Sensacional partido del Sevilla, sobre todo en la primera parte, donde hubo momentos donde bordó el fútbol y desarboló por completo al Real Madrid.
El partido fue completísimo, estando todos los jugadores muy acertados en todas las líneas y ejerciendo un despliegue físico descomunal, con presión continua, dejando crear al equipo visitante muy pocas ocasiones de gol, y eso es algo muy complicado de conseguir ante un equipo plagado de estrellas, como Asensio, Modric, Bale, Kross, etc, etc, a los que les das un metro y te la lían en un santiamén.
Probablemente, el derroche físico realizado en la primera parte lo pagamos en la segunda, donde el Madrid sí tuvo algunas ocasiones claras para acortar distancias, como el gol anulado a Modric, por fuera de juego, o el paradón que le hizo Vaclík a Bale.
Afortunadamente, el Sevilla ya había hecho los deberes antes, con los goles de Silva, que hizo doblete, y Ben Yedder, y no se pasaron apuros.
Lo único negativo del partido de hoy ha sido la lesión de Arana y esas ocasiones falladas tan claras, de ésas que no se pueden fallar nunca, como la que tuvo Franco Vázquez, con casi toda la portería para marcar a placer (la cruceta le privó en la primera parte de lograr el tercero), o la que desperdició Sarabia en el descuento, con dos compañeros desmarcados y solos. Se goleó, pero el cuerpo pedía machacar, y se tuvieron ocasiones para ello.
Partidazo de todos los jugadores. Banega manchó un poco su actuación con su tonti-pérdida del día (algunas veces tiene más de una), que no costó gol de milagro.
El arbitraje de Hernández Hernández fue impecable, tratando a los dos equipos por igual, y eso en la Liga española es muy difícil de ver.
Ahora a visitar el siempre difícil campo de Ipurúa a intentar conseguir los tres puntos. Por cierto, ¿se han parado a pensar dónde estaría el Sevilla de no haber sido gravemente perjudicados por los árbitros contra el Betis y el Getafe? Pues muy probablemente, líderes en solitario. Pero eso no se sabrá nunca.