Archivo diario: 21/04/2014

Sevilla FC 4 – Granada 0. El Sevilla ya golea sin querer

El Sevilla solventó el encuentro ante el Granada de manera brillante, sin pasar apuros y goleando casi sin querer, gracias también a la inestimable colaboración de la defensa visitante, que regaló los dos primeros goles.

Hasta entonces, el Granada controlaba bien el balón, pero sin crear ninguna ocasión de gol. Una vez ya con el marcador a favor, el Sevilla dominó por completo, a pesar de jugar a medio gas. Carriço  y M’Bia –otro partidazo del camerunés– eran un muro infranqueable para el Granada, que se desesperaba y recurría al disparo lejano. El centro del campo funcionó a la perfección, tanto en la contención como en la distribución, y si no llegaron más goles fue porque, incomprensiblemente, el Sevilla levantó el pie del acelerador. Y digo «incomprensiblemente», porque nuestra diferencia de goles a favor y en contra es inferior a la del Athletic, y sería una pena quedar fuera de Champions por ese motivo. Claro que para ello tendría que empatar el Sevilla en San Mamés, lo cual está por ver.

Y si el centro del campo funcionó a las mil maravillas, lo mismo se puede decir de la defensa: Fazio y Pareja lo despejaban todo, y los dos laterales también hicieron un buen trabajo.

Y arriba el Sevilla volvió a demostrar que tiene dinamita pura, a pesar de permitirse el lujo de tener a Bacca de suplente. Pero se olía el peligro en cuanto Marin, Rakitic o Vitolo enfilaban el camino a la puerta contraria. Y Gameiro remató la faena, marcando un gol y dando otro.

Cuando todas las líneas funcionan y se juega como un equipo, tanto en la labor ofensiva como la defensiva, lo más probable es que se gane con claridad. El Granada, prácticamente, no tuvo opción. Tiene algunos jugadores interesantes, pero ahora mismo está a años luz de este Sevilla que ya golea casi sin querer.

El árbitro no influyó para nada en el resultado, pero José Antonio Texeira Vitienes, a pesar de ser un partido sin ninguna complicación, dejó muestras de lo mal árbitro que es.

Ahora llega lo bueno. Lo bueno y lo difícil: una eliminatoria europea que nos puede dar el paso a otra final, y un partido donde nos jugamos las opciones de jugar la Champions. La pena es que Emery haya tardado tantísimo en darse cuenta de que el rendimiento del equipo con el doble pivote defensivo es mucho mayor, y de que haya confiado hasta la cabezonería en un Pareja que estaba en un estado de forma lamentable –no tenía nada que ver con el de ahora–. Si no hubiera sido por eso, el próximo partido de liga sería un trámite. Pero eso ya no tiene solución. Ahora sólo cabe mirar al futuro, que es muy prometedor: la Europa League asegurada, aspirando a Champions, en una semifinal europea y con una plantilla joven, la cual, si no se debilita mucho en verano y se refuerza con algunos retoques, puede dar mucho que hablar.