Archivo mensual: febrero 2012

Árbitros miedosos en la mejor liga del mundo.

Por supuesto, eso de «la mejor liga del mundo» no lo digo en serio, pero es como le han dado, a algunos periodistas, por llamar ahora a la Liga Española. Será por si, a fuerza de repetirlo mucho, algún incauto se lo acaba creyendo.

Llaman la atención las palabras de Diego Costa, jugador brasileño del Rayo Vallecano, que ha tenido que sufrir en sus carnes dos codazos de Sergio Ramos que, por supuesto, quedaron impunes, como suele ser habitual.

Lo que dice Diego Costa es algo que todo aficionado al fútbol español sabe, y es que algunos árbitros tienen miedo del Madrid. Aunque yo diría que a lo que verdaderamente tienen miedo es a todo el entramado que tiene montado el Madrid, con su control sobre muchos medios de información, Comité Técnico de Árbitros, Comité de Competición y Comité de Apelación de la Federación Española de Fútbol. Dice el Brasileño  que los árbitros miran mucho el escudo y que por ese motivo en el partido del pasado domingo, contra el Real Madrid, perdonaron la expulsión a Sergio Ramos en una jugada muy clara, mientras que su compañero Michu vio la roja sin tocar al rival.

Pero no queda ahí la cosa, sino que añade que él escuchó «muchas veces a los jugadores insultando a los árbitros», mientras que hacían «como que no oían» cuando eran los futbolistas blancos.
O sea, el mismo doble rasero al que estamos, lamentablemente, acostumbrados. Los árbitros dirán: «Machaco al pequeño y ayudo al grande. No vaya a ser que me busque un lío con la prensa, se cree «alarma social»  y me metan en la nevera por los siglos de los siglos. Total, yo voy a coger mi pasta gansa a final de mes, lo haga bien o lo haga mal». Es decir, van siempre a lo fácil. Y si hay algún árbitro honrado, que me gustaría pensar que sí los hay, en caso de duda, favorecen a los de siempre.
Por cosas como esta es por lo que creo que la Liga Española es la peor del mundo, y con todo merecimiento. En la liga hay un fallo de base. Hasta que no se trate por igual a todos los participantes de la competición, ésta no será justa.  Y ahora mismo hay dos equipos que juegan con otras reglas, y estas reglas les permiten tomar una ventaja sobre los demás decisiva. La cuestión es: ¿hasta cuando? Parece que hasta dentro de muchos años, porque el mal está bien arraigado y, sin duda, pasará una eternidad hasta que veamos una competición como Dios manda. Si es que la vemos.
Por cierto, si alguien no ha visto los codazos, en este enlace se pueden apreciar perfectamente. La mala idea de Sergio Ramos en el primero es evidente. El camero ve de reojo cómo se aproxima Diego Costa, se frena, y suelta el brazo a la altura y en el momento justos. Lo hace con una destreza que muestra que no es la primera vez que lo hace. El segundo codazo tiene un pase, porque es una reacción instintiva a un agarrón y, en realidad, es más bien un manotazo y no un codazo. Pero, en cualquier caso, queda claro que hizo méritos más que suficientes como para no acabar el partido.
Y mejor no hablemos de Pepe. Yo creo que este jugador, sencillamente, es que está mal de la cabeza. Pepe alcanza ya un nivel de violencia tan extremo que yo creo que, si el portugués finaliza el partido, es que el árbitro ha estado muy desacertado. Contra el Rayo nos dejó otra de sus perlas. Un verdadero milagro que no haya acabado la temporada para Piti. Suerte tiene el barcelonés de tener un tobillo de goma.
Menos mal que a Monchi le pidieron mucho dinero por este salvaje disfrazado de futbolista y no fichó por el Sevilla. Porque si Pepe llega a jugar en el Sevilla, que nadie dude que ya estaría sancionado de por vida.

Un Atlético sin Falcao

Nuestro próximo rival será el Atlético de Madrid, rival directísimo en nuestras aspiraciones europeas; aspiraciones renovadas tras haberse logrado nivelar esa caída en picado que nos hacía temer el desastre.

Con la fuerza y la moral que dan dos victorias consecutivas, recibiremos al Atlético, un equipo que no cae nada simpático en Nervión, por los acontecimientos y polémicas en que nos hemos visto envueltos en los últimos años.

