Archivo mensual: noviembre 2014

Otra absurda pataleta de los Biris

Es evidente que el desplazamiento a Rotterdam se ha gestionado pésimamente por parte del club. Primero, al no vender entradas –aunque lo haya hecho para evitar problemas, cada cuál es libre de asumir los riesgos que quiera–. En segundo lugar, al no actuar rápida y contundentemente cuando se estaba avasallando a la afición sevillistas o, en su defecto, lo más rápidamente posible. Y en tercer lugar, por las desafortunadas declaraciones de Cruz, que poco menos que culpaba a los aficionados y justificaba a la policía holandesa.

La peor parte, sin duda, se la lleva la policía de Rotterdam. Lo que han hecho no tiene ni pies de cabeza. Retienen a los aficionados sevillistas y ni siquiera les dejan pisar el suelo. Alegan que llevaban armas. ¿Los 110 aficionados? Al que lleve armas, me parece estupendo que le retengan y le multen, pero me parece tremendamente injusto que paguen justos por pecadores, y mucho menos cuando habían comprado su entrada. El club debería protestar enérgicamente por el trato recibido ante la UEFA. Y quizás no sería mala idea el que se unieran los aficionados perjudicados y consultaran a un abogado, por si procediera reclamar daños y perjuicios por el maltrato.

Y ahora llega el tercer error: el de los Biris, que vuelven a tropezar en la misma piedra. Resulta que vuelven con la pataleta y han decidio dejar de animar para el IMPORTANTÍSIMO partido ante el Granada.  Me parece muy bien que proteste, lo entiendo perfectamente. Pero, ¿es que no hay otra forma de protestar que no sea perjudicando a los jugadores y al club? Porque me niego a creer que no la haya.

Ahora más que nunca debe haber unión entre los jugadores, club y afición, porque no estamos precisamente en nuestro mejor momento. Muchos cánticos, pero, a la hora de la verdad, le dan la espalda a su equipo y a su club.

Feyenoord 2 – Sevilla FC 0. Lo peor no fue el resultado

Pésimo resultado, mal juego, pero lo peor, con diferencia, fue la injusticia que tuvieron que sufrir l0s más de cien aficionados sevillistas que se desplazaron a Holanga, pagaron su entrada y no pudieron presenciar el encuentro. Y según dicen, rizando el rizo del surrealismo, incluso tuvieron que pagar una multa.

El Sevilla debería quejarse ante la UEFA por el maltrato a nuestros aficionados, que sólo querían animar a nuestro equipo.

En cuanto al juego, el Sevilla no estuvo nada bien. Sólo fue de verdad a por el partido cuando se puso por detrás en el marcador, cuando todo era más complicado. El Feyenoord no hizo mucho más que el Sevilla, pero tuvo la virtud de marcar primero y después aprovechó bien los contragolpes.

El arbitraje fue decisivo, pues anularon un gol totalmente legal a M’Bia, que habría supuesto el empate, permitió el juego duro de los holandeses y pitó una falta inexistente en el 2-0.

Partido para olvidar y para concienciarse de que habrá un partido decisivo en el Ramón Sánchez Pizjuán, donde nos jugamos el pase a la fase de eliminatorias.

Por cierto, Gameiro y Bacca estuvieron nefastos. Y así es muy difícil.

 

La goleada en el Camp Nou no fue por casualidad

Es archiconocido que para que un equipo como el Sevilla gane, sobre todo a domicilio, a uno de esos equipos que nos superan en todo, hacen falta, como mínimo, que los jugadores del Barça o Madrid no tengan su día, que el Sevilla haga un partidazo, de principio a fin, y que el árbitro medio se comporte. Ninguna de esos tres elementos tuvieron lugar ayer. El partido acabó en goleada, en cierto modo, de manera previsible, por lo siguiente:

1º.- Falta  de fe.

