Archivo mensual: junio 2016

Según La Provence, Georges-Kevin Nkoudou es objetivo del Sevilla

En Francia, desde La Provence sitúan al centrocampista Nkoudou en la órbita del Sevilla. Según este artículo, el Sevilla, junto con el Villarreal y el Tottenham, están interesados en este joven centrocampista de 21 años, al que llevan meses siguiendo y que ha sido una de las revelaciones de la pasada liga francesa. También habla del interés de otros equipos ingleses de menos enjundia que el Tottenham, aunque sin dar nombres.

El jugador tiene doble nacionalidad (Francia y Camerún) y se desempeña en la posición de extremo izquierdo, aunque también ha jugador por la derecha.

El Olympique de Marsella fichó a Knoudou en junio de 2015, por 1,5 millones de euros, pero ahora no está dispuesto a venderlo por menos de 10 millones. Aunque aún no se han presentado ofertas por el jugador, se espera que se hagan en breve.

Si el OM traspasara a Kkoudu, sería la tercera gran venta del equipo francés, tras los traspasos de Benjamin Mendy y Michy Batshuayi al Monaco y Chelsea, respectivamente.

Emery se va por la puerta de atrás. Llega Sampaoli

Ayer se hizo oficial lo que todo el mundo esperaba: Emery se va al Paris Saint Germain y llega el argentino Jorge Sampaoli, cada uno con su numeroso cuerpo técnico.

Desde mi punto de vista, Emery se va por la puerta de atrás. No es la mejor forma, para un técnico que ha ganado títulos y dado gloria al Sevilla FC durante tres años, irse negociando a espaldas de su club y despidiéndose con una escueta carta publicada en su página web. Pero es la vía que él ha escogido.

Por tanto, Emery es ya pasado. El presente se llama Jorge Sampaoli, y llega con la vitola de practicar un juego ofensivo y de tener una mentalidad ganadora. Dice nuestro Presidente que a él le ilusiona la llegada del nuevo entrenador. Yo ni siquiera puedo opinar, porque tengo que admitir que ni siquiera había oído hablar de él. Así que tendré que esperar a ver cómo se desenvuelve el nuevo Sevilla 2016-2017 para pronunciarme. En cualquier caso, Sampaoli, como ocurre con todos los entrenadores, dependerá de los resultados. El juego y las decisiones de Emery podrían gustar más o menos, pero conseguía resultados. Incluso cuando hizo una mala temporada, quedando el Sevilla clasificado en novena posición, logró plaza para disputar competición europea, gracias a la mala gestión económica del Málaga. Y no sólo se clasificó el Sevilla de manera milagrosa, sino que Emery hizo que el Sevilla fuera el campeón de la Europa League en Turín.

Sampaoli tendrá mucho más fácil conseguir éxitos si Monchi le configura una buena plantilla. Hoy día el nuevo Sevilla es una incógnita. Se habla de salidas importantes, como las de Krychowiak –todo lo que sea por debajo de 40 millones, ante un pretendiente tan poderoso como el PSG, será una mala venta– o la de Gameiro. El Sevilla quiere renovar al francés, pero el Barcelona es una seria amenaza siempre. También se ha ido un número uno mundial, como es Ever Banega, al que será difícil de sustituir.

En cuanto a las altas, se oyen muchos nombres, pero pocos acaban por concretarse (sólo Sabaria y Kiyotake), posiblemente esperando a que llegue el mes de julio, fecha estratégica en materia presupuestaria. Habrá que acelerar en este sentido, porque las dos próximas finales están a la vuelta de la esquina y, la verdad, no da mucha confianza afrontarlas con un nuevo entrenador y una muy remodelada plantilla. Prácticamente, no habrá tiempo para que los nuevos jugadores absorban unas ideas tácticas que a buen seguro diferirán mucho con las de Emery.

