Parece que ya ha llegado el momento de Babá. O al menos, eso espero. Porque si no juega ahora el senegalés, ¿cuándo lo va a hacer?
Según decían en Portugal, Babá tiene una gran facilidad goleadora, como atestiguaban sus guarismos antes de venir al Sevilla. Parece ser, que en los entrenamientos hace gala de ello, y que es un jugador del agrado de Míchel, quien ha probado a ponerlo en los últimos ensayos junto con Kanouté. Así que todo parece indicar que, por fin, Babá podrá disponer de un partido completo para mostrar su valía, y no de unos cuantos minutos sueltos.
En todo caso, Babá es un jugador muy joven y que procede de una liga que no es muy competitiva. Por tanto, aún es un jugador en crecimiento y que todavía tiene muchísimo que aprender, por lo que me da a mí que Babá es un jugador de futuro y que veremos su verdadero potencial en las próximas temporadas; donde, por otro lado, ya estará más que adaptado a una liga fuerte, como es la española.
El rival de mañana será muy complicado, porque tiene buenos jugadores y porque, con su nuevo entrenador, es mucho más agresivo y competitivo. Tendremos muchos más problemas para superarlos si el colegiado de turno –Álvarez Izquierdo– permite esa agresividad. Por lo visto, en el último partido que jugaron contra el Barcelona repartieron leña, a diestro y siniestro, hasta el punto que les mostraron siete tarjetas amarillas.
Mañana partido grande, con lleno en Nervión. Será un partido con un ambiente espectacular, para disfrutar y, sobre todo, un partido para vencer. Es de perogrullo que sería muy importante lograr la victoria, por el subidón que darían tres nuevos puntos y porque también está en juego el goal average, que en una liga tan igualada –quitando a los dos de siempre– será más decisivo que nunca a final de temporada.
No obstante, también hay que tener en cuenta que, al enfrentarnos a un rival directo, si no es posible la victoria, un empate, aunque a priori no agrade a nadie, tampoco sería un desastre.