Archivo mensual: enero 2014

Juan Cala desaprovechó su oportunidad

Hace unos días que Juan Cala anunció que no renovará con el Sevilla. Parece ser que no se siente valorado, y ha dicho que no se dejará llevar por su sevillismo y no firmará cualquier ofrecimiento del club.

En su día me pareció que el club hizo muy mal no confiando en él y dejándolo ir a Grecia. Había jugado poco con el Sevilla, pero lo hizo a un gran nivel. En Grecia también era un jugador importante, de manera que cuando el club se acordó de él para sustituir a Martín Cáceres, a mí me pareció una gran idea.

Pero a partir de aquí, en mi opinión, Juan Cala no ha dado la talla. A mí particularmente me ha defraudado. Esperaba un mayor rendimiento del lebrijano, pero lo cierto es que, como se suele decir, se pueden contar con los dedos de una mano los partidos buenos que ha hecho, y sobran dedos.

Desde mi punto de vista, Juan Cala no se ha hecho merecedor de hacerse con un puesto de titular, ni tampoco de seguir en el Sevilla. Los puestos de centrales son de los más importantes en una plantilla, y si se firma la renovación de Cala, se evita que venga un central de calidad. En ese puesto es donde el Sevilla debería hacer la mayor inversión en verano, pues un buen central da mucha seguridad a la defensa, y, a la larga, muchos puntos en nuestro casillero. Echo en falta un central rápido, buen marcador, con mando, que dé buena salida al balón  y que vaya bien por alto. Vamos, un estilo Javi Navarro.

De igual manera que Cala dice que no va a firmar cualquier ofrecimiento por su sevillismo, pienso que el club no debe ofrecer el oro y el moro a un jugador por el mero hecho de ser canterano.

Así pues, espero que a Juan Cala le vaya muy bien en su próximo club, pero me da la impresión de que el Sevilla no va a lamentar su marcha. Y es que Juan Cala tuvo su oportunidad y la desaprovechó.

El objetivo Champions, una quimera

Me sorprende que haya gente desde el club, como nuestro entrenador, que se marque como objetivo la clasificación para Champions, aunque añada después de que es un objetivo ambicioso. Yo puedo entender, hasta cierto punto, que a raíz de la buena racha de resultados que tuvimos, se lanzara y le saliera del alma esas palabras, pero también entiendo que marcarse un objetivo que está por encima de nuestras posibilidades es contraproducente.

Y es que ir a la Champions, hoy por hoy, está por encima de nuestras posibilidades. Hay que admitirlo, aunque no guste. ¿Y por qué afirmo esto, y rotundamente? Pues porque ahora hay cuatro equipos que nos superaran en todo: Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid y Athletic de Bilbao. Y se acabó lo que se daba. Ya no hay más plazas para la Liga de Campeones.

Ahora bien, en mi opinión, el Sevilla actual tiene mejor plantilla que el Athletic. Reconozco que los bilbaínos tienen buenos jugadores, pero, en general, la plantilla sevillista es superior. Donde creo que nos superan, y con creces, es en el banquillo, pues Valverde, a diferencia de Emery, tiene las ideas muy claras y está consiguiendo sacar el máximo rendimiento a su plantilla. Además, han logrado convertir su campo en una fortaleza casi inexpugnable.

Emery, por el contrario, transmite mucha inseguridad: hoy juego con doble pivote, mañana no;  hoy pongo estos centrales y mañana otros; ahora que dispongo de tres delanteros, juego sólo con uno, pero cuando me quedo con dos –porque uno se va aburrido a otro equipo– entonces juego con un sistema de dos delanteros… Emery no tiene las ideas nada claras, y estamos ya en la segunda vuelta.

Hay que ser realistas: un equipo que pierde en su estadio con equipos como Celta o Levante, y fuera no es capaz de ganar al Elche o Valladolid, verdaderamente lo tiene crudo para ir a la competición europea de más categoría. Para llegar a  lo máximo se tiene que fallar lo mínimo.

Nos tendremos que conformar con la Europa League –competición para la que sí estamos muy bien situados–. Y eso si hacemos las cosas bien.

