Tranquilísimo partido para el Sevilla, que no tuvo ningún problema para imponerse, desde el minuto uno, al que dicen que es su eterno rival.
Sorprendía que Mel no alineara a los que se supone son los mejores jugadores del Betis: Adan, Dani Ceballos y Rubén Castro. De cualquier forma, con ellos sobre el campo, el Betis disparó en el pasado derbi las mismas veces entre los tres palos: cero. Con lo cual, Sergio Rico estuvo más bien aburrido, excepto al final, que fue un espectador de lujo cuando Rubén Castro convirtió un penalti en un ensayo de rugby.
El partido se puso muy de cara con el gol de Krohn-Dehli, que con un amago y un poco de velocidad se coló hasta la cocina y batió a Giménez. Entonces el partido dejó de gustarme, porque el Sevilla se dedicó a controlar el balón, sin buscar la portería contraria. No obstante, el segundo gol llegó a balón parado, al inicio de la segunda parte, en una extraña jugada, repleta de indecisiones y rebotes, donde Krychowiak estuvo oportuno para empujar el balón casi en la línea de gol.
El Sevilla, sin pisar el acelerador, tuvo varias ocasiones para lograr el tercero, pero los postes, en dos ocasiones de Banega, y la nulidad ante el gol de Gameiro, que volvió a fallar un gol cantado, lo evitaron.
No me gustó nada la falta de ambición del Sevilla. No sé si es por intentar darle algo de emoción para la vuelta, o por que no se quería hacer llorar a los niños béticos en el día de Reyes –por cierto, no fue el día de Reyes, porque el utrerano no aportó nada–, o porque estaban los jugadores cansados de comer tanto roscón… Pero lo cierto es que el Sevilla no quiso hacer sangre. A poco que lo hubieran intentado, habría caído una goleada y sentenciado la eliminatoria. Aunque yo creo que ya está más que sentenciada. Me parece muy improbable –sería una hecatombe– que este Betis sea capaz de remontar un 0-2 en el Ramón Sánchez Pizjuán. Más bien al contrario. Pienso que tiene muchas papeletas para que, esta vez sí, caiga la goleada.
En cuanto a los jugadores, me gustó mucho la actuación de Cristóforo. Creo que el uruguayo es el complemento perfecto para Krychowiak. O en su defecto, Iborra, pero nunca N’zonzi. También Banega hizo un partido muy completo, aunque no tuvo el premio del gol. Y Krohn-Dehli también estuvo a buen nivel.
En el lado negativo, Immobile. Al italiano se le ve voluntad, pero mientras más le veo jugar, menos me gusta. En mi opinión, no tiene calidad para ser delantero de un equipo como el Sevilla, por lo que si llegara una buena oferta por él, yo ni me lo pensaba: lacito y a buscar un sustituto.
Lo cierto es que el Sevilla esta temporada no tiene gol. Este problema no lo teníamos con Bacca, Aspas y Gameiro. Pero hoy día parece que nos han cambiado a Gameiro por un hermano gemelo, y desde luego, ni Llorente ni Immobile tienen la velocidad, calidad y acierto que tenían Bacca y Aspas. Por tanto, urge volver a recuperar el gol. Cuestión fundamental en el fútbol. Si puede ser en el mercado de invierno, mejor. Aunque lo más probable es que sea en el de verano, donde habrá más opciones.
Y de nuevo, para finalizar el derbi, afloraron dos nuevas acciones de Estilo Betis. Si ya fue lamentable y ridículo el poner el himno del Betis 21 veces, a todo volumen, cuando el estadio estaba vacío, para fastidiar a los aficionados sevillistas en la grada; el doble de lamentable y ridículo es repetirlo. Los dirigentes del Betis demostraron, de nuevo, no tener categoría. Igualmente, bloquearon el acceso al terreno de juego para que los jugadores sevillistas no pudieran salir a celebrar la victoria con sus aficionados.
En fin, de qué nos vamos a extrañar a estas alturas.