Será un choque igualado. Se enfrentan el noveno contra el décimo, ambos con 32 puntos en la tabla. Los dos equipos han cambiado mucho tras sustituir a sus entrenadores: Manzano por Simeone, y Marcelino por Míchel. El Atlético no podrá contar con su jugador más importante: Radamel Falcao. El colombiano vio una tarjeta amarilla en el minuto 84 de partido que le impedirá saltar al césped del Ramón Sánchez Pizjuán. Tampoco estarán Diego, otro magnífico jugador, que continúa lesionado, y el central Godín, también tarjeteado en la noche de ayer. No obstante, el Atlético sigue teniendo a jugadores muy peligrosos, como Adrián o Arda Turan. Pero qué duda cabe que el club colchonero pierde potencial con sus notables ausencias.

Partido grande el sábado en Nervión. Debe haber lleno hasta la bandera, a pesar del horario y de que sea televisado en abierto. Y debe haber lleno porque no se puede fallar. Están en juego más que tres puntos. En esta liga tan pésima se amontonan los equipos alrededor de las plazas europeas y no hay que ser un lince para darse cuenta de que, al final de liga, el goalaverage será  decisivo.

La victoria debe caer de nuestro lado, tiene que ser nuestra. Una tercera victoria consecutiva nos daría un empujón importantísimo para llegar a las plazas europeas, y provocaría la segunda derrota consecutiva del Atlético, que les haría caer en la tabla.

El árbitro de la contienda será el catalán Álvarez Izquierdo. Seguro que tendrá trabajo, y esperemos que su actuación pase desapercibida. Sería una buena señal.

Victorias importantísimas para mirar arriba

Partido bastante completo del Sevilla en tierras valencianas. El equipo ha estado seguro en defensa y ha sabido finalizar las pocas jugadas de ataque del partido. El árbitro ha pasado más o menos desapercibido. Ha perdonado algunas tarjetas, de manera incomprensible, al Valencia, pero, por lo demás, bien.

Me ha gustado mucho el partido de Palop, que se ha mostrado muy seguro por arriba, y el de toda la defensa. Y es que para que el Valencia te cree tan pocas ocasiones de gol, tienen que haber hecho muy buen trabajo los defensores, tanto de la línea defensiva como en el centro del campo, donde, una vez más, fue decisivo Gary Medel. Como siga así el chileno, y teniendo en cuenta la propensión de Del Nido a vender, me parece a mí que lo vamos a disfrutar muy poco.

Mantener la seguridad en defensa es básico, si queremos jugar en Europa la temporada que viene. Hoy no hemos tenido ningún error grave, excepto, quizás, en esa ocasión donde dejamos controlar y rematar, tranquilamente, a Aduritz, en el borde del área.

Es una pena que Negredo siga desaparecido, porque a otros jugadores, como Rakitic o Navas, se les está notando la mejoría. El palaciego ha sido otro de los jugadores importantes del partido, ya que asistió en el primer gol y marcó en el segundo.

Con la victoria en Mestalla nos situamos a ocho puntos del Valencia y a tres del Levante. No será fácil, pero con dos victorias consecutivas se ve todo desde otra perspectiva. El próximo partido, contra el Atlético de Madrid, será un partidazo. Todo lo que no sea un lleno, será un fracaso. Partido de más de tres puntos.

Y no quiero finalizar el post sin dedicar unas líneas a la otra victoria que hace mirar hacia arriba: la del Sevilla Atlético. Impresionante la calidad, el coraje y el espíritu competitivo que muestran los chavales, jornada tras jornada. Hoy han superado al Écija y al árbitro de turno. Hay cantera como para no mirar tanto hacia fuera, a la hora de fichar.

Navas y Negredo convocados con la absoluta

La lista completa es la siguiente:

Porteros: Casillas (Real Madrid) Víctor Valdés (Barcelona) Reina (Liverpool).

Defensas: Arbeloa (Real Madrid), Sergio Ramos, Puyol (Barcelona), Piqué (Barcelona), Javi Martínez (Athletic), Jordi Alba (Valencia), Iraola (Athletic).

Centrocampistas: Xavi (Barcelona), Iniesta (Barcelona), Busquets (Barcelona), Cesc (Barcelona), Xabi Alonso (Real Madrid), David Silva (Manchester City), Cazorla (Málaga), Navas (Sevilla), Mata (Chelsea) y Thiago (Barcelona).

Delanteros: Muniain (Athletic), Soldado (Valencia), Llorente (Athletic) y Negredo (Sevilla).