Sevilla FC 2 – Levante 3. Sin la dupla Fazio-Carriço todo es más complicado

En mi opinión, si el Sevilla ha disfrutado de una racha exitosa de resultados es porque ha encontrado una pareja de centrales, como Fazio y Carriço que se han complementado a las mil maravillas. Por tanto, no sé a cuento de qué viene la locura de Emery de cambiar lo que funciona. Lo peor es que, encima, la entrada de Pareja -que está lento– provoca que el portugués pase al centro del campo, sustituyendo jugadores más capacitados para esas funciones, como Iborra, por ejemplo.

Me quedé esperando todo el partido el cambio de Pareja por Iborra, sobre todo a raíz del 2-1. Era el momento de cerrar el partido y de evitar contragolpes, como los que dieron lugar a los goles levantinistas. Se esfumó la seguridad defensiva y así es muy complicado ganar partidos. Si para colmo, nos da por fallar infinidad de ocasiones claras de gol –penalti incluido–, al portero rival le da por hacer el partido de su vida y la efectividad del Levante de cara a puerta es casi del 100%, entonces apaga y vámonos.

Partido nefasto de nuestros delanteros. Ni Bacca ni Gameiro aportaron algo, especialmente el segundo. Ni siquieran aparecieron para empujar cualquiera de los balones que quedaron muertos en el área.

En resumen, cometimos errores graves en las dos áreas: Fazio, al cometer penalti; Rakitic, al fallar el penalti a favor; Gameiro, que tiró al poste, con toda la portería para él… Así pues, teniendo en cuenta todos los condicionantes, no debe extrañar que al final el que se llevara el gato al agua fuera el Levante. Y es que el fútbol suele ser implacable con los que perdonan al rival. No basta con poder golear, ni con dominar por completo el partido. Sólo valen los goles. Es así de simple.

A los jugadores no se les puede achacar nada, pues lo han dado todo. Otra cosa es si miramos al banquillo. Ahí, quizás, no podríamos decir lo mismo. Emery hoy restó, y mucho.

Ahora sólo queda pensar en el próximo partido: Málaga, donde tanto nos quieren. Partido vital para nuestras aspiraciones, sobre todo teniendo en cuenta quién es nuestro próximo visitante: el FC Barcelona.

El decepcionante Kevin Gameiro

Una de las cosas que más me llamó la atención del Atlético de Madrid-Sevilla fue la actitud de Kevin Gameiro durante el partido. Dado el buen rendimiento de Bacca, el francés es habitual suplente, pero en la segunda parte tuvo su oportunidad. Sin embargo, a pesar de entrar en el minuto 45, parecía que saltó ya cansado al terreno de juego. Y es que no se puede correr tan poco, ni tener tan poca alma como Kevin Gameiro. Ni siquiera cuando nos quedamos en inferioridad numérica, por la expulsión de Alberto Moreno, se dignó a presionar y ayudar en defensa. A esas alturas, a pocos minutos del final, era el único jugador que iba andando.

Kevin Gameiro era el fichaje estrella de la temporada, haciendo el club un importante desembolso para traerlo. Empezó de forma muy prometedora: de titular y haciendo goles, pero con el paso de las jornadas se ha ido diluyendo, de manera alarmante. Y lo peor es su falta de implicación, porque a un jugador le pueden no salir las cosas, pero lo que no puede, ni debe, nunca, es no esforzarse. Y eso que se supone que él es el primer interesado en hacerlo bien, porque quiere ir al Mundial, pero ni por esas.

Creo que todos los sevillistas esperábamos mucho más de Gameiro. Bien haría Emery y el Presidente en apretarle las clavijas, porque como siga en ese plan, mal lo vamos a tener cuando Bacca no pueda jugar.

Entiendo que Gameiro necesite un período de adaptación –sobre todo en su caso, que no conoce el idioma– pero lo que no admito es que no ponga todo de su parte cuando salte al terreno de juego. Y eso es justo lo que vi en el césped del Calderón y es justamente lo que no se puede permitir a ningún jugador que lleve nuestra camiseta. Y mucho menos, ganando lo que gana. Que no sé lo que es, pero seguro que mucho.

Hasta ahora, Gameiro es el fichaje más decepcionante del Sevilla 2013-2014, con bastante diferencia. Esperemos que se esmere. Un poquito de pundonor nunca viene mal.

