Archivo diario: 28/04/2017

Al final, todo se sabe

Me llama la atención que en plena era digital y de las comunicaciones, haya aún personas que se abonan al doble discurso. Los últimos casos, los de Monchi y Sampaoli.

Nuestro actual técnico parece que incluso toma por tonto a los aficionados y dirigentes del Sevilla, llegando incluso a adelantar una rueda de prensa para fingir indignación y para negar lo que todo el mundo dice que es un hecho: que ya ha llegado a un acuerdo con la Federación Argentina para ser el nuevo seleccionador.

En Argentina, los periodistas deportivos parece que no hablan de otra cosa. Son constantes las noticias de Sampaoli que llegan por las redes sociales. Cuando no hablan de su desvinculación del Sevilla, hablan de los reclutamientos que está haciendo, como el de Sebastián Beccacece, para el cuerpo técnico que tendrá con la Selección.

Incluso predijeron una reunión del presidente de la AFA, Claudio Tapia, con Sampaoli, previo al partido Valencia-Sevilla. Por supuesto, el que no escucha y sigue lo desmintió. El que los medios pillaran al abogado de Sampaoli entrando y reuniéndose con Tapia en un hotel de Barcelona, no fue impedimento para que Sampaoli lo volviera a negar todo. Incluso dijo que el que se reunió no era su abogado. Igual Tapia lo que quería era que un abogado fuera el seleccionador de su país.

Además, para colmo, José Castro sabe de buena mano, gracias a Angelici, Presidente de Boca Juniors, que es totalmente cierto el interés de la AFA en Sampaoli.

Con Monchi, más de lo mismo. Empecé a creer que Monchi se iba a la Roma cuando el periodista italiano Di Marzio daba detalles de cómo sería el acuerdo, afirmando que sería en Londres. Di Marzio es uno de esos periodistas que tiene la sana costumbre de contrastar las noticias y, yo al menos, no le recuerdo ninguna noticia errónea. Eso sí, se equivocó en los años de contrato, porque, al final creo que ha firmado por cuatro y un quinto opcional, cuando Di Marzio dijo que serían tres.

Pero Monchi negó la reunión en Londres. Primero dijo que no tenía nada firmado –lo cual sería probablemente cierto–, después que tenía varias ofertas pero que aún no se había decidido, que entre ellas estaba la de la Roma, que le gustaba mucho la de la Roma, que era un buen proyecto el de la Roma, y… ¡vaya! ¡Qué casualidad que acaba firmando con la Roma!, como habían dicho desde Italia.

¿No es más fácil ir con la verdad por delante y no engañar a la gente? Si al final todo se sabe, y más en estos días donde la información vuela más rápido que nunca. A veces, me sorprendo de que hasta yo, un simple aficionado, me entere de algunas noticias relativas al Sevilla antes que los periodistas, aunque, a decir verdad, eso ocurre en pocas ocasiones.

En fin, como ocurre siempre, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. Y todo parece indicar que tanto el Sevilla como la AFA tendrán nuevo entrenador.

Sevilla FC 2 – Celta 1. El Sevilla pudo con todo: un buen Celta, un arbitraje sospechoso y la mala suerte

Duro obstáculo el que superó el Sevilla ayer, buscando esa tercera plaza que nos ha pertenecido durante tanto tiempo pero que perdimos tontamente, distraídos por la Champions League.

Parecía que la tarde se había vuelto propicia para que el Celta diera un susto. En fútbol, siempre es un inconveniente la lluvia, pero, sobre todo cuando, el rival es del norte, que están más acostumbrados al terreno de juego mojado. Además, es más fácil que haya lesiones –tres ayer: Iborra, Mariano y Ganso– y muchos aficionados prefieren quedarse en casa, a ver el partido por televisión, con lo cual no hubo el lleno que merecía este importante partido.

El Celta sacó su equipo de gala, el mejor que pudo. Sin embargo, en la primera mitad sólo inquietó algo a balón parado, principalmente por levísimas faltas que eran señaladas por Gil Manzano, árbitro que estuvo en todo momento muy quisquilloso. El Sevilla dominó pero sin crear muchas ocasiones de gol. El Celta defendía bien, con las líneas juntas, y el Sevilla debía ir con cuidado para evitar los rápidos contragolpes celtiñas.

