Archivo mensual: noviembre 2012

Español 0 – Sevilla FC 3. Esperando rival.

Finalmente, no saltó la sorpresa y el Sevilla tendrá que deshacerse del ganador de la eliminatoria Deportivo-Mallorca, si queremos aspirar a hacer algo importante en la Copa del Rey.

El partido no tuvo mucha historia, por dos razones. Primero, porque el Español demostró ser un conjunto con muy pocos argumentos para ponernos en apuros. Y en segundo lugar, porque, de nuevo, se dio la jugada que suele decidir los partidos: la del penalti y expulsión. Aunque en esta ocasión nos favoreció a nosotros. Los comentaristas de Gol TV no veían falta sobre Babá en esa jugada decisiva. Yo sí la veo. Me parece claro el contacto, que no es hombro con hombro –carga legal–, y como Babá se iba flechado hacia la portería, creo que era expulsión. Ahora bien, no me parece penalti, porque creo que es fuera del área. Por muy poco, pero fuera del área.

A partir de ese momento, quedó el partido sentenciado, puesto que era imposible que el Español diera la vuelta al resultado en inferioridad numérica.

El protagonista del partido fue Babá, puesto que forzó la jugada del penalti, marcó un gol y falló de manera estrepitosa, con casi toda la portería para él, otro.  En directo creí que la jugada sería anulada porque Babá estaba en claro fuera de juego, pero el línea dio validez a la acción. El fallo del senegalés me recordó al que tuvo Perotti en un Sevilla-Madrid, y que finalmente paró Casillas.

Coke volvió a demostrar que no tiene nivel para jugar en el Sevilla, e incluso diría que, tal y como lo vi ayer, ni siquiera para jugar en el Sevilla Atlético.

Lo único que no me gustó el partido fue la actitud de nuestros jugadores cuando se logró el 0-3. Entiendo que, ya que estaba el partido más que sentenciado, se baje la intensidad, pero pienso que el equipo debe buscar hacer más goles, más que nada por respeto a la afición. No pido que se maten a correr, porque sería absurdo, pero sí, al menos, que no se dediquen a retrasar el balón al portero continuamente o a tocar sin sentido el balón en defensa, con toda la parsimonia del mundo. Porque así es que aburren hasta a las ovejas. Es algo que a mí particularmente me molesta. Ya se hizo contra el Betis –ocasión propicia para arreglar el goal-average, que puede ser decisivo a final de temporada– y se volvió a hacer ayer.

De los dos rivales posibles, Mallorca o Deportivo, yo prefiero al segundo, aunque creo que pasará el equipo de Caparrós. El 1-1 de Riazor es buen resultado y considero que el Mallorca es mejor equipo que el Deportivo.

Nuevo disparate: dos partidos de sanción a Luna

El Comité de Incompetentes –o de Competición– no deja de asombrarme. Por si no fuera ya suficientemente absurdo expulsar a un jugador por decir «Pero pita alguna, pita alguna hombre», –no es broma, aquí está el acta — ahora va este conjunto de supuestos letrados y, no sólo no le quitan la roja, sino que le echan dos partidos de sanción.

¿Y en qué se basan para los dos partidos? Pues en el artículo 120 del Código Disciplinario de la RFEF, que dice textualmente: «Protestar al árbitro principal, a los asistentes o al cuarto árbitro, siempre que no constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de dos a tres partidos o por tiempo de hasta un mes».

Vamos, que hay que hasta dar las gracias a este puñado de impresentables por no haberle sancionado por tres partidos o un mes.

Por supuesto, seguro que Antonio Luna es el único que protestó durante el partido. Y también estoy seguro de que si Luna, en vez de pertenecer al Sevilla, fuera del Atlético de Madrid, el señor colegiado también le habría expulsado y los lumbreras del Comité de Competición le habrían sancionado con dos partidos igualmente.

Estamos a años luz de la Premier, de la Bundesliga y de cualquier competición europea. ¡Qué pena de liga!