Sampaoli y el Sevilla 2016-2017 empiezan desde cero. Ojalá que tenga mucha suerte, porque, como se suele decir, y con toda la razón del mundo, su suerte será también la nuestra.

 

 

La venta de Krychowiak, ¿mal o buen negocio?

La venta de Krychowiak al Paris Saint Germain es motivo de discusión entre los sevillistas. Los hay que piensan que es un buen negocio venderlo por debajo de la cantidad que marca la cláusula de rescisión y otros, sin embargo, únicamente consideran una buena venta si es por la cantidad de la cláusula, la cuál asciende a 45 millones de euros.

Aún no se ha hecho oficial el traspaso, pero se habla de una cantidad entre 38 y 40 millones, más incentivos durante tres años, aunque en Francia los medios publican que el PSG pagará la cláusula. En cualquier caso, parece ser que si el club francés no paga la cláusula, la cifra estará cercana.

Los detractores de la venta alegan que el club dijo en su día que no se traspasaría ningún jugador importante, y que únicamente saldrían previo pago de la cláusula. Esto es más bien lo que ha enfadado a parte de la afición, el que no se haya cumplido la palabra, cuando, además, la situación económica por la que atraviesa el Sevilla es la más boyante que se recuerda. Al menos, que yo recuerde.

Desde mi punto de vista, en este tema hay un aspecto fundamental que nadie parece tener en cuenta: la voluntad del jugador. El jugador querrá irse, porque cobrará mucho más que en el Sevilla, volverá a estar a las órdenes de Emery, quien confía plenamente en sus cualidades, aspirará a lo máximo en lo deportivo y vivirá en una ciudad que le gusta tanto a él como a su mujer, y que ambos visitan con asiduidad. Por otra parte, no sería de extrañar que el jugador hubiera accedido a aumentar la cláusula cuando renovó, siempre y cuando se le pusieran ciertas facilidades en el caso de que uno de los grandes equipos de Europa se interesara por él. Ésa podría ser la razón por la que el Sevilla haya accedido a venderlo por debajo de la cláusula, aparte de que, económicamente, por razones fiscales, no interesa a ninguna de las tres partes el pago de una cláusula de rescisión.

En cuanto a la cantidad del traspaso, hay quien la ve insuficiente, pues, por ejemplo, el Manchester City va a pagar la cláusula de Nolito (18 millones, que para cualquier equipo inglés es una minucia) y el Manchester United ha pagado 40 millones por Eric Bailly, el central del Villarreal. Yo más bien diría que no es que Krychowiak se considere malvendido por 38-40 millones de euros, sino que es un verdadero pelotazo vender a Bailly por 40 millones, puesto que el ya ex jugador del Villarreal no vale eso, ni de broma. Un jugador que, además, se lesionaba continuamente. Sin duda, los dirigentes del club castellonense vieron el cielo abierto.

En mi opinión, creo que el Sevilla podría haberle sacado al jeque del PSG la cláusula de rescisión sin problemas –si es que no lo ha hecho con los pluses–, porque Krychowiak es una petición expresa de Emery, está haciendo una gran Eurocopa con su selección y el jeque está demostrando, año tras año, que 45 millones no son nada para él. Sin ir más lejos, el despido de Blanc, al que había renovado hace unos meses, le ha costado la friolera de 22 millones.

No obstante, considero que la venta de Krychowiak es muy buena venta, por dos motivos: porque es una cantidad que es una exageración para un medio de contención y porque el polaco juega en una posición donde es relativamente fácil de encontrar un sustituto de garantías. Es decir, no estamos hablando de un delantero centro, que es mucho más problemático de sustituir.

Tampoco se puede olvidar que el rendimiento de Krychowiak, desde mi punto de vista, ha sido bastante inferior al de la pasada temporada. Y no lo digo por los numerosos goles en propia puerta que ha marcado, sino por la aportación en su conjunto. Especialmente negado estuvo en los dos partidos ante la Real Sociedad.