Fazio a Diego Costa: «Si vas a pegar, pega fuerte, en vez de arañar»

Fazio se ha convertido en héroe del sevillismo y de cualquier aficionado que no sea del Atlético de Madrid, al frenar en seco al jugador más antideportivo de la liga, con mucha diferencia sobre los demás. Y lo ha parado con su misma moneda, es decir,  con métodos nada deportivos. Afortunadamente, a pesar de caer en las provocaciones del brasileño, no le vio el árbitro. Medel y Kondogbia no tuvieron la misma suerte y acabaron expulsados. Y no les culpo, pues debe ser insoportable enfrentarse a un rival que cuyo repertorio es insultar, empujar, fingir, provocar o escupirse en el guante para dejar el «regalito» a su marcador.

Los medios de comunicación madrileños siguen erre que erre con el tema, hasta el punto de estar incluso llegando al disparate, pues algún mamarracho anda pidiendo por la radio que entre de oficio el Comité de Competición –por supuesto, para sancionar a Fazio, no a Diego Costa–. No creo que los diversos  comités que se dedican a adulterar la competición con sus absurdas decisiones, se metan en este asunto alegando que se ha creado «alarma social», porque yo veo a la gente muy tranquila por la calle. Pero también es verdad que estos ineptos de los comités son capaces de cualquier cosa cuando se trata de defender a los suyos.

Lo que sí temo es que, a partir de ahora, los árbitros le cojan la matrícula a Fazio, y le ocurra lo mismo que en su día le pasó a Javi Navarro o a Pablo Alfaro: que le pitaban faltas y le sacaban amarillas hasta por respirar, aunque hicieran un partido impecable.

Fazio ha hecho muchos partidos malos en el Sevilla, y sus errores nos han costado muchos puntos, pero también es verdad, y es justo reconocerlo, que ha hecho partidos sensacionales. Y ahora está formando, junto con el portugués Carriço, una pareja de centrales que le está dando mucha contundencia y seguridad defensiva al Sevilla. Y bien que lo está notando el equipo, puesto que la fragilidad en defensa era una característica del plantel en las últimas temporadas.

Como Fazio haga otro buen partido ante el Levante, no va a haber más remedio que sacarlo a hombros del Estadio.

Por último, os recomiendo un vídeo del programa de Canal Plus «El Día Después», sobre el affaire Fazio-Costa que no tiene desperdicio:

 

At. de Madrid 1 – Sevilla FC 1. Punto muy meritorio

Punto que sabe a gloria el conseguido ayer por el Sevilla, ante un rival que fue durante gran parte del partido superior y al que se le permite de todo desde el estamento arbitral.

Yo era bastante pesimista en cuanto a este partido, y más aún cuando vi que Emery se decidió a poner a Pareja de titular. Pienso que es un error el cambiar lo que ya funciona. Por lo que más quieras, Emery, no se te ocurra tocar la dupla Carriço-Fazio, que por ahora está funcionando a las mil maravilla y, sin duda, es la clave principal de la remontada que está haciendo el equipo. Y es que estos centrales le están dando una fortaleza a la línea defensiva que hacía varias temporadas que no teníamos.

Tampoco me ayudaba a ser optimista la actitud tan timorata con que saltó el Sevilla al terreno de juego. No se le veía mentalidad ganadora y tampoco era capaz de dar dos pases seguidos.

En el minuto 18, llegó el gol del Atlético, a raíz de un córner, y, en mi opinión, tras clara falta de Diego Costa. El brasileño empuja claramente a un jugador sevillista –creo que a Coke– y le hace chocar con Beto, que estaba saliendo y no pudo despejar bien el balón. Pero parece que yo soy el único que vio esa falta –no es carga legal, pues empuja con el codo– porque nadie lo menciona, y ni siquiera  el propio Coke protesta –quizás porque sabe que no sirve para nada–.

Este gol ponía el partido muy cuesta arriba, porque no había señas de mejoría y, además, el árbitro dejó claro que tenía dos criterios, a la hora de señalar faltas y sacar tarjetas.

Afortunadamente, en la segunda parte cambió algo el panorama, e incluso dominamos el partido durante algunos minutos. Hasta que en el minuto 72 logramos el empate de penalti. El árbitro fue totalmente parcial, pero al menos se atrevió a pitar el penalti, que aunque fue claro, muchos otros no lo habrían pitado.

Rakitic tiró bien el penalti, pero aún así, Courtois –gran portero y, para mí, el jugador más decisivo de este Atlético– rozó el balón.

