Manchester City 2 – Sevilla FC 1. Buen partido, pero pecamos de pardillos

Buen partido el que hizo el Sevilla en el día de ayer. Lo suficientemente bueno como para recibir halagos, pero no como para conseguir un punto, que, en mi opinión, habría sido más que merecido.

Entre los halagos está, por ejemplo, el de The Guardian. Hay un detalle que se dice en este artículo que no debería pasar desapercibido: «El once inicial del City costó alrededor de 250 millones de libras. El del Sevilla, 25 millones de libras, o menos que el fichaje de Wilfried Bony». Eso da una idea del mérito del Sevilla, que pudo ganar, perfectamente, a un equipo formado por grandísimos jugadores.

Por desgracia, el Sevilla hizo un buen partido, pero no un partido perfecto, y además, como suele ser habitual, no le acompañó la suerte. Una verdadera lástima ese gol encajado en propia puerta, a sólo seis minutos del gol de Konoplyanka. Pero no fue sólo cuestión de mala suerte. No se puede obviar que Kolo deja pasar, tranquilamente, a Touré hasta la cocina. Probablemente, si hubiera jugado un central con experiencia –Andreolli– y no un lateral reconvertido, ese gol se habría evitado.

También es habitual que no tengamos mucha efectividad de cara a puerta, y ayer volvió a ocurrir. Fallamos ocasiones bastante claras. Lamentablemente, Gameiro está esta temporada bastante fallón. Su trabajo es magnífico, está rapidísimo, pero tiene problemas para marcar, que es algo que no le pasaba antes.

Si normalmente, incluso perdonar a un equipo inferior, conlleva graves consecuencias, ante un megaequipo como el Manchester City, estaba cantado que se pagaría. Y lo malo es que fue en el tiempo de descuento.

Está bien que el Sevilla tenga ambición y que busque ganar en el tiempo de descuento, pero hay que hacerlo sin perder el orden. Para mí es inconcebible, que, con empate en el marcador al final de los noventa minutos, se arriesgue la posesión en ataque innecesariamente y se permita un contragolpe. Y claro, Kevin De Bruyne no costó 80 millones de euros por casualidad, sino porque, si le das un pequeño hueco, es capaz de ponerla ajustada a la base del poste y decidir el partido.

Perder un punto de esa forma tan absurda es, como mínimo, de pardillos. Por buscar los tres puntos, nos quedamos sin ninguno. Y, por supuesto, la derrota duele, pero no tanto como la de Turín, donde ni siquiera se salió a competir.

El resultado no fue justo. ¿Pero quién dijo que el fútbol lo fuera? Nos tendremos que conformar con el orgullo de ver a nuestro equipo dando una buena imagen en uno de los grandes estadios de Europa.

 

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s