Archivo mensual: diciembre 2017

Comienza la era Montella

Se acabó el culebrón. Montella es el elegido, junto con Maresca, como segundo entrenador, para conseguir ese cuarto puesto que hoy día parece bastante complicado de alcanzar. Porque, no nos engañemos, Berizzo tenía el equipo que daba pena verlo, pero no se puede obviar que la plantilla ha sido confeccionada con importantes defectos, que se hacen notar, principalmente, en la línea defensiva y en la delantera.

Por tanto, Montella tendrá la difícil misión de hacerse cargo de esta plantilla, a mitad de temporada, y sacarle rendimiento. Quizás por ese motivo Montella ha sido el que se ha llevado el gato al agua, entre el ramillete de entrenadores del casting. Igual ha sido fundamental que conozca bien a jugadores como Muriel y Correa, dos fuertes inversiones que están teniendo poco o nulo rendimiento.

Admito que Montella no es de mi agrado, aunque apenas conozca sus métodos. Pero, por lo que he leído, es un entrenador con mentalidad ofensiva –eso me gusta– pero también, parece ser, que sus equipos no destacan por defender precisamente bien, encajando muchos goles. Y eso no me gusta nada, porque defender bien es la base del triunfo. Si defiendes bien y el equipo tiene algo de calidad arriba, lo normal es que se ganen muchos partidos –el más claro ejemplo es el Atlético de Madrid–, y si defiendes mal, lo extraño es que se gane alguno.

Habría preferido un entrenador español o, al menos, que conociera la liga española –aunque para eso se supone que viene Maresca como segundo entrenador–. Y en su defecto, alguien de prestigio, pero, según la prensa, tanto Blanc como Tuchel no estaban dispuestos a hacerse cargo del equipo a mitad de temporada y querían empezar un proyecto desde cero. Algo totalmente comprensible, por otra parte.

El proceso de selección me ha parecido un auténtico despropósito. Para empezar, no entiendo por qué no se ha elegido a Javi Gracia, si verdaderamente era un técnico que ha sido seguido por el Sevilla durante mucho tiempo y era el que más convencía a la Secretaría Técnica. No quiero creer que haya sido porque no tenía el apoyo mayoritario de la afición, por no tener un buen currículum, porque, a fin de cuentas, los que entienden de esto son los técnicos y no los aficionados. Y después de todo, pienso que Montella tampoco tiene ni ese apoyo mayoritario, ni ese currículum que le haga ser el entrenador deseado por todos.

Tampoco logro entender que se haya publicitado todo el proceso. Parecía que iba a ser Gracia el entrenador, después se lo piensan mejor y hacen una tournée por Italia para sondear a varios técnicos italianos, dejando a Gracia como segundo plato y a la expectativa. Y finalmente escogen a uno que no se puede incorporar inmediatamente porque tiene que desvincularse con su anterior club. No me parece serio.

Y también me pregunto para qué está el Director Deportivo. La elección del entrenador tendría que estar más que decidida desde que Berizzo estaba en la cuerda floja –desde el show del Bernabéu–. Y resulta que, al final, Arias y Castro llevan el asunto al Consejo de Administración, que decide lavarse las manos y «delegar» en el Comité Ejecutivo. Cuando yo entiendo que debe ser única y exclusivamente decisión de Óscar Arias. Y encima la entidad emite un comunicado para anunciar esta delegación.

En fin, esperemos que se haya acertado con Montella, porque estamos en un momento crucial de la temporada. El nuevo entrenador y Árias tendrán la posibilidad de mejorar la plantilla, con nuevos refuerzos, y esperemos que tengan éxito, porque está en juego lo que resta de temporada y la siguiente, que es lo que ha firmado el italiano.

Montella necesitará tiempo, que es precisamente lo que no tendrá, porque al tercer día de su llegada tendrá el primer envite serio, contra un Cádiz con el que no cabe confianza alguna. Y después un derbi que, a priori, se prevé más igualado que otros años, más por demérito del Sevilla que por méritos del Betis, que ya ha empezado a mirar de reojo la parte baja de la tabla.

Empieza la era Montella. Ojalá sea muy larga y exitosa.

