Sorprendente partido el que pudimos disfrutar ayer los sevillistas. Sorprendió Emery con la alineación inicial –por fin, jugaron Immobile y Andreolli–, al igual que fue una agradable sorpresa la capacidad de reacción del Sevilla, que fue capaz de revertir la situación en la que estábamos tras una muy mediocre media hora, donde el Madrid fue el dueño y señor del partido.
El gol del Madrid llegó en un error grave, puesto que Sergio Ramos remató solo en un córner. Precisamente, se dejó sin marca al jugador que tiene que estar más vigilado, porque es el que mejor domina el juego aéreo. Ese mismo error le costó una Champions League al Atlético de Madrid. Por suerte para nosotros, al final no tuvo grandes consecuencias.
Muchos temíamos que ese primer golpe fuera el inicio de una goleada, como ya ha pasado en otras ocasiones, pero nada más lejos de la realidad. No había pasado ni un cuarto de hora cuando Immobile consiguió la igualada, tras un complicado remate, con poquísimo ángulo.
Se llegó al descaso con empate a uno en el marcador y el equipo empezó a creer. Y creyó hasta el punto de llegar a bailar al Madrid en determinados momentos de la segunda parte. Esto fue posible por el gran partido de nuestros centrocampistas, especialmente de Krychowiak, Konoplyanka, Vitolo y Banega. Nzonzi estuvo como siempre, perdido y falto de confianza, aunque también más acertado que de costumbre.
El 2-1, tras una jugada sensacional entre Konoplyanka-Immobile-Banega, puso el partido bastante de cara. Y el 3-1, un cabezazo de Llorente –su especialidad–, a pase de Mariano, casi lo sentenció. Digo «casi sentenció» porque aún quedaban veinte minutos, más el tiempo añadido, y eso contra un gran equipo, como es el Real Madrid, es muchísimo tiempo. Lo que me extrañó sobremanera fue que el Madrid bajara los brazos de forma tan notoria. No recuerdo ver a un Madrid con tan poco espíritu ganador. Es un equipo al que no le gusta correr detrás del balón. Ni siquiera presionaba y daba la impresión de que daban por perdido el partido, cuando tienen calidad de sobra para que eso ni siquiera se les pase por la cabeza.
Afortunadamente, el 3-2 llegó ya en la última jugada del partido. Ese gol sólo sirvió para afear el marcador y estropear el goal-average.
El árbitro, González González, habría hecho un buen arbitraje si no hubiera sido porque perdonó muchas tarjetas amarillas a los jugadores madridistas –y una a Konoplyanka, que también hay que decirlo–, algunas de ellas clamorosas.
Me gustó la defensa ayer del Sevilla. Incluso estuvo muy acertado, tanto en defensa como en ataque, Mariano. El brasileño tiene su punto débil en defensa, pero ayer estuvo perfecto.
Por otro lado, me encantó el duo Ramí-Andreolli. Tenía ganas de ver dos centrales natos y con experiencia, y se notó la seguridad atrás. Kolo puede ser un gran central, pero sólo lo conseguirá con tiempo y tras muchos errores que costarán puntos.
Sergio Rico dio una de cal y otra de arena. Mal en un par de salidas. Cometió un gravísimo error, al sacar en corto con mucho madridista al acecho, que no acabó en el 1-2 de milagro. Sin embargo, también hizo paradas de mérito, especialmente en un cabezazo fuerte y picado que cazó con gran habilidad.
Ayer quedaron claras dos cosas: que el Sevilla tiene calidad para ganar a cualquiera y que Konoplyanka, muy probablemente, pronto conseguirá su deseo de jugar en el Barcelona. Menudo espectáculo el que dio ayer el ucraniano.
Ahora Emery lo que tiene que conseguir es que fuera no hagamos el ridículo. Si lo logra, aún estaremos a tiempo de lograr los objetivos.
Un oasis en un desierto que no tiren las campalas al vuelo que aun esta lejos del Eibar por ejemplo
Me gustaMe gusta
El ganar al Madrid y Barcelona y perder contra equipos mediocres, a mi modo de ver, indica que falta mentalización. Parece como si algunos jugadores se esforzaran sólo en partidos que ellos consideran importantes, por ser ante rivales de más renombre y tener más repercusión la victoria. No es precisamente para tirar las campanas al vuelo, sino para preocuparse, pues los jugadores con mentalidad de campeón salen a ganar siempre, sea cual sea el rival.
Un saludo.
Me gustaMe gusta