Desde el primer minuto de juego, ya me daba la sensación de que el equipo no creía en sus posibilidades. Es más, creo que ni creyeron en la victoria, o al menos en traerse algo positivo, ni cuando se consiguió empatar el partido. El complejo de inferioridad era patente. El equipo jugaba sin confianza, sin agresividad. Y así no se gana a nadie, y menos al Barcelona.

2º.- Falta de intensidad.

Si encima de que los jugadores del Barcelona son superiores técnicamente, corren más que los del Sevilla, la llevamos clara. Había que disputar cada balón con los ojos ensagrentados, a muerte, y pasó todo lo contrario: fuimos muy blanditos durante todo el partido, se presionaba tarde y mal… Un desastre.

3º.- Falta de calidad.

Si ya asusta ver a Coke o a Diogo ocupando el lateral derecho, como mínimo resulta aterrador el ver a ambos ocupando los laterales. No entiendo el porqué de situar a Diogo a pierca cambiada, cuando se supone que Kolo es lateral izquierdo. También Beto pudo hacer mucho más en el primer gol, porque ni se estiró y casi llega al balón.

El hecho de que tampoco seamos capaces de enlazar jugadas, salir airosos de la presión del rival y de que no tiremos a puerta, también dice mucho de la calidad del equipo.

4º.- Falta de concentración.

Ante equipos de la calidad del Barcelona jamás se pueden perder balones en determinadas zonas del campo. En varias ocasiones nos cogieron al contragolpe. Si ya son peligrosos con la defensa formada, no digamos si estamos replegándonos desordenadamente. Dimos muchas facilidades y el Barcelona, simplemente, las aprovechó.

5º.- Falta de implicación.

Hubo, al menos, un par de jugadores que no aportaron absolutamente nada. Denis Suárez y Carlos Bacca estuvieron totalmente desaparecidos. Jugando, prácticamente, con dos jugadores menos es imposible. Krychowiak, por contra,  sobresalió entre la desgana casi generalizada. También Carriço, Vitolo y Pareja pusieron algo de intensidad.

6º.- Mal planteamiento.

Aparte de no utilizar al único lateral izquierdo sano, no me pareció nada acertado jugar con sólo un centrocampista defensivo. Contra el Atlético se alinearon tres, ayer sólo uno. Ni tanto ni tan calvo. En el término medio está la virtud. El Barça nos superó en la zona media, que es donde se reparte el bacalao, y con una comodidad pasmosa. Así también es imposible.

7º.- Mal árbitro.

Martínez Munuera siempre barrió para casa. Para empezar, los dos primeros goles no debieron subir al marcador. En el primero, Messi se deja caer –por si había dudas, su sonrisa le delató–. Quizás haya contacto, pero es mínimo, nunca suficiente para derribar a Messi. El árbitro debe saber distiguir esos casos. Si quiere, claro.

Esa misma rigurosidad de la que hizo gala en el primer gol, le faltó en la falta que le hicieron a Krychowiak al borde del área.

En el segundo gol, en la repetición se ve claramente que Neymar empuja a Coke con las dos manos. No lo vio, o no quiso verlo. Nunca se sabe.

Pero el talante arbitral se vio con claridad en la jugada en que Mathieu corta un disparo de Bacca con la mano y despeja a córner. ¿Penalti? ¿Córner? No, saque de puerta para el Barcelona.

Si metemos estos siete ingredientes en una coctelera, el resultado debe ser, con toda seguridad, una goleada de escándalo. No llegamos a un resultado de tenis de milagro.

Y menos mal que no jugó Iniesta.

Las razones por las que Beto, Coke y Diogo no sirven para el actual Sevilla

Hace un par de semanas, a raíz de un programa de A Balón Parado, surgió el debate –también en las redes sociales– sobre si el Sevilla debía renovar a Beto y si la posición de lateral derecho estaba bien cubierta o no. A ese programa de A Balón Parado fueron invitados tres periodistas, y los tres coincidían en que los laterales derechos del Sevilla no tenían nada que envidiar o eran incluso superiores a los de la gran mayoría de equipos de Primera División, y que, por tanto, no era necesario fichar a ningún lateral derecho.