Las diez razones por las que Berizzo debe ser cesado inmediatamente

Admito que yo era uno de los que me alegré cuando se contrató a Berizzo. Consideraba un entrenador válido para el Sevilla, porque veía su trabajo en el Celta, donde jugaba con dos delanteros –estoy harto de que el Sevilla sólo juegue con uno– y mostraba ambición, saliendo a ganar en estadios como el Bernabéu y Old Trafford. Lo único que no me convencía de su estilo es que el Celta recibía muchos goles.

Por eso creo que Berizzo merecía un tiempo prudencial para conocer a la plantilla e imponer su estilo de juego y sus ideas, dándome la impresión de que las críticas feroces que prácticamente recibía desde el principio, eran exageradas. Pero después del desastre de ayer, pienso que ese tiempo prudencial ya ha pasado. Es necesario un golpe de timón ya. Pero cuando digo «ya», es ya. Hoy mismo, si es posible. Y, en mi opinión, es necesario destituir a Berizzo por muchas razones:

1.- El equipo no juega a nada.

No se atisba un patrón de juego. Incluso Berizzo parece que ha perdido los papeles y no tiene las ideas claras. Igual alinea a jugadores de banda que renuncia a ellas y acumula jugadores por el centro, como hizo ayer. Las ruedas de prensa son sorprendentes, dando la sensación de que Berizzo ve otro partido distinto al que ve el resto de los mortales.

2.- El equipo no está trabajado.

Parece como si estuviéramos en pretemporada, haciendo probaturas, como la alternancia de los guardametas o el situar a Geis de central, antes que recurrir a Mercado.

También se ve que no está trabajado en los saques de banda –cuando sacamos nosotros, perdemos el balón inmediatamente; cuando lo saca el rival, se lo lleva siempre–, en los fueras de juego –rarísimo que el rival caiga en uno, cayendo nosotros continuamente en ellos–, en la presión –se hace muy mal, si es que se hace–, en la transición en el centro del campo –las combinaciones se hacen con una lentitud exasperante y los repliegues tarde–… En fin, se aprecia en infinidad de detalles.

3.- El equipo defiende mal, rematadamente mal.

Los rivales nos crean muchas ocasiones de gol, a veces, sin apenas esfuerzo. Si nos enfrentamos a un equipo débil o normalito, nos pueden marcar dos o tres goles, y si tenemos suerte, como contra el Celta o el Levante en casa, donde fallaron varias ocasiones clamorosas de gol, que sólo nos hagan uno, o mantener la puerta a cero. Pero si nos enfrentamos a un rival potente, nos cae la del tigre, como pasó en el bochorno del Bernabéu, en Moscú o en Valencia, donde nos desangramos especialmente con los contragolpes, los cuáles nos cuestan un mundo neutralizar.

4.- También atacamos mal.

Sólo tenemos un delantero centro nato en la plantilla, que es Ben Yedder, y que tiene buenas cifras anotadoras. Después está Muriel, el fichaje más caro de la historia del Sevilla, pero que es más un extremo. En cualquier caso, rara vez juegan los dos juntos. Pero lo cierto es que nos cuesta muchísimo crear ocasiones de gol. En muchos partidos hemos visto que podemos llevarnos más de media hora sin tirar entre los tres palos, y eso es algo impensable para un equipo con aspiraciones Champions. El juego ofensivo es desesperantemente lento, con abuso del juego horizontal, y los jugadores se lo piensan mil veces antes de centrar al área o tirar a puerta.

5.- Sin alma y falta de ambición.

Los jugadores no se esfuerzan, no sudan la camiseta. Salen derrotados de antemano en estadios como el Bernabéu, Nou Camp o el Wanda Metropolitano. No salen a ganar desde el minuto uno. En ocasiones necesitan encajar un gol o escuchar el aliento de la grada para reaccionar. Quizás falte un líder, o varios.

6.- Mala preparación física.

He visto partidos, bastantes partidos, donde los rivales parecían que iban en moto. No me parece normal.

7.-  Jugadores muy por debajo de su nivel.

Muchos están decepcionando, como Navas, Kjaer, Nolito o Muriel, pero otros están ofreciendo un nivel bastante más bajo que en la temporada pasada, como Pablo Sarabia o Sergio Escudero. Berizzo no parece capaz de sacar el máximo rendimiento de ellos.

8.- Decisiones erróneas con la plantilla.

