Lo que más me preocupó del partido de ayer no fue el hecho de que quedáramos eliminados y el sueño de la final se esfumara. Tampoco que se fuera al traste la clasificación directa para la Europa League, aunque considero esto como un varapalo muy importante.
Lo que más me preocupó del partido de ayer fue la tremenda fragilidad defensiva que mostró el equipo, impropia de un equipo de Primera División. Incluso me atrevería a decir que hay muy poquitos equipos que tengan una defensa peor que la nuestra. Y lo peor es que tras la marcha de Spahic, ahora la defensa se queda apuntalada de mala manera.
No es que Spahic sea un fuera de serie, pero sí creo que estoy en lo cierto cuando digo que era nuestro mejor defensa. O el menos malo, como se prefiera decir. También era el más veterano, el más perro viejo. Ahora sólo nos quedan Fazio, Botía –que cada día que pasa me gusta menos–, Cala y Maduro, aunque este último se supone que sólo actuaría de central en caso de emergencia.
El Atlético de Madrid nos ha eliminado, simplemente, porque tiene bastante mejor plantilla que nosotros. Ellos tienen un equipo compensado, con jugadores de calidad en todas las líneas. Y nosotros dejamos mucho que desear en defensa y en ataque, donde estamos a merced de la puntería de Negredo.
El problema de flaquear en defensa es que ganar cualquier partido se convierte en casi una quimera, ya que recibir un gol en contra te obliga a marcar dos para llevarte los tres puntos. Eso es de Perogrullo. Y tal y como estamos nosotros arriba, meter dos o más goles es casi una hazaña. En los últimos partidos lo estamos consiguiendo por el aporte de la segunda línea, como en el caso de ayer, pero quien debería liderar esa responsabilidad es la delantera, que está desaparecida.
Para ser sinceros, yo pensaba que era más probable que llegáramos a clasificarnos para la Europa League a través de la liga que eliminando al Atlético. Veía demasiados obstáculos en el partido de ayer: resultado negativo en la ida, árbitro y un rival bastante superior a nosotros. Y, sin embargo, sólo veía un factor que me ilusionara: el empuje de la afición.
El problema es que ahora, tras ver el nivelito de nuestra defensa ayer y lo poco que hay como alternativa, empiezo a pensar que quizás llegar a la Europa League sea un imposible.
Así que más nos vale que Emery cumpla su palabra y encuentre una solución a esta defensa nuestra que hace aguas por todos lados. Si no, mucho me temo que tendremos que volver a mirar de reojo a los puestos de abajo.