Gran partido ante un gran rival. El Celta ha llegado a las semifinales porque tiene un muy buen equipo, repleto de jugadores de calidad: Cabral, Wass, Guidetti y, sobre todo, Orellana, Iago Aspas y Pablo Hernández. También se han unido en el mercado de invierno el francés Beauvue y el chileno Marcelo Díaz, otro internacional chileno, procedente del Hamburgo y que podría debutar hoy, aunque no de titular. Por suerte, no será de la partida Nolito, que en liga sacó mucho provecho de uno de nuestros puntos débiles: el lateral derecho.
Además, Berizzo ha conseguido que el Celta juegue casi de memoria y tienen tanta ilusión, o más, como nosotros por llegar a la final. Su potencial se pudo ver en la anterior eliminatoria, donde se deshicieron del Atlético de Madrid, haciéndole, nada más y nada menos, que tres goles en el Vicente Calderón. Dos de ellos fueron goles de cabeza del argentino, pero internacional por Chile, Pablo Hernández. El Atlético de Madrid sólo había encajado ocho goles en veintiuna jornadas de Liga.
Pero es evidente que el Sevilla también tiene buenas armas, a pesar de la destacada baja de Krychowiak, con lo cual será, previsiblemente, un partido de poder a poder, muy igualado, y donde será fundamental, como siempre, el mantener la portería a cero con vistas al partido de vuelta, donde, casi con toda seguridad, se decidirá la eliminatoria.
Espero que a Emery no caiga en la tentación de poner a Carriço en el centro del campo. Necesitamos al portugués en defensa, junto con Rami. Confío en que el buen juego que están mostrando N’Zonzi y Cristóforo le haga desistir de esa idea que seguro que se le ha pasado por la cabeza, pero que está más que demostrado que no funciona.
El Celta será el primer rival importante al que nos enfrentemos, porque hasta ahora hemos tenido bastante suerte en los sorteos. Nos jugamos mucho, nada más y nada menos que jugar la final ante el Barcelona, porque me da la impresión de que el Valencia no será capaz de remontar la eliminatoria.
El estadio debería de estar hasta la bandera, pero supongo que no será así por el horario –ocho y media de la tarde, en día laborable–, el frío y porque será televisado en abierto.
De cualquier manera, seguro que el ambiente estará a la altura de las circunstancias.