A ver qué nos encontramos hoy

El Sevilla ahora mismo es imprevisible. A mi modo de ver, es un conjunto que es capaz de lo mejor –partidos contra el Madrid, Barcelona y Betis– y de lo peor –Athletic de Bilbao, Celta de Vigo, Zaragoza…–. Así que me pregunto: ¿qué pasará hoy? ¿Saltará al campo el equipo ambicioso que se esfuerza en cada balón y que puede con cualquiera o, por contra, veremos de nuevo al equipo pasota, pusilánime e inofensivo que estamos viendo fuera del Ramón Sánchez Pizjuán?

Imposible saberlo. Lo que sí sé es que Míchel está jugando fuerte. Sus declaraciones han sido contundentes poniendo en el punto de mira a los jugadores del Sevilla, dando a entender, claramente, que algunos no sienten la camiseta. Esto es evidente, y es, hasta cierto punto, normal que sea así, puesto que muchos jugadores de la plantilla son extranjeros. Lo que no es normal es que no sean profesionales, que es lo mínimo que se les puede exigir.

Y también juega fuerte al no convocar a Cicinho, quien, para mí, ahora mismo es indiscutible. Espero que, al menos, juegue Cala en su posición, y no demos facilidades dando una oportunidad a Coke. A Coke hay que recuperarlo, porque me niego a pensar que sea un jugador tan malo, pero ya habrá partidos para ello. Ahora creo que no es el momento.

Teóricamente, salvo desastre, debe pasar el Sevilla. Pero lo cierto es que, de tanto dar una de cal y otra de arena, se va perdiendo progresivamente la confianza en el equipo. Y, por supuesto, no hay que olvidar que estamos hablando de fútbol y que todo es posible. Puede que el Español haga el partido de su vida y le salga todo bien, o, simplemente, que haya otra jugada decisiva de penalti y expulsión, como ocurrió el domingo. Pueden ocurrir multitud de cosas, pero lo importante, lo único importante ahora mismo, ni siquiera es ganar, sino pasar la eliminatoria.

Ya llegará el momento de jugar bien  –se ha demostrado que hay calidad para ello, por mucho que algún portal deportivo sevillano afirme lo contrario– , pero ahora hay que ir a lo práctico. Ahora tenemos que quitarnos al Español de enmedio e intentar que no haya más bajas de cara al partido contra el Valladolid.

Por cierto, el Español ha destituido a Pochettino y estará en el banquillo, provisionalmente, Raúl Longhi. A partir de mañana ya se hará cargo del equipo blanquiazul el mamarracho de Aguirre.

El árbitro nos mató y el Atlético nos remató

Desde el primer minuto, el árbitro dejó bien claro que iba a utilizar dos varas de medir. Empezó perdonando alguna tarjeta amarilla a los colchoneros, dejando jugar cuando el que daba era el rival y siendo contundente cuando nosotros cometíamos falta. Así que cuando llegó la primera jugada polémica, ni lo dudó. Se fue derechito al punto fatídico. Y por si fuera poco, expulsión. Se cargó el partido.

Todo el mundo dice que es penalti, pero será que yo soy muy fanático, pero a mí me parece un piscinazo de Koke. Y por supuesto, la roja es excesiva. Pero no se quedó ahí el muchachito de negro, sino que no descansó hasta que expulsó a Rakitic y a Luna. La expulsión de Rakitic totalmente evitable, tanto por parte del croata como por parte del árbitro, puesto que no era una falta dura, y no era en una posición peligrosa. Y la de Luna es que es de chiste. De chiste malo, por supuesto.

Con uno menos, con  un gran rival enfrente y con un árbitro en plan cabrón, por decirlo suave, el panorama estaba claro: a rezar para que no nos cayeran muchos.

Al final fueron sólo cuatro. Podrían haber sido muchos más, porque del partido de  Madrid no se salva nadie, ni jugadores ni el entrenador.

