Archivo diario: 25/09/2012

Victoria de Champions

Se tenía que ganar en Riazor y se ganó, que era lo importante. Que es siempre lo importante. Ganar como sea, jugando bien o mal.

En mi opinión, el Sevilla fue bastante superior al Deportivo, y si no fuera por el pésimo estado de forma de Negredo, el resultado habría sido más contundente. Es verdaderamente desesperante ver las ocasiones que falla el vallecano. A Míchel sólo le faltaba darse cabezazos contra el banquillo. Menos mal, que, por lo menos, fue capaz de enchufar una, tras jugada sensacional de la dupla Navas-Cicinho.

Lo que más me gustó, una vez más, fue la fortaleza defensiva. Considero que esta línea ha ganado bastante con Botía, que es mucho más efectivo y seguro que Fazio. El único problema de Botía es que se está cargando con rapidez de tarjetas, algunas de ellas perfectamente evitables. También se nota una barbaridad en defensa la labor de Maduro y Medel.

Pero si destacó alguien, ese fue, sobre todo, Jesús Navas. Estuvo espectacular durante todo el partido. La defensa deportivista fue incapaz de pararle.

Está claro que ahora están saliendo bien las cosas. Se suele decir que cuando la suerte acompaña se marcan goles hasta con el culo. Rakitic se encargó de demostrar que eso es cierto. Un Rakitic que cada día se esfuerza más y se le ve más comprometido con el equipo. El gol fue de fortuna. Eso es indiscutible. Pero hay que buscarlo, hay que presionar al portero. A ver si se le pega algo a Negredo, porque hasta para eso se le ve desganado.

En general, el equipo estuvo bien, pero es una lástima que no tengamos arriba un finalizador de la clase de Súker, Luis Fabiano o Kanouté. Es evidente que un delantero así nos daría muchos puntos.

Ahora que estamos en plaza de Champions, hay que lograr algo que no fuimos capaces de hacer la temporada pasada: mantenerla. Messi y compañía será la prueba de fuego.

Para terminar dejo un curioso enlace, que he encontrado por casualidad, de una crónica de un sitio web llamado Sportyou. Me da la impresión de que su autor no vio el partido. Y si lo vio, tiene una extraña forma de ver las cosas.