Marcelino va a tener pesadillas con Emery, puesto que es la tercera vez que su equipo muerde el polvo ante el Sevilla, en diez días, y la cuarta vez que cae derrotado esta temporada (2-1 y 0-2 en Liga, y 1-3 y 2-1 en Europa League). Por suerte para ellos, y para desgracia nuestra, no nos veremos más las caras hasta la próxima temporada.
Los tres puntos de ayer, no obstante, no fueron fáciles de conseguir. Pasamos muchísimos apuros en la primera parte, y tengo que reconocer que, hasta en tres o cuatros ocasiones, vi el balón dentro de nuestra portería, especialmente, en el disparo al larguero de Moi, y en la ocasión que Nico Pareja sacó debajo de los palos. También tuvimos nuestras ocasiones, pero no estuvimos acertados.
En la segunda parte, ya fue otro cantar. El Villarreal sufrió en sus carnes aquella regla, no escrita, de “quien perdona, pierde”, y a los pocos minutos del segundo tiempo, Coke abría el marcador, tras una buena dejada de Diogo. Ese gol, como es lógico, dejó muy tocado al Villarreal, hasta que Vitolo se encargó de darle la herida de muerte, a pase de Coke, a 25 minutos del final del partido.
Pudimos pasarlo mal en los últimos minutos, tras un mal despeje de Kolo, hacia el centro del área, pero, de nuevo, nos salvó el poste.
Tuvimos suerte, sí, y eso es muy bueno. Ojalá nos acompañe la Diosa Fortuna hasta el final de temporada, porque entonces tendremos mucho ganado.
Me gustó mucho el partido de los tres pivotes, y también Banega, que intervino en el segundo gol. No me gustó tanto el partido en defensa, ya que el Villarreal dispuso de muchas ocasiones de gol.
Por cierto, lamentable la actitud del Villarreal, que no dejó entrar banderas sevillistas, y cuyo servicio de seguridad, según he leído, se permitió el lujo de instar a que los aficionados sevillistas no cantaran “por respeto a la afición del Villarreal”. Pues digo yo que podrían empezar por respetar a la afición del Sevilla, si no es mucho pedir.
Pero bueno, lo importante son los 55 puntos y que miramos hacia arriba, olvidándonos de mirar hacia abajo durante un buen rato, y quizás definitivamente, dejando al Villarreal a seis puntos –con el goalaverage perdido— y al Málaga a once.