Sevilla FC 2 – Spartak de Moscú 1. A un difícil paso de la clasificación

Buen partido y buen resultado, que deja al Sevilla a un solo paso de la clasificación. Eso sí, será un paso complicado de dar, porque consiste en ganar al Liverpool, que tiene un equipazo y es el actual líder del grupo. Esta situación me recuerda a la temporada pasada, donde teníamos que vencer a la Juventus, y, lamentablemente, perdimos. Injustamente, con una penosa actuación arbitral de por medio, pero perdimos, y nos lo tuvimos que jugar todo en el último partido. Así que esperemos que la historia no se repita.

El pasito de ayer tampoco es que fuera fácil, porque el Spartak volvió a demostrar que tiene varios jugadores de mucha calidad –no es el campeón de Rusia por casualidad– y que funciona muy bien como equipo, con continuos apoyos y desmarques, intentando jugar siempre al primer toque.

El partido pudo ponerse de cara muy pronto, en los primeros minutos, pero Banega, solo ante el portero, la tiró fuera. Después llegarían ocasiones con cuentagotas, porque el Sevilla era muy consciente de que el principal peligro del Spartak era su contragolpe, siendo muy precavido con la posesión del balón, y además el equipo ruso se encerraba bien, con orden. Y, por supuesto, el Sevilla reincidía en su manía de no querer tirar a puerta, llegando a ser algunas veces desesperante. Como cuando Nolito se quedó justo en la frontal del área, en inmejorable posición para tirar, y no lo hizo en primera instancia, escorándose más, innecesariamente, para cruzar demasiado el balón y desaprovechar una oportunidad de oro.

La primera parte fue de total dominio sevillista. La única ocasión de los visitantes fue a continuación de haber conseguido el Sevilla el 1-0, a raíz de un córner, donde Sergio Rico tuvo que estirarse de lo lindo para despejar el buen golpe franco ejecutado por el brasileño Fernando.

La segunda parte ya fue otro cantar, pues el Spartak se estiró más. Sin embargo, sólo empezó a inquietar al Sevilla a partir de que Banega marcara el segundo gol. O, más bien, golazo, porque la rosca con que Banega puso el balón en la escuadra, desde fuera del área, es para que lo pongan como ejemplo en las escuelas de fútbol.

La salida del campo de Banega, por lesión, le dio vida al Spartak, que, además, no tenía ya nada que perder, yendo arriba con todo. Eso provocó que también el Sevilla tuviera opciones de sentenciar el partido, como la que tuvo clarísima Ben Yedder, y que fue sacada bajo palos por un defensa, cuando gran parte del balón había entrado.

Poco después llegaría el gol que daría intranquilidad a la grada y jugadores blancos, en una jugada muy bien trenzada por los rusos, con velocidad y profundidad. Sergio Rico hizo su segundo paradón de la noche, pero no sirvió para nada, porque el caboverdiano del Spartak, Zé Luis, cogió el rechace y sólo tuvo que empujar el balón al fondo de la red.

Quedaban 17 minutos de angustia, con el añadido incluido, pero el oficio de los jugadores y el empuje de la grada fue suficiente para que no se produjera un empate que nos habría complicado mucho la clasificación.

Por la rueda de prensa de Berizzo, parece que el Sevilla está condenado a jugar con el doble pivote. Un sistema que a mí no me gusta nada, ya que preferiría ver al Sevilla jugar con dos delanteros, y una línea de cuatro por detrás formada por Correa, N’Zonzi, Banega y Sarabia. Pero no creo que llegue a verlo, ni siquiera ante el Cartagena en Copa del Rey. De igual manera que me gustaría ver más a Ganso. Será mejor que espere sentado.

 

 

 

 

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