A algunos medios de comunicación y a muchos aficionados les ha dado ahora por fustigar a Palop por el supuesto fallo que cometió en el estadio del Getafe. Digo «supuesto fallo», porque para mí no hay tal fallo, sino más bien dos golpes: un golpe de viento y otro de mala fortuna.
Cuando se disponía a lanzar la falta Colunga, lo primero que pensé era si seríamos capaces de mantener el resultado hasta el descanso, porque teníamos el viento en contra, y éste era tan fuerte que cualquier balón dirigido al área era un auténtico peligro. Y eso fue exactamente lo que ocurrío: un balón centrado al área que el viento se encargó de convertir en un misil.
La verdad, yo no veo la culpa de Palop, pues el balón no siguió una trayectoria lógica y previsible, dificultando mucho la labor del guardameta. El mismo Palop ha dicho que volvería a repetir su colocación, si se diera el caso.
No hay más que ver la reacción de Colunga para saber que su intención fue centrar y no tirar a puerta. La suerte del Getafe fue la desgracia del Sevilla, como en tantas ocasiones se está dando en esta temporada, donde no nos sale absolutamente nada.
También me llama la atención que principalmente se culpe a Palop por no haber logrado la victoria, cuando, en todo caso, me parecen más graves los errores de Navas o Negredo, quienes fallaron ocasiones clamorosas de gol.
Confío en que Emery siga teniendo las ideas claras y cuente con Palop en detrimento de Diego López. Aunque tengo que reconocer que éste jamás habría encajado el gol de Getafe, puesto que nunca sale de su portería.
¿Debate en la portería? Yo no lo veo así, al menos hasta que Diego López demuestre que merece la titularidad, que es algo que no ha hecho hasta ahora.