No me parecen acertadas algunas decisiones que ha tomado con los jugadores, como frenar la racha goleadora de Ben Yedder para dar una oportunidad a Muriel. O alternar a los guardametas, lo que perjudica muchísimo a Sergio Rico, quien esperaba ir al Mundial, lo cual será bastante complicado si no dispone de continuidad.

En el tema de Nzonzi no me meto, porque desconozco los detalles, pero lo cierto es que el Sevilla ha perdido a uno de los jugadores más determinantes de la plantilla, sea culpa de Berizzo, de Nzonzi, o de ambos.

9.- La afición está muy desencantada.

Lógico que el aficionado esté harto de ver a su equipo hincar la rodilla ante equipos de medio pelo y hacer el ridículo ante equipos potentes. El esperpento del 5-0, en el primer tiempo ante el Madrid, fue la gota que colmó el vaso. El parcial de los tres últimos partidos, donde sólo hemos sacado un punto, de nueve posibles, ha sido mortal. Pienso que la destitución de Berizzo es ya un clamor.

10.- El tiempo se acaba.

El objetivo marcado por el club es la Champions. El equipo, como dicen los jugadores, sigue sin arrancar, y los de arriba no esperan a nadie. Estamos en la jornada 17 y se podrían poner a siete u ocho puntos de ventaja, lo que parece casi inalcanzable.

Evidentemente, todo no es culpa de Berizzo. También hay que mirar hacia el Director Deportivo y los jugadores, pero ningún entrenador puede sobrevivir a los malos resultados, y Berizzo no va a ser una excepción, con el añadido de que tampoco consigue que el Sevilla realice un juego medio decente. Además, ahora es el momento ideal para su cese, ya que su sustituto tendría algo de tiempo para trabajar con la plantilla, conocer el club y estudiar los posibles fichajes. No tendría ningún sentido esperar a que el Cádiz nos pinte la cara el día 3 de enero y, ni mucho menos, que el Betis nos amargue el día de Reyes. Porque estamos tan mal, que creo que estos dos equipos nos podrían ganar perfectamente.

 

 

Real Sociedad 3 – Sevilla FC 1. Otro desastre total. ¿Borrón y cuenta nueva?

Pintaba mal el partido de San Sebastián, puesto que el Sevilla de Berizzo sigue transmitiendo muy malas sensaciones y, además, nos presentábamos con la importante baja de Lenglet, uno de los dos centrales que nos quedan sanos.

Berizzo sorprendió con una alineación sin jugadores de banda, esperando tener la posesión del balón y dominar el centro del campo, pero le salió el tiro por la culata, por las mismas razones de siempre: falta de intensidad, presión mal realizada, pérdidas constantes de balón…

La Real en los primeros minutos de partido se movió como pez en el agua. El Sevilla presionaba muy arriba, pero lo hacía mal, con lo que los jugadores de la Real no tenían el más mínimo problema para superar esta primera línea de presión y llegar a las inmediaciones del área. Y cuando los donostiarras llegaban a esa zona, comprobamos, una vez más, que somos una madres defendiendo. No se puede defender peor. Los realistas se desdoblaban por las bandas, donde tenían superioridad numérica, y bombardearon nuestro área sin cesar, hasta que lograron abrir el marcador. Era una simple cuestión de tiempo.

Pero por el centro también dábamos facilidades, permitiendo que los jugadores blanquiazules tiraran desde la frontal con total libertad. No llegó el 2-0 de esa forma porque David Soria hizo un paradón.

El Sevilla no se imponía, dando la sensación de que podría llegar otro mazazo que pusiera el panorama más negro de lo que ya estaba. No ayudaba, en absoluto, el que el Sevilla jugara con la defensa muy atrasada, con las líneas muy separadas y ejerciendo una nula o mínima presión, con lo que los jugadores rivales se sentían muy cómodos.

El Sevilla apenas llegaba con peligro, pero en una de esas ocasiones, en una magnífica jugada individual de Ben Yedder –el único delantero nato de la plantilla– consiguió empatar en el minuto 44, dando algo de esperanzas de conseguir algo positivo.