A partir de este punto, creo que si el Sevilla hubiera ido de verdad a por el partido, podríamos haber ganado, porque el Atlético no estaba bien físicamente y tenía muchísima ansiedad, seguramente por la presión de estar obligado a ganar y situarse líder.

Al final del partido hubo otro hecho que hizo que el punto conseguido fuera de gran importancia: la expulsión de Alberto Moreno. En mi opinión, es expulsión, pues no va en ningún caso a disputar el balón, sino a cortar por la tremenda el avance del jugador atlético. Pero el caso es que esa jugada no debió de haberse producido nunca, pues justo antes hubo dos o tres faltas a nuestro favor y a Hernández Hernández no le digo la gana de pitar ninguna.

Destacar el partidazo que hizo Fazio, que fue capaz de frenar a Diego Costa y sin caer en sus provocaciones y piscinazos. Es verdaderamente lamentable que este jugador vaya a jugar con la Selección Española.

En el lado opuesto de Fazio está Kevin Gameiro. No pudo aportar menos al equipo. Ni siquiera cuando estábamos en inferioridad numérica tuvo un poquito de alma para presionar al rival.

Gran partido defensivo del Sevilla ayer, pero tampoco sería sensato lanzar las campanas al vuelo, puesto que aún hay mucho que mejorar. Ahora debemos continuar la remontada ante el Levante de Caparrós, que consiguió la hazaña de la jornada al empatar con el Barcelona.

El domingo, previsible paso atrás del Sevilla

La próxima jornada se presenta complicada para nuestras aspiraciones ligueras, no ya sólo por el difícil rival al que nos enfrentamos, sino porque nuestros rivales directos disputarán sus partidos contra equipos de la parte baja de la tabla o netamente inferiores: el Athletic recibe al Valladolid, el Villarreal también juega en casa, contra el Almería, y la Real Sociedad visitará al Getafe. Es decir, a priori, todos ganarán y el Sevilla perderá.

Tampoco conviene perder de vista al Valencia, del que no me fío un pelo. El equipo ché visitará Málaga. Por ahora, los tenemos a 7 puntos, pero tienen una buena plantilla y seguro que estarán luchando por los puestos europeos a final de temporada.

Ganar en el Calderón –se prevé una gran entrada– es muy complicado. Tanto que, por ahora, nadie lo ha conseguido. Como dice Emery, hay que rozar la excelencia para ganar allí. Y puede que ni aún así, como ya nos ocurrió en el Camp Nou. Y es que a veces, también se cuelan invitados no deseados en la fiesta. En este caso, el arbitraje corresponderá a Hernández Hernandez, del Comité de Las Palmas.

El Atlético tiene la baja segura de Mario Suárez y las dudas de Adrián –con gripe– y Tiago, con sobrecarga.

Tengo que admitir que soy pesimista respecto a este encuentro, pues para ganar tendríamos que correr más que nuestro rival, y eso es harto difícil. Por tanto, me conformo con que nuestro goal-average no se vea maltratado y que no perdamos jugadores, ya sean por lesión o sanción, para el próximo partido en casa, contra el Levante de Caparrós.

Eso sí, de ganar o puntuar en el Calderón, sería un pelotazo muy meritorio que daría mucha moral y confianza a todos. Es casi imposible, pero si los jugadores son conscientes de que tienen calidad de sobra para dar la campanada, podría saltar la sorpresa. Ahora bien, si salimos a verlas venir, mal vamos.

José Castro, el mejor Presidente posible para el Sevilla FC

Tras escuchar las primeras declaraciones y entrevistas del nuevo Presidente del Sevilla –el 33º Presidente de la historia–, tengo la misma sensación que cuando fue elegido Roberto Alés o José María Del Nido: que sería un gran Presidente.

En mi opinión, Castro tiene todas las características que debe tener un Presidente:  ilusión, conocimientos, confianza y, sobre todo, un sevillismo que está fuera de toda duda. También está sobrado de experiencia, pues lleva muchos años como Vicepresidente, y no ocupando una Vicepresidencia cualquiera, sino la de Jose María Del Nido, que ha sido uno de los mejores presidentes de los casi 124 años de historia sevillista.

