Archivo mensual: marzo 2012

La situación de Romaric

Interesante noticia la publicada en Sport en el día de hoy.

La alta ficha de Romaric puede ser un inconveniente para que continúe en el Español. En cualquier caso, y en lo que atañe al Sevilla, parece que el club ha acertado con su cesión, puesto que Romaric se ha revalorizado y, además,  hemos ahorrado dinero por su ficha.

Parece que llevamos todas las de ganar en este asunto, bien porque Romaric nos sirva para abaratar el fichaje de Márquez o bien porque nos desprendamos definitivamente de un jugador del que se esperaba mucho más. La calidad de Romaric es indiscutible, pero en el fútbol moderno hace falta algo más que calidad para triunfar, y más aún en un club de primer nivel.

Esperemos acontecimientos.

Del perfil de Medel

Me alegró escuchar de boca de Victor Orta que el Sevilla está buscando otro jugador del perfil de Medel.

Ya, en su momento, di mi opinión sobre la importancia del jugador chileno en el Sevilla. Creo que Medel es la pieza fundamental que debe servir de base al nuevo Sevilla, al Sevilla que vuelva a tener fundamentos para volver a conseguir títulos. No obstante, me llama la atención que los medios de comunicación consideren a Medel un jugador de perfil defensivo. En cierto modo es así, pero más que nada por la situación que ocupa en el campo. Porque, dadas las cualidades del jugador, podría desenvolverse por la zona del campo que él quiera. Precisamente, por eso la Secretaría Técnica está buscando un jugador de su perfil. Porque Medel es un jugador todoterreno, capaz de defender y atacar con eficiencia,  y es agresivo e inteligente en el terreno de juego.

También parece que se ha tomado nota de la evidente carencia ofensiva de esta temporada y se está buscando un delantero, posiblemente el sustituto de Kanouté. No podemos depender de que Negredo esté en racha o no. Lamentablemente, el vallecano se está mostrando muy irregular, y ésa es una de las razones de que ahora mismo no estemos en puestos de Europa League. Y Kanouté, desgraciadamente, porque los años no perdonan, ni siquiera al gigante maliense, cada vez aporta menos. Para volver a estar entre los mejores de Europa, tendremos que ser capaces de volver a conformar una delantera letal.

Y, por último, creo que es igual de necesaria la contratación de un central de categoría, como era Javi Navarro, o como es el francés Rami, del Valencia. Y es que los partidos se empiezan a ganar desde la defensa. Spahic y Fazio son capaces de lo mejor, pero también de lo peor. Han hecho grandes partidos, pero ¿cuántos puntos se nos han ido por errores absurdos? Tampoco hay que olvidar que Escudé está en plena decadencia, y posiblemente sea nuestro central más vulnerable.

La guinda al pastel sería un lateral derecho en condiciones. No ya como Alves, porque como ése no hay ninguno, pero sí alguien que defienda bien y tenga calidad y físico como para incorporarse con peligro al ataque. Me gustaría tener la confianza que tiene Victor Orta en Coke, pero por ahora este jugador no me ha dado motivos para ello.

Confío en que Monchi y su equipo acierten este verano, porque de ello dependerá que volvamos a ser grandes o no. Hay que ir mejorando progresivamente al equipo, que es precisamente lo contrario de lo que se ha ido haciendo en las últimas temporadas, sobre todo en esta última. Si se pudo hacer en su día un equipazo, está claro que se puede volver a hacer. Es muy complicado, pero es posible. Y, desde luego, casi con toda probabilidad, no será de un año para otro. Empecemos por tener para la temporada 2012-2013 una plantilla más equilibrada y más competitiva. A partir de ahí, paso a paso se va lejos.

Todos quieren al mismo

Se trata de Burak Yilmaz, delantero del Trabzonspor turco. Es un jugador internacional por su país, de 26 años, 1’88 metros de altura, y lleva anotados 31 goles en 28 partidos.  Un jugador joven que aúna fortaleza, técnica y gol. Así que no es de extrañar que haya llamado la atención del Sevilla. Del Sevilla y de media Europa.

Ya ha salido en prensa el interés de Ajax de Amsterdam, Milán, Borussia Dormunt, Villarreal, Español, Málaga, Atlético de Madrid, y el último en sumarse es el Arsenal.  Y los que saldrán de aquí al verano.