Pues yo no pienso igual que ellos. Es más, no puedo estar en más desacuerdo. En mi opinión, ni Beto, ni Coke, ni Diogo, sirven para el actual Sevilla, entendiendo que la meta del Sevilla, hoy en día, es aspirar a conseguir títulos y, sobre todo, lograr clasificarse para la Champions League. Por supuesto, si el objetivo siguiera siendo el clasificarse para la Europa League, sí creo que con Beto, Coke y Digo habría más que suficiente.

Seguidamente, paso a analizar, someramente, a estos tres jugadores, para explicar en qué me baso para creer que no tienen sitio en el Sevilla:

Beto.

Se trata de un jugador que en mayo cumplirá 33 años. Por tanto, no estamos hablando de un jugador de futuro. Ya no es un chaval y últimamente se lesiona con bastante asiduidad, con problemas musculares. Ha sido bien sustituído por Sergio Rico, cuando se ha dado la circunstancia. Pero lo más importante es que no es un jugador de primerísimo nivel. Beto no es un guardameta que suela tener actuaciones decisivas y salve puntos, como hacía, a menudo, por ejemplo, Andrés Palop, quien es, probablemente, el mejor portero que he visto con la camiseta del Sevilla.

Curiosamente, muchos recuerdan la actuación de Beto en Turín como una de sus mejores. Y es cierto que en la tanda de penaltis lo hizo muy bien, pero yo no puedo evitar acordarme de un par de fallos que tuvo durante los noventa minutos. En uno de ellos, por no salir de la portería, incomprensiblemente, dejó que le remataran casi en el área pequeña. Milagrosamente, Maxi no aprovechó la oportunidad.

El portero quizás sea la posición más importante en una plantilla. Sobre él y los centrales recae, principalmente, la máxima responsabilidad en defensa. Con un portero y centrales débiles, están garantizados un buen número de goles en contra. Y tener a un portero de calidad te da muchísimos puntos. Por ejemplo, hubiera sido totalmente imposible para el Atlético de Madrid el ganar la liga y llegar a la final de la Champions sin Courtois bajo palos.

Sé que es complicadísimo encontrar un portero como Palop, Courtois o Neuer, pero, al menos, hay que intentarlo. Y lo peor es que, si lo encontramos, probablemente, nos durará poco, puesto que seguro que se irá a algún equipo más pudiente que el Sevilla. Y si no pudiera ser, al menos debemos intentar traer a alguien mejor y más joven que Beto, que pienso que no es tan difícil.

Diogo Figueiras

Se trata de un lateral que, por ahora, deja bastante que desear. No defiende bien y también suele ser bastante fallón en el último pase. Es desesperante cuando llega a la línea de fondo y la embarca en el primer anfiteatro, sobre todo cuando se está en la recta final del partido. Lo mejor que tiene Diogo es su gran resistencia, que le permite subir la banda con facilidad. También es bastante rápido y joven, pues sólo tiene 23 años. Si se esfuerza en mejorar y pule sus defectos, que son bastantes, podría ser un buen jugador, pero aún está lejos de conseguirlo.

Coke

A Coke ya lo conocemos todos. Es capaz de lo mejor y de lo peor, pero más de esto último. Al igual que Diogo, no sabe defender. No marca bien a su par, dejándole muchísimo terreno por delante y, por tanto, muchas facilidades para centrar o desbordar en velocidad. Tiene 27 años, y, la verdad, no creo que vaya a mejorar mucho en el futuro. Ojalá me equivoque.

El año pasado hacía goles, de vez en cuando, y, al menos, equilibraba aciertos con errores. Esta temporada está menos acertado de cara a puerta. Haciendo grupo es único, pero a un lateral derecho titular hay que exigirle mucho más que eso. Como mínimo, que defienda bien.

