Por desgracia, a los pocos minutos, en un salto donde pisó mal, se lesionó Jesús Navas. Esperemos que no sea para mucho, porque es uno de los jugadores más importantes de la plantilla. La baja de Navas se une a la de Escudero, que se echó mano a los isquiotibiales nada más empezar el partido. La lesión de Escudero parece más importante, y además, como suele ocurrir, le ha cogido cuando parecía que estaba recuperando la forma.

Aparte del parido de Sarabia y Ben Yedder, me quedo con el buen partido de Promes y con el paradón de Vaclick, que evitó el gol del empate, casi a  bocajarro, despejando por encima del larguero.

Los ex sevillistas Immobile y Correa pasaron desapercibidos, haciendo un mal partido. No fue así el caso del ex bético Durmisi, que se llevó una sonora pitada.

Se cumplió el objetivo de estar en octavos de final, al superar a un rival importante y con solvencia. Yo, al menos, no esperaba un contundente 3-0 en el global de la eliminatoria. Ahora toca recuperarse de este intenso partido, porque el próximo rival es el Barcelona, que llegará más descansado y contará con la ayuda, más o menos descarada, de uno de los peores árbitros y más serviles del fútbol español: Mateu Lahoz. Que Dios nos coja confesados.

Villarreal 3 – Sevilla FC 0. Otro partido andando, otro bochorno

Otro partido igual. Desde los primeros minutos, viendo la actitud de los jugadores sevillistas y los de amarillo, ya se preveía el desastre. Mientras los primeros andaban, los segundos no paraban de correr y presionar. Si a eso le sumábamos el atrevimiento u osadía de Machín de dejar a los dos jugadores más determinantes y con más gol en el banquillo (Ben Yedder y Sarabia), el partido pintaba mal.

Pasaban los minutos y el Sevilla, como le suele ocurrir de visitante últimamente, no creaba ocasiones de gol. Hasta que llegó un córner, desastrosamente defendido, y el primer gol del partido. Woeber comete el error de principiante de estar más pendiente de su marca que del balón, al que ni mira. Cuando se vino a dar cuenta, ya era imposible evitar el remate de Álvaro.

Pudo el Sevilla dar un halo de esperanza, soi Munir hubiera batido a Asenjo en una clarísima ocasión, pero el guardameta hizo una gran parada.

En esos momentos, viendo el despropósito, yo ya deseaba llegar al descanso con 1-0, pero el Sevilla no tuvo esa suerte, y en los minutos de la prolongación, en otra jugada muy mal defendida, llegó el 2-0. Si ya pintaba mal el partido, ahora ya era necesario otro milagro como ante el Eibar.

Por cierto, el 2-0 fue marcado por Ekambi, que debió ser expulsado por una clara segunda amarilla, en las mismas narices del árbitro, pero éste no quiso expulsarlo. Simplemente, no le dio la gana, como ya nos ha ocurrido en esta temporada, creo que en tres ocasiones más. Una fue con el Getafe, en casa, otra en Leganés, y la otra ocasión no recuerdo el rival, pero estoy seguro que se dio. Es evidente que el respeto que nos tienen los árbitros sigue siendo nulo.

En la segunda parte, el Sevilla mejoró. No podía ser otra forma, porque hacerlo peor era realmente difícil. Machín dio entrada a Sarabia y Yedder, pero ya era demasiado tarde. El Sevilla tuvo varias ocasiones para acortar distancias, pero fueron todas desaprovechadas. La porcentaje de efectividad fuera del Ramón Sánchez Pizjuán debe ser ridículo.

Varias de esas ocasiones las tuvo André Silva, que hizo un partido verdaderamente lamentable. Todo lo hizo mal. Este jugador, o cambia radicalmente, o yo no pagaba 40 millones de euros por él, de ninguna de las maneras.  Sólo me gustó en las primeras jornadas, pero después ha pegado un bajón enorme.

No dábamos una en ataque, pero el que sí se encargó de estropearnos el goal-average fue Pedraza, consiguiendo el 3-0 definitivo, aprovechándose de que, aparte de que estábamos volcados, defendemos francamente mal.

Otro partido para olvidar, otro partido donde da la sensación de que el rival siempre le echa más huevos que nosotros, otro partido que se salda con derrota vergonzosa. Y ya van tantas que a Machín ya le salen detractores hasta de debajo de las piedras. Y es lógico, porque en el fútbol mandan los resultados y las sensaciones. Y las sensaciones son que ahora mismo no le ganamos a nadie y que Machín parece no encontrar solución a la falta de intensidad, a esa desgana que cabrea a cualquiera.