Pero la segunda parte fue decepcionante. El Sevilla hizo lo mismo que otras muchas veces: tocar y tocar, con lentitud, hasta aburrir a las ovejas. Mucha posesión pero ninguna profundidad. El Sevilla controlaba el partido, pero no iba a la yugular. Los de Berizzo no fueron de verdad a por los tres puntos –que era lo único que nos servía para no descolgarnos de los puestos Champions–. El partido transcurría con un juego simplón hasta que se llegó a ese momento donde recibir un gol tiene difícil solución. Y a falta de sólo quince minutos para el final llegó el segundo gol, de manera ridícula y totalmente evitable. Sergio Escudero, incomprensiblemente, abandona su posición de lateral para ayudar a los centrales en una internada por el centro –no se fiaría de ellos–, dejando totalmente solo a Zubeldia, que entró en el área como Pedro por su casa y batió a David Soria. Cuando Escudero quiso reaccionar ya fue tarde. Tarde y fatal, porque su actuación sólo sirvió para desviar un balón que probablemente habría parado David Soria.

Escuché la narración de Sevilla FC Radio y dijeron que en el gol había habido mala suerte. ¿Mala suerte? Si dejas a un jugador que entre solo en el área y que dispare a placer, lo más normal es que sea gol. No hay que escudarse en que el defensa desvía ligeramente el balón.

Ya sólo quedó el tiempo suficiente para que el Sevilla diera otro ejemplo de impotencia y para que Carlos Vela –muy buen delantero– se despidiera con honores, marcando el tercero de la tarde en el minuto 89. Vela se coló entre los centrales sin ningún problema y remató tranquilamente para batir a Soria.

El equipo está roto, no juega a nada, la imagen que damos es penosa, los resultados no acompañan… Parece que esto sólo tiene un camino: borrón y cuenta nueva.

Con Nzonzi, a perder el menos dinero posible

Berizzo no está teniendo suerte en el Sevilla. En pretemporada el Sevilla perdió a Vitolo y ahora, con la temporada comenzada, ha perdido a Nzonzi, quien, en mi opinión, era el jugador más importante de la plantilla, ya que es el que daba equilibrio en el centro del campo. Nzonzi es bastante técnico, y tiene calidad de sobra para mantener el balón cuando el rival presiona, cortar contragolpes gracias a su zancada y visión de juego, o para pasar con precisión, aunque no se le puede pedir un pase milimétrico entre los centrales, al estilo Banega. Pero, lastimosamente, ha cometido el error de faltar el respeto a su entrenador, a la entidad, a los aficionados y a sus propios compañeros de plantilla.

Desconozco los detalles exactos de todo lo que ocurrió en el descanso del Liverpool-Sevilla, pero me parece imperdonable que se fuera directamente a su casa, sin esperar a que finalizara el partido. Según dicen, de haber sido elegido para pasar el control anti-doping, podría haber metido al club en un serio aprieto. También me parce incomprensible, aunque choquen profesionalmente, que no acudiera a visitar a Berizzo al hospital, como hizo toda la plantilla. Ya estamos hablando de no tener sensibilidad. Y, por supuesto, espero que el club le haya puesto una buena multa por no acudir al entrenamiento o entrenamientos –creo que faltó a dos– siguientes al partido contra el Liverpool. Menos mal que, según decía en una entrevista que le hicieron días antes, en Bein Sports Francia –la cual adjunto al final del post–, con motivo de su convocatoria con la Selección Francesa, Nzonzi aseguraba que era un profesional y que estaba dispuesto a cubrir las necesidades del grupo y de su entrenador. Si no fuera así, no sé qué habría hecho.

Yo no quiero un jugador así en mi equipo, por mucha calidad que tenga. Como él tampoco quiere estar en el Sevilla, y lleva dando la lata para irse desde la misma pretemporada, lo mejor es venderlo por lo máximo posible y buscar un buen sustituto. Será difícil de conseguir fichar a alguien que le sustituya con garantías, sobre todo ahora, en el mercado de invierno, que es más limitado y caro, pero Nzonzi ya no aportará nada en lo deportivo.

Creo que de este enfrentamiento entre Nzonzi y Berizzo/Sevilla FC perderán las tres partes. El jugador, porque habiendo sido ya convocado con su Selección, se arriesga a que no le vuelvan a llamar –en su nuevo club igual no tiene continuidad o no se adapta bien– . El entrenador y el Club también perderán, porque se va un jugador importante y el Sevilla se verá obligado a venderlo por bastante menos de lo que marca su cláusula de rescisión.