A veces, da la impresión de que hemos perdido la perspectiva cuando hablamos de «millones de euros». Por ejemplo, el West Ham y la Juventus están peleando por contratar un delantero muy cotizado y consagrado, como es el belga Michy Batshuayi (de 22 años y que marcó 24 goles la temporada pasada con el Marsella), y por el que están ofreciendo 40 millones de euros. Más o menos, lo mismo que Krychowiak.

A quien no vendía yo bajo ningún concepto es a Kevin Gameiro, y mucho menos a un Barcelona que aprovecha cualquier momento para robar en nuestra cantera. Con el gol no se juega, y sería muy arriesgado desprendernos del único goleador contrastado que nos queda.

Con la marcha de Banega y Krychowiak toca rearmar de nuevo el centro del campo. Y como siempre, el quid de la cuestión está en saber encontrar sustitutos de garantías, y para eso ha que confiar, de nuevo, en Monchi. Como siempre, a él nos encomendamos.

Se va Emery, llega Sampaoli

Por fin se fue Emery. No es que yo quisiera que se fuera, de hecho, habría preferido que siguiera siendo nuestro entrenador. Pero ya que el de Fuenterrabía ha decidido abandonar el barco, mientras antes lo haga, mejor.

Hay muchas cosas de Emery que no me gustaban, como su manía de cambiar lo que funcionaba; el hacer los cambios a ultimísima hora,  o no hacerlos; su forma de defender a balón parado y su tendencia a defender demasiado atrás; su trato hacia jugadores de gran calidad que tuvieron que buscarse las habichuelas en otro lugar por su culpa, como Denis Suárez o Iago Aspas, ya que apenas les dio oportunidades; su planteamiento cobarde ante equipos superiores técnicamente –lamentable el Juventus-Sevilla, por ejemplo–… Pero, a pesar de no gustarme muchos aspectos de él, Emery conseguía resultados, y eso me basta. Es cierto que rara vez se ganaba con juego brillante, pero eso es totalmente secundario. Lo más importante es que Emery conseguía todos los años clasificación europea y títulos –uno por temporada–. Por tanto, lo ideal habría sido que hubiera seguido una cuarta temporada y hubiera dado continuidad al proyecto, pero se han cruzado los petrodólares en su camino, dejando en ridículo las palabras que pronunció unos meses atrás: «No estoy en el mercado», «Quiero crecer aquí», «Tengo la ilusión puesta en el Sevilla».

Emery es pasado y el presente, si nada se tuerce, parece que es Sampaoli. Desconozco totalmente los métodos de Sampaoli. Es más, cuando escuché su nombre, ni siquiera sabía quién era. Me ha llamado la atención el saber que, normalmente, juega con tres centrales. De ser así, supongo que el Sevilla deberá fichar, al menos, un par de ellos, para que pueda hacer rotaciones. Aunque también le he oído decir en una entrevista que el dibujo no es lo más importante.

Estoy expectante por saber si definitivamente será el argentino el nuevo entrenador del Sevilla. Hubiera preferido un entrenador español, o al menos, que conociera la liga española. Pero como siempre, confio en Monchi.

Lo que más me ha gustado del supuesto estilo de juego de Sampaoli es que da mucha importancia a la presión y a la intensidad, y creo que eso es muy importante en el fútbol moderno. También hace hincapié en la importancia del respeto al escudo y a la camiseta.

Estamos al comienzo de una nueva era, que esperemos sea tan exitosa como la que dejamos atrás, la de Unai Emery.

Llegó el primer fichaje del Sevilla 16-17: Pablo Sarabia

Se hizo esperar, pero ayer llegó a Santa Justa el primer fichaje: Pablo Sarabia. A priori, parece que el Sevilla ha acertado con su contratación –aunque aún no ha firmado, a falta de reconocimiento médico–. Sarabia era el jugador más destacado del Getafe. Es un mediapunta de calidad, polivalente, buen pasador y que llega con facilidad al área, logrando 3-4 goles en las últimas temporadas. Es de suponer que en el Sevilla marcará más.

