Por fin, llegó la primera victoria. Muy sufrida, muy trabajada, más de la cuenta, pero, al fin y al cabo, se quedaron los tres puntitos en casa, que es lo único que importa.
No obstante, aunque se notó cierta mejoría en algunos jugadores, como en el caso de Trémoulinas, que intervino en dos de los tres goles, el Sevilla aún sigue mostrando síntomas más que preocupantes:
1º.- Falta de intensidad. No sé si es porque la preparación física no es la mejor, o porque falta motivación –no es lo mismo jugar contra el Rayo que contra el Barcelona, aunque para un profesional sí debería serlo–, pero lo cierto es que apenas se presionaba al rival, y cuando se hacía, no era en conjunto, con lo que la presión servía de bien poco. El resultado era que los jugadores rayistas tenían todo el tiempo del mundo para pensar, controlar, pasar… Dando esas facilidades, es especialmente dificultoso parar a jugadores tan rápidos como Lass, que dio problemas en los pocos minutos que dispuso.
2º.- Falta de concentración. Un equipo de primer nivel no puede perder balones con tantísima facilidad en el centro del campo y en defensa. Algunas de esas pérdidas fueron peligrosísimas y totalmente evitables. Hubiera bastado con un poquito de concentración y rigor.
3º.- Falta de contundencia defendiendo. Me parece increíble que el Sevilla permitiera que, hasta en tres ocasiones –si no recuerdo mal–, los jugadores del Rayo tiraran a puerta desde la frontal del área. Pero es que, además, lo hicieron sin que nuestros defensas y centrocampistas apenas opusieran resistencia. Me pareció una clara prueba de la poca contundencia de nuestro sistema defensivo. En mi opinión, tiene mucho que ver la poca calidad de nuestros defensores y el mal momento de Krychowiak. El polaco está desconocido. Parece que se quedó en Varsovia y el que estamos viendo en liga es un impostor. Está mostrando un nivel tan bajo que no me parecería mal que descansara algún partido. También da la impresión de que Nzonzi aún tiene que mejorar muchísimo y que, a veces, está perdido posicionalmente.
4º.- Incapacidad para sentenciar los partidos. Iborra falló una de esas ocasiones que no se pueden fallar jamás en la vida y que habría supuesto el 3-1. Lógicamente, le dimos vida al Rayo, que poco después logró el empate.
En cuanto a los jugadores, destacar el gran partido de Gameiro, que fue decisivo, marcando un gol y provocando la falta que dio lugar a expulsión de Amaya y al gol de la victoria. El francés están en un momento de forma extraordinario. Es rapidísimo y está muy implicado. Es el que más presiona de la plantilla, con diferencia.
Por el lado negativo, hay que destacar a Sergio Rico. Prefiero al canterano antes que a Beto, pero ninguno de los dos me convencen. Pienso que ninguno de ellos es un portero que dé la seguridad necesaria y tenga calidad para salvar puntos y partidos, que es lo que hacen los buenos porteros. El segundo gol tiene algo de justificación, a pesar del poco ángulo que tenía Javi Guerra, porque era un disparo fuerte que se envenenó, cambiando de trayectoria tras tocar en uno de nuestros defensas. Pero en el primer gol, Sergio Rico se traga el balón. El disparo del portugués Bebé, ex del Manchester United y Benfica, es fuerte y colocado, pero Sergio Rico reacciona tarde.
Pero, como digo, lo único importante es que se ganó, gracias al golazo de Konoplyanka. Me gustaría ver más al ucraniano. Es cierto que quizás sea un jugador que no defienda como a Emery le gustaría, pero es evidente que tiene mucha calidad. Y esa calidad no la puede demostrar desde el banquillo. Además, también parece que tiene facilidad para hacer goles, que no es precisamente algo por lo que estemos destacando esta temporada.
Por cierto, a mí sí me gustaron los cambios que hizo Emery. El partido estaba loco y nuestro centro del campo tenía muchos problemas para hacerse con la posesión del balón. Con veinte minutos por delante, yo prefiero ganar en posesión y orden, y a partir de ahí crear ocasiones de gol, que seguro que iban a llegar. Lo que no podía ocurrir, bajo ningún concepto es que el Rayo, en un contragolpe nos hiciera el tercero. Nunca se sabrá qué habría pasado de haber sacado un segundo delantero, pero no sería la primera vez que veo dos delanteros a los que apenas les llega balones, y los pocos que le llegan no lo hacen en buenas condiciones.
Y ahora, a disfrutar de nuevo de la Champions y a intentar dar la sorpresa en ese Juventus Stadium que me trae tan buenos recuerdos.