Y para el Valladolid, más bajas que en la guerra. A ver qué cara ofrecemos, si la de los partidos de casa o la de los partidos de fuera.

Me perdí un postderbi histórico

Nada más acabar el vapuleo al Betis me fue de viaje y me perdí un post derbi que prometía. La goleada fue casi histórica y, por tanto, el postderbi debió ser igual. Lástima que no pudiera vivirlo aquí, pero desde la lejanía, gracias a alguna conexión esporádica a internet y a algún telediario, he podido enterarme de alguno de los múltiples chistes que han surgido.

En cuanto al partido en sí, considero que la clave estuvo en la actitud de los dos equipos: mientras el Sevilla salía a comerse al rival, el Betis salía con muchísima tranquilidad. Me dio la impresión de que el Betis se creyó superior y quiso imponer un toque preciosista, al estilo Barcelona, dejando a un lado la garra. Y claro, querer jugar como el Barcelona sin tener a Messi, Iniesta, Xavi, Alves… pues como que es un suicidio. Suicidio que empezó con una premura también histórica, tras fallo garrafal del portero bético.

El Sevilla simplemente le pasó por encima al Betis, de principio a fin, ayudado por una efectividad que, ciertamente, echábamos de menos. Mel temía a Navas, del que dijo que creaba el 80% de las ocasiones de gol del Sevilla. Sin embargo, fue por la banda izquierda por donde le llegó el 80% de los goles.  Rakitic, Reyes y Fazio, entre goles y asistencias, se encargaron de sentenciar el partido en la primera parte.  Me alegré mucho por el irregular Fazio, que no hace mucho fue incomprensiblemente pitado por parte de su afición, y por Reyes, al que le hacía falta un partido así. Esperemos que este partido haya significado su despegue y a partir de ahora tenga la trayectoria que se le espera a un jugador de su calidad.

En este partido también ocurrieron un par de cosas que no me gustaron:

En primer lugar, el que el Sevilla pareciera que se conformara con un 4-0 y no quisiera hacer sangre. Aunque también entiendo que es muy difícil mantener la tremenda intensidad de la que hizo gala nuetro equipo durante la primera parte.

En segundo lugar, no me gustó que Míchel no diera más minutos a Babá, dado que el partido quedó más que sentenciado en la primera parte. Habría dado confianza a Babá, que le será necesaria, y de paso, probablemente, no se habría lesionado Negredo.

Partido facilisimo para el Sevilla. Y eso que Mel decía que tenía un plan para vencer. Claro que los planes no siempre salen como se piensan. El plan de Míchel salió mucho mejor.

Salí del estadio con mucha satisfacción por el espectáculo y lo goles, pero no pude evitar un poquito de desazón y preguntarme lo mismo que  muchos sevillistas se preguntan, incluido nuestro Presidente: ¿por qué no siempre se sale con esa intensidad y concentración? No seríamos invencibles, porque ningún equipo lo es, pero perderíamos poquisimos puntos y lograríamos el objetivo de calle.

Mañana, contra el Atlético de Madrid, será otra historia. No será tan fácil. Se podrá ganar o perder, como siempre, pero lo único que pido a nuestros jugadores es que lo den todo. ¿Es mucho pedir? Yo creo que no. Yo creo que es lo mínimo.

Sorprendente pesimismo

Normalmente, en las fechas previas de los partidos, hablo con los amigos y compañeros de trabajo sobre las sensaciones previas a los partidos. En esta ocasión me ha sorprendido que la opinión mayoritaria es que el Betis nos va a ganar o que lo vamos a pasar muy mal.

Y yo me pregunto por qué pensarán eso. Está claro que es porque ven al Betis bastante superior al Sevilla. Evidentemente, si nos referimos al Sevilla que se ha arrastrado por campos como Balaídos, La Romareda o San Mamés, estoy completamente de acuerdo: nos ganarán y merecidamente. Y además ni siquiera tendrán que hacer un buen partido. Pero, por contra, si resulta que nos encontramos al Sevilla poderoso de casa, donde tan sólo ha sido capaz de ganar el Barcelona, y ya sabemos todos cómo lo hizo, yo no tengo más remedio que ser optimista.