No entiendo, en absoluto, la convocatoria de Negredo, porque la verdad es que su temporada con el Sevilla está dejando bastante que desear. Por contra, veo lo más lógico del mundo la convocatoria de Muniain –gran jugador–, Soldado y Llorente, y la no convocatoria de Fernando Torres. Lo que faltaba es que Torres nos obsequiara de nuevo con sus pifias, a cual más llamativa.

No obstante, Torres aún tendrá su oportunidad, porque Del Bosque ha dicho, refiriéndose al ex-Atlético,  que «es un parón para él, sin duda, pero que no debe tomar como algo negativo, sino que debe ser un estímulo para él y para el grupo, para que nadie se aburguese», así como que » la lista es una lista base para la Eurocopa, pero no es definitiva». En definitiva, que la amenaza de Torres sigue cerniéndose sobre nosotros.

Quiero que gane la Selección, pero yo lo que deseo es que no jueguen ni Navas ni  Negredo, y que, si lo tienen que hacer, que lo hagan bien y, sobre todo, que no se lesionen. Lo más importante es que estén en perfectas condiciones y que rindan en el Sevilla, que es el equipo que les paga.

Campaña y Alexis

Campaña y Alexis son dos de nuestros jugadores que son noticias estos días, aunque por distintos motivos. El primero, por recibir palos de hasta tres personas diferentes, y en pocos días; y el segundo por haber abandonado la disciplina sevillista, rumbo a Getafe.

Me llamaba la atención que Campaña no disfrutara de más minutos, y más aún cuando tanto Trochowski como Rakitic no estaban dando la talla. Marcelino le dio un toque de atención, Míchel hizo lo mismo, al poco de llegar; y ahora es Pablo Blanco el que parece que alerta de las malas compañías del chaval. Según Pepe Elías, de El Correo de Andalucía, el máximo responsable de nuestra cantera apunta a Alexis Ruano como culpable de las malas influencias.

Desde luego, Pablo Blanco debe conocer bien a Campaña, que lleva casi toda su vida en la cantera del Sevilla –creo recordar que entró en categoría Benjamín–. Así pues, el consejo o advertencia de Pablo Blanco hay que tenerla muy en cuenta. Más le vale a Campaña que se esfuerce más, porque condiciones tiene todas las del mundo, pero, si se deja ir, corre el riesgo de convertirse en un nuevo «Pinedita«.

A mí se me caía la baba cuando veía jugar a Pineda en aquel equipo juvenil que entrenaba Juan Carlos Álvarez. Creo que no he visto en la cantera del Sevilla a un jugador de más calidad y clase –no vi jugar a Francisco López Alfaro en el Sevilla Atlético–. Pero cuando parecía que iba a triunfar en el Sevilla, con grandes actuaciones, dejó de pisar el acelerador, hasta el punto de desaparecer de las alineaciones y, más tarde, del Sevilla.

Y qué decir de Alexis. Pues que no tendría ni que haber venido. En su día me pareció que no tenía calidad para fichar por el Sevilla, y que era un verdadero disparate fichar a un jugador que era suplente en el Valencia por cinco millones de euros. Estoy seguro de que en Mestalla vieron el cielo abierto. Así que me parece magnífico que lo larguen a Getafe. Lástima que sea sólo para lo que queda de temporada, pero, por lo menos, nos ahorramos parte de la ficha.

Está claro que el fichaje de Alexis ha sido un fracaso, de principio a fin. Al menos, espero que la Secretaría Técnica haya aprendido del error. Hay que tener claro que, cuando se ficha a alguien, y más aún cuando se hace un fuerte desembolso económico, debe ser un jugador que mejore bastante lo que hay. Es difícil acertar, porque nunca se sabe cómo va a responder una persona, pero cuando un jugador no rinde, se pierde dinero, baja la calidad de la plantilla, y, para colmo, cierra el paso a los canteranos. Por tanto, hay que ir con pies de plomo a la hora de fichar. Toda precaución es poca.

La cantera debe ser la base de nuestro éxito, y haríamos mejor en potenciar la magnífica fábrica de la carretera de Utrera en vez de ir fichando medianías a precio de oro.

Bernardo, convocado con la selección absoluta colombiana

Bernardo Espinosa sigue haciendo méritos para volver al Sevilla. A su sensacional temporada en el Rácing de Santander, donde se ha hecho con un puesto de titular y donde incluso ha marcado tres goles, ahora hay que sumarle la convocatoria con su selección. Sus actuaciones en la liga española no han pasado desapercibidas para Pékerman, quien podría darle la oportunidad de debutar, con sólo 22 años, en el partido que enfrentará a su selección con México el 29 de febrero.