Y lo peor es que el próximo rival en liga es el Barcelona de Messi y que la próxima salida es en Huesca, donde a buen seguro ya se estarán frotando las manos.

Puede que ya salgamos de los puestos Champions esta jornada si el Alavés gana en el Villamarín. Pero si no, sólo es cuestión de tiempo. Jugando así no vamos a ningún sitio.

Lazio 0 – Sevilla FC 1. Se perdió la oportunidad de sentenciar

Buen partido del Sevilla, que salió muy mentalizado desde el minuto 1. Sin embargo, creo que faltó ambición para buscar con más ahínco un marcador más favorable.

La Lazio tenía bajas muy importantes y habría sido conveniente ampliar la ventaja para la vuelta, donde no estará Banega, por sanción.

El Sevilla dispuso de varias ocasiones para hacer el segundo gol, principalmente en varias contras facilitadas por los locales, aunque fueron todas desaprovechadas. Así fue como llegó el primer gol: al finalizar un contragolpe, con una excelente combinación entre Escudero, Sarabia y Ben Yedder.

Por su parte, la Lazio apenas inquietó. Si acaso, a balón parado.

Espero que no nos tengamos que acordar de las múltiples ocasiones erradas hoy, especialmente la que falló Vázquez en el minuto 89, completamente solo ante el portero, pero ni siquiera tiró. Amagó y esperó que el defensa, absurdamente, le marcara.

Sería una sorpresa que no nos clasificáramos, por la ventaja y porque el Ramón Sánchez Pizjuán debe decidir. Pero a nadie se le escapa que, a poco que hubiéramos estado acertados, este partido era para un 0-2, mínimo. El equipo parecía excesivamente preocupado por no encajar gol más que por incrementar la ventaja.

Villarreal, próxima parada.

Sevilla FC 2 – Eibar 2. Final de locura y con recompensa 

Increíble punto el conseguido por el Sevilla en la noche de hoy, cuando parecía que estaba todo perdido.

El partido del Sevilla fue nefasto durante casi los noventa minutos de partido, en parte porque el Eibar hizo un gran partido y planteamiento, y en parte porque en el Sevilla hay varios jugadores que están a un nivel paupérrimo, pero a pesar de ello siguen gozando de la titularidad. Me refiero a jugadores como Banega, Sarabia, Escudero o André Silva.

No se puede decir que el Eibar sorprendiera, porque hizo lo que siempre se espera: presión asfixiante, juego raso y corto, y, a la menor ocasión, centrar al área o tirar a puerta. Ese juego lo llevaron a la perfección, encerrando al Sevilla en su campo, hasta que lograron el 0-1, tras una jugada con algo de fortuna, de uno de sus mejores jugadores: Orellana. Recortó bien, se llevó el balón en un rebote que le permitió plantarse solo ante Vaclík. Creo que Vaclík debió salir a tapar hueco como fuera. No lo hizo y Orellana no tuvo ningún problema en batirle.

El principal inconveniente que tenía el Sevilla es que el centro del campo no funcionaba, con lo que apenas se creaban ocasiones de gol, y las pocas que se tenían se desaprovechaban. Se nota una barbaridad la baja forma alarmante de Banega y Sarabia, en especial la del argentino, que además se buscó de manera absurda e innecesaria la segunda amarilla, cuando finalizaba el partido. No creo que le echemos mucho en falta, dado el nivel que está dando en los últimos partidos.

Tampoco ayuda el que Escudero, últimamente, no da una. Nunca desborda por su banda y, además, de vez en cuando también falla en defensa.

En la segunda parte llegó el mazazo del segundo gol. En jugada ensayada, en un córner –donde nosotros nunca creamos peligro–, perfectamente sacado al segundo palo, donde Arbilla centró atrás, al punto de penalti, rematando a placer Charles, imponiéndose a los centrales. El brasileño demostró que domina  el juego aéreo a la perfección, para nuestra desgracia.

Minutos antes ocurrió algo importante: se lesionó Ramis. En mi opinión, era uno de los responsables de la firmeza atrás del Eibar, y esa pérdida fue importante para la remontada del Sevilla.