Estoy seguro de que Castro se dedicará en cuerpo y alma al Sevilla fútbol club y de que, si se rodea de personal cualificado y de su confianza, volveremos a conseguir éxitos deportivos en pocos años. En este sentido, sería muy importante que lograra convencer a Jose María Cruz para que formara parte del nuevo proyecto. Ya ha sido capaz de convencer a Monchi, quien tenía clarísimo que había llegado su momento de dejar el Consejo. Pero al de San Fernando su sevillismo le ha vuelto a dejar sin «credibilidad» y se ha echado para atrás, incapaz de negarse a la petición de Castro. Yo, particularmente, después de esto sigo creyendo más aún en Monchi de lo que ya creía. Para mí, tiene toda la credibilidad del mundo. Para mí es una tranquilidad y una alegría que una persona como Monchi siga en el Consejo y, sobre todo, a cargo de uno de los departamentos más importantes de la entidad: la Secretaría Técnica.

Con quien no ha podido contar Castro es con Manuel Vizcaíno. En este caso, a pesar de las alabanzas que recibía de Del Nido, no me parece que la marcha de Vizcaíno sea un inconveniente. Desde fuera, me da la impresión de que es perfectamente sustituíble, pues ha tomado decisiones que creo que no han sido acertadas y que incluso han dividido al sevillismo, como pueden ser la supresión del carnet infantil, la polémica con los escudos –que para mí no es tal–, el banquillo de las chalchichas o la incapacidad de encontrar un patrocinio para las camisetas.

A Castro ya sólo le falta un poquito de suerte, que es totalmente necesaria para triunfar en el fútbol. Y ojalá que la encuentre, porque sus triunfos serán los de todo el sevillismo.

Mi opinión sobre «Mentiras del Fútbol Sevillano»

Ayer acabé de leer el libro «Mentiras del Fútbol Sevillano», de Carlos Romero, y, la verdad es que me ha gustado mucho. Como dicen los ingleses, es un «must», es decir, de obligada lectura.

El libro se hace muy ameno y sus 270 páginas pasan volando. Cuando acabas un capítulo –uno por mentira– es casi imposible no continuar con el siguiente. En algunos momentos no puedes evitar unas risas, viendo la mentalidad de la gente en aquellos años en los que se iniciaba el fútbol en nuestro país.

Eso sí, Mentiras del Fútbol Sevillano no creo que guste a los béticos. No es que se hable del Betis de manera despectiva –más bien al contrario, pues en todo momento se trata con respeto y con rigurosidad de todos los clubes mencionados en el libro– pero el libro desmonta, mediante una buena documentación, cada una de las historietas que tanto les gusta contar a algunos béticos. Y la historia es como es, por mucho que a ellos les guste cambiarla.

De los capítulos, el que más me ha gustado es el del caso Antúnez. La verdad es que desconocía los detalles de este llamativo caso y me ha impresionado bastante hasta dónde pudo llegar la rivalidad mal entendida o, más bien, el odio que nos tuvo por aquella época el Betis.

Por decir algo negativo del libro, es que se ha publicado sin haber sido revisado. O si se ha revisado, no se ha hecho bien, puesto que he visto bastantes errores tipográficos. Esto no es algo grave, pero considero que toda publicación debe revisarse para evitar en los posibles estos pequeños fallos que, aunque no suelen ser un inconveniente a la hora de leer y comprender el texto, no dan buena imagen. Por supuesto, esto no empaña en absoluto al libro, que, como digo, me parece magnífico. Además, estoy seguro de que los errores se corregirán en posteriores ediciones.

Mis felicitaciones desde aquí a Carlos Romero, por su libro, gracias al cual conozco mejor la historia del Sevilla FC y de aquellos clubes que nos acompañaron en los comienzos.

La falta de ambición, un serio problema

El Sevilla perdió ayer una ocasión de oro para dar un gran paso hacia los puestos europeos, los cuáles  siguen estando muy cerquita.

El partido no fue bueno, pero lo que llamó la atención, desde el pitido inicial, fue la falta de intensidad que mostraron nuestros jugadores. Esto se hizo más evidente, si tenemos en cuenta la actitud del equipo en el último partido, contra el Getafe, donde nos comimos al rival con una presión intensa, durante gran parte del partido.