Es una pena que un jugador del nivel de Nzonzi tenga que salir por la puerta de atrás, pero ya se han ido jugadores de mucha más calidad que el francés y el Sevilla sigue estando entre los mejores equipos de Europa y del Mundo. No creo que le echemos de menos… Si acierta Arias, claro, porque, hoy por hoy, se nota una barbaridad que Nzonzi no está.

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Nzonzi, el recluta de Los Blues

Steven N’Zonzi había advertido: «Soy bastante tranquilo y discreto». Eso no encaja con los periodistas, pero a menudo es el caso. Y el jugador del Sevilla no mintió. Este enorme larguirucho de 1.96m enseguida estuvo de acuerdo con definirse, de acuerdo con sus costumbres y preferencias en el centro del campo: «Juego a menudo en 4-4-2 o 4-3-3. Cambié durante la pasada temporada a un 4-3-3 por delante de la defensa. Me gusta, pero puedo adaptarme a varias posiciones. Soy profesional, cubro las necesidades del grupo y del entrenador.

El excentrocampista del Blackburn es tan tímido que incluso no ha querido revelar la canción de su novatada. Laurent Koscielny lo hizo un poco más tarde, evocando a Master Gim (sin saber el título de la pieza) … ¿Qué fue de su vida? «Una temporada en la Ligue 2, por lo que no está tan publicitada como la Ligue 1 …» Fue en Amiens a la edad de 20 años. Después, Blackburn de 2009 a 2012 (se codea con Moussa Sissoko en escalafones inferiores), Stoke hasta 2015, y N’Zonzi ahora comienza, a los 28, su tercera temporada en Sevilla. «Esta experiencia profesional me ha ayudado», dice. Salir de Francia para ir al Blackburn fue difícil, pero me ha enseñado mucho y me ha hecho progresar. No cambiaría nada de lo que he hecho».

No cierra la puerta al Congo.

Para saber un poco más, Koscielny es más hablador: «Jugué contra él en la Premier League. Supo imponerse, tiene cuerpo para eso … En Blackburn, recuerdo que había muchos balones largos. Los centrales y él subían a rematar cada córner y cada saque de banda… Era excepcional, pero desconocía que también lo era técnicamente. Ha progresado muchísimo. La Liga, Unai Emery y Jorge Sampaoli han pasado por allí … «Nos enfrentamos en agosto, con el Arsenal, en un amistoso, y él me causó una fuerte impresión. Se siente cómodo con los dos pies».

Koscielny establece un paralelismo con su propia carrera: «Al igual que Olivier Giroud o yo, ha tenido una trayectoria un poco atípica. Tuvo que luchar. Aún demuestra que, con trabajo, se puede llegar «. No siendo tan torpe como para eludir el tema, N’Zonzi no cierra completamente la puerta al Congo, que le había propuesto defender sus colores, y todavía puede hacerlo (ya que los Blues solo jugarán dos amistosos): «Estaba centrado en el Sevilla cuando sucedió. Realmente no lo pensé. Y aquí tengo la suerte de haber sido convocado por los Blues, así que me concentro en lo que está sucediendo. No puedo permitirme pensar en lo que sucederá «.

 

 

Sevilla FC 0 – Levante 0. Resultado justo, satisfecho con el punto

No, no me he vuelto loco. Si estoy satisfecho con el punto es porque han habido momentos donde he visto el partido perdido. Y después de todo, si eres incapaz de marcar un gol durante 94 minutos de partido, el mejor resultado posible es el que ha conseguido el Sevilla, aunque nos decepcione un empate a cero, ante un equipo destinado, a priori, a mirar de reojo los últimos puestos de la tabla clasificatoria.

Obivamente, el partido no me ha gustado nada, sobre todo en la primera parte, donde el Sevilla fue incluso dominado. Muy decepcionante esta primera mitad, ya que esperaba un equipo herido en su orgullo por la debacle del Bernabéu, deseoso de conseguir la victoria número mil en Primera División, y queriendo despedir el año en casa con una victoria. Pues no. En su lugar, desidia y desgana, y si no se adelantó el Levante en el marcador, fue por un impresionante paradón del criticado Sergio Rico.

El Levante nos volvió a meter el miedo en el cuerpo con un gran lanzamiento de Campaña que repelió el poste.