Otra de las características a tener en cuenta es su juventud, ya que acaba de cumplir 24 años, con lo que, lógicamente, se espera que su rendimiento vaya en progresión.

Sarabia es un jugador de «la tienda de los veinte duros», como le gustaba decir a Don Manué,  ya que el desembolso que deberá hacer el Sevilla no sobrepasará el millón de euros. Monchi ha estado ágil con este fichaje, pues también estaban interesados Villarreal y Valencia, previsibles rivales directos para la próxima temporada.

Según parece, si hacemos caso a los medios, el segundo fichaje será el japonés Kiyotake, «Kiyo» para los amigos. De llegar el japonés, también parece un jugador de calidad y también llegaría con buena edad, aunque quizás el problema sería su adaptación.

Lo que no me está gustando, en el tema de los fichajes, es lo que se está alargando la llegada de Dennis Praet. No me gusta un pelo que se demoren tanto las negociaciones, sobre todo porque la diferencia para llegar al acuerdo–haciendo siempre caso a lo que publican los medios– es de sólo tres millones de euros, y, por suerte, ahora el Sevilla no tiene problemas económicos. Si de verdad es un jugador tan interesante como dicen, me parece correr un riesgo innecesario forzar tanto las negociaciones, cuando es un jugador que está muy cotizado en Europa y que tiene muchos pretendientes. Por ahora, el Sevilla cuenta con la baza de que el jugador quiere jugar en el Sevilla, pero quién sabe qué pasaría si llegara un equipo de los pudientes, que pusieran encima de la mesa lo que pide el Anderlecht y que, además, le ofreciera una gran ficha a Praet.

A no ser que el Sevilla tenga ya algo firmado con Praet –lo cual sería ilegal–, me parece que el Sevilla arriesga demasiado.

En fin, habrá que esperar para ver qué ocurre con los demás puestos a reforzar y, sobre todo, con el nuevo entrenador. Pero, por lo pronto, Sarabia ya está aquí. El Sevilla empieza con buen pie la composición de la nueva plantilla.

 

France Football afirma que Ben Yedder está a punto de firmar por el Sevilla

Hace unos minutos, France Football ha publicado el siguiente artículo, donde afirma que Ben Yedder fichará por el Sevilla, y que el Toulouse quiere fichar a Nicolas De Préville para sustituirlo.

El artículo dice así:

«Wissam Ben Yeeder (Toulouse) hacia el Sevilla FC, ¿Nicolas De Préville (Reims) para sustituirle?

Codiciado igualmente por Villarreal y Nápoles, el delantero del Toulouse, estaría a punto de firmar por el Sevilla FC. El vencedor de la última Liga Europa le propone un contrato de cuatro años. Ya interesado la pasada temporada, el club español ofertó entonces 10 millones de euros. Con contrato hasta junio de 2017 con el Toulouse, el goleador (17 goles y 5 asistencias en L1 en 2015-2016) tendría un acuerdo, negociado con Olivier Sadran el pasado enero, para dejar el club por 7,5 millones de euros. Para sustituirle, Pascal Dupraz querría firmar al delantero del Reims Nicolas De Préville (25 años). Se le ha hecho una oferta con una buena prima de fichaje y un salario de 80. 000 euros al mes, para intentar seducir al goleador del Reims, muy codiciado (Rennes, Nantes, Lille), pero quien ya habría dado su confirmidad personal al Lille. Ahora se intentaría que Reims y Lille lleguen a un acuerdo para una transferencia entre 3 y 5 millones de euros, más bonus.»

Supongo que en breve sabremos si está vez va en serio o es otra noticia más sin fundamento alguno.