En definitiva, en mi opinión, tenemos dos laterales derechos que son un coladero en defensa y un portero que tiene ya una edad considerable y que es bastante mejorable, a pesar de que sea internacional por su país. Y esos puntos débiles en defensa no se los puede permitir nunca un equipo que aspire a lo máximo. Y ojalá los tres me dejen en mal lugar y hagan un partidazo mañana en el Camp Nou, pero, desgraciadamente, me parece que no hay más cera que la que arde.

 

 

 

 

Sevilla FC 1 – Levante 1. Emery no reaccionó y volaron dos puntos

El Levante es uno de esos equipos de los que considero que son peligrosos, no por su potencial, sino porque parece que se da por sentado que los tres puntos acabarán en casa, antes incluso de que ruede el balón.

Posiblemente, eso también lo pensaron los jugadores, porque el equipo estuvo en todo momento falso de intensidad e incluso de concentración en muchas fases del juego.

A pesar de que enlazábamos poco fútbol, logramos adelantarnos en el marcador. El Levante había dado ya algunos avisos, disfrutando de algunas ocasiones claras de gol, como la del primer minuto de partido, pero eso no evitó que siguieran los excesos de confianza.

Hubo varias cosas que no alcanzo a entender, como por ejemplo, que Beto siguiera sobre el césped después de haberse dado un fuerte golpe. Después se dio otro, y siguió jugando. Puede que en el error grave que tuvo no influyeran esos dos golpes, pero Beto ya es un guardameta que no me da excesiva confianza, y descentrado a base de golpes, aún menos. Es más, yo era partidario de que en verano se fichara a un guardameta de más calidad, para dejar a Beto en el banquillo. Lo que no me esperaba, claro está, era la llegada de Barbosa, quien, desde mi punto de vista, no tiene nivel para el Sevilla.

Pero donde falló Emery de verdad, sin lugar a dudas, fue al permitir que el centro del campo quedara bajo el total control del Levante. Así, se sucedían las ocasiones del Levante –no demasiado claras, también es verdad– y apenas poníamos en apuros al guardameta rival. En mi opinión, el partido pedía a gritos la inclusión de Cristóforo, para intentar dominar el partido y tener más posesión. Pero no, Emery dio entrada a un delantero, Gameiro, cuando ya íbamos ganando. Y yo me pregunto: ¿para qué queremos dos delanteros, si vamos ganando, y ni siquiera olemos el balón en el centro del campo? Y menos aún es comprensible esa decisión cuando Carlos Bacca volvió a dar el nivel al que nos tiene acostumbrados últimamente. El colombiano está en un estado de forma tan lamentable que prácticamente se puede decir que jugamos con uno menos. Y aún así, sigue jugando. Pienso que le vendría bien un descanso y dar alguna oportunidad a Iago Aspas.

En fin, con ese panorama pasó lo que se veía que podía pasar: en uno de tantos balones que sobrelaron el área, llegó el gol, tras fallo enorme de Beto.

A partir de ahí, se puso la situación incluso más fea, porque la lesión de Arribas nos dejó en inferioridad numérica hasta la finalización del partido. Afortunadamente, el Levante ni siquiera se planteó ir a por el partido y se conformó con el empate. Con un equipo de más calidad y más ambición enfrente, quizás habrían volado los tres puntos.

Siendo positivos, el Valencia también falló en casa, en este caso ante el Athletic.

Ahora, a pensar en recuperar a los muchos lesionados, y, por favor, que vuelva M’Bia, al que he echado muchísimo de menos –maldita sanción–. Uno se da cuenta de lo importante que es el camerunés cuando está sobre el césped, pero más aún se nota cuando no está.

 

Sevilla FC 3 – Standard de Lieja 1. A un pasito de ser primeros de grupo

Ayer se dejó casi finiquitada la clasificación para la fase de grupos y con bastantes posibilidades de ser primeros de grupo. Muy mal lo tendría que hacer el Sevilla, en las dos jornadas que restan, para que no pasáramos a la fase de eliminatorias.

