Leo las crónicas sobre el partido de ayer sobre el Sevilla-Levante y todas coinciden, como no podía ser de otra manera, en la falta de gol del Sevilla. Hay una especialmente que llama la atención, la de El Desmarque, que habla de «un Sevilla vulgar».
Sin duda, el redactor de esa noticia y yo vimos partidos diferentes. Es más, yo pienso que el trabajo que hizo ayer el Sevilla fue bastante importante. El Levante, que actualmente está disputando la Europa League y ocupa un puesto que da derecho a disputarla la próxima temporada, fue dominado completamente, de principio a fin, por el Sevilla. Los valencianos no crearon ni una sola ocasión de gol, si exceptuamos un tiro lejano del defensa Juanfran, que creo que no iba ni entre los tres palos. Tiene mucho mérito superar con tanta claridad a un conjunto que tiene buenos jugadores, que se encientra atrás con orden y que sale bien al contragolpe. No se puede decir que el Levante ayer hiciera un gran partido, ni mucho menos, pero eso es porque el Sevilla hizo bien muchas cosas.
El dominio tan aplastante a que se vio sometido el Levante significa que el Sevilla hizo un gran trabajo en el centro del campo y en la defensa. Y no nos llevamos los tres puntos por el mismo motivo por lo que se nos irán muchos puntos esta temporada: por la alarmante falta de gol.
Este problema de la falta de gol ya es recurrente, porque ya lo tuvimos la temporada pasada. Sin embargo, a pesar de la marcha de Kanouté, el club decidió no fichar a un delantero. Y lo estamos pagando.
Está claro que el juego ofensivo depende principalmente de Negredo, y el vallecano tiene más días malos que buenos. En mi opinión, si se juega con un solo delantero, éste tiene que aportar al equipo muchísimo más de lo que lo está haciendo Negredo. Debe tener mucha más movilidad –caer a banda, bajar a la media punta, desmarcarse más– y mucho más gol.
Tampoco vendría mal tener a alguien en el banquillo que compita con Negredo, de manera que no tenga la sensación de que será titular indiscutible haga lo que haga.
Y esperemos que las lesiones respeten a nuestros dos delanteros, porque si ya tenemos problemas para marcar con los dos sanos, da miedo pensar qué pasaría si se lesionaran.
Del partido de ayer me quedo con la exhibición que hizo Fazio, quien para mí fue el mejor ayer. El peor, un Reyes que demostró que no está para nada y que además perdió algún que otro balón que nos pudo costar muy caro.
Buen partido el de ayer –hay que seguir en esa línea–, pero por culpa de la falta de gol sólo sirve para llevarnos un punto que casi sabe a derrota.