Otra derrota más, y de nuevo es más que merecida. Simplemente, el rival fue a por la victoria desde el principio y nosotros salimos a verlas venir. Al Athletic le bastó aprovechar dos errores gravísimos de nuestra defensa, en la primera parte, para llevarse los tres puntos.
El primer gol es increíble: dejan centrar tranquilamente al lateral del Athletic y ninguno de los centrales es capaz de despejar el balón. Pero el segundo ya, es que es el remate. Simplemente, no entiendo cómo un equipo profesional puede encajar ese gol, y además en el minuto cuarenta y cinco. Yo me pregunto qué hacía Spahic –creo que era el Bosnio– tan alejado de los demás defensas. ¿Para qué sirve entonces el fuera de juego? Me revienta ver con qué facilidad pierden los defensas la línea del fuera de juego. En su momento lo hacía mucho Aitor Ocio, Escude… y ahora también Spahic o Fazio. Debería haber un poquito de más concentración en defensa, porque el segundo gol, en mi opinión, es de chiste. Es tan fácil de evitar como dar un paso al frente en el momento justo, que es un segundo antes de que la peine el delantero hacia atrás.
Pero sería un error quedarse sólo en las dos jugadas que nos costaron los goles. No se puede tener menos ambición. El centro del campo no existió. Medel está en una baja forma preocupante. Campaña no hizo nada de nada, sólo perder el balón una y otra vez. Rakitic sólo hizo un pase meritorio, que dejó solo a Babá, pero falló, y a renglón seguido, Negredo convirtió en héroe al portero local. El vallecano erró además otro remate, cerca del área pequeña, completamente solo. Es cierto que marcó un gol –de penalti–, pero falló dos.
Reyes estuvo en su nivel habitual: querer pero sin poder. El mejor fue Navas, que al menos desbordó, aunque, por lo general, no estuvo muy acertado en los centros.
Hoy he visto algunos detalles que me han dejado ciertamente preocupado. Mucho tenemos que mejorar, porque, si no, a este paso vamos a tener que cambiar de objetivo y olvidarnos de Europa . Así no vamos a ningún sitio. Hoy hemos fallado en todas las líneas y no hemos hecho méritos para llevarnos ni siquiera un punto.
Lo bueno que tiene el fútbol es que con dos victorias seguidas se ve todo de manera muy diferente. El problema es que, jugando así, ganar es misión imposible. Ahora sólo queda pensar en el próximo rival e intentar olvidar el desastre de Bilbao lo antes posible.