Puede que yo sea demasiado fanático, pero nunca, jamás en la vida, ante un enfrentamiento contra el Betis, he pensado que podríamos perder. Ni siquiera cuando el Betis tenía un gran equipo –el mejor que yo recuerdo era cuando tenía a Alfonso, Jarni y Finidi– se me ocurría pensar, a priori, en que podríamos salir derrotados. Es más, siempre creo que debe salir victorioso el Sevilla, quizas por la tremenda superioridad histórica que ha mostrado el Sevilla sobre el Betis, en todos los aspectos. Y el domingo no será menos. Pienso que todo lo que no sea ganar, será un fracaso, un tremendo fracaso.

Y en cuanto a mis sensaciones, en esta ocasión son más que positivas. No sé si por la trayectoria del Sevilla en casa, o porque veo muy creciditos a los béticos, o porque vuelven los Biris al estadio… lo cierto es que creo que vamos a ganar. Lo único que me preocupa del partido son las dos cosas de casi siempre: el árbitro y el hecho de que en fútbol no siempre gana el mejor.

Nos visita un equipo superior

Al menos, eso es lo que dice la clasificación, pues el Betis está cuarto, en plaza Champions, y el Sevilla está el décimo, en tierra de nadie. Nos separan cuatro puntos.

La verdad es que tengo que reconocer que no he visto ningún partido del Betis y que, por tanto, desconozco cómo juega. No suelo leer la noticias que hablan  del Betis –he tenido que mirar la clasificación para saber que iban cuartos– e incluso tendría problemas para recordar el nombre de sus jugadores, más allá de Beñat y Campbell. Pero si a estas alturas, tras 11 jornadas, están situados en puestos de privilegio, será por algo.

En mi opinión, la posición que ocupa nuestro rival del domingo es engañosa, y pienso que irán bajando con el paso de las jornadas. Aún no se han enfrentado ni a Madrid ni a Barcelona, y eso, salvo sorpresa, suelen ser derrotas casi con toda seguridad. No obstante, sí tengo claro que pueden ganarnos perfectamente, entre otras cosas porque ya hemos caído derrotados contra el Celta, Zaragoza y Athletic de Bilbao, que no son nada del otro mundo y, lo que es peor, no tuvieron que hacer gran cosa para llevarse los tres puntos.

El Betis vendrá con su piel de corderito. Ya incluso han dicho lo típico en estos casos: que el Sevilla es favorito. Se atrincherarán atrás y buscaran golpear a la contra y a balón parado, donde Beñat puede ser clave. Es evidente que a este jugador se le da bien el Sevilla. Recuerdo que incluso nos marcó un gol de falta en un Sevilla At-Betis Deportivo. Si tiene que marcar, al menos espero que no le regalemos los goles, como hicimos la temporada pasada.

El árbitro será Fernando Teixeira Vitienes. Seguramente, este partido le vendrá grande, pues ya ha demostrado en muchas ocasiones que es un mal árbitro. Espero que no nos perjudique mucho. No me gusta que en el horizonte esté el partido contra el Atlético de Madrid, ya que en un derbi suelen darse condiciones que facilitan el que se muestren muchas tarjetas amarillas y alguna que otra roja.

Por primera vez, se espera un gran ambiente. Parece que, por fin, se ha solucionado el enfrentamiento con los Biris. Todos tenemos que felicitarnos por ello.

Tres puntos en juego que no son tres puntos más, porque, de perder, se confirmaría que nuestro equipo no está atravesando un bache, sino un socavón de dimensiones desconocidas.

¿Para qué está el fuera de juego?

Otra derrota más, y de nuevo es más que merecida. Simplemente, el rival fue a por la victoria desde el principio y nosotros salimos a verlas venir. Al Athletic le bastó aprovechar dos errores gravísimos de nuestra defensa, en la primera parte, para llevarse los tres puntos.

