R. Sociedad 0 – Sevilla FC 4. Exhibición de Ben Yedder en particular y del Sevilla en general

Partidazo el que se marcó el Sevilla ayer en Anoeta, de principio a fin. Muy serio en todos los aspectos, y si en algo se le puede criticar, es en los numerosos goles cantados que falló, porque el 0-3 tardó muchísimo en llegar y el resultado final se antoja bastante corto para lo que se vio sobre el tapete del conjunto blanquiazul. A nadie le hubiera extrañado que el cuatro hubiera sido un seis, por ejemplo.

El Sevilla en su conjunto estuvo perfecto: presionando a cada balón, aun cuando el partido estaba más que sentenciado. En el centro del campo apenas se perdían balones, excepto uno de N’Zonzi que pudo costar un gol. Pero el dominio de la zona ancha era total, hasta el punto de que la Real Sociedad, un grandísimo equipo, aunque ayer pareciera lo contrario, apenas tuvo ocasiones de gol.

Pero si hay un jugador que destacar, evidentemente, ése es Ben Yedder. El franco-tunecino marcó tres goles y asistió a Sarabia en el 0-3. Ben Yedder ya ha demostrado lo que puede hacer en el Sevilla, que es exactamente lo que hizo en el Toulouse: marcar muchos goles, pero con una gran diferencia, y es que su anterior equipo luchaba por no descender, y en el Sevilla las miras son mucho más altas y está rodeado de muy buenos jugadores. Con lo cual, está por ver cuál es el techo de Ben Yedder. Desde luego, como siga en este plan, nos va a durar lo mismo que N’Zonzi.

Lo que hizo el Sevilla ayer, se llama, coloquialmente, «dar un golpe en la mesa». La Real era un rival directo, pues de haber perdido ayer, se habría situado a sólo un punto. La victoria es de mucho mérito, por eso, y porque en Anoeta sólo había ganado el Real Madrid, por 0-3. Además, el Atlético de Madrid había ganado, y era vital mantener la ventaja con el equipo de Simeone.

El árbitro, Martínez Munuera, no me gustó. No se puede enseñar una tarjeta amarilla por desplazar el balón, para perder dos segundos de tiempo, y después dejar impune a un jugador realista que agarra a un rival, cortando un peligroso contragolpe. Ese detalle es de mal árbitro. Por lo demás, no tuvo errores graves, aunque también es verdad que el partido fue de guante blanco.

Me encantó del Sevilla que estuviera presionando hasta el minuto final. Con esa actitud se puede llegar a donde se quiera y se perderán muy poquitos partidos.

Ahora queda pensar en el partido de vuelta de Copa. La eliminatoria está más que sentenciada. En caso de que el Sevilla hiciera la hombrada, volvería a aparecer la figura arbitral para solucionar el entuerto. Así que más nos vale tener claro que el partido importante es el de Liga.

Qué gustazo que mi entrada número 1.000 haya sido para comentar un 0-4

 

 

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