Un Sevilla sin Monchi

Es difícil de imaginar un Sevilla sin Monchi. Inevitablemente, ese día llegará. Lo sabemos todos los sevillistas, pero no esperábamos que fuera tan pronto. De ahí que fuera una bomba informativa la noticia de su salida, sorpresiva porque el mismo Monchi había dicho que seguiría en el cargo hasta que el Sevilla quisiera, y porque el momento que está viviendo el Sevilla es el soñado por cualquier sevillista: quinta Europa League recientemente conquistada y con el mayor presupuesto de fichajes de la historia preparado para conformar una plantilla que sea competitiva en la siempre ilusionante Champions League. Por tanto, no parece el momento apropiado para abandonar el barco.

Decía Monchi en su sincera intervención en Sevilla FC radio que se ha dado cuenta de que no hay ningún momento bueno para dejar el Sevilla. Evidentemente, tiene toda la razón del mundo. ¿Cómo va a haberlo si él es el máximo responsable de una década llega de éxitos económicos y deportivos? El Sevilla ha pasado de ser un club del montón a ser uno de los mejores de Europa, y ha sido por su «culpa». Por supuesto que no hay un momento bueno para dejar el Sevilla, pero sí hay un momento menos malo, y ése es el 1 de septiembre, cuando ya se haya cerrado el mercado de verano. O incluso mejor aún, cuando se haya cerrado el mercado de invierno, de manera que aún quedaría media temporada para encontrar un sustituto adecuado.

Afortunadamente, Monchi no escogió el peor momento para anunciar su marcha. Por increíble que parezca, se planteó hacerlo antes de las finales, lo cual ya habría sido el remate. Habría sido de locos afrontar dos finales con la fuerte marejada –más bien tsunami–, que levantó.

También afirmaba Monchi que se había dado cuenta de que la estrategia que utilizó no había sido la más adecuada, porque nadie le había creído. En mi opinión, también acierta de pleno. Posiblemente, el pedir que le liberaran de la cláusula de cinco millones diera pie a que todo el mundo pensara que su idea fuera irse a otro club. Tampoco ayuda el hecho de que escogiera para su anuncio precisamente el momento clave para cualquier Director Deportivo, cuando se tiene que planificar y conformar la temporada. Si además la prensa –no sólo la local– se dedica a inventarse noticias sobre el interés de Manchester United, Real Madrid, PSG…, unido a la escasez de información que llegaba al sevillista, era casi imposible creer la etérea excusa de los problemas personales.

Y llegados a este punto, el de los problemas personales, llegamos al quid de la cuestión. Entiendo perfectamente que Monchi necesite descansar. Aunque parezca que el puesto de Director Deportivo es el ideal, y además está muy bien pagado –eso sí, en otros equipos ganaría mucho más–, también es cierto que debe de dejar muy poco tiempo para la familia, ya que debe viajar mucho y estar pegado al teléfono continuamente. Me cuesta imaginar las veces que sonará su teléfono al cabo del día y de la noche. Además, estamos hablando de un puesto que tiene mucha presión. Si la pelotita no entra, todo el mundo dirigirá sus miradas, en primer lugar, a Emery, y después a Monchi.

Hacía referencia Monchi a los partidos finales de liga, lo mal que se sentía cuando veía arrastrarse al Sevilla –no utilizó la palabra «arrastrarse», aunque es la que mejor definía la actuación del Sevilla en esos partidos– en los partidos ante el Español, Granada y Bilbao. Es algo que no nos gustó a ningún sevillista, y, lógicamente, a él menos, pues, al igual que es el máximo responsable de los éxitos, también es el máximo responsable de que los suplentes del Sevilla ofrecieran tan pobre nivel o rendimiento durante toda la temporada y, en especial, en la recta final del campeonato. Pero tampoco hay que tomarse los errores tan a pecho, sino aprender de ellos, para no volver a cometerlos. Y estoy seguro de que eso será lo que hará Monchi la próxima temporada.