El primer gol es increíble: dejan centrar tranquilamente al lateral del Athletic y  ninguno de los centrales es capaz de despejar el balón. Pero el segundo ya, es que es el remate. Simplemente, no entiendo cómo un equipo profesional puede encajar ese gol, y además en el minuto cuarenta y cinco. Yo me pregunto qué hacía Spahic –creo que era el Bosnio– tan alejado de los demás defensas. ¿Para qué sirve entonces el fuera de juego? Me revienta ver con qué facilidad pierden los defensas la línea del fuera de juego. En su momento lo hacía mucho Aitor Ocio, Escude… y ahora también Spahic o Fazio. Debería haber un poquito de más concentración en defensa, porque el segundo gol, en mi opinión, es de chiste. Es tan fácil de evitar como dar un paso al frente en el momento justo, que es un segundo antes de que la peine el delantero hacia atrás.

Pero sería un error quedarse sólo en las dos jugadas que nos costaron los goles. No se puede tener menos ambición. El centro del campo no existió. Medel está en una baja forma preocupante. Campaña no hizo nada de nada, sólo perder el balón una y otra vez. Rakitic sólo hizo un pase meritorio, que dejó solo a Babá, pero falló, y a renglón seguido, Negredo convirtió en héroe al portero local. El vallecano erró además otro remate, cerca del área pequeña, completamente solo. Es cierto que marcó un gol –de penalti–, pero falló dos.

Reyes estuvo en su nivel habitual: querer pero sin poder. El mejor fue Navas, que al menos desbordó, aunque, por lo general, no estuvo muy acertado en los centros.

Hoy he visto algunos detalles que me han dejado ciertamente preocupado. Mucho tenemos que mejorar, porque, si no, a este paso vamos a tener que cambiar de objetivo y olvidarnos de Europa . Así no vamos a ningún sitio. Hoy hemos fallado en todas las líneas y no hemos hecho méritos para llevarnos ni siquiera un punto.

Lo bueno que tiene el fútbol es que con dos victorias seguidas se ve todo de manera muy diferente. El problema es que, jugando así, ganar es misión imposible. Ahora sólo queda pensar en el próximo rival e intentar olvidar el desastre de Bilbao lo antes posible.

Crucifiquemos todos a Babá

El Sevilla tiene, al igual que en la pasada temporada una evidente falta de gol. Ya se ha visto en muchos partidos y se seguirá viendo. Antes teníamos a dos delanteros de primerísimo nivel, Luis Fabiano y Kanouté –entre otros–, y ahora sólo tenemos a Negredo y Babá.

De Negredo ya sabemos de lo que es capaz: de lo mejor y de lo peor. Es un buen jugador, pero es tremendamente irregular. Igual te hace dos partidos buenos que se lleva cinco o seis sin rascar bola. A veces busca más la filigrana que la efectividad. Parece que le cuesta un mundo desmarcarse o caer a banda… En fin, un buen jugador pero que, a veces, es desesperante por lo poco que aporta al equipo. Ni ni mucho menos es un superclase, aunque se pagara a precio de oro.

Sin embargo, veo que ahora a la gente le ha dado por crucificar a Babá. Decía uno que estaba situado detrás de mí en el estadio, contra el Levante: «Míchel, saca a Babá, que por lo menos nos riamos un poquito». Hoy un periódico entrevista a Rosendo Cabezas, quien se supone es el máximo valedor del senegalés, casi como buscando un «culpable».

Y digo yo: ¿no sería mejor esperar a ver jugar a Babá y después, si acaso, criticarlo? Porque, ¿quién ha visto jugar a Babá? Se trata de un jugador que ha estado totalmente a la sombra de Negredo. Ni siquiera cuando el madrileño ha estado a un nivel lamentable, Babá le ha quitado el puesto. Tampoco fue titular en la Copa del Rey. Cuando juega, lo hace sólo unos minutos, prácticamente, los de la basura. Fue titular en el Celta-Sevilla, pero fue sustituido para intentar arreglar el experimento que hizo Míchel en la banda izquierda. Lo que le faltaba para darle un empujoncito anímico.