Bernardo se reencontrará con Aquivaldo Mosquera, que continúa siendo un indiscutible en su selección.

Huelga decir que Bernardo está radiante de felicidad.

La defensa, asignatura pendiente

Buena parte de la culpa de la mala temporada que estamos haciendo se debe a la actuación defensiva. No empezamos mal en cuanto a goles encajados, pero creo que fue debido, principalmente, al sensacional estado de forma de Javi Varas, que lo paraba casi todo y a un poco de suerte, como ocurrió en el Sevilla-Valencia, por ejemplo.

Me da la impresión de que los rivales tienen que hacer muy poco para hacernos goles. Cualquier balón bombeado a nuestro área lleva peligro. A veces, falta contundencia y los defensores no se compenetran bien, especialmente al hacer el fuera de juego. Al salir con el balón jugado desde atrás, también tenemos problemas. Spahic parece que es el que mejor hace esa función, pero tampoco es nada del otro mundo. Cuando intentan hacer lo mismo Fazio y Alexis, me echo a temblar.

Desde los tiempos de Javi Navarro y Pablo Alfaro no hemos vuelto a tener centrales de garantías. Cuando jugaban estos dos, y nos adelantábamos en el marcador, ya sabíamos que casi seguro íbamos a ganar el partido. La posición de central es clave para tener una defensa férrea, y si se hace una buena inversión para cubrirla, me parecerá acertado. Lamentablemente, ahora mismo, como centrales contamos con:

Escudé. Ya no es el mismo. El francés ha perdido mucha velocidad y se le ve inseguro. No hace casi nunca el fuera de juego, sino que prefiere pegarse al delantero. Le cogen las espaldas con una facilidad pasmosa. Probablemente, será su última temporada en el Sevilla.

Alexis. Simplemente, es que no tiene nivel para estar en el Sevilla. Su fichaje fue una mala inversión, pues se pagó un dineral por un jugador del montón.

Fazio. Se ha hecho con un puesto de titular, pero no me acaba de convencer. Raro es el partido donde no comete un error grave. A veces peca de suficiencia y se confía demasiado, con lo peligroso que es eso cuando se es el último hombre.

Spahic. Ha sido la gran apuesta de la Dirección Deportiva para esta temporada, pero el serbio da una de cal y otra de arena. Tiene buenas condiciones, pero comete errores infantiles, como el que puedo costarnos el empate ante Osasuna. Sus fallos nos han costado ya varios puntos. Le ocurre lo mismo que a Fazio, que hace barbaridades en zonas muy peligrosas.

Cala. En Grecia ha triunfado, pero aquí sólo ha jugado contra la Real Sociedad, y no es que destacara, precisamente. Más bien, al contrario. Estuvo muy fallón, quizás por la falta de acoplamiento con el equipo. Hay que verlo más.

Cáceres. Para mí, era el mejor con diferencia. Joven, con gol, polivalente, rápido y muy técnico. Ha salido a mitad de temporada. Yo creo que su venta ha sido un error, deportivamente hablando, porque nos jugamos mucho, y sin él en la plantilla será más complicado conseguir el objetivo. Su venta sólo puede justificarse por ser imprescindible para equilibrar presupuesto.

En los laterales, Fernando Navarro está jugando a un buen nivel, hasta el punto de que Luna apenas ha jugado de lateral, haciéndolo últimamente en el centro del campo. Coke está dejando bastante que desear en su primera temporada, y, tras la marcha de Cáceres, es nuestro único lateral derecho.

Espero que para la próxima temporada se acierte con los fichajes de la defensa, porque hasta que no tengamos una defensa fuerte no llegaremos a conseguir nada importante. La defensa es la base de cualquier equipo, y si la base cede, ya se sabe lo que ocurre: se desmorona todo.

Gary Medel, puntal del Sevilla

Cualquier aficionado estará de acuerdo en que el Sevilla tiene, en líneas generales, una buena plantilla. Es bastante mejorable, desde luego, pero sería difícil encontrar  a alguien que mejore al chileno en el centro del campo.

Medel tiene las condiciones que debe tener cualquier centrocampista: garra, pase, calidad, visión de juego, e incluso gol, ya que Medel suele marcar de vez en cuando. Para empezar, ya ha marcado su primer gol con el Sevilla, que es algo que no logró Zokora, ni en el Tottenham ni en el Sevilla.

