Pues sí, estaba yo entretenido con mis cosas: partidazo de Europa League, el importantísimo partido del Sevilla Atlético, que sigue en su lucha por salvar la categoría, y, de buenas a primeras, me doy cuenta de que mañana, Domingo de Ramos, hay un derbi. Y lo cierto es que estaba ahí, escondido, agazapado, pero es una señal inequívoca de que los sevillistas ya vemos los derbis de otra manera.
Leía el otro día que el Betis había ganado en su campo 4 veces al Sevilla en los últimos treinta años. Quiero esto decir que habrá que ir con cuidado. Yo, al menos, no sabía que nos habían ganado tantas veces.
Será importante refrescar el equipo, pues a buen seguro notarán el gran esfuerzo al que nos obligó a realizar el Oporto. Además, no hay que olvidar que estuvimos casi toda la segunda parte con un jugador menos.
De todas formas, como siempre, confío en que ganará el Sevilla. Es obvio que el Sevilla es mucho mejor equipo, y quien no lo vea así, sólo tiene que echar un vistazo a la tabla clasificatoria.
El peligro del partido de mañana es el de siempre: que en fútbol no siempre gana el mejor.
Tres puntos en juego, tres puntos para acercarnos al Atletic y para seguir luchando por esa utopía que es ahora mismo la Champions League. Y también está en juego el que tengamos una Semana Santa tranquila, porque, si suena la flauta, aunque parezca increíble, volverán a salir de debajo de las piedras los de siempre.