Está claro que Babá no goza de la confianza de Míchel, quien piensa que “a Babá le falta determinación, le falta seguridad. La recuperará cuando marque goles”. Claro, ¿no le va a faltar determinación y seguridad, con lo poco que juega? Si no le sale la ansiedad por las orejas cuando salta al terreno de juego será de puro milagro. Y la ansiedad no es buena consejera para nada, ni siquiera para jugar al fútbol.

Babá tampoco parece un superclase, pero parece que tiene cualidades que pueden ayudar al equipo, como una importante facilidad para el desmarque, y según dicen, un buen juego aéreo. En Portugal hacía goles, ¿por qué no los va a hacer aquí?

Yo lo que quiero es ver a Babá jugar varios partidos seguidos, y no sólo unos minutos. Con que le den la mitad de confianza que le han dado a Negredo o a Reyes, me conformo. Y si después de verlo unos cuantos partidos, queda claro que no es jugador para el Sevilla, pues, si hace falta, lo crucificamos. Incluso yo seré quien ponga los clavos. Pero digo yo que antes habrá que verlo, ¿no? Qué menos que eso.

Nota: No sé por qué, pero de todas las fotos de cruxifixión que he encontrado, la que más me ha gustado es la que encabeza el post.

No hay tal enigma

Hoy publica un artículo la web deportiva El Desmarque titulado «El enigma del Sánchez Pizjuán» donde intentan encontrar una explicación a la poca asistencia de público al partido del domingo, contra el Levante.

No sé si será impresión mía, pero me da la sensación de que el autor de la noticia hace una interpretación algo torticera de las posibles causas, y el hecho de que el artículo no vaya firmado me lleva a pensar que es así. Me parece que está escrito con un pelín de mala fe.

Como digo en el titular, yo no veo tal enigma. Sin duda, habrá múltiples causas, pero, principalmente, yo destacaría dos: el horario –como el mismo redactor explica– y la lluvia.

El Sevilla es uno de los equipos que más está siendo maltratado por los horarios. Por si alguien tiene alguna duda de esto, aconsejo leer el análisis de César Vizcaíno.  Contra el Levante, más de lo mismo: un domingo a las 21.30 horas. Entiendo perfectamente que muchos aficionados no puedan desplazarse a esa hora, sobre todo los que no viven en Sevilla capital. Yo mismo llegué a mi casa a las 12 de la noche, y eso que ahora con el metro llego casi en un santiamén. Habrá quien llegue a la 1 de la madrugada, y el día siguiente laborable.

La lluvia es un detalle sin importancia que se le ha pasado por alto al redactor del artículo. No hay que olvidar que sólo la parte de Preferencia está techada en el Ramón Sánchez Pizjuán, con lo cual la mayor parte del estadio tiene que soportar la lluvia. Yo no me pierdo ningún partido del Sevilla, salvo por fuerza mayor, pero aún así, estuve tentado de no ir al Sevilla-Levante. No es que le tenga miedo al agua, aunque sea molesta. El problema es que hay gente que parece que, si se moja, encoge, y basta con que caigan un par de gotas minúsculas para que saquen un paraguas tamaño familiar que no te deja ver buena parte del terreno de juego. Ése es el caso de los que están delante de mi en el estadio. Así que era realmente una tentación no tener que volver a las tantas de la noche, olvidar la lluvia y verlo por televisión tranquilamente, teniendo la seguridad de que lo iba a ver mejor, sin que nadie molestara. Al final, como siempre, acabé yendo al Ramón Sánchez Pizjuán y, por fortuna, no llovió demasiado. Pero también entiendo perfectamente a los que prefieren quedarse en casa un día de lluvia, sobre todo si son personas mayores.

