Me alegró escuchar las palabras de Monchi en el programa «A Balón Parado». de Roberto Arrocha, pues me había preocupado la noticia que saltó a primera hora de la mañana de que nuestro Director Deportivo se estaba planteando abandonar el cargo. Afortunadamente, parece que dicha noticia era sólo un invento más de la prensa, ya que el mismo Monchi reconocía haberse sorprendido cuando la leyó.
De las palabras de Monchi se deduce que seguirá en el cargo, a no ser que el nuevo Presidente cometa el error de no contar con él, lo cual supongo que será harto improbable.
En mi opinión, la continuidad de Monchi es importantísima. En estos momentos de incertidumbre se antoja fundamental que los profesionales más válidos cojan las riendas del club, y, desde mi punto de vista, entre esos profesionales deben estar Pepe Castro, José María Cruz y Monchi.
Al de San Fernando no lo vamos a descubrir ahora. Es cierto que ha tenido errores –¿y quién no?–, pero, desde luego, también ha tenido muchos aciertos. No se puede olvidar que él y su equipo de trabajo fueron los responsables de conformar un equipo campeón, tanto a nivel europeo como nacional. Y eso, teniendo en cuenta las posibilidades económicas del Sevilla, tiene muchísimo mérito.
En esta temporada, Monchi también tiene mi aprobado. Ha conseguido algo que no es nada fácil: ha llevado a cabo una gran reestructuración de la plantilla, teniendo que desprenderse de las principales figuras, y sustituyéndolas por jugadores de futuro. A mi modo de ver, una remodelación tan grande de la plantilla es arriesgadísimo. A pesar de eso, ahí estamos: acercándonos a los puestos europeos y con una plantilla joven y bastante válida, que debe ser la base para formar un equipo que aspire a consolidarse en Europa durante los próximos años, como lo ha estado haciendo sin problemas en la época de Del Nido.
La función del Director Deportivo es de las más importantes en el organigrama del club. A fin de cuentas, de su buen hacer dependerá el potencial deportivo y económico del club. Es imposible ganar títulos y prestigio sin tener buenos jugadores. De su acierto o fracaso depende que el club sea una mina de oro o una ruina, pues los jugadores que destaquen nos los quitarán de las manos a golpe de talonario, y los que no den la talla costará un mundo colocarlos.
Por tanto, respiro mucho más tranquilo si Monchi sigue al frente de esa Dirección Deportiva, ya que, además de su más que demostrado valía, es un trabajador incansable, humilde y, sobre todo, muy sevillista.
Monchi ayer alardeó en muchas ocasiones de su sevillismo. No creo que, a estas alturas, nadie lo ponga en duda. Y si aún quedara alguien, sólo tiene que ver el inolvidable vídeo del descenso del Sevilla en el año 1997, en Oviedo, para convencerse de que Monchi, a pesar de haber nacido en la provincia de Cádiz, es tan sevillista como el que más.