En la segunda parte, cambió todo. Al poco de empezar, llegó el magnífico gol de Joaquín Correa. Una vez abierta la lata, había que rematar la faena, pero la alegría duró bien poco, pues Gil Manzano señaló penalti en un leve agarrón de Lenglet, que transformó Iago Aspas. Ya uno piensa que la única posibilidad de que no nos marquen de penalti es que lo tiren fuera, porque Sergio Rico no para ni uno. Ni de casualidad.

El penalti me pareció rigurosísimo –más penalti me pareció una mano de Iborra, en el primer tiempo, que aunque fue involuntaria, cortó un disparo que iba, o podría haber ido a puerta–. Es cierto que, con el reglamento en la mano, es penalti, pero no es menos cierto que en cada córner hay uno o más de esos agarrones, a veces auténticos placajes,  y en rara ocasión se señalan. Y volvemos a lo de siempre: ¿Gil Manzano se habría atrevido a señalar ese penalti en el Bernabéu, Nou Camp o Vicente Calderón? Todos sabemos que la respuesta a esa pregunta es negativa.

No sé si será casualidad, pero desde que estamos luchando con el Atlético por la tercera plaza, los arbitrajes nos están perjudicando bastante. Cuando no se le perdona la expulsión a Diego Alves, por claras manos fuera del área, nos anulan dos goles totalmente legales, en dos partidos, que nos podrían haber dado cuatro puntos más en el casillero. Y ayer, un penalti de chiste que bien nos podría haber costado dos puntos más.

Tampoco estamos teniendo suerte de cara a gol. Nada más y nada menos, nos dio por tirar a los postes en tres ocasiones.

El empate no cambió nada. El Celta seguía esperando su momento y el Sevilla atosigándole, hasta que se produjo una jugada importante en el devenir del encuentro: la expulsión de Pablo Hernández. El chileno vio la segunda amarilla por una fortísima entrada a N’Zonzi.

Quedaban 35 minutos por delante para lograr la victoria. Era el momento ideal para dar entrada a Ben Yedder, nuestro único delantero nato y principal goleador, a pesar de lo poquísimo que juega… Pero Sampaoli prefirió a Nasri en su lugar. Me pareció lógico que el sustituido fuera Sarabia, porque ya tenía una amarilla, pero no que el que entrara no fuera un delantero.

Menos mal que, al menos, Sampaoli le otorgó quince minutitos a Ben Yedder, quien sólo necesitó tres para enviar al fondo de la red un sensacional pase de Nasri. Hacía mucho que el francés no hacía algo de mérito. Si está implicado, ahora con la lesión de Ganso, puede aportar bastante.

El partido se puso de cara, pero en la jugada previa al gol, pudo adelantarse el Celta, por medio de Wass, quien finalizó un contragolpe que jamás debió de haber permitido el Sevilla.

Sorprendentemente, el Sevilla, a pesar de ir ya con ventaja en el marcador y de tener superioridad numérica, seguía buscando el tercero, yo diría que incluso con demasiado ahínco, lo que provocó que, en ocasiones, se perdiera el orden. Se enloqueció un poco el partido. Aunque no se convirtió en un correcalles, sí se le dio facilidad y espacios al Celta para que soltara alguna contra. Afortunadamente, el equipo de Berizzo no aprovechó ninguna de las pocas ocasiones de las que dispuso, pero sí consiguieron que tuviéramos el alma en vilo hasta que Gil Manzano dio por finalizado el encuentro.

Los tres puntos de ayer son importantísimos, ya que casi aseguramos la cuarta plaza y nos permite seguir peleando por la tercera. Pero no nos engañemos. Esta tercera plaza sigue estando complicadísima, ya que tenemos que visitar el Bernabéu y en la penúltima jornada hay un Betis-Atlético de Madrid que ya sabemos quién ganará. Y lo sabemos por el histórico cainismo y porque el Atlético es muy superior a un Betis que ya no se juega absolutamente nada.