A todo esto, también hay que sumar que el Levante, por mucho que ahora esté jugando en Europa, es un equipo que no tiene mucha atracción para el aficionado.

Por cierto, el Levante también parece querer llevar la contraria al autor del artículo, puesto que dice, casi al final, que el Ramón Sánchez Pizjuán ya no es un estadio «temido por los rivales». Si eso fuera así, el Levante no se habría dedicado a poner el autobús delante de su portería durante todo el partido. Es evidente que salieron a empatar, con la suerte de que lo consiguieron.

Motivos para que la gente se quede en casa habrá muchos, pero, desde luego, en el caso del Sevilla-Levante, no puede decirse que sean, ni muchísimo menos, enigmáticos.

Según L’Equipe, no somos ni la sombra de lo que fuimos

L’Equipe no nos deja en buen lugar tras el partido de ayer, contra el Levante. Nos dedica unas líneas en un artículo titulado «El Sevilla no despega«, con una foto de Míchel en cuyo pie puede leerse «Míchel se inquieta. No encuentra el ritmo con el Sevilla FC».

El artículo se encabeza: «En jaque por el Levante al final de un partido insípido (0-0), el Sevilla queda séptimo. Philippe Montanier está en peligro ya que la Real Sociedad perdió contra el Español (0-1)»

Después sentencia: «El Sevilla FC no es más que la sombra del club que logró la UEFA Cup en 2006 y 2007. De sus últimos cinco partidos, el club andaluz sólo ha conseguido cuatro puntos. Este domingo noche los sevillanos sólo han logrado un punto contra el  Levante, tras un partido desolador (0-0). Séptimo, el club local queda a dos puntos de su adversario de esta noche.

Buen partido, mal resultado

Leo las crónicas sobre el partido de ayer sobre el Sevilla-Levante y todas coinciden, como no podía ser de otra manera, en la falta de gol del Sevilla. Hay una especialmente que llama la atención, la de El Desmarque, que habla de «un Sevilla vulgar».

Sin duda, el redactor de esa noticia y yo vimos partidos diferentes. Es más, yo pienso que el trabajo que hizo ayer el Sevilla fue bastante importante. El Levante, que actualmente está disputando la Europa League y ocupa un puesto que da derecho a disputarla la próxima temporada, fue dominado completamente, de principio a fin, por el Sevilla. Los valencianos no crearon ni una sola ocasión de gol, si exceptuamos un tiro lejano del defensa Juanfran, que creo que no iba ni entre los tres palos. Tiene mucho mérito superar con tanta claridad a un conjunto que tiene buenos jugadores, que se encientra atrás con orden y que sale bien al contragolpe. No se puede decir que el Levante ayer hiciera un gran partido, ni mucho menos, pero eso es porque el Sevilla hizo bien muchas cosas.

El dominio tan aplastante a que se vio sometido el Levante significa que el Sevilla hizo un gran trabajo en el centro del campo y en la defensa. Y no nos llevamos los tres puntos por el mismo motivo por lo que se nos irán muchos puntos esta temporada: por la alarmante falta de gol.

Este problema de la falta de gol ya es recurrente, porque ya lo tuvimos la temporada pasada. Sin embargo, a pesar de la marcha de Kanouté, el club decidió no fichar a un delantero. Y lo estamos pagando.

Está claro que el juego ofensivo depende principalmente de Negredo, y el vallecano tiene más días malos que buenos. En mi opinión, si se juega con un solo delantero, éste tiene que aportar al equipo muchísimo más de lo que lo está haciendo Negredo. Debe tener mucha más movilidad –caer a banda, bajar a la media punta, desmarcarse más– y mucho más gol.

Tampoco vendría mal tener a alguien en el banquillo que compita con Negredo, de manera que no tenga la sensación de que será titular indiscutible haga lo que haga.

Y esperemos que las lesiones respeten a nuestros dos delanteros, porque si ya tenemos problemas para marcar con los dos sanos, da miedo pensar qué pasaría si se lesionaran.