Visto lo visto, estaba deseando que llegara el final de la primera parte, para ver si se recomponía el equipo tras el descanso. Y lo que son las cosas. En la última jugada pudo adelantarse el Sevilla, pero el poste tampoco quiso que hubiera gol.

En la segunda parte, hubo un cambio de actitud, pero fue a partir de que la grada entonara el «échale huevos». Increíble que unos profesionales necesiten que le espoleen desde la grada, pero es así.

El Sevilla mejoró entonces bastante, y estuvo cerca del gol en varias ocasiones. Pero exactamente en la misma circunstancia estuvo el Levante, que hizo un partido muy serio en defensa, estando todos los jugadores muy concentrados y saliendo al contragolpe con muchísimo peligro. De hecho, en uno de esas contras pudo adelantarse en el marcador. Afortunadamente, la falta de calidad arriba lo impidió, pero tuvieron dos o tres ocasiones para casi sentenciar el partido. Porque como estaba el Sevilla y la grada –muy mosqueada por el desastre del Bernabéu–, un gol habría sido demoledor.

No fue el partido de los delanteros –numerosas ocasiones erradas por los dos equipos, y sí de los porteros, ambos muy entonados.

En cuanto a los jugadores, me gustó el partido de Kjaer, quien, en mi opinión, hizo el mejor partido como sevillista. Como siga así, me va a hacer cambiar de opinión, porque hasta ahora, no me estaba gustando nada.

Lenglet, en su estilo: rápido y seguro. Lástima que se pierda el importante partido de Anoeta.

Y quitando los centrales y a Sergio Rico, poco más que destacar, porque Banega y Sarabia demostraron estar en muy baja forma. Si acaso, a Escudero, que parece que se va entonando.

Me gustó que Berizzo dejara en el campo a Ben Yedder –tuvo dos bastante claras– al dar entrada a Muriel, que jugó, aunque cualquiera lo diría, en la posición donde más ha destacado en su etapa en la Sampdoria. Sin embargo, no me gustó que sustituyera a Ganso. Aunque no haya estado acertado hoy, lo prefiero a Vázquez.

Por parte del Levante destacó el partido de Campaña. Sin duda muy motivado, hizo un gran partido. Se nota que ha evolucionado mucho con respecto al Campaña que estuvo en el Sevilla. Ha madurado.

Lamentablemente, se nota una barbaridad la ausencia de Nzonzi, quien me parece el jugador de más calidad de la plantilla, junto con Ever Banega. Por cierto, el argentino cometió un error en una zona muy peligrosa que nos pudo costar un gol. Pero es evidente que Nzonzi mejora mucho a Pizarro. Mi esperanza es que Geis, jugando en su posición, sea un jugador que marque diferencias. Pero si Berizzo no lo alinea, poca solución hay. Nzonzi era el jugador que daba equilibrio al equipo, pues era una pieza fundamental, tanto en defensa como en ataque. Por tanto, si Geis no puede sustituirlo, debería ficharse un jugador de su nivel –no será fácil– en el mercado de invierno.

En definitiva, partido que se pudo ganar y que también se pudo perder, por lo que un punto, siendo realistas, era lo justo. Hay que valorar también el buen partido que hizo el Levante, que estuvo muy bien en defensa y al contragolpe. Porque el Levante también tiene buenos jugadores, como Morales, y ninguno de ellos es cojo.

En el descuento, por precipitarnos y perder el orden, también pudimos perder el partido, pues la mejor ocasión fue del Levante.

Punto que sabe a poco, porque todos esperábamos mucho más en esta lluviosa y fría noche, pero es lo que hay. Y no merece la pena darle más vueltas. A pensar en Anoeta, y sólo en Anoeta. Nos jugamos mucho, porque los de arriba es muy difícil que fallen. Así que sólo nos valen los tres puntos.

 

 

R. Madrid 5 – Sevilla FC 0. Goleada que no debe extrañar a nadie

De nuevo, el Sevilla saltó al Bernabéu acomplejado, sin creer en la victoria, con los brazos caídos y sin sudar la camiseta. Por eso, la goleada no debe extrañar a nadie, sobre todo si analizamos los muchos errores que ha cometido el equipo de Berizzo durante el partido. Pero la lógica dice que si el rival es inmensamente superior a ti técnicamente y además, corre más que tú, lo normal es que caiga una goleada de escándalo. Porque sí, el Madrid es muy superior al Sevilla, y por lo que he visto hoy, también es muy superior en preparación física.

