El enfado de Negredo

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Se ganó el complicado partido de ayer, contra el Athletic de Bilbao, tal y como se preveía, con mucho esfuerzo y dificultad, pues sólo en la recta final se decidió el partido.

Si hubo un jugador destacado, para bien o para mal, fue Álvaro Negredo. El madrileño estuvo en su línea habitual: marca uno pero falla cinco, lo que, lógicamente, desespera al aficionado. Bueno, más bien, Negredo estuvo por encima de su línea habitual, pues hizo un doblete. Precisamente, al conseguir su segundo gol hizo un gesto que, simplemente, sobraba. Entiendo que Negredo esté molesto por la actitud de una grada que le recrimina –desde mi punto de vista, con razón– sus continuos fallos, no sólo en el remate, sino también en el pase. Porque vaya tela el pase de la muerte que intentó darle a Manu del Moral en el primer tiempo. Sencillamente, no lo pudo hacer peor.

Como digo, entiendo que Negredo se enfade, pero él tiene que asumir como algo normal el estar sujeto a la crítica, y, por tanto, sólo debería de preocuparse de luchar por el equipo y dar lo máximo siempre. Y, por supuesto, el intentar mejorar su efectividad de cara a gol. Porque Negredo lleva 17 goles en liga, que es una cifra considerable, pero, ¿cuántas ocasiones de gol ha desperdiciado en lo que llevamos de liga? Es difícil de calcular, pero yo creo que una media de dos goles por partido no se la quita nadie. Y me refiero sólo a las ocasiones claras de gol.

Es contradictorio que el máximo goleador nacional de nuestra liga sea tan criticado por su propia afición, pero pienso que la gente ya está un poco harta de su desesperante ineficacia de cara a gol. Aún tenemos en la retina sus dos estrepitosos fallos ante el Levante: el que tiró fuera, desde el área pequeña, con toda la portería para él, y el que tiró al cuerpo del portero, en el tiempo de descuento, también desde corta distancia. Ocasiones tan clamorosas que no se pueden fallar nunca.

A veces da la impresión de que Negredo busca más el lucimiento personal que el bien del equipo. Desgraciadamente, vemos con relativa frecuencia –ayer mismo— cómo intenta superar al portero con una vaselina, o recurrir al taconazo o regatear a un rival de manera innecesaria, cuando lo más fácil parece ser, como se suele decir, romper el balón.

En mi opinión, Negredo es un buen jugador, aunque considero que está sobrevalorado. No creo que valga 15 millones de euros, ni mucho menos. Y, por supuesto, pienso que si sólo vamos a jugar con un delantero, éste tiene que ofrecer mucho más de lo que ofrece Negredo habitualmente. Es decir, el único delantero debe presionar y desmarcarse más de lo que lo hace él. Precisamente, en ese sentido, no estuvo nada mal el partido que hizo ayer. Aunque le faltó efectividad –aunque pudo ser peor–, no se le puede reprochar nada en cuanto a la entrega. Sin embargo, en esta temporada le hemos visto en demasiadas ocasiones como un espectador más, sin aportar nada al conjunto. Y eso, sencillamente, no se lo puede permitir ningún equipo, y menos aún si se tiene a Europa como objetivo.

Hay quien piensa que echaremos mucho de menos a Negredo cuando no esté. Y yo estoy de acuerdo con esa afirmación, siempre y cuando su futuro sustituto lo haga peor. De no ser así, pocos se acordarán de él, y Negredo pasará a la historia sevillista como un buen jugador más, y no como lo que podría haber sido, a poco que tuviese un poquito más de implicación y efectividad: uno de los mejores, uno de los grandes, a la altura de Súker, Luis Fabiano o Kanouté.

4 Respuestas a “El enfado de Negredo

  1. No entiendo a que viene el gesto de Negredo si es verdad que es el maximo goleador nacional pero a la vez es el que mas ocasiones claras de gol falla y eso se le debe de hacer saber que no se puede ir de rositas.

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  2. A mi Negredo me recuerda una barbaridad a Luis Fabiano. Al menos, me desespera lo mismo. Lo que no tiene Negredo que sí tenía el brasileño es a Kanouté. Si el Sevilla tuviera otro delantero que marcara lo que falla Negredo (y fallaba Luis Fabiano), no tendría todas las miradas encima y no sufriría esas críticas.

    Por lo demás, el gesto sobraba absolutamente, pero yo no le doy demasiada importancia. Todos somos humanos y nos equivocamos a veces. Lo que pasa es que esas equivocaciones no salen por televisión.

    Un saludo.

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    • Hombre, Rafael, creo que te has pasado un poquito. A mí la única semejanza que se me ocurre con Luis Fabiano es que ambos son delanteros e internacionales por su país. Si acaso, también en que a ninguno de los dos les gusta el sacrificio. Pero Luis Fabiano es mucho más técnico y letal que Negredo. Desde mi punto de vista, ni punto de comparación.

      Un saludo.

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