Del partido de ayer me quedo con la exhibición que hizo Fazio, quien para mí fue el mejor ayer. El peor, un Reyes que demostró que no está para nada y que además perdió algún que otro balón que nos pudo costar muy caro.

Buen partido el de ayer –hay que seguir en esa línea–, pero por culpa de la falta de gol sólo sirve para llevarnos un punto que casi sabe a derrota.

Esta noche, el Sevilla dará un gran paso

Está por ver si el gran paso es para adelante, o sea para colarnos en posiciones europeas o es para atrás, para afianzarnos en los puestos de la mediocridad. Pero esta noche se dará un paso muy importante, ya que nos enfrentamos a un rival directísimo, como es el Levante, ante el que sólo vale ganar. Si nos llevamos los tres puntos, nos metemos en Europa League y nos quedamos a sólo un punto del Málaga, que ayer cayó estrepitosamente ante el Rayo Vallecano.

El Levante no ha cambiado mucho con respecto a la temporada pasada, pues sigue manteniendo el mismo bloque y entrenador. En defensa continúa con los dinosaurios Juanfran (36 años) y Ballesteros (37 años). Ahora su jugador más importante es el nigeriano Martins, al que habrá que prestar especial atención, al igual que con Pedro Ríos, que ya nos la lió cuando jugaba en el Getafe. Como siempre, Barkero será una importante amenaza a balón parado.

Hoy nos enfrentamos a un rival complicado, ya que tiene unos cuantos jugadores de nivel y que suele defender bien, pero, sin embargo, esta temporada está flojeando algo en los partidos donde actúa como visitante, pues ha perdido en tres ocasiones.

Habrá que ver cómo recompone Míchel la defensa, por la baja de Botía, y la banda izquierda, donde nuestro entrenador parece que no acaba de dar con el sustituto ideal de Trochowski.

Creo que no me equivoco si digo que el partido de esta noche es el más importante de la temporada. Por tanto, el estadio debería estar a reventar, pero, para empezar, casi con toda probabilidad, lloverá. Entre eso y la hora –21.30 de un domingo– pienso que no asistirá tanto público como el que debiera.

El árbitro será Clos Gómez.

Sin confianzas, pasaremos la eliminatoria

El Sevilla no hizo un gran partido, pero sí fue bastante superior al Español. Nada más empezar, Fazio puso de cara la eliminatoria, pero en la segunda parte, tras el empate del canterano Christian, se puso el panorama bastante feo. Menos mal que Cala y, sobre todo, Negredo, al transformar el penalti del descuento, han dejado la eliminatoria casi sentenciada.

Si no hay confianzas y vamos a por el partido desde del principio, pasaremos seguro, entre otras cosas porque el Espanyol demostró ser un equipo bastante endeble. Sólo el centrocampista Tejera mostró algo de calidad. El mejor jugador españolista, con bastante diferencia, Joan Verdú, estuvo en el banquillo.

Por nuestra parte, los jugadores más destacados, desde mi punto de vista, fueron Fazio, Fernando Navarro, Rakitic, y Cala. Reyes mostró muchas ganas, pero poco acierto. Forzó una tarjeta amarilla y dio un par de buenos pases al hueco, pero ni Cicinho ni Negredo entendieron las intenciones del utrerano. Debe mejorar aún bastante para convertirse en un jugador decisivo.

En el lado negativo, veo a Gary Medel algo bajo de forma, y eso es preocupante, porque es un jugador fundamental en este Sevilla.

Ayer también se volvió a constatar el hecho de que los rivales necesitan muy poquito para hacernos gol. El Español prácticamente nos marcó en la primera ocasión clara que tuvieron, y que supuso el estreno de Chistian como goleador en la alta competición.

La eliminatoria no está sentenciada, pero la impresión que me llevé era que, salvo desastre, salvaremos este primer obstáculo. No debemos tener problemas en desembarazarnos de un Español con, aparentemente, pocos recursos para dar la vuelta al 3-1 conseguido ayer.