El titular va dedicado a Adorna, que decía en un artículo que la goleada ante el Standard de Lieja era engañosa, y lo peor es que su afirmación no era porque al equipo belga le pudieron caer siete u ocho, sino que hacía hincapié en los defectos del Sevilla, que saltan a la vista que son estrictamente defensivos. Y es que un año más el Sevilla ha descuidado la defensa a la hora de hacer fichajes. La lesión de Mercado ha dejado en evidencia la falta de calidad y contundencia atrás, al menos hasta que Gnagnon se adapte a la Liga. Es importante recordar que a Lenglet también le costó adaptarse y que tuvo bastantes fallos que costaron goles, incluso en su última temporada, que fue la mejor. Hay que tener paciencia con Gnagnon, porque es muy joven, pero ahora mismo necesitamos centrales de presente, y no de futuro.
El principal defecto del Sevilla actual está en la defensa, y su principal virtud en el ataque, sobre todo ahora que parece que Machín se ha dado cuenta de que Ben Yedder debe ser titular. Muchos aficionados teníamos ganas de ver al franco-tunecino jugar con otro delantero a su lado, porque si jugando solo y con contados minutos de juego, hace goles, es lógico pensar que si es titular y es ayudado por otro delantero, debe hacer muchos más goles. Hoy ha hecho tres y ha dado una asistencia a Sarabia, a pesar de no haber jugado los noventa minutos. Es impresionante el olfato de gol que tiene. Con él cerca, cualquier descuido cuesta un gol, como dejó patente en el derbi del Villamarín de la temporada pasada o en el cuarto gol de hoy, donde Oier se confía y piensa que puede dejar botar el balón, con Ben Yedder al lado. ¡Bendita inocencia! También hay que agradecerle al portero azulgrana su salida en falso en el gol de Carriso, que fue el mejor en defensa.
Donde sí parece que ha acertado definitivamente el Sevilla es en la portería. Vaclík da una tranquilidad tremenda en todos los aspectos, pero especialmente en el juego aéreo. La diferencia con Sergio Rico es abismal. Vaclík fue decisivo al parar un penalti con 1-2 en el marcador. No pudo hacer nada en el primer gol, un grave error que recordó al gol del Standard de Lieja, ni en el gol en propia puerta de Kjaer. Gol que, afortunadamente, quedó en una fea anécdota, pues el disparo se marchaba por la línea de fondo.
El partido tuvo dos fases: una primera con un Sevilla muy dubitativo, donde fue dominado y que se convirtió en un partido de ida y vuelta, y otra donde el Sevilla pasó por encima del Levante, a base de mucha efectividad en el pase y en el gol. Fue tal la superioridad del Sevilla que prácticamente sobró la última media hora. Probablemente, de no haberse jugado hace tres días en Europa League, tener dentro de otros tres días un partido muy exigente ante el Madrid, y de no haberse jugado a las 12 de la mañana con altas temperaturas, el resultado habría sido más abultado. Pero los jugadores sevillistas debían reservarse y pisaron el freno descaradamente al conseguir el sexto gol.
Hicieron muy buen partido Ben Yedder, Sarabia y André Silva, quienes también marcaron. En el centro, buen partido también de Banega y Vázquez. Muriel volvió a desaprovechar su oportunidad, aunque también es cierto que entró en un momento en que el Sevilla no fue incisivo en ataque, al estar más que sentenciado el partido.
Sigue sin gustarme Aleix Vidal de lateral izquierdo. Cometió un penalti, para mí inexistente, pero donde no tiene sentido meter la pierna. Creo que el jugador del Levante se tira, piscinazo en toda regla, pero Vidal le toca cuando ya se está cayendo. Aparte de ese dudoso penalti, el arbitraje no me gustó nada, con muchos errores en faltas, siempre perjudicando al Sevilla, especialmente la del minuto 46, al borde del área, que fue increíblemente ridícula.
Ahora a pensar en el Madrid. Ojalá que veamos una goleada aún más engañosa que las del Standard de Lieja y el Levante, aunque será ciertamente complicado.