Partido cómodo para el Sevilla en la noche de hoy, pero que bien podría haberse complicado en diferentes fases del partido y, sobre todo, al final, cuando Ponce y Carcela nos dieron un par de sustos. Es lo que ocurre cuando tienes tantísimas ocasiones de gol y las desperdicias casi todas. Por suerte, teníamos enfrente al Granada, que va a descender, salvo milagro de los gordos, por méritos propios.
No me gustó la alineación inicial, porque Sampaoli dejó en el banquillo a Ben Yedder, que sigue siendo nuestro mejor delantero, a pesar de lo poco que juega. Creo que el francés junto con Jovetic y Ganso, habría hecho mucho daño. Nos quedaremos con la duda, porque en los pocos minutos que jugó, apenas tuvo ocasiones y se le vio con la lógica ansiedad de un delantero que está acostumbrado a hacer goles pero que apenas rasca bola.
El partido se puso de cara pronto, con un buen gol de Ganso, que fue el mejor atacante, porque, desde mi punto de vista, el mejor del partido fue Pareja. El argentino estuvo soberbio en todo momento.
A pesar del gol, el Granada siguió encerrado, aunque no fue impedimento para que el Sevilla siguiera creando y fallando ocasiones. Hasta que en la segunda parte, otra vez Ganso, puso el marcador definitivo. El Sevilla seguía llegando con bastante facilidad, pero, para nuestra desesperación, también continuaba nulo de cara a puerta. Una pena que tuviéramos el alma en vilo hasta el final, porque el partido debió acabar en goleada de escándalo.
Creo que otra vez fuimos perjudicados por el arbitraje. En el estadio, me pareció que el gol de Correa anulado por fuera de juego, fue legal. Y me dio la impresión de que no fue la única vez que se equivocó el linier. Por cierto, Correa apunta maneras y puede ser un gran jugador en un futuro cercano, pero también es cierto que tiene menos sangre que un mosquito, y que eso le pierde muchas veces.
No entendí que Sampaoli tardara tantísimo en hacer los cambios, sobre todo cuando varios jugadores ya mostraban síntomas de cansancio.
Me pareció de lo más normal, pese a las visibles protestas de N’Zonzi, que el público silbara al equipo en determinados momentos, ya que es desesperante que se pueda montar un contragolpe y, finalmente, en lugar de eso, el balón acabe en Pareja o Sergio Rico.
En líneas generales, fue un buen partido del Sevilla, pero hay que corregir esa preocupante falta de acierto en los metros finales. Porque en otra ocasión el rival no será un Granada moribundo. Oscar Arias y su equipo ya deberían tener entre ceja y ceja el nombre de algún delantero goleador. Aunque estoy seguro de que alguno ya estará marcado en rojo desde hace tiempo.