Parece ser que, por ahora, es el equipo londinense el que más atrae a Yilmaz. Lo que está claro es que para optar a conseguir jugadores tan codiciados es necesario tener el reclamo de jugar en la Champions League. Y eso, salvo milagro, no se conseguirá esta temporada. Aparte de que muchos de nuestros teóricos rivales en la puja son económicamente poderosos, lo cual haría el fichaje del turco muy complicado de realizar.

Por tanto, si Monchi consigue ficharlo, es para sacarlo a hombros. Claro que después estaría por ver si triunfa en España, porque no es lo mismo la liga turca que la española.

No sé qué habrá de cierto en el interés del Sevilla por este jugador, pero, ya de por sí, sería una buena noticia que se esté buscando un delantero. Espero que se haya aprendido la lección y que la casi segura baja de Kanouté se cubra con un delantero del mejor nivel posible, aunque ni siquiera haya clasificación europea.

Tropezar dos veces en la misma piedra sería imperdonable.

Otras maneras

Segunda victoria consecutiva fuera de casa, y de nuevo por 0-3. El Granada no lo puso fácil, ya que el partido fue muy disputado e intenso, y al final nos lo llevamos porque tuvimos más acierto. No obstante, fallamos muchas ocasiones claras de gol, pero con la fortuna de que al Granada le dio por hacer lo mismo.

El Sevilla salió muy mentalizado para llevarse los tres puntos, creando ocasiones por la calidad de Navas, Reyes y Negredo. Me alegra volver a hablar bien de Negredo, porque si él no está acertado, será imposible que consigamos nuestro objetivo. Ayer tuvo un papel fundamental, y aunque falló un gol de manera inexplicable que le sirvió Reyes en bandeja, también es cierto que marcó el primer gol, dio la asistencia a Del Moral en el segundo, tiró una vaselina al larguero, y asistió magistralmente, de tacón, a Rakitic, en el que pudo ser el mejor gol del partido.

La clave del partido estuvo en ese segundo gol, que fue un mazazo para nuestro rival. Al inicio del segundo período, estábamos totalmente a la deriva, sin enterarnos de nada, a merced del Granada, que llegaba una y otra vez a nuestra portería con muchísimo peligro, rozando el empate en varias ocasiones. Hasta que, en una contra, entre Manu y Negredo se fabricaron el segundo gol. Gol que fue un zarpazo a la moral granadina y que dejaba muy encarrilado el encuentro.

Ahora se le ve al equipo otras maneras, y aunque sigue fallando muchas ocasiones de gol, al menos, sabe aprovechar un porcentaje aceptable de ellas.

El equipo sigue teniendo fortaleza defensiva, que es algo difícil de entender para mí, dado el pobre nivel que están ofreciendo Coke y Escudé esta temporada. Fazio y Navarro, por contra, ayer hicieron un partido bastante completo. Pero, sobre todo, el que nos sacó las castañas del fuego fue Andrés Palop. Algunas de sus intervenciones fueron prodigiosas. Ahora está en un estado de forma magnífico, y eso es una muy buena noticia, porque su puesto es el más importante del equipo.

En el centro, Trochowski ofrece más garra que Rakitic y está distribuyendo bastante bien el juego. Aún le falta gol, pero si al alemán le unimos al siempre eficiente Medel y las bandas de calidad que tenemos, nos encontramos un centro del campo más compensado que el que teníamos con el frío e indolente Rakitic. Mucho tendrá que mejorar el croata si quiere volver a ganarse una plaza de titular.

Y arriba, Negredo volvió a sumar y no a restar, como ha hecho durante demasiadas jornadas. Además, Del Moral está viendo puerta con facilidad. Curioso el caso del jiennense, que es capaz de lo mejor y de lo peor. Pero mientras siga marcando los goles a pares, nadie le podrá reprochar nada.

Y también ha cambiado el banquillo. Ahora se hacen los cambios con sentido y en su momento. Y, lo que es más importante, se tiene otra filosofía de juego y otra mentalidad.

En definitiva, el equipo ha cambiado bastante en varios aspectos. Incluso la suerte parece que ahora está de nuestro lado. La cuestión es si nos dará tiempo para conseguir plaza europea. De seguir así, sin ninguna duda conseguiremos nuestro objetivo, pero el problema es que podemos fallar muy poco.

El próximo rival será el Mallorca de Caparrós. Si conseguimos la victoria, será la primera vez que ganemos tres veces de manera consecutiva. Rival complicado, porque siempre se nos da mal y porque ha mejorado mucho de la mano del utrerano. Y partido importantísimo, porque en el horizonte se vislumbra un apasionante y complicadísimo Ahtletic-Sevilla, a donde tenemos que llegar en las mejores condiciones posibles.

