Es evidente que ganar a nuestro próximo visitante, el Real Madrid, es harto complicado. Y no diría ya el ganar, sino incluso empatar, pues a nadie se le escapa que el equipo madrileño es, hoy por hoy, muy superior al Sevilla FC. El que se haya producido esta superioridad en los últimos años es totalmente lógico, ya que el Madrid no hace más que aumentar sus ingresos –fundamental la TV– y el Sevilla disminuirlos, y ese «pequeño detalle» tiene su reflejo en el terreno de juego. No obstante, en fútbol no todo es dinero, y sobre el césped del Ramón Sánchez Pizjuán estarán 11 contra 11.
¿Se puede ganar el partido del sábado? Pues sí, perfectamente. Pero para ello será necesario que se den varias circunstancias:
– En primer lugar, que se lo crean los jugadores. Si ellos mismos no creen que pueden ganar, es totalmente imposible que nos llevemos la victoria. Eso es de perogrullo.
– En segundo lugar, tenemos que hacer un partido muy completo. Es decir, tenemos que estar muy acertados tanto en defensa como en ataque, y, por supuesto, mostrar mucha intensidad en cada balón.
– Y en tercer lugar, que el trío arbitral medio se comporte. Tampoco vamos a pedirles que nos traten por igual. No soy tan iluso como para pensar en eso. Nunca lo han hecho y no creo que lo vayan a hacer ahora. Pero sí al menos confío en que no nos machaquen con decisiones tan polémicas como el gol anulado a Luis Fabiano del Sevilla-Madrid de Copa del Rey, el también anulado a Negredo en la misma eliminatoria pero en el Bernabéu, o, el más reciente de todos, el del Madrid-Sevilla de la temporada pasada, con gol anulado a Fazio por haber rozado a Pepe en un salto en el área. En otras palabras, que, al menos, nuestros goles también cuenten.
También sería muy importante, aunque no decisivo, que la afición también crea que se pueda ganar el partido. Tenemos que remar todos en la misma dirección y olvidar rencillas personales que sólo perjudican al club. El Ramón Sánchez Pizjuán tiene que estar a reventar y, como bien dice Míchel, los jugadores del Madrid tienen que sentir la presión. Yo añadiría aquí al árbitro, porque al final, se quiera o no, es un personaje decisivo, como, desgraciadamente, ya sabemos bien los sevillistas.
Y por supuesto, tenemos que creer que se puede ganar el partido hasta el final. En los últimos partidos, contra Madrid o Barcelona, cuando nos han marcado el primero he notado en la grada un derrotismo alarmante. Eso no tiene por qué ser así. Lógicamente, si el rival se adelanta en el marcador, la victoria se complica, pero siempre es posible darle la vuelta al resultado, sobre todo si queda mucho tiempo por delante.
Por último, no conviene olvidar que el Madrid no es invencible. De hecho, sólo ha sido capaz de ganar uno de los tres partidos ha disputado, e incluso tiene en su casillero un punto menos que nosotros. Así que está en nuestra mano sacarles más ventaja.