A pesar de lo que pueda indicar el resultado, el Sevilla ha ganado con mucha superioridad a un Osasuna que apenas creó peligro. De no haber sido por los incomprensibles fallos de Carlos Bacca, el partido debió acabar en goleada.
La victoria es importantísima porque nos da muchas posibilidades de conseguir plaza europea. Además, se ha conseguido haciendo rotaciones. En el once inicial había seis jugadores de refresco con respecto al partido del jueves contra el Betis. En mi opinión, era totalmente necesario hacer rotaciones y dar descanso a varios jugadores, como Rakitic, quien, por fin, ha tenido un partido de descanso.
Del partido me quedo con el golazo de Jairo. Sin embargo, falló de forma clamorosa el 0-2 cuando sólo tenía que empujar el balón. Menos mal que no tuvo importancia, puesto que esa misma jugada acabó en el penalti que transformó Bacca. Esto fue lo único que hizo bien el colombiano, porque después falló dos ocasiones clarísimas, dándole vida a Osasuna que arriesgaba muchísimo, dejando muchos espacios atrás. En una de estas ocasiones de Bacca, que acabó dando en el poste, tenía a un compañero totalmente desmarcado, a pocos metros. Imperdonable.
Esperemos que la lesión de Beto no tenga importancia, porque aunque no sea un portero de primer nivel, sí creo que es mejor que Javi Varas.
Me gustó el partido del Sevilla en defensa: muy serio e imponiéndose siempre por alto. También fue bueno el trabajo en el centro del campo, que estuvo siempre bajo control sevillista.
Lo único que no me ha gustado del partido de hoy ha sido la poca contundencia en ataque. Afortunadamente, el gol de Osasuna ha sido con el tiempo de la prórroga cumplido. Pero si hubiera llegado unos minutos antes, se habría puesto en peligro el resultado. Y es que en Primera División no se puede perdonar a nadie. Ni siquiera a los equipos que tienen tan poca pólvora como el Osasuna.
Ahora, a pensar en el Madrid. Ya sabemos la dificultad que entraña este partido, y por eso también era importantísimo ganar hoy en un estadio de donde casi siempre nos vamos de vacío.