El Lunes Santo –vaya diíta– tenemos que estar con el equipo. No habrá lleno, porque es un día muy señalado, pero deberá haber una buena entrada. Ahora no puede fallar ni el Sevilla, ni la afición.

No será tan fácil como en Santander

El Sevilla está obligado a conseguir los tres puntos que estarán en juego esta noche, en Los Cármenes, si queremos seguir optando a puestos europeos. De no conseguirlo, los siete puntos que nos distancian de Osasuna parecerían una distancia insalvable.

Para ganar tendremos que hacer un buen partido, ya que nos enfrentaremos a un Granada que hace muy poquito le puso las cosas muy complicadas al Barcelona en el Nou Camp.

Muchos pensarán que el Granada es un equipo candidato al descenso y que lo normal es que haya goleada, como contra el Racing. Pero ni mucho menos será así. En realidad, no nos enfrentamos al Granada, sino al filial del Udinese, que es propietario de muchos jugadores del Granada –pagando en algunos casos sus fichas– e incluso tienen el mismo dueño.

El Granada tiene más recursos y calidad que el Racing. En el centro del campo nos enfrentaremos al exsevillista Abel  y a Dani Benítez, que es muy rápido por su banda. Ambos son bastante peligrosos a balón parado. Además, también cuenta con delanteros habilidosos, como los nigerianos Inghalo y Uche, o Geijo, que ya nos marcó en la primera vuelta. Y en defensa, están haciendo muy buena temporada el central Diego Mainz y el lateral brasileño Siqueira.

Nuestro rival contará con las siguientes bajas: Diakhaté, Yebda, Fran Rico y Jaime Romero, por lesión, y Carlos Martins, por sanción. Nosotros no podremos contar con Perotti, Spahic y Campaña.

Los granadinos están a seis puntos del descenso y, aunque es improbable que bajen a Segunda, tampoco pueden confiarse. Si a eso le sumamos el empuje de la grada, que ven sus enfrentamientos con el Sevilla como un partido especial, es de esperar que el partido sea bastante intenso. Y ante un partido intenso, la solución es concentración –como pide Míchel– y, sobre todo, tener tanta intensidad como el rival. Si no es así, mal lo vamos a tener para ganar el partido, que es lo único que nos vale.

A ver cómo se porta el árbitro de turno, que en esta ocasión es el repeinado Muñíz Fernández. Este elemento suele maltratarnos de mala manera, pero resulta que en Granada tampoco han gustado nada sus actuaciones.

Iturralde González abandona el arbitraje

Magnífica noticia para el fútbol. Iturralde ha decidido adelantar su retirada del arbitraje, por una lesión y por discrepancias con el Comité Técnico de Árbitros.

Se retira un mal árbitro, prepotente como ninguno, al que todos los sevillistas recordaremos por habernos birlado la posibilidad de ganar un título de liga.

¿Qué harían si estuvieran en nuestro lugar?

Eso me he preguntado cuando he leído la noticia que publica El País, titulado Una «manada» en El Madrigal. El artículo no tiene desperdicio.

O sea, el Real Madrid se ve perjudicado, a pesar de que el árbitro no vio –o no quiso ver, cualquiera sabe–  el clarísimo agarrón, dentro del área, de Arbeloa a Nilmar, que podría haber supuesto el 1-0, y de que Ramos sólo ve tarjeta amarilla –era la segunda–, por su agresión al jugador del Villarreal. Hacía tiempo que no veía una entrada tan dura como la del camero. Entrada de 3 en 1, como el famoso lubricante. Lo hace rápido, pero en la repetición se ve que le da, en primer lugar, una patada, después un rodillazo y finaliza con un codazo en la cara. Más propio de un experto en artes marciales que de un futbolista. Y sólo vio la amarilla.

Tengo que admitir que no vi el partido, pero me cuentan que el árbitro perdonó la expulsión a Lass, y por eso fue sustituido por Callejón.

Con todo esto, los muchachos del Madrid hablan de escándalo y se quejan del árbitro. Para reírse o para llorar, según el caso. Ya hay que tener poca vergüenza.

Lo dicho, ¿qué espectáculo montarían esta gente si tuvieran que soportar alguno de los arbitrajes que hemos tenido esta temporada?