Ojalá la Secretaría Técnica tuviera la suerte de encontrar un jugador de un perfil parecido al de Medel. Tendríamos un centro del campo espectacular. Otro jugador a su lado que sepa retener y soltar el balón en el momento justo, capaz de dar pases medidos, de jugar al primer toque y que sea un muro en el centro del campo, daría a nuestra línea medular una fortaleza extraordinaria.

Cuando Medel llegó, parecía una apuesta segura, pues se trataba de un jugador joven, internacional con su país y con mucho renombre, por las numerosas distinciones con las que se le ha galardonado en Chile. Ya era un ídolo en Universidad Católica y Boca. Incluso el mismísimo Maradona se rindió a sus pies cuando destacó en un Boca-River, marcando los dos goles del partido. A medida que pasan los partidos, Medel se está encargando de confirmar que es un jugador de primer nivel.

Los sevillistas ya le conocemos lo bastante como para saber que Medel es insustituible. Si hay algún jugador que no puede faltar en el once inicial, ése es Medel. Lamentablemente, parece que Míchel no lo conocía lo suficiente. De haberlo hecho, seguro que no se le habría pasado por la cabeza el dejarlo en Sevilla para el importantísimo partido contra la Real Sociedad.

Al finalizar el partido contra Osasuna, Míchel tuvo palabras de reconocimiento para el chileno, que quizás hiciera su mejor partido desde que está en el Sevilla, junto con el del Nou Camp. No podía ser de otra manera, pues su aportación fue decisiva, al igual que la de Don Andrés Palop Cervera.

Esperemos que Medel esté recuperado para el importante partido de Mestalla, porque, afortunadamente, Míchel ya se ha enterado de que la alineación del Sevilla es Gary Medel y diez más. Y que sea así por muchos años.

Victoria justa y necesaria

Por fin ganamos. En verdad, la victoria fue justa y necesaria, pues el Osasuna tuvo pocas ocasiones de gol, y a poco que hubiéramos tenido un poco más de acierto, habríamos logrado una goleada.

Precisamente, esa falta de gol fue una de las pocas cosas que no me gustaron del partido de ayer. No se pueden fallar ocasiones de gol tan claras, como la que tuvieron Navas y Negredo, que no supieron finalizar la jugada contra un solo defensa.

Otro aspecto negativo que mostramos ayer fue la endeblez defensiva. Ese problema lo tendremos que corregir la próxima temporada, y espero que no se vuelva a fallar. Es intolerable que regalemos tantas ocasiones de gol por un exceso de confianza o falta de concentración o calidad. Cuando no mete la pata Fazio, es Spahic o Coke. Ayer, afortunadamente, Osasuna se encontró a un Palop extraordinario, y la cosa no fue a mayores. Pero siempre no va a ser así.

Pero si ayer ganamos, fue porque se vio sobre el tapete más aspectos positivos que negativos. Aparte del ya mencionado Palop, era evidente que los jugadores saltaron al campo con una mentalidad totalmente diferente a la mostrada en otros partidos. Se presionaba con intensidad y se movía el balón raso y con velodidad.

En cuanto a los jugadores, destacó un Rakitic que, en mi opinión, ha hecho su mejor partido esta temporada. La aportación de Medel fue decisiva, tanto en el corte como en la distribución. Incluso marcó un golazo. Medel, con su actuación ayer, dejó meridianamente claro que es indispensable en este equipo y que, por tanto, Michel se equivocó al no convocarlo para el partido contra la Real Sociedad. Espero, al menos, que Míchel haya aprendido la lección.

Como anécdotas, Trochowski –al igual que Medel–, marcó su primer gol con el Sevilla,  Kanouté jugó su partido 200 con nosotros y debutó Babá. Me hubiera gustado ver al senegalés más minutos, pero no tuvo su oportunidad hasta prácticamente el final del partido.

Para finalizar, decir que ayer la afición me decepcionó mucho. A decir verdad, no esperaba un llenazo, pero sí que no hubiera tantos huecos en la grada, especialmente en la zona de los goles. Para mí, fue la demostración de que en nuestra afición hay mucha gente que no le gusta estar en las malas, que es cuando verdaderamente hay que estar. Y no hay excusas que valgan, porque ayer fue un día nada frío, donde se alcanzaron 20 grados, y era un sábado por la noche. A pesar del llamamiento del Consejo y plantilla, y de los precios populares, lamentablemente, muchos aficionados prefieron quedarse en casa, y verlo tranquilamente por la tele, y no apoyar al equipo.