Hay que reconocer que Kroos, Isco, Asencio y Modric son de los mejores centrocampistas del mundo en sus puestos, y que Ronaldo y Benzema son de los mejores delanteros. Por tanto, si el centro del campo es incapaz de frenarles, ya que los merengues llegaban con toda la tranquilidad del mundo a nuestro campo y alcanzaban el área sin el menor obstáculo, y nuestra defensa poco menos que se queda mirando… Pues siendo sinceros, hemos tenido hasta suerte de que el Madrid no quisiera hacer sangre en la segunda parte y prefiriera reservarse para el duro calendario que se avecina.

Tampoco podemos olvidar que dos de los tres goles han llegado por cortesía nuestra. Me refiero al primer gol, muy tempranero, donde Muriel cede en bandeja a Nacho, para que casi sólo tenga que empujarla. Y al tercero, el penalti clarísimo de Navas.

Por cierto, me pregunto qué hace Muriel defendiendo un córner en el área, en el minuto dos, sobre todo teniendo en cuenta que era nuestro único delantero sobre el césped. En mi opinión, Muriel debería estar fuera del área, buscando un posible rechace. Eso también es defender, porque uno o dos jugadores del Madrid deben estar pendientes de él. Muy distinto sería que estuviéramos en el descuento y fuéramos ganando, cosa que, por desgracia, no ha ocurrido.

En los otros goles también se aprecia la poca intensidad con la que defiende este Sevilla, que nos está acostumbrando a dar una de cal y otra de arena. A decir verdad, pudo ser peor, porque Benzema remató a placer pero el balón se estrelló en el poste.

Y en el apartado ofensivo, también hemos sido una nulidad. Sólo hemos llegado dos o tres veces, y siempre hemos tirado flojo. Me recordaba cuando jugaba al fútbol de pequeño, con los amigos. Si uno tiraba muy fuerte, el portero decía: «crujíos no valen». Pues eso parecía, que no queríamos tirar fuerte, no fuera que se enfadase Keylor Navas.

Hoy varios jugadores han estado desaparecidos, como Franco Vázquez o Muriel. Navas sigue con su estado de forma lamentable, no siendo capaz de escaparse de nadie o de centrar en condiciones.

Además del resultado, me llevé otro chasco porque esperaba poder escuchar el audio de Sevilla FC Radio, pero no aparecía en ninguno de los cuatro o cinco audios disponibles en Movistar +. Sin embargo, en todos aparecía Valdano diciendo sus chorradas, como un «centro con efecto banana». No me dejó otra opción que quitar el sonido. Estupideces, las justas.

Creo que para que el Sevilla cumpla los objetivos no hay más remedio que hacer dos buenos fichajes, y éstos deberían ser un central de categoría que acompañe a Lenglet –mucho me temo que Carriço y Pareja seguirán teniendo problemas– y un centrocampista de cierre que sustituya a N’Zonzi. Es decir, que sea fuerte defensivamente y que distribuya bien el balón. Pero esto no puede seguir así. Atrás somos unas madres y, en cuanto nos coge un rival fuerte, nos da fuerte, flojo y regular.

 

 

Maribor 1 – Sevilla FC 1. Clasificados, pero habrá que mejorar mucho para tener opciones de pasar a cuartos

Mal partido del Sevilla ayer en Eslovenia. Se logró el empate, que era lo mínimo exigible, pero, a decir verdad, yo esperaba una victoria, porque considero que el Sevilla es, o debería ser, inmensamente superior al Maribor, por muchos internacionales que tenga. Tampoco es que sean «unos mataos», pero el Liverpool les metió siete en Inglaterra, y nosotros tres en el Ramón Sánchez Pizjuán. De ahí mi decepción con el partido de ayer, donde, dicho sea de paso, tiramos por la borda casi un millón de euros, que es la diferencia entre empatar y ganar en la Champions League.