Racing 0 – Sevilla 3. Algunas cosas que no me explico

Victoria clara y contundente, porque el Sevilla fue superior a su rival, de principio a fin. No obstante, tampoco hay que echar las campanas al vuelo. Entre otras cosas, porque el Racing era un rival muy inferior, y también porque el Sevilla sigue mostrando detalles preocupantes, tanto en defensa como en ataque.

Ayer se consiguieron tres puntos que eran fundamentales para creer que aún es posible alcanzar el objetivo. Objetivo que yo sitúo en la clasificación para la Europa League, ya que la Champions League sólo la alcanzaríamos en caso de ganarlo casi todo, y, sinceramente, el equipo no da pie a creer en eso.

Destacar del partido algunas cosas que me llamaron poderosamente la atención:

– ¿Cómo es posible que el árbitro no pitara nada en el clarísimo penalti que le hace el portero a Negredo? Ni el árbitro ni el linier vieron nada, pero la infracción es evidente. Negredo es arrollado por el guardameta en su alocada salida: saltando con los pies por delante. En todo caso, si consideraran que no hubo contacto, al menos tendrían que haber señalado libre indirecto, por juego peligroso. Pero ni eso. Al final, un penalti y una expulsión que quedaron en nada.

— Tampoco me explico por qué los árbitros perdonan tarjetas, una y otra vez, a nuestros rivales, y a nosotros nos tarjetean por nimiedades. La tarjeta a Fernando Navarro, a no ser que insultara o protestara, es inexplicable. Sin embargo, hubo una entrada durísima a Perotti y otra entrada clarísima de Diop a Navas donde no buscó el balón en ningún momento, y quedaron impunes.

— ¿Por qué, teniendo el balón en el centro del campo, lo pasamos a la defensa o incluso al portero, sin necesidad? Eso se hace cuando te estén presionando o haya riesgo de perder el balón, pero hay jugadores que lo hacen ya por vicio, como Escudé. A mí eso me resulta desesperante, porque además da una imagen de conformidad y de poca ambición.

— ¿Por qué el sustituto de Negredo fue Kanouté? ¿No habría sido más lógico reservar al maliense y dar minutos a Babá para que vaya cogiendo confianza? Además, Kanouté no estaba al cien por cien y no estuvo nada acertado en los minutos que tuvo.

— ¿Por qué, estando en superioridad numérica, nos dedicamos a perder tiempo? Nuestro goal-average no es para tirar cohetes. Ahora mismo es de 30 goles a favor y 27 en contra. ¿No era el momento idóneo para mejorarlo? Hay que tener en cuenta que, con tantos equipos luchando por el mismo objetivo, la diferencia de goles puede ser decisiva.

–¿Cómo hay jugadores, como Rakitic y Manu del Moral, que pueden ser tan fríos? No me explico cómo jugadores de fútbol profesionales pueden poner tan poca intensidad en el juego.

Destacar también el mal partido de Escudé. Perdió varios balones que nos pudieron costar carísimo. Además, no hizo bien el fuera de juego, como es costumbre, y está lentísimo. Menos mal que el rival era el Racing, porque otro equipo probablemente habría aprovechado sus regalos.

Por contra, destacar el sensacional partido de Navas, que ahora mismo es medio equipo. Está en un estado de forma sensacional.

No habrá tiempo para saborear el triunfo, puesto que ya mismo tenemos que enfrentarnos a un Granada que, a buen seguro, ofrecerá mucha más resistencia que el inocente y casi sentenciado Racing de Santander. Tendremos que emplearnos a fondo, porque el Granada ya puso en apuros al Barcelona en su propio campo. Y también hay que recordar que ya nos ganó en nuestro estadio, aunque no lo mereciera.

Para complicar las cosas, el árbitro ha sido sustituido. Iba a ser Velasco Carballo, pero finalmente será Muñíz Fernández, «El Repeinao». Ciertamente, no sé cuál será peor, pero el tal Muñíz Fernández parece que la tiene tomada con nosotros.

Ya está difícil, no lo compliquemos más

Quién nos iba a decir a los sevillistas, que a estas alturas, cuando aún restan 11 jornadas por disputar, íbamos a encontrarnos a siete puntos de los puestos que dan a acceso a la Europa League y a ocho de los de Champions League.

Ciertamente, no estamos acostumbrados a esto, hasta el punto de que, al inicio de temporada, dábamos por seguro que nos clasificaríamos para la Europa League y estaríamos luchando hasta última hora por el premio mayor. Y la realidad es que, a base de hacer las cosas mal, a base de tropezar una y otra vez contra rivales tremendamente inferiores, nos hemos alejado mucho del objetivo. Nos hemos alejado tanto que, lo que antes nos parecía fácil, ahora nos parece complicado.

