Desastroso partido el que hemos visto esta noche en el Ramón Sánchez Pizjuán. De inicio, pintaba bastante bien, con el Sevilla dominando al Atlético, pero se empezó a torcer en cuanto Muriel se quedó solo delante de Oblak, con toda la portería para él, y no se le ocurrió otra cosa que tirar al muñeco. Ante el equipo menos batido de la Primera División, y seguramente de Europa, no se pueden fallar goles cantados.
Se siguió torciendo el partido en el minuto 17, cuando tuvo que retirarse Navas por lesión. Fue un importante contratiempo, porque el Sevilla perdía velocidad, tanto en defensa como en ataque, profundidad y desborde. Layún, su sustituto, tiene toda la pinta, a no ser que cambie totalmente, de estar aquí muy poquito tiempo. Entre él y Navas hay un abismo.
Y se acabó de torcer definitivamente cuando Banega perdió un balón ante Diego Costa en una zona donde no se pueden hacer tonterías. Y el brasileño, con toda la ventaja del mundo, no tuvo problemas en batir a Sergio Rico. El principal culpable del gol es Banega, pero, probablemente, Sergio Rico no debía haberle pasado el balón con varios contrarios cerca de él.
No se puede regalar un gol a nadie, pero mucho menos a un equipo tan bueno como el Atlético de Madrid, construido a base de soltar muchísimos millones de euros. El problema es que no sólo se regaló un gol, sino tres, y así es imposible.
Con el 0-1, y viendo que el Sevilla estaba tocado por recibir un gol tan estúpido, rezaba para llegar al descanso con el 0-1, y en ese «tiempo muerto», tener la posibilidad de recomponerse. Pero no fue así, porque a Griezmann, un jugador de los caros de verdad, le dio por marcar un golazo, poniendo el balón en la escuadra, lejos del alcance de Sergio Rico.
Remontar un 0-2 ante un equipo de los menos goleados se antojaba poco menos que imposible. Los errores se sucedieron hasta llegar al 0-5, y ahí el equipo tiró de coraje para arreglar el destrozado goal-average. Primero marcó Sarabia, tras magnífica asistencia de Ben Yedder, y después Nolito, haciendo uno de sus habituales goles: disparo al primer poste, fuerte, ajustado y raso.
Se pudo arreglar el goal-average un poquito más si a Martínez Munuera hubiera pitado un penalti CLARÍSIMO de Oblak sobre Sarabia, pero al trencilla no le dio la gana. No me creo que ni él ni el asistente vieran la falta.
En mi opinión, Montella se equivoca al poner como delantero titular a Muriel, en lugar de Ben Yedder, quien tiene más gol y aporta más al equipo.
Partido muy malo de los argentinos Franco Vázquez y Correa, que no aportaron nada.
El árbitro fue un amiguete de los atléticos. Apenas influyó en el resultado –quizás en ese penalti a Sarabia, de haberlo pitado–, pero el doble rasero a la hora de pitar las faltas y sacar las amarillas era evidente.
Aunque pueda parecer lo contrario, por la contundencia del resultado, podría haber sido mucho peor, porque Griezmann tiró al palo, cuando tenía todo a favor para marcar. Porque Vitolo perdonó una contra de cinco contra tres. Y porque Griezmann y Gameiro se pusieron a tontear en un gol cantado y acabaron perdonando otro gol.
Tengo claro que hoy hemos regalado tres puntos, pero de nada sirve seguir pensando en ello. Dentro de menos de 72 horas hay otro partido importantísimo ante el Málaga, porque la Champions se ha puesto imposible, pero la Europa League no está ni mucho menos asegurada.