Si estuviéramos sobrados de calidad, seguramente esa calidad se impondría a la mayoría de nuestros rivales, pero, por desgracia, no es así. Tenemos un buen equipo, pero si no corremos tanto o más como nuestros rivales, se nos irán muchos puntos ante equipos inferiores, como ocurrió en el día de ayer.

No jugamos bien, pero aún así tuvimos varios ocasiones claras para adelantarnos en el marcador, e incluso sentenciar el partido. Pero, lamentablemente, no fue el día de Bacca, que falló lo que no se puede fallar nunca.

En defensa el equipo sí estuvo bastante serio. Quitando los inexplicables errores de M’Bia y Coke, que nos pudieron costar muy caro, el Elche sólo consiguió crear peligro mediante centros al área desde las bandas.  En uno de estos centros, Herrera le ganó la posición a Carriço y consiguió el gol que parecía iba a costarnos la derrota. Menos mal que el propio Carriço consiguió el empate y, al menos, puntuamos. Dimos un paso corto, pero paso al frente, en cualquier caso.

El principal problema que veo del  partido de ayer es que sin ambición es imposible que lleguemos al único puesto Champions que está en juego. Esa ambición la deberían de tener unos jugadores profesionales grabadas a fuego en el cerebro, pero si no la tienen, es trabajo del entrenador el conseguir que adquieran ese deseo ardiente de aspirar a lograr el mayor de los objetivos.

Ir a Champions es harto complicado, teniendo en cuenta los puntos que hemos dejado escapar ante equipos débiles, pero está claro que es a lo que debemos aspirar, máxime si tenemos en cuenta cuáles son nuestros rivales directos. Conseguir un puesto para la Europa League siempre debe ser un premio menor para el Sevilla.

En cuanto al próximo partido, la verdad es que soy muy pesimista. Me conformo con que no perdamos jugadores por lesión o expulsión y ofrecer una imagen digna. Hay que reconocer que el Atlético tiene mejor equipo, y si a eso le sumamos que los árbitros le permiten todo… mal asunto. Por eso era tan importante el partido contra el Elche.

Una anécdota y un consejo

Ayer me enteré de que en Madrid llevan un par de días con tarifa única de taxis en los trayectos hacia o desde el aeropuerto, y en la noticia destacaban que, a pesar de que llevaban poco tiempo con la nueva tarifa, ya se estaban dando casos de engaños a turistas. La tarifa era de treinta euros, y un hombre dijo que le llegaron a cobrar 45 euros.

Eso me recordó a la anécdota que me ocurrió cuando llegué al aeropuerto de Sevilla, al día siguiente de haberse proclamado el Sevilla FC brillante campeón de la Copa del Rey tras ganar al Atlético de Madrid, por dos goles a cero, en el Camp Nou.

Éramos tres personas las que teníamos que coger un taxi, y como estuvimos en Barcelona varios días de turismo –ya que se va, hay que aprovechar el viaje–, las maletas eran bastante voluminosas y no cabían en un taxi normal. Así que tuvimos que desechar tres o cuatro taxis hasta que encontramos uno que tuviera un maletero lo suficientemente grande como para dar cabida a todo el equipaje.

Aquel día yo llevaba puesta mi camiseta del Sevilla roja de la final de Glasgow. Nada más entrar en el taxi, vi que del espejo retrovisor colgaba un escudo del Betis, casi tan grande como el de mi sevillista camiseta. Lo primero que pensé es «la hemos cagado», aunque también pensé que, a lo mejor, habíamos dado con un bético honrado . Si es que hay alguno 🙂

Nos pusimos en marcha. O más bien despegamos, porque el taxi cogió una velocidad impresionante por la autopista. En mi vida he ido tan rápido en un coche. La velocidad era tal que los demás coches parecían caracoles. Calculo que debíamos de ir a unos 200 km/h, o puede que más. Lógicamente, en cuestión de segundos llegamos a la carretera de Carmona y poco después a la dirección que le habíamos indicado.

Aquí es donde empezaron los problemas, pues el taxista nos pidió una cantidad de dinero, la cual no recuerdo exactamente, pero que no era la adecuada. Yo no lo sabía, pero mi hermano sí estaba al tanto y protestó. El taxista entonces dijo que era una tarifa fija y que había que sumar un euro por maleta.