Cuando parecía que el partido estaba sentenciado, con un jugador menos, y con 0-2 en el marcador, llegó lo que estábamos esperando: el primer gol. Obra del de siempre, Ben Yedder. Y sólo seis minutos después el de Sarabia. Se lograba lo impensable: empatar un partido donde no se había jugado bien y, además, no salía nada de lo que se intentaba.

Sarabia arregló su mal partido en los minutos finales. Desesperante, pero al final dio una asistencia y marcó el gol del empate.

A decir verdad, el empate a mí me supo a poco, ya que el Sevilla pudo llevarse el partido en dos ataques. Uno donde un defensa sacó un tiro cruzado de Bryan Gil, y otro donde André Silva no fue capaz de controlar un balón que le habría dejado solo ante el portero.

Por cierto, mientras más veo a André Silva, más convencido estoy de que no vale la barbaridad de millones que piden por él. Veremos a ver qué pasa a final de temporada, pero creo que en el mercado habrá jugadores que aporte mucho más que él, y a mejor precio.

Se suma algo, un puntito. Ya se verá a final de temporada la importancia que tiene.

Ahora, a pensar en la Europa League.

 

 

Celta 1 – Sevilla FC 0. Derrota más vergonzosa incluso que la del Nou Camp

Pues sí, era difícil hacerlo peor que ante el Barcelona en la Copa del Rey, pero el Sevilla lo ha conseguido esta noche, cayendo derrotado ante un Celta que ha demostrado que está en el furgón de cola por méritos propios, y al que, de haber hecho un partido medio serio, el Sevilla le tendría que haber metido cuatro, como mínimo.

Esperaba un Sevilla espoleado por el partidito de hace tres días, pero no. El Sevilla se dedicó a tirar a la basura el primer tiempo. Tenemos un problema grave en la creación, pues Banega, Vázquez y Sarabia están a un nivel ínfimo. Y claro, así es muy difícil hacer ocasiones de gol. Si además abusamos de los pases horizontales y lo hacemos a una lentitud desesperante, pues es casi un milagro que marquemos algún gol.

Y menos mal que el Celta no está para nada. Es lamentable que nuestros rivales, fuera de casa, tengan que hacer tan poquísimo para llevarse el gato al agua. Al Celta hoy le basó aprovechar un triple fallo del Sevilla para llevarse los tres puntos. Y lo hizo poco después de que Ben Yedder –el mejor hoy– fallara un mano a mano con el portero, lanzando al poste.

La jugada del gol es para analizarla, porque da la sensación de que Machín no entrena los córners, ni en ataque ni en defensa. Como digo, hubo tres errores, a cual más grave. Primero, Kjaer despeja a córner de manera innecesaria, pues su despeje no fue forzado. Segundo, es André Silva, un delantero, el que va a defender al primer palo, y lo hace mal, no despejando el balón y permitiendo que pase al segundo palo. Y, en tercer lugar, por incomprensible que parezca, no hay ningún defensor en el segundo palo, con lo que Okay remata completamente solo y a placer.

Por cierto, de nuevo muy mal partido de André Silva. Un jugador que cuesta 38-40 millones de euros tiene que hacer mucho más que peinar hacia atrás en la mejor ocasión de gol que tuvimos y que desaprovechó Ben Yedder. Su calidad es innegable, pero creo que es un jugador muy sobrevalorado. A mí, junto con el Mudo Vázquez, es el que más me desespera de este Sevilla.

Con el 1-0, y quedando poco más de quince minutos, fue un querer y no poder. Al Celta le bastó perder tiempo y el juego sucio (hasta dos agarrones desentendiéndose del balón y cortando contragolpes) para aguantar hasta el final y llevarse los tres puntos en juego con el mínimo esfuerzo.

Nos ganó un equipo inferior, muy inferior, y eso, aparte de ser muy decepcionante es gravísimo, porque deja en evidencia los múltiples defectos que muestra el Sevilla fuera de su estadio, donde parece otro equipo distinto. De no corregirse la debacle sevillista como foráneo, dudo mucho que logremos plaza Champions a final de temporada.

Machín también me defraudó. Ya por detrás en el marcador, quita a Sarabia. Aunque estaba haciendo un nefasto partido, siempre va a tener más gol y va a atacar mejor que Escudero, que fue quien le sustituyó.

Partido para olvidar, porque lo único que debe importar ya es el Éibar. Pero qué pena de estos tres puntos tirados a la basura, de manera tan estúpida.