Superioridad aplastante la del Sevilla ayer, tal y como se espera cuando se enfrenta un Primera a un Segunda B.
El partido, por suerte, no tuvo mucha historia. El equipo salió a ganar y no dio la más mínima opción al Logroñés. Tampoco hubo lesionados, aunque Reyes dio el susto al salir cojeando, pero fue para volver minutos después.
Me gustó la actitud de los habituales suplentes, y por supuesto, el partido que hicieron los canteranos Curro, Diego González, Luismi y David Soria.
También fue importante el gol de Immobile, pues le vendrá bien para coger confianza. Lástima que le anularan un segundo gol que, en mi opinión, debió haber subido al marcador, ya que creo que el balón no le da en la mano, y en todo caso, habría sido involuntaria.
También me gustó ver que Cristóforo está listo para cuando Emerye se digne de darle una oportunidad. Pienso que el uruguayo lo merece, sobre todo teniendo en cuenta que Krychowiak lo está jugando todo y le vendría bien un descanso.
El partido de vuelta será un mero trámite. Sería una hecatombe, imposible de asimilar, si se diera la sorpresa.
Esperemos que la victoria de ayer haya sido el inicio de un largo camino triunfal, pero para ello habrá que corregir, como mínimo, el grave problema que tenemos en defensa. Si además solucionamos la dependencia excesiva que hay de Krycho y Banega, mejor que mejor. Pero lo básico es conseguir tener una pareja de centrales de garantías, ya sea porque se recupere Carriço o porque se fiche a un nuevo central. Si no es así, no llegaremos lejos.