Victoria clara y contundente, porque el Sevilla fue superior a su rival, de principio a fin. No obstante, tampoco hay que echar las campanas al vuelo. Entre otras cosas, porque el Racing era un rival muy inferior, y también porque el Sevilla sigue mostrando detalles preocupantes, tanto en defensa como en ataque.
Ayer se consiguieron tres puntos que eran fundamentales para creer que aún es posible alcanzar el objetivo. Objetivo que yo sitúo en la clasificación para la Europa League, ya que la Champions League sólo la alcanzaríamos en caso de ganarlo casi todo, y, sinceramente, el equipo no da pie a creer en eso.
Destacar del partido algunas cosas que me llamaron poderosamente la atención:
– ¿Cómo es posible que el árbitro no pitara nada en el clarísimo penalti que le hace el portero a Negredo? Ni el árbitro ni el linier vieron nada, pero la infracción es evidente. Negredo es arrollado por el guardameta en su alocada salida: saltando con los pies por delante. En todo caso, si consideraran que no hubo contacto, al menos tendrían que haber señalado libre indirecto, por juego peligroso. Pero ni eso. Al final, un penalti y una expulsión que quedaron en nada.
— Tampoco me explico por qué los árbitros perdonan tarjetas, una y otra vez, a nuestros rivales, y a nosotros nos tarjetean por nimiedades. La tarjeta a Fernando Navarro, a no ser que insultara o protestara, es inexplicable. Sin embargo, hubo una entrada durísima a Perotti y otra entrada clarísima de Diop a Navas donde no buscó el balón en ningún momento, y quedaron impunes.
— ¿Por qué, teniendo el balón en el centro del campo, lo pasamos a la defensa o incluso al portero, sin necesidad? Eso se hace cuando te estén presionando o haya riesgo de perder el balón, pero hay jugadores que lo hacen ya por vicio, como Escudé. A mí eso me resulta desesperante, porque además da una imagen de conformidad y de poca ambición.
— ¿Por qué el sustituto de Negredo fue Kanouté? ¿No habría sido más lógico reservar al maliense y dar minutos a Babá para que vaya cogiendo confianza? Además, Kanouté no estaba al cien por cien y no estuvo nada acertado en los minutos que tuvo.
— ¿Por qué, estando en superioridad numérica, nos dedicamos a perder tiempo? Nuestro goal-average no es para tirar cohetes. Ahora mismo es de 30 goles a favor y 27 en contra. ¿No era el momento idóneo para mejorarlo? Hay que tener en cuenta que, con tantos equipos luchando por el mismo objetivo, la diferencia de goles puede ser decisiva.
–¿Cómo hay jugadores, como Rakitic y Manu del Moral, que pueden ser tan fríos? No me explico cómo jugadores de fútbol profesionales pueden poner tan poca intensidad en el juego.
Destacar también el mal partido de Escudé. Perdió varios balones que nos pudieron costar carísimo. Además, no hizo bien el fuera de juego, como es costumbre, y está lentísimo. Menos mal que el rival era el Racing, porque otro equipo probablemente habría aprovechado sus regalos.
Por contra, destacar el sensacional partido de Navas, que ahora mismo es medio equipo. Está en un estado de forma sensacional.
No habrá tiempo para saborear el triunfo, puesto que ya mismo tenemos que enfrentarnos a un Granada que, a buen seguro, ofrecerá mucha más resistencia que el inocente y casi sentenciado Racing de Santander. Tendremos que emplearnos a fondo, porque el Granada ya puso en apuros al Barcelona en su propio campo. Y también hay que recordar que ya nos ganó en nuestro estadio, aunque no lo mereciera.
Para complicar las cosas, el árbitro ha sido sustituido. Iba a ser Velasco Carballo, pero finalmente será Muñíz Fernández, «El Repeinao». Ciertamente, no sé cuál será peor, pero el tal Muñíz Fernández parece que la tiene tomada con nosotros.