Es evidente que no podemos abandonar. Tenemos que seguir intentándolo hasta que no haya posibilidades matemáticas de conseguir el objetivo. Y ese objetivo pasa por enlazar varias victorias consecutivas que nos impulsen en la tabla y en nuestra autoestima.

Para seguir teniendo opciones de jugar en Europa y de medio salvar la temporada, debemos ganar, necesariamente, los tres próximos partidos: Santander, Granada y Mallorca. A priori, estos partidos deberían ser fáciles, puesto que se tratan de habituales moradores de la zona baja de la tabla, pero no hay que olvidar que, en la primera vuelta, estos enfrentamientos supusieron el inicio de la caía en picado del Sevilla.

Esta noche será el primer match ball, en el Sardinero. Nos enfrentamos ante un Racing que contará con cinco bajas: Acosta, Bernardo, Gullón, Francis y Toño, siendo esta última especialmente importante, ya que a este guardameta le da por hacer siempre grandes actuaciones ante el Sevilla.

Por contra, el Sevilla tendrá a toda la plantilla disponible, excepto Spahic, que fue forzado absurdamente para que jugara contra el Barcelona.

En cualquier caso, con bajas o no, el Racing no se lo va a poner fácil al Sevilla. No conviene olvidar el partido de la temporada pasada, donde perdimos estúpidamente (3-2), con una salida en falso de Palop en el minuto 91, dejando en bandeja el gol a Arana. Fue el día en que el indio Alí Syed se convirtió en protagonista, por dedicarse a hacer eso precisamente, el indio, en el palco.

Así que no nos metamos en más problemas. Aprendamos de Gijón y no compliquemos más la situación. Ganemos, de una vez, a un equipo muy inferior, y consigamos tres puntos que nos hagan mirar con un poco más de optimismo el futuro.

No es tan difícil. ¿O sí?

Canterano atado

Según Roberto Arrocha, Gonzalo, delantero juvenil del Sevilla FC, ha firmado contrato profesional por el Sevilla, por tres años, y con una claúsula de rescisión de tres millones de euros.

El club se ha movido con prontitud, pues había clubes europeos detrás del chaval. Gonzalo es un joven coriano, de tan sólo 17 años, y que, hasta ahora, lleva marcados 26 goles. Así pues, no es de extrañar que estuviera llamando la atención.

Pablo Blanco ha afirmado de Gonzalo: «Es muy buen futbolista. Como delantero hace goles, pero tiene más cosas. Es un jugador que, pese a jugar arriba, le gusta caer a banda. Se mueve a la perfección en posiciones intermedias. Es elegante y versátil”. En el Sevilla se tiene plena confianza en él. De hecho, Gonzalo realizará la pretemporada con el Sevilla Atlético bajo las órdenes de Ramón Tejada.

Importante renovación. No hay que olvidar que la cantera debe ser la base de futuros éxitos.

La suplencia de Babá

Dentro de poco se cumplirán dos meses de su llegada al Sevilla. Llegó con fama de goleador, y, de hecho, era el segundo máximo goleador de la liga portuguesa, a pesar de jugar en el Marítimo de Funchal, un equipo que no es uno de los grandes portugueses.

Tenía ganas de que se incorporara a la disciplina sevillista, para ver si era la solución a nuestra alarmante falta de gol. Sólo se le dieron algunos minutos sueltos, puesto que Negredo era el titular indiscutible. La baja del Vallecano me hizo creer, erróneamente, que había llegado el momento del senegalés, pero no fue así. De hecho, Babá no salió de inicio hasta el partido contra el Atlético de Madrid, donde marcó un gol.

En esos 90 minutos me dio la impresión de que Babá se trataba de un jugador que no era un alarde de técnica, pero que tenía otras cualidades: movilidad, desmarque y, parece ser, gol. Digo lo de «parece ser» porque no se puede juzgar a un jugador por 90 minutos, pero lo cierto es que, según Míchel en los entrenamientos es quien más goles hace, y también es verdad que se desmarcó y remató muy bien en su gol al Atlético.

Ese gol parecía que le abriría las puertas de la titularidad ante el Sporting de Gijón, pero, ante mi sorpresa, no fue así. Se dejaba al único delantero centro disponible en el banquillo, ya que ni Negredo ni Kanouté viajaron por lesión. Para mí, del todo incomprensible, máxime cuando Manu del Moral tampoco es que esté demostrando una capacidad goleadora desmesurada.

