El de ayer no fue un buen partido. El Sevilla demostró estar falto de ideas aún en muchos aspectos del juego. Se falló en todas las líneas, especialmente al final, y para colmo, no acompañaron ni la suerte ni el árbitro. Con todo, el 0-3 resultó excesivo, pues durante casi todo el partido hubo igualdad.
De la alineación inicial, yo habría cambiado a Beto y a Llorente. A Beto, porque Rico me parece bastante mejor portero, y a Llorente porque acaba de llegar hace tres días –no es exageración– y, lógicamente, no ha tenido tiempo de conocer ni a sus compañeros ni a su entrenador. Desde luego, la titularidad de Llorente deja en evidencia la enorme confianza que tiene Emery en él. Titularidad que no habrá sentado nada bien a Gameiro y, sobre todo, a Immobile, que ni siquiera fue convocado.
Ahora bien, si tiene que jugar Llorente, lo que sí espero es que no ocurra más lo de ayer: que se abuse del pelotazo en largo buscando al navarro, y encima haciéndolo sin entrar por banda, facilitando la labor de la defensa rival. Para hacer ese tipo de juego tan directo y simple, que no gusta por aquí, prefiero que no juegue Llorente.
El Sevilla empezó bien. En los primeros minutos tuvo un par de ocasiones clarísimas para adelantarse en el marcador, tal y como ocurrió en Málaga, pero se desaprovecharon.
Mal asunto el de la falta de gol. Pero peor aún fue que no funcionara bien el centro del campo. Para ello fue fundamental el nefasto partido que hizo Banega. El argentino no estuvo para nada, ni siquiera a balón parado. Estuvo lento y entregó al contrario muchos balones.
El partido se desequilibró al poco del final de la primera parte, en una jugada que no debió haberse producido, puesto que previamente hubo un plantillazo a un jugador del Sevilla en la banda que debió incluso acarrear amarilla. Ni el árbitro –mal situado– ni el linier lo vieron. De todas formas, la defensa del Sevilla estuvo lentísima y poco contundente ante Griezmann y Coke.
La segunda parte también tuvo un buen comienzo. El Sevilla llegaba mucho al área pero el Atlético se defendía como gato panza arriba, con mucho orden, consiguiendo que las ocasiones no fueran muy claras y saliendo indemne del aluvión de corners a favor del Sevilla.
El Sevilla siguió insistiendo hasta que llegó la jugada clave del partido: Carriço dispara desde fuera del área y se lesiona. Perdiendo, a veinte minutos del final, y con dos cambios ya hechos, Emery arriesga muchísimo –también es verdad que no quedaba otra–, decidiendo dar entrada a Gameiro y retrasando a Krychowiak al centro de la defensa.
No pudo salir peor la apuesta, ya que el centro del campo, que ya tenía problemas para superar la presión atlética, sucumbió definitivamente. Se cayó como un castillo de naipes, pues sin la fuerza de Krychowiak y dos delanteros, el Atlético se hizo con el control total del partido.
Tampoco acompañó la suerte. A menos de 15 minutos para el final del partido, un disparo fuerte y lejano de Gabi fue desviado por Krychowiak, poniendo el balón imposible para Beto. El Atlético había llegado poco, pero con un acierto de casi el cien por cien.
El desbarajuste en el Sevilla, ya en todas las líneas, se hizo más palpable en los minutos finales, cuando ya no quedaban fuerzas y se notaba demasiado que faltaban efectivos en el centro del campo y que Krychowiak no era central. Los delanteros del Atlético prácticamente remataban sin oposición desde la frotal del área. En una de esas llegó el tercero, y pudo incluso llegar el cuarto si no llega a repeler el poste el disparo de Griezmann.
El arbitraje me pareció lamentable. En todo momento favorecieron al Atlético de Madrid. Al principio no fue con descaro, pero Clos Gómez se quitó la careta al inicio de la segunda parte, cuando no se atrevió a enseñar la segunda tarjeta amarilla a Griezmann por un piscinazo delante de sus narices. Cobardía se llama eso. O poca vergüenza. También perdonó la segunda amarilla a Tiago en los minutos finales, cuando ya iba el marcador 0-3. También escuché en la radio que hubo un penalti a Coke en la primera parte, pero ese no lo vi. En cualquier caso, contra el Atlético es normal que ocurran este tipo de arbitrajes. Por desgracia, ya se sabe de antemano y se da por sentado. Es un obstáculo más que hay que superar cuando se juega contra ciertos equipos.
Dice Castro que hay que tener paciencia. Y estoy de acuerdo. Pero no estaría mal que también se completara la plantilla.
A mi modo de ver, el motivo de la sangría de goles está más que claro: nos faltan centrales de garantías y nuestro mejor portero están en el banquillo. Y lo peor es que esa falta de centrales se pretende paliar con Krychowiak, con lo que también se pierde potencial defensivo en el centro del campo. Pienso que con Sergio Rico, un nuevo central y con Krychowiak en el centro del campo, mejoraría mucho la cifra de goles en contra.
Pero claro, tiene que venir un buen central, no uno cualquiera. Porque no quiero ni pensar que la defensa y centro del campo de ayer se tenga que ver las caras con los jugadores del Manchester City y Juventus. Krychowiak es un parche que puede funcionar contra equipos de medio pelo, pero está más que demostrado que no da resultados contra grandes equipos.
Y, por cierto, menos mal que Carriço se lesionó a falta de veinte minutos. Porque si se llega a lesionar en la primera parte, sí que se habría visto un numerito.
Queda muy poco tiempo para encontrar soluciones, pero alguna debe haber. O bien fichando o bien promocionando a algún jugador del Sevilla Atlético. Pero Krychowiak, desde luego, no es la solución.
Hay que tener paciencia