Y aquí fue donde el taxista salió trasquilado. Mi hermano le dijo cuál era la tarifa correcta y que las maletas estaban incluidas. Ante la actitud del taxista, que se puso «chulito» y no reconocía el engaño, mi hermano le mostró la fotocopia del Boletín Oficial de la Provincia, donde venían publicadas las tarifas vigentes.

Ni aún así, el taxista daba su brazo a torcer. Entonces, mi hermano le dijo que le pagaría, pero que le tenía que dar un recibo –el cual debe llegar el logo del Ayuntamiento y con el número de licencia debidamente troquelado–. Cuando ya esperábamos que el sinvergüenza del taxista se rindiera, nos sorprendió a todos yéndose hacia el taxi, haciendo como que iba a por el recibo. Como era de esperar, a los pocos segundos volvió para decirnos, con muy malas formas, que le pagáramos lo que nosotros decíamos pero que «otra vez no nos cogía». Esto ya es que fue muy gracioso. Como si nos fuéramos a encontrar de nuevo y él se fuera a acordar de nosotros 🙂

Evidentemente, esto ocurrió no porque el taxista fuera bético, o del Madrid o del Sabadell, sino porque era uno de esos mafiosos que campan a sus anchas por el aeropuerto de Sevilla. Seguro que, en cuanto nos dejó, volvió a ir a velocidad de vértigo a por más «incautos». Es una manera fácil de hacer dinero: veintitantos euros por un cuarto de hora de trayecto no estaba nada mal.

Ésa era la anécdota. El consejo, evidentemente, es que, cuando se vaya a coger un taxi con trayecto aeropuerto, se vaya preparado. No cuesta tanto llevar una copia de las tarifas oficiales.

Ya sienta mal que los taxistas intenten engañar a los turistas –da muy mala imagen de la ciudad–, pero ya que lo hagan con los sevillanos, es que clama al cielo.

¿Cláusula del miedo o de la lógica?

Con la llegada del Elche-Sevilla ha vuelto a leerse en los medios de comunicación el término «Cláusula del miedo» o «del cagazo», según los más finos. Es evidente que el uso de esas palabras implica una crítica o desprecio a la costumbre que tiene el Sevilla, y otros equipos, de incluir una cláusula en los contratos de cesión de sus jugadores para que no puedan alinearse contra el club al que pertenecen y les paga.

A mí, sin embargo,  este asunto es que me parece de lo más lógico. Imaginen ustedes, por un momento, que no existiera la llamada cláusula del miedo y el sábado resulta que Botía está inconmesurable y hace un partidazo, y que Manu del Moral –ya recuperado de su lesión– le da por marcar un gol –o dos, que nunca se sabe–, y que Stevanovic juega –poco probable, pero podría darse el caso– y da un par de pases de gol. ¿Acaso no lloverían críticas al club por ello? Por supuesto, y además con toda la razón del mundo, pues el Sevilla habría perdido los tres puntos en juego por una gran intervención de jugadores que aún le pertenecen. ¿No hay algo de absurdo en ello? Más bien, mucho.

Además, hay que tener en cuenta que el Sevilla no prohíbe jugar a los jugadores cedidos, sino que exige una compensación económica por ello, que en este caso sería de 100.000 euros. Yo ni siquiera ofrecería esa posibilidad. No pueden jugar, y punto.

Claro está que esta cautela que tiene el Sevilla con sus jugadores cedidos puede salir mal. Recuerdo, por ejemplo, el caso de Cobeño, cuando estaba cedido en el Almería. El equipo rojiblanco no quiso pagar y jugó el portero suplente, que era Diego Alves. Para nuestra desgracia, el brasileño hizo un partidazo y se hizo con una titularidad que ya no perdería y que le llevó a firmar, posteriormente, por el Valencia.

Esto demuestra que nunca se sabe si es mejor que jueguen los jugadores cedidos –que no hay que olvidar que estarían extramotivados– o no, pero para evitar posibles problemas y críticas justificadas, yo pienso que lo más lógico es que no jueguen. Como los jugadores aún se deben al Sevilla, que es el club que les paga la ficha o parte de ella, yo este tema lo veo muy claro: no es una cuestión de miedo, sino de lógica.

Sevilla FC 3 – Getafe 0. Cortísimo resultado

El Sevilla ha hecho, en la mañana de hoy, el partido más completo de lo que llevamos de temporada. Desde el inicio se vio que la intensidad que ponían los jugadores de blanco superaba en mucho a los de azul. Y si a eso le sumamos que también teníamos más calidad, el resultado era una cascada de ocasiones de gol.