El partido ante el Sporting resultó ser un fiasco. El Sevilla fue superior a su rival, que se limitó a aprovechar una de las poquísimas ocasiones que tuvieron. Nosotros nos dedicamos a fallar ocasiones clarísimas, como en tantos otros partidos, y nuestro dominio no sirvió de nada.

La misma historia se repitió con el Barcelona. Tuvimos varias ocasiones de gol, y todas se fallaron, a pesar de que alguna de ellas fueron clarísimas, como el cabezazo de Manu Del Moral al larguero, con toda la portería para él.

No tenemos un problema de creación, sino que el problema es de finalización. Por tanto, necesitamos a alguien que la empuje dentro, a un depredador de área, a un rematador, y, por ahora, tanto Negredo como Kanouté y Del Moral se están mostrando bastante desacertados en ese sentido.

Los números no engañan. 27 goles en 27 partidos es una media pobrísima. Tres equipos que están situados por debajo (Mallorca, Real Sociedad y Betis) nos superan en goles a favor, y el Villarreal, que está coqueteando con el descenso, nos iguala. El Levante, que es el cuarto y ocupa plaza de Champions, ha hecho 11 goles más que nosotros. Unas cifras para estudiar con detenimiento.

Llegamos a este punto, la cuestión que surge es evidente: ¿Para qué se ha traído a Babá? La respuesta, parece ser, que es para tenerlo de suplente. Porque en el banquillo es donde ha estado durante la lesión de Negredo, y conociendo a Míchel, no hay que ser muy listo para darse cuenta de que, cuando se recupere el vallecano, volverá a la titularidad.

Así que más nos vale que Negredo, cuando vuelva, ofrezca su lado bueno, porque como no sea así, el panorama que tenemos se presenta desolador.

El Sevilla, una vieja gloria

Así al menos nos ve L’Equipe, en este artículo donde se analiza el potencial de los equipos españoles. Según el diario francés, la liga española no se limita al poder de Madrid y Barcelona, sino que también destaca el buen papel que están haciendo en la Europa League el Ath. de Bilbao, Valencia y Altético de Madrid. En lo que nos concierne a nosotros, sólo nos dedican unas palabras de refilón, cuando afirma «no es más que el octavo –refiriéndose al Atlético de Madrid– de una liga que está formada igualmente por equipos muy ricos, como el Málaga, o viejas glorias, aún sólidas, como el Sevilla, Villarreal o el Español»

Y yo pienso que es verdad. Si no nos clasificamos para jugar en Europa la próxima temporada, ya se nos puede considerar una vieja gloria. Y salvo que lo hagamos muy pero que muy bien a partir de ahora, parece que la temporada 2011-2012 acabará en fracaso total.

Está claro que el Sevilla no ha sido capaz de renovar con éxito la gran plantilla que tenía cuando llegaron los títulos. Ciertamente, era muy complicado encontrar sustitutos de garantías para jugadores como Luis Fabiano, Alves, Javi Navarro, Adriano, Renato… Pero es que tampoco se han traído jugadores de un nivel similar. A medida que han ido pasando los años, la plantilla ha sufrido una merma lenta pero contínua. Y lo peor es que igual no hemos tocado fondo. Si no hay clasificación europea, igual tenemos que vender a lo poco que tenemos de valor, como podría ser Gary Medel.

No quiero ni pensarlo. Prefiero creer que aún podemos dar un giro de 180 grados y meter la cabeza en el sprint final. Pero pienso que para eso, Míchel tendrá que tomar decisiones drásticas y no dar más oportunidades a jugadores que defraudan una jornada sí y otra también.

Aún estamos a tiempo, pero cada vez nos queda menos, y ya casi no podemos fallar. Después de todo, la séptima plaza sólo está a cuatro puntos, pero con el inconveniente de que hay multitud de equipos con nuestro mismo objetivo.

En el horizonte tenemos tres partidos verdaderamente complicados: Ath. de Bilbao-Sevilla, R.Madrid-Sevilla y Español-Sevilla, que además es el último partido de liga y ante un más que previsible rival directo. Los demás partidos, tal y como estamos, también son difíciles, porque serán contra rivales que pelearán por el descenso y que irán a muerte. Y ya sabemos cómo nos la gastamos contra ese tipo de equipos.

