Me da la impresión, que ojalá sea equivocada, de que no va a ser nada fácil el pase a semifinales. Y me baso en el partido de ida, donde ya el equipo burgalés nos causó bastantes problemas. Así que allí, en su estadio –un terreno de juego pequeño– y ante su afición, si no damos el cien por cien, pueden darnos un disgusto.
Obviamente, la clave está en marcar primero. Si lo hace el Mirandés, estarán a un paso de igualar la eliminatoria, pero si lo hace el Sevilla, prácticamente quedaría expedito al pase a semifinales, ya que nuestro rival estaría obligado a hacer cuatro goles.
Previsiblemente, Emery alineará un centro del campo superpoblado, con un solo punta. No serán de la partida ni Banega, ni Krohn-Dehli, por molestias físicas. Con lo cual, un posible centro del campo sería el formado por Cristóforo-Iborra-N’zonzi. Es decir, creación habrá poca. La que dé Reyes, si juega.
Espero que los jugadores y, sobre todo Emery, se tomen en serio el partido de esta noche y abunden los titulares en el once inicial. Con un poco de suerte, podemos plantarnos en la final y sería una lástima desaprovechar una oportunidad así. Llevando dos goles de ventaja, sería un gran fracaso quedar apeados de la competición, sobre todo si tenemos en cuenta que el Mirandés es un equipo de inferior categoría.
En caso de llegar a la final, por lo visto ayer, será ante el Barcelona, si es que no nos toca antes en semifinales. Y es que los culés, aparte de tener un equipazo, en ciertos momentos recibieron ayuda arbitral para superar al Athletic de Bilbao. Nada nuevo, por otra parte.