El partido estuvo entretenido y nos dejó detalles espectaculares, como la sensacional jugada, con una triple pared, que permitió a Reyes –el mejor ayer junto con Krychowiak– plantarse solo ante Thuram y batirle. Como diría Emery, fue una exhibición de automatismos. Fue una jugada para recrearse viéndola cientos de veces.

El resultado debió ser más abultado, pero los palos y algún fallo incomprensibles, como el de Diogo a los pocos minutos de empezar el partido, con toda la potería para él, evitaron una mayor goleada.

El Standard sólo creaba peligro a balón parado, pero tuvo muy pocas ocasiones claras. Avisó primero De Camargo, en un corner, y a la segunda llegó el gol, en una falta botada por Paul-Jose M’Poku. Me da a mí que este jugador va a durar muy poquito en el Standard, porque lo tiene todo: velocidad, corpulencia (1’80 de estatura), desborde, calidad técnica, y juventud, pues sólo tiene 22 años. Curiosamente, nació el día 19 de abril de 1992, un día antes de la inauguración de la Expo’92, en Kinshasa (Zaire).

No pasamos grandes apuros defensivos, en gran parte debido a que, de nuevo, nuestro centro del campo estuvo notable en la labor de contencion, con un gran partido de M’Bia y, sobre todo, de Krychowiak, que se está destapando como el mejor fichaje de la temporada.

Lamentablemente, el partido nos dejó dos lesionados por problemas musculares. Especialmente preocupante me pareció la lesión de Reyes, que se llevó la mano a los isquiotibiales. Aún están pendientes de pruebas médicas, pero dudo mucho que Reyes pueda estar contra el Levante. Una pena, porque está en un gran momento y se le ve muy implicado.

Si Beto no pudiera jugar, yo lo tengo claro: prefiero mil veces antes a Sergio Rico que a Barbosa, sobre todo si Emery pone al canterano a sacar de puerta media horita todos los días, a ver si consigue que no se les vayan a saque de banda. 🙂

Ahora a cambiar el chip, porque en nada de tiempo, el domingo por la mañana, nos espera el Levante, que no tiene tan buen equipo como en otras temporadas, pero que nos puede dar un disgusto como nos confiemos.

 

 

 

Sevilla – Standard de Lieja. Partido importantísimo, aunque no lo parezca

El partido de esta noche tiene su miga, porque es uno de esos encuentros en los que, prácticamente, se da por hecho de que el Sevilla ganará fácil, y ni mucho menos será así. Esta confianza que se respira en el ambiente hace especialmente peligroso el partido de hoy.

Ya nos dejó claro el Standard, en el partido de ida, que nos pueden superar perfectamente, sobre todo si salimos con aires de superioridad y no nos esforzamos tanto como nuestro rival.

En la liga Belga el Standard ha mejorado bastante desde que llegó el nuevo entrenador, Vukomanovic, y ahora mismo está enrachado. Recientemente, ha ganado al Anderlecht –que es el líder–, a domicilio,  por 0-2 y ha enlazado tres victorias consecutivas.

En general, el Standard de Lieja es inferior al Sevilla, pero tiene jugadores de calidad, como Araujo, De Camargo y, sobre todo, M’Poku, quien aúna fuerza, técnica y desborde.

Dada la importancia del partido, no creo que Emery vaya a rotar tanto como en anteriores partidos. Desde luego, no tendrá mucho donde elegir en el centro del campo, porque M’Bia tiene una sobrecarga muscular, y no creo que se quiera arriesgar a que haya una lesión mayor, y Cristóforo no está inscrito en la Europa League. Así que espero para el centro del campo al duo Krychowiak-Banega, y confío en que Emery se olvide de situar a Carriço de mediocentro, donde su rendimiento suele ser bastante bajo.