Panorama muy complicado, pero, como dice el dicho, mientras hay vida, hay esperanza.

Sin convicción, imposible ganar

Eso es lo que yo vi ayer en el Sánchez Pizjuán. Un equipo, el Sevilla, que saltó al terreno de juego a intentar ganar al Barcelona, al que es uno de los mejores equipos del mundo, si no el mejor. Pero lo hizo sin convicción. Y para ganar a un equipo, cualquiera, el primer paso es estar convencido de que le puedes ganar. Si no, es totalmente imposible.

Esa falta de convicción y ambición se veía en cada balón disputado, en lo pronto que perdíamos el balón, aunque ni siquiera se nos presionara. Eso me hizo pensar que podríamos presenciar un espectáculo parecido al Sevilla-Madrid. No fue así por las prodigiosas intervenciones de Palop y, sobre todo, porque el Barcelona no quiso hacer sangre, posiblemente pensando en próximos partidos.

No entiendo el motivo de la titularidad de Spahic, cuando no ha podido entrenar bien en toda la semana y estaba tocado. Lo único que se ha conseguido es que recaiga de la lesión, con lo cual, posiblemente, no podrá estar contra el Rácing.

Tampoco entiendo cómo se sigue contando con Rakitic. El croata tuvo nula aportación ofensiva y defensiva. Iniesta y Xavi pasaban por su lado como si no estuviera. No se puede tener menos garra. Su mala defensa –si es que a eso se le puede llamar defender– provocó que el Barcelona llegara a nuestro área cada vez que le dio la gana.

A pesar de nuestra clara inferioridad, tuvimos algunas ocasiones para acortar distancias, pero con los delanteros que tenemos, da la impresión de que, aunque duraran los partidos 180 minutos, seríamos incapaces de hacer un gol.

Lo mejor del partido quizás sea la afición, que apoyó al equipo en todo momento, y el resultado. Lo cierto es que podría haber sido bastante más abultado y no se ha incrementado demasiado nuestra diferencia de goles a favor y en contra, que ahora es de -4. Y eso, aunque no lo parezca, puede ser importante de cara al goal-average.

Lo peor, sin duda, la poca ambición de algunos jugadores y imagen de inferioridad que mostró en todo momento el equipo. Fue la constatación de que Monchi y su equipo tiene muchísimo trabajo para el futuro.

La hazaña de ganarle al Barcelona

Más bien, la hazaña sería incluso conseguir un empate ante el Barcelona, como ya hicimos en la primera vuelta. Y para eso fue necesaria una actuación espectacular de Javi Varas, con paradón incluido a Messi en el penalti señalado en tiempo de descuento.

Mañana nos visita uno de los favoritos para ganar la Champions y uno de los mejores equipos del mundo. Su pegada es brutal. Llevan 74 goles a favor en liga –casi triplican nuestros 27 goles– y sólo han encajado 19. Su fuerza está en el centro del campo, tanto por lo bien que atacan como por lo bien que defienden. En esa zona tan importante del terreno de juego siempre están en mayoría. Incluso Messi suele bajar para empezar las jugadas de ataque.

Es tal el poder ofensivo del Barcelona que ellos no necesitan un delantero centro nato. Les basta tener a jugadores con el talento de Messi, Iniesta, Xavi, Cesc… Tienen tanta calidad y visión de juego que, cuando empiezan a combinar, no hay quien les pare.

Tácticamente, el Barcelona es un equipo muy bien trabajado. Es difícil que pierdan la posesión del balón, pero cuando lo hacen, lo suelen recuperar con prontitud, ya que presionan con mucha efectividad  en el centro del campo.

Por si fuera poco, para superar estas dificultades el Sevilla no plantará sobre el césped, ni mucho menos, su equipo de gala. Míchel tendrá que romperse la cabeza para formar un equipo competitivo. Tenemos bajas por lesión y sanción, además de un puñado de jugadores que no están al 100 %. La defensa es la línea más tocada, que es precisamente la que tendrá más trabajo.

Con esta perspectiva, parece imposible no recibir una goleada. Tendremos que tener esperanzas en que salte una de esas sorpresas que se dan en el fútbol, muy de vez en cuando. Y no se da el caso, al menos que no se dé el triste espectáculo que ofrecimos ante el Madrid. Yo creo que, simplemente con eso, nos conformamos muchos sevillistas: con una derrota digna. Es penoso que ocurra esto, pero es a lo que lleva la diferencia tan abismal que hay entre los presupuestos de los dos clubes. Y lo peor es que esa diferencia se va agrandado, al repetirse, de manera continuada, durante muchos años.