También pedía perdón Monchi a quien hubiera perdido un minuto de sueño o a quien hubiera preocupado por su decisión. Creo que se refería a todos los sevillistas. Yo, al menos, no me había preocupado tanto desde agosto de 1995. Supongo que me sentía de manera similar a cuando a Sansón le quitaron su melena. De imprevisto, el Sevilla perdía su principal fuerza.

El perdón se lo tiene ganado Monchi a pulso. Pero, para otra vez, hazlo con una mejor estrategia. Sin sustos y anunciándolo con tiempo para reaccionar, para que salgas del club por la puerta grande, con todos los honores, y no por la gatera, que es por donde habría salido de no ser por la acertada decisión del Consejo.

Caso Monchi. De la consternación a la decepción y expectación

Ayer fue un día de consternación para la afición sevillista. La noticia de la marcha de Monchi sentó como un mazazo, como cuando te das un buen golpe en la cabeza, que no sabes ni qué te ha pasado y tienes que esperar unos segundos o minutos para reaccionar. La repentina e inesperada decisión de Monchi cogió a todo el mundo con el paso cambiado. Todo lleva a pensar que hay un equipo de fuerte potencial económico interesado en nuestro Director Deportivo para su proyecto, sobre todo, cuando el mismo Monchi ha sido quien ha solicitado que no se le tenga en cuenta la cláusula de rescisión de su contrato, de 5 millones de euros. Se especula con equipos de la Premier League, como el Manchester City, Everton o Manchester United. Desde luego, Monchi debe de haber recibido una buena oferta como para conseguir que se le vaya la ilusión de un día para otro, o más bien en horas.

Ahora mismo, el sentimiento que queda es el de decepción, y es que Monchi ha defraudado tanto por las formas, como por el momento. Probablemente, por eso  el Sevilla le está obligando a atenerse a lo firmado en su día. El momento no puede ser más inoportuno, precisamente el más importante de la temporada; es decir, con operaciones abiertas –algunas parece que muy avanzadas– para reforzar y configurar la nueva plantilla. Esto también hace pensar que dejaría el Sevilla para irse a otro club.

Llama también poderosamente la atención la urgencia que ha mostrado Monchi, que le ha llevado a rechazar la petición de Castro de que se tomara un tiempo para madurar su decisión de irse, aun cuando incluso el Presidente tenía que atender asuntos familiares de gravedad.

Tras el comunicado publicado en la web oficial del club, el sevillismo está expectante, porque da la impresión de que esto no ha hecho más que empezar. Se echa en falta, principalmente, que Monchi dé su versión, al menos para que la afición tenga una idea clara de los motivos que le están llevando a actuar de esta forma tan «impactante», como ha declarado Coke. Mientras tanto, la sensación que queda es que Monchi ha hecho un «Juande Ramos», pero incluso peor, porque éste no alardeaba de su sevillismo, y que, por supuesto, hay tensión entre Monchi y el Consejo, ya que el Director Deportivo sigue por obligación y no por convicción.

Puede considerarse que 5 millones de euros es una cláusula ridícula para el que es uno de los mejores Directores Deportivos del mundo, pero, desde mi punto de vista, a priori, era incluso innecesaria para alguien que afirmaba que «estaría en el Sevilla hasta que el Sevilla quisiera», y que «en ningún sitio podía estar mejor que en el Sevilla». Por ahora, esa cláusula es lo que mantiene a Monchi en su puesto. Está por ver durante cuánto tiempo, porque parece imposible que las aguas vuelvan a su cauce y, por tanto, Monchi acabará siendo pasado en el Sevilla FC.

En mi opinión, el Sevilla ha actuado adecuadamente en este espinoso asunto. Ahora habrá que ver si el club es capaz de conseguir que la marcha de Monchi, que, según dicen los medios, parece segura, sea lo menos traumática posible.