Sorprendía el Villarreal ayer con un planteamiento ultradefensivo, con gran acumulación de jugadores en la zona media, con la firme intención de sorprender al contragolpe. No es habitual que el Villarreal salga con tantas precauciones, pero posiblemente fue debido a las numerosas bajas de importancia que traía o a que Escribá era consciente de la fortaleza del Sevilla en la zona de creación, con jugadores como Nasri, N’Zonzi, Vitolo o Jovetic.
A punto estuvo de salirle bien la jugada a los amarillos, porque en los primeros compases Adrián tuvo un mano a mano con Sergio Rico que, afortunadamente, no tuvo consecuencias. No obstante, el partido pudo ponerse muy de cara si el árbitro de turno hubiera hecho bien su trabajo. A los pocos segundos de iniciarse el partido, Jovetic fue objeto de penalti cuando iba a fusilar a un Asenjo que acabaría siendo el héroe de su equipo. El penalti fue clarísimo, y Victor Ruiz podría haber visto la tarjeta roja, como fue el caso de Pareja la semana pasada. Pero Undiano Mallenco decidió hacer la vista gorda.
Fue un partido de pocas ocasiones, sobre todo en la primera mitad, ya que el Villarreal se encerraba bien, presionando y con las líneas muy juntas. Las ocasiones más claras que tuvieron fueron debido a la suficiencia de algunos jugadores sevillistas. Ramí y N’Zonzi perdieron balones en zonas muy peligrosas y de manera innecesaria.
En la segunda parte llegaron más ocasiones, principalmente en los últimos veinte minutos de partido, cuando el cansancio hacía mella y el Sevilla se volcó en el área del Villarreal, intentando conseguir la victoria.
La ocasión más clara, por parte del Sevilla, fue un penalti fatalmente lanzado por Nasri. El francés –cinco franceses ayer en la alineación inicial– tiró casi por el centro, raso y flojo, de manera que fue un regalito para Asenjo. Con el trabajo que cuesta que nos piten un penalti, va y lo fallamos, y de la manera más tonta. Dijo Sampaoli que lo tiró Nasri porque era el jugador designado. Y no lo entiendo, porque Ben Yedder, hasta ahora, los ha venido tirando muy bien. Por tanto, no veo necesidad de cambiar. Además, siempre es bueno que los delanteros marquen, para que cojan confianza.
La mejor ocasión del Villarreal llegó minutos después del penalti errado. Adrián regateó a Sergio Rico y cuando lo más fácil era colarla, con el portero ya batido, pero tiró fuera.
En la recta final llegó la jugada más espectacular. Fue un pase con el exterior de Nasri, que fue perfectamente cabeceado por Iborra, fuerte y abajo, pero que se encontró con la excelente intervención de Asenjo. Un paradón en toda regla. No ya porque era muy difícil llegar al balón, sino porque, además, consiguió retenerlo y evitó el rechace de varios jugadores del Sevilla que estaban al acecho. Parecía tan difícil de parar que hasta la grada cantó el gol.
A partir de ese momento, empecé a temer por el punto, porque el Sevilla, en su obsesión por buscar la victoria, descuidaba la defensa y el Villarreal tenía más espacios para el contragolpe. Además, Escribá dio entrada a Bakambú y Cheryshev, ambos rapidísimos, con la idea de sentenciar a la contra. En mi opinión, Sampaoli se equivocó dando entrada a un Vietto que no está para nada y manteniendo tanto tiempo a Franco Vázquez, que no tuvo su día. En lugar de Vietto, y para evitar los contragolpes que llegaron –en uno de ellos el asistente se tragó un fuera de juego clarísimo de Bakambú–, parecía mejor idea reforzar el centro del campo.
Tablas en el mercador que saben a poco, porque el Sevilla mereció más. Vuelan dos puntos importantísimos que nos alejan de la cabeza de la tabla y nos acercan a nuestros dos principales rivales: Atlético de Madrid y Real Sociedad. Ambos ganaron, como era previsible, ya que recibían a Leganés y Osasuna, respectivamente.
En cuanto al tema de los Biris, desconozco todos los detalles de las razones del enfrentamiento entre el grupo y el Consejo de Administración. Por ejemplo, no sé hasta qué punto el Consejo habrá recibido presiones, o incluso amenazas, desde las diversas instituciones deportivas y gubernamentales que cortan el bacalao en el fútbol. Pero tengo la impresión de que el Consejo está haciendo lo mejor para el Sevilla, y, por supuesto, no se puede decir lo mismo en el caso de los Biris. Entiendo que el enemigo está en Madrid, no en el palco, y ayer no era el mejor momento –ante un rival directo– para dar la espalda al equipo, que incluso había emitido un comunicado solicitando apoyo.
Ahora hay que pensar en Las Palmas, un equipo con cuatro o cinco jugadores de gran calidad, y donde no podremos contar con Nasri, sancionado.