Este post viene a colación de uno que se publicó hace unos días en la web Latidos de Nervión –magnífica web, por cierto–, con el título «El Twitter del Sevilla y como meter la pata con el Betis sin morir en el intento«.
En dicho post se interpreta que el siguiente twitt hace referencia al Betis: «Aunque a algunos periodistas les joda, el Málaga es el segundo andaluz que va a cuartos… ¿Cuánto quedará para el tercero?»
Y yo me pregunto, ¿por qué el autor del artículo piensa que ese twitt va por el Betis? Por curiosidad, se lo he preguntado, vía twitter, pero no he recibido respuesta.
Es decir, ¿por qué no puede ser el próximo equipo andaluz en clasificarse para cuartos de final de Champions el Granada, el Cádiz o el Almería, por poner algunos ejemplos?
Desde que entraron en liza las Sociedades Anónimas en el mundo de fútbol, cualquier equipo puede ya aspirar a lo máximo. Si hay un magnate dispuesto a gastar ingentes cantidades de dinero en un club, lo que antes parecía inalcanzable, se puede conseguir con relativa facilidad.
Tenemos aún recientes los casos del Parma o Villarreal, buenos ejemplos de equipos de ciudades muy pequeñas pero que lograron éxitos deportivos en Europa. A principios de los años 90 la familia Tanzi, propietaria de la empresa Parmalat, convirtió, tras una inversión multimillonaria, a un equipo de una humilde ciudad, la cual no llega a los quinientos mil habitantes, en un equipo poderoso de Europa. Lógicamente, tras quebrar económicamente Parmalat, el Parma cayó en picado. Llegó a estar al borde del abismo, en la Serie B, aunque ahora está de vuelta en la Serie A.
El caso del Villarreal es incluso más llamativo, puesto que se trata del equipo de fútbol de una ciudad que supera por poco los 50.000 habitantes. Su presidente Fernando Roig, tras otra fuerte inversión, logró fichar jugadores de primer nivel que llevaron al Villarreal a jugar la Champions, algo verdaderamente impensable para un club tan humilde.
Actualmente están clasificados para 1/4 de final de Champions el Paris Saint Germain y el Málaga, equipos que no eran nada del otro mundo y que ahora ocupan puestos de privilegio en Europa. Desde que el grupo catarí Quatar Investment es el máximo accionista del equipo francés, éste puede permitirse fichajes millonarios que le permiten aspirar a lo máximo: 43 millones de euros por Lucas Moura –el fichaje más caro en la historia del fútbol brasileño– Thiago Silva (42 millones), Ibrahimovic (21), Lavezzi (26), Verratti (11) Pastore (42) o Kevin Gameiro (11). Con estas cantidades, aproximadamente 250 millones de euros en dos años, lo extraño sería que el Paris Saint Germain no fuera aspirante a ganar la Champions.
Y qué decir del Málaga. Un club muy joven, fundado en el año 1994, que hace sólo unos años llegó a jugar con nuestro filial, el Sevilla Atlético. Probablemente, si no fuera por los millones que aporta el jeque Al-Thani, el Málaga tendría serios problemas para mantener la categoría. Sin embargo, ahí está, haciendo historia, al lograr la clasificación para los cuartos de final.
En mi opinión, ya cualquier club puede lograr éxitos deportivos, independientemente del número de aficionados que tenga. Los ingresos por abonados son ridículos en comparación a los derechos por televisión o las grandes fortunas que pueden aportar jeques o poderosas multinacionales. Así que, ¿por qué tiene que ser el Betis el próximo equipo andaluz en clasificarse para los cuartos de final? El tiempo lo dirá.
Lo que no sabemos son cuántos años tendremos que esperar para conocer al tercer equipo andaluz en lograr ese hito. Ahora incluso es más fácil, ya que no es necesario ser campeón de liga para disputar la competición, pero no deja de ser complicado. ¿Será dentro de dos años? ¿Quizás veinticinco? ¿O será dentro de otros cincuenta y cinco años, como ha sido en el caso del Málaga?