La primera parte no hubo donde cogerla. Lo mejor fue que sólo nos marcaron un gol, pero pudieron ser más. Como suele ser habitual, el equipo rival no debe hacer gran cosa para crearnos peligro, y en el primer contragolpe nos marcaron. Fue una buena jugada por la banda derecha, con un centro perfecto, con una velocidad y altura que hizo que fuera imposible de atajar por Sergio Rico. Pero lo que no se puede permitir es que el único delantero del equipo esloveno rematara completamente solo en el segundo palo. Esos fallos de marcaje no se pueden cometer en un equipo de primer nivel.

El Sevilla, durante toda esa primera mitad, hizo un fútbol muy simplón, horizontal y lentísimo, con lo que el Maribor, que se encerró descaradamente, con la única intención de sorprender al contragolpe, no pasó ningún apuro para mantener su portería a cero.

En la segunda parte cambiaron algo las tornas, sobre todo a raíz de la entrada de Ganso, que es uno de los pocos jugadores que tenemos en la plantilla capacitado para desenmarañar la red que había trenzado el Maribor, con las líneas muy juntas y con constante presión. Y además de su extraordinaria visión de juego, el brasileño también tiene gol. Ve puerta con facilidad, y ayer no fue una excepción, aunque mucha parte de culpa la tuvo el veterano guardameta Handanovic, que se tragó el balón.

Partido con mucha posesión de balón, pero que no sirve para nada, porque, a veces, se pierde en posiciones peligrosas ,y además se abusa del juego horizontal, con lo que se crean muy pocas ocasiones de gol.

Lo que sí tengo muy claro es que el Sevilla deberá reforzarse bien en enero si quiere tener opciones de pasar a cuartos de final, sobre todo en defensa. En mi opinión, es fundamental fichar un central de calidad, con buena salida de balón y que tenga velocidad, ya que jugamos con la defensa muy adelantada y un equipo de calidad media-alta nos fulmina al contragolpe, como ya han demostrado el Spartak de Moscú, el Liverpool y ayer el Maribor. Si no reforzamos la línea defensiva, será casi imposible superar a los posibles rivales que nos pueden tocar en el sorteo del lunes. Mi orden de preferencia sería el siguiente: Besiktas, Roma, Tottenham, Manchester United, Paris Saint Germain y Manchester City.

Pero vamos, que está claro que nos va a tocar la Roma de Monchi, Perotti y Fazio (o Facsio, como diría el maestro Araujo).

Sevilla FC 2 – Deportivo 0. Victoria casi sin pisar el acelerador

Partido flojo el del Sevilla en el día de ayer, pero a pesar de ello, le bastó un par de zarpazos para liquidar a un Deportivo que inquietó en algún que otro contragolpe.

El Deportivo presionó mucho y bien durante la primera parte, intentando adelantarse en el marcador aprovechando algunas de las pérdidas del Sevilla en el centro del campo. No fue el día de Banega, y eso se notó en la creación.

Sin embargo, en una buena jugada trenzada, la última de la primera parte, se adelantó el Sevilla, por medio de Ben Yedder, nuestro mejor delantero, a pase de Nolito.

Se puso el partido de cara en un momento crucial. El Depor tenía que arriesgar más, pero aún así, el centro del campo sevillista seguía sin funcionar y apenas se creaban ocasiones de gol. Los visitantes tuvieron alguna ocasión para empatar, pero los gallegos mostraban poco poder ofensivo. Hasta que quedó sentenciado el partido al marcar Krohn-Dehli el segundo gol. El tiro fuerte y raso se lo tragó Rubén, quien minutos después hizo una gran parada y evitó el que pudo ser el 3-0, a tiro de Sarabia. El ex del Getafe volvió a vaciarse en el terreno de juego, pero sin la brillantez de otras ocasiones.

Me gustó mucho el partido de Escudero, Pizarro y Lenglet, a quien habría que revisar su claúsula de rescisión inmediatamente. David Soria, aunque hizo un par de intervenciones de mérito, sigue sin darme seguridad, sobre todo en los balones aéreos, donde tiende a quedarse bajo palos. Me resulta curioso que a Sergio Rico le pite la grada cuando sus saques de puerta se pierden directamente por la línea de banda y no ocurra lo mismo cuando lo hace David Soria.

Partido a medio gas, con poca intensidad durante gran parte del partido, quizás pensando en el partido de Champions del miércoles. Pero el Sevilla tiene un nivel que, aunque no pise el acelerador a fondo, le basta para superar a buena parte de los equipos de Primera División.