El resultado final es corto, muy corto, porque hicimos tres goles, pero fallamos varios cantados. El Sevilla pasó por encima del Getafe, que apenas ofreció resistencia. El jugador azulino más peligroso fue, sin duda, Pedro León, que tiene un golpeo de balón sensacional.

Por parte del Sevilla todos hicieron un partido muy bueno, exceptuando, si acaso, al francés Gameiro. No fue su día. Estrelló un balón en el poste pero erró calamitosamente en un contragolpe de dos contra uno. Fue incapaz de servir el gol en bandeja a Bacca, que le esperaba solo en el área. Kevin tiene también que mejorar mucho su juego aéreo, porque no gana ningún balón por arriba.

Desde mi punto de vista, sobresalieron Bacca –aunque falló también ocasiones clarísimas de gol, dio dos asistencias y marcó un gol–, Rakitic y Fazio. El partido del central argentino fue extraordinario. No obstante, también otros jugadores estuvieron a un gran nivel, como Vitolo y Carriço.

Probablemente, el partido de hoy haya sido el más completo y el que haya ganado con más autoridad el Sevilla. Aunque al Betis se le marcaron cuatro, el partido no fue bueno. Lo que ocurre es que el Betis era tan mal equipo que no necesitamos hacer un gran fútbol para golearles.

Lo peor del partido fue, sin duda, el árbitro. Ayza Gámez, el árbitro valenciano, no pudo tener peor criterio a la hora de mostrar las tarjetas amarillas. Fue una calamidad. Para colmo, seguía el juego tan de cerca que cortó un pase del Sevilla y estuvo a punto a costarnos un gol.

A decir verdad, no me esperaba un partido tan plácido y tan fácil, sobre todo cuando vi que Emery apostaba por jugar con dos delanteros. Ese sistema no nos había dado resultados hasta ahora, y creo que era un riesgo innecesario. Pero la jugada, afortunadamente,  salió bien.

Lo que no me gustó en absoluto, y no entiendo, es el motivo por el que Emery, con 3-0 en el marcador, decidió sacar a Trochowski, en lugar de a uno de los dos canteranos que había convocado. Eso no se hace, Emery.

 

Sevilla-Getafe, partido de más de tres puntos

El partido de mañana es fundamental, para seguir con la buena racha que nos ha llevado a tiro de piedra de los puestos europeos, y, sobre todo, porque el Getafe es un rival directo. No sólo porque está a sólo a tres puntos, sino porque se trata de uno de los equipos llamados a estar luchando por los puestos de Europa League.

Teóricamente es un rival inferior, pero tiene unos cuantos jugadores que nos pueden dar quebraderos de cabeza, como Pedro León, Lafita, Diego Castro o los delanteros Marica –que creo recordar ya le hizo un gol al Sevilla en Europa hace unos años– y Colunga.

El Getafe dispondrá de toda la plantilla –qué envidia–, pero no han viajado por decisión ténica Lopo, Juan Rodríguez, Míchel y Roberto Lago.

En el Sevilla, destaca la lesión de Alberto Moreno y la convocatoria de dos chavales del filial: Carlos Fernández y Moi, quienes podrían debutar en Liga. También es noticia la vuelta de Marko Marin, que no saldrá de inicio pero que podría disponer de algunos minutos.

Lo que más me preocupa de mañana es que a Emery le dé por poner a dos delanteros y renuncie al sistema que tan buen resultado nos ha dado en los últimos partidos. Si nuestro entrenador no hace locuras, creo que mañana los tres puntos deberían de caer de nuestro lado, siempre que corramos tanto como el rival, como es lógico.

Por último, dedicar unas palabras a la iniciativa de Del Nido de poner voluntarios recogiendo firmas para promover su indulto, en los alrededores del Estadio. Me parece lamentable. ¿Acaso no puede poner a los voluntarios en el centro, por ejemplo, que seguro que estará atestado de gente? A Del Nido parece que se le olvida que su problema con la justicia es de índole personal, y no sé a cuento de qué viene a implicar al Sevilla FC de nuevo.

Como diría el propio Del Nido: Getafe, Getafe y Getafe. Es lo único importante mañana.