Muy meritorio encuentro del Sevilla FC, que fue capaz de remontar la eliminatoria, a pesar de las numerosas bajas en el centro del campo y del resultado tan adverso de la ida. La fe y la calidad de nuestros jugadores superó al miedo que tenían en el cuerpo el entrenador y jugadores béticos. Prueba de ello es que incluso el Betis llegó a achicar la anchura del terreno de juego un par de metros. De nada les sirvió.
El partido fue controlado casi en su totalidad por el Sevilla, teniendo el Betis, que yo recuerde, sólo una ocasión clara de gol, protagonizada por Rubén Castro, en la segunda parte, al encontrarse un balón en el área y que despejó Rakitic.
En general, el partido que hizo el Sevilla me gustó bastante, aunque pienso que debió aprovecharse del duro varapalo que supuso para el Betis encajar relativamente pronto el 0-1, e ir a por el segundo cuando aún había fuerzas. Me pareció que el Sevilla arriesgó mucho mostrando tanta parsimonia en la segunda parte, puesto que corríamos el riesgo de que el cronómetro se convirtiera en un duro rival. Y una vez conseguido el segundo, en mi opinión, debería haber buscado con más ahínco el tercero, para evitar llegar a la prórroga y, por supuesto, a los penaltis, que es donde se igualan las fuerzas.
Muy buen partido de Reyes hasta su lesión, de Alberto Moreno –que dio las dos asistencias de gol–, y, en general, de la defensa en su totalidad, puesto que apenas pasó apuros, imponiéndose siempre Pareja –buen partido el suyo– y Fazio. Rakitic y Marin también estuvieron a buena altura, aunque a Marin le volvió a fallar el físico y no aguantó en condiciones hasta el final.
Los delanteros no estuvieron finos. Bacca no hizo un buen partido, pero, al menos marcó, que es lo más importante en un delantero. Y Gameiro… Por culpa de Gameiro llegamos a la prórroga. No se puede fallar una ocasión tan clara, solo ante el portero. Porque a Bacca le llegó el rebote sin fuerza y el remate era más complicado, pero Gameiro debió fusilar con un tiro raso y sentenciar la eliminatoria. Claro que peor aún fue lo que falló en la ida, sin portero incluso.
Gameiro me parece un buen jugador, pero perdona ocasiones que los delanteros de élite, los caros, los llamados cracks, nunca fallan. Eso sí, el penalti lo tiró de lujo.
Cuando lo pasé mal fue cuando el árbitro pitó dos faltas peligrosísimas, ya en el tiempo del descuento, en la frontal del área. Menos mal que nuestro ex jugador Salva Sevilla las tiró fatal, porque nos pudo costar la eliminatoria. Por cierto, la primera de ellas fue un piscinazo que mereció tarjeta amarilla. Fue el único error importante del árbitro.
Pasamos a Cuartos de Final, que es lo que cuenta. Pienso que ha ganado el mejor, puesto que el Sevilla ha sido superior en los dos partidos. Y sólo la fortuna que ha tenido el Betis, al tener el Sevilla numerosísimas e importantes bajas, tanto en la ida como en la vuelta, ha evitado que la eliminatoria haya sido un paseo.
Como no puede ser de otra manera, me quito el sombrero ante nuestra afición, que acudió en masa a territorio hostil. Seguro que lo que vivieron no se puede contar con palabras.
Por último, un detalle que me pareció gracioso: ¿A quién se le ocurre dejar que tire el penalti decisivo –y las faltas– a un jugador bizco y que se llama Nono? Al Betis. Desde luego, son únicos.