Pase lo que pase en el partido de mañana, Emery seguirá siendo entrenador del Sevilla, pero todo lo que no sea un resultado favorable podría suponer su sentencia por parte de una afición que ya le ha aguantado bastante.
El aficionado sevillista ya está muy quemado. Lleva viendo toda la temporada cómo se están esfumando muchísimos puntos por culpa de un entrenador que a estas alturas de temporada no tiene las ideas claras, infrautiliza su plantilla y sigue reincidiendo en errores jornada tras jornada. Errores que, por otra parte, llaman la atención porque son de base, impropios de un entrenador de élite. Porque Emery, aunque a veces no lo parezca, es un entrenador de Primera División, y ahí no se llega por casualidad.
Incluso antes del partido se sabrá si Emery ha cometido su primer error. En mi opinión, es una gran metedura de pata el no alinear de salida a la pareja Fazio-Carriço, pues se ha demostrado que estos son los centrales que mejor rendimiento están ofreciendo. Obviamente, esta defensa no es inexpugnable, entre otras cosas porque nuestros laterales y portero están dejando mucho que desear, pero ha sido la clave para que durante muchos partidos nuestra línea defensiva no haya dado la lamentable imagen de estar compuesta por aficionados y no por profesionales.
Si además a Emery se le ocurre poner por delane a dos centrocampistas de contención y no le da por liarla con unos cambios que, a veces, son tan absurdos que parece que los ha hecho el entrenador rival, tendremos mucho ganado para salir victoriosos mañana ante un rival directo. Bueno, directo no, más bien directísimo. No conviene olvidar que ya caímos derrotados en Mestalla, con lo que el goal-average también juega un papel muy importante.
El Valencia viene enrachado, tras haber contratado a un nuevo entrenador y haberse reforzado convenientemente en el mercado de invierno –que aprenda nuestra Secretaría Técnica–. Nosotros también estamos enrachados, pero en el sentido negativo. Así que, a priori, será un partido bastante complicado, por el buen momento de nuestro visitante.
En el Valencia es baja Piatti –me parece bien, pues el argentino ya nos armó una buena cuando jugaba en el Almería–, pero, por lo demás, Pizzi tendrá disponible a todo su arsenal.
Ya nos ha pillado el Levante, y mañana puede hacerlo el Valencia. Es lo que tiene el fallar tantísimo y ante rivales tan débiles: que, como te descuides, te encuentras en tierra de nadie y firmas una temporada para olvidar.
Partido vital. Por tanto, el Ramón Sánchez Pizjuán tiene que estar hasta la bandera y los tres puntos tienen que quedarse en Sevilla, cueste lo que cueste.
En Valencia temen el arbitraje de mañana –Álvarez Izquierdo será el soplapitos–. ¡Qué graciosos! Como que nosotros no. Y eso que ya estamos curados de espanto. O deberíamos.
Por cierto, esta es la entrada 666 de mi blog. Espero que no sea un mal presagio.