Igual es que yo soy muy pesimista, pero si lo soy, no es gratuitamente, sino que me baso en la trayectoria y plantilla de los dos equipos. Hay que reconocer que ellos son tremendamente superiores. Otra cosa ya será lo que depare el juego, pero, a priori, el panorama no es muy halagüeño.

El partidazo de ayer

Llevo ya un par de temporadas algo asqueado con el fútbol.  Probablemente, tenga mucho que ver con esto el mal momento que está pasando mi club y, sobre todo, el esperpento en el que se ha convertido la liga española, que es, al fin y al cabo, un cortijo donde un par de señoritos hacen lo que les viene en gana, sin mostrar el más mínimo respeto por los demás. Así pues, dado este panorama, no me quedan muchas ganas ni ánimo para ver un partido de fútbol que no sea el Sevilla. De hecho, hace una barbaridad de tiempo que no veo un partido desde el pitido inicial, y he llegado al punto de decir que a mí no me gusta el fútbol, sino que sólo me gusta el Sevilla.

Sin embargo, ayer, haciendo zapping –o channel surfing, como dicen los ingleses–, me encontré con un partido de Champions, el Chelsea-Nápoles –que tampoco vi de inicio–, que me cautivó. Me quedé pegado al televisor. Ambos equipos tenían buenos jugadores y hacían un juego técnico y ofensivo, entregándose al máximo. Nada de pérdidas de tiempo ni artimañas. Los dos salieron a ganar, a pesar de que el conjunto italiano visitaba Londres con el crédito del 3-1 a su favor del partido de ida. Era un partido lleno de intensidad, de principio a fin. El ritmo del partido no decreció en ningún momento y los jugadores hacían tal derroche físico que casi me cansaba sólo de verlos. En resumen, un gran espectáculo en un gran ambiente, pues el estadio estaba lleno.

Ni siquiera faltó emoción, pues el Chelsea consiguió empatar la eliminatoria a 15 minutos del final, de manera que un gol prácticamente sentenciaba la eliminatoria, para un lado u otro. Se llegó a la prórroga,  y se disputó con tanta intensidad como en el minuto 1. Finalmente, se impuso el Chelsea, con un gol de Ivanovic, en el minuto 105, a nuestro exportero Morgan De Sanctis.

También cómo no, me llamó la atención la actuación del árbitro. Al silbato estaba el alemán Felix Brych, y para mí hizo un arbitraje perfecto, con un estilo diametralmente opuesto al que estoy acostumbrado a ver en España. En todo momento tuvo el control del partido, sin necesidad de aspavientos, sin tener que recurrir a gestos ni miradas amenazantes. Trató, en todo momento, a los dos equipos por igual y cortaba el juego sólo cuando era estrictamente necesario. En general fue un partido limpio, pero cuando algún jugador sacaba los pies del tiesto, allí estaba él para amonestarle y cortar de raíz cualquier atisbo de violencia.

Tampoco permitió simulaciones. Con 3-1 en el marcador, David Luiz recibió un golpe e hizo un amago de tumbarse en el césped para que le atendieran. Se le acercó el árbitro y le indicó, por señas, que o se levantaba y se incorporaba al juego o que saliera del terreno de juego para que le atendieran, pero dejó claro que el juego no se iba a detener por él. Daviz Luiz se levantó y siguió jugando.

En cuanto a las jugadas polémicas, apenas hubo alguna. Un penalti clarísimo, por manos en el área, que igual aquí no habrían pitado, pero que no causó la más mínima duda en el árbitro. Gracias a ese penalti se igualó la eliminatoria.

Ayer Chelsea y Nápoles, con su calidad y ambición mostraron que el fútbol puede ser un espectáculo grandioso, sobre todo si se acompaña de un estadio lleno –a ver si Roures se entera y abandona la idea de los horarios absurdos– y el árbitro se dedica a lo suyo, que es simplemente arbitrar y no tomar partido por nadie, por muy poderoso que sea.

Lamentablemente, no puede evitar preguntarme si veríamos algún día partidos como este Chelsea-Nápoles en la liga española. Tampoco pude evitar responderme. Y la respuesta, lógicamente, fue que no. Y es que tienen que cambiar tantísimas cosas en nuestro fútbol, e incluso yo diría que en nuestra sociedad, que ahora mismo me parece una utopía. Una completa utopía.