Nuestro grupo está en un pañuelo. Hasta ahora, está muy igualado, pero esta noche se decide si damos un gran paso adelante o hacia atrás para llegar a la fase de eliminatorias, en esa competición que se dice que nos lo ha dado todo y que tanto nos gusta. En definitiva, no podemos fallar.

Athletic 1 – Sevilla FC 0. Prueba no superada.

Se presentaba esta mañana el Sevilla en San Mamés para ponerse a prueba ante un equipo siempre complicado, como es el Athlétic de Bilbao. Y lamentablemente, hay que decir que no superó la prueba, aunque quizás debería haberse venido de vuelta con un premio mínimo, como es el empate.

En la alineación inicial no me gustó la incorporación de Vitolo, por estar recién recuperado de una lesión muscular que le ha tenido bastante tiempo apartado de los terrenos de juego. Por contra, eché en falta la velocidad y desborde de Deulofeu, sobre todo en la segunda parte, cuando ya estábamos por detrás en el marcador y había que ir a por todas. En cualquier caso, el equipo inicial era lo suficientemente competitivo como para haber podido ganar perfectamente en San Mamés.

El Sevilla dominó prácticamente todo el partido, pero fue un dominio estéril, perdiendo muchos balones en el centro del campo por ansiedad o por abusar de balones en largo. Pienso que si hubiéramos intentado imponer nuestro juego –toque en corto y posesión–, más técnico, y no haber caído tanto en el suyo –fútbol más directo–, nos habría ido mucho mejor.

El Athletic puede darse con un canto en los dientes, porque se llevó los tres puntos haciendo muy poquito. Claro que el Sevilla tampoco estuvo nada afortunado. Tuvimos claras ocasiones de gol, pero se perdieron todas en el último pase. Y eso es desesperante, porque al no tirar a puerta o entre los tres palos, parece que no se tienen ocasiones, cuando no es así.

El mejor de los nuestros fue Trémoulinas, que volvió a hacer un gran partido. Y el peor, sin duda, Carlos Bacca, que sigue totalmente desaparecido. No está para nada, y es fundamental el recuperarlo para la causa. Lleva tres o cuatro partidos en los que no ha hecho absolutamente nada, o casi nada, y eso lo está notando una barbaridad el equipo.

Mención aparte merece el arbitraje. A mí me pareció una vergüenza. Es el típico arbitraje sibilino del que mucha gente no se da cuenta, excepto el que lo sufre. Estrada Fernández sacó a relucir las dos varas de medir desde el principio: muy valiente a la hora de amonestar a los jugadores del Sevilla y muy cobarde a la hora de hacerlo con los del Athletic. En definitiva, un cagón de mucho cuidado. Pasó la mano en entradas violentas, pérdidas de tiempo, reiteraciones (24 faltas por parte de los vascos y 11 por la nuestra)… Un arbitraje muy completo, pensaría él. Los linieres también se unieron a la fiesta. En una ocasión sacaron de quicio a Emery, por pitar un saque de banda, en sus propias narices, cuando, ni por asomo había salido el balón. Al menos tuvieron el detalle de no enseñarle amarilla o expulsarlo por protestar.

Pero si hubo algo que dejó bien a las claras el talante arbitral, fue el tiempo añadido: Sólo añadieron dos minutos, cuando se habían hecho los seis cambios y había habido pérdidas de tiempo. Basta decir que los árbitros tienen como norma que, cuando se hacen todos los cambios, deben añadirse tres minutos.

Es una pena que se nos hayan ido estos tres puntos, sobre todo por haber sido ante un rival inferior. Pero partidos como el de esta mañana nos vamos a encontrar varios a lo largo de la temporada. Así que tenemos que recuperarnos lo antes posible, no darle más vueltas al resbalón y pensar en el próximo partido. Porque hacer lo contrario, fustigarnos, no sirve absolutamente para nada.