Pero lo importante era ganar, independientemente de la asistencia, y eso se logró. Esta victoria importantísima hay que refrendarla en Valencia, que es una plaza bien complicada. Con dos victorias consecutivas, no cabe duda de que el panorama se vería de una forma muy distinta. Tampoco sería para echar las campanas al vuelo, pero si los jugadores cogen confianza, podrán dar todo el fútbol que llevan dentro, que no es poco.

Un rayo de esperanza

Nuestra clasificación en la tabla no es por casualidad, sino que es fruto de una conjunción de varios factores. Se unen una mala planificación, demasiados errores desde el banquillo, bajo estado de forma de varios jugadores, falta de calidad y acierto en las tres líneas, errores arbitrales, mala fortuna en momentos puntuales… Demasiado para cualquier club, incluso para un «proyecto indestructible». Nunca me ha gustado esa expresión, y menos aún si se usa para referirse a un club de fútbol, que es un deporte –o negocio, más bien– sometido a muchos imponderables.

En esta pretemporada se ha intentado corregir el coladero en que se convirtió nuestra defensa en la temporada pasada. Para eso, en mi opinión, se tendría que haber elegido a un central de categoría, y, supuestamente, no tendría que haber supuesto una gran inversión, ya que en esa posición, salvo casos excepcionales, no se suelen hacer traspasos muy elevados. Recuerdo los días, no tan lejanos, en que Javi Navarro y Pablo Alfaro conformaban un muro, casi infranqueable, en defensa; defensa que fue la base para conseguir los títulos. Y los fichamos de Segunda División.

En esta ocasión, se miró a Francia y llegó Spahic. Y este jugador, por las razones que sean, está fallando demasiado, y sus errores nos han costado puntos. Y lo grave es que pienso que, a pesar de todo, es nuestro mejor central. Escudé está lento y le cogen las espaldas con una facilidad pasmosa. Fazio sigue sin convencerme en esa posición, aunque ha mejorado algo. Alexis ya ha demostrado en innumerables ocasiones que no sirve para el Sevilla. Y Cala acaba de llegar, dando en su primer partido un nivel bastante más bajo del esperado. Pienso que en Cáceres teníamos un buen central, pero, por razones que se me escapan, Marcelino prefería utilizarlo como lateral.

El resultado es una defensa endeble, tanto por alto como por bajo, y que además tiene problemas de colocación, tanto a la hora de hacer el fuera de juego como al dejar huecos enormes, impropios de una línea defensiva formada por profesionales.

Para rematar la faena, el nivel de los laterales tampoco ayuda demasiado, ni a la hora de defender ni a la de atacar. En rarísimas ocasiones desdoblan a su centrocampista. El mejor defensa que tenemos ahora mismo es Fernando Navarro, y no es gran cosa. No es que sea mal jugador, pero no debe formar parte de una plantilla que aspire a lo máximo.

La defensa es tan endeble que dos de los últimos tres goles nos lo han hecho desde la frontal del área –y a placer–, una posición desde la que suele ser imposible tirar con comodidad si se tiene unos centrales y un mediocentro defensivo de cierto nivel. Probablemente, con Medel en el campo no habrían llegado (Villarreal y segundo gol de la Real Sociedad), pero eso nunca lo sabremos.

En el centro del campo tampoco se ha logrado corregir el problema que padecemos desde hace tiempo. Medel sí cumple en la destrucción e incluso en la creación, pero sus compañeros están dejando mucho que desear. Trochowski está decepcionando, Campaña apenas está contando, Rakitic en una baja forma increíble y Guarente está en el ostracismo, a pesar de que, supuestamente, está ya recuperado. Luis Alberto, una de nuestras esperanzas en pretemporada, ha tenido menos oportunidades aún que Campaña, que ya es decir.

Y, por supuesto, estamos tenido un tercer –y no menos grave– problema, que es la falta de gol. Negredo está en un momento nefasto, y, a pesar de eso, sigue jugando día tras día. Babá parece que tiene gol, pero si el entrenador de turno no lo alinea, es como si no lo tuviéramos. Kanouté tiene con frecuencia problemas físicos y ya no es el jugador decisivo que era. Y Del Moral y Reyes hacen lo que pueden, pero no son delanteros natos.

En definitiva, tenemos problemas importantes en las tres líneas. Pasan las jornadas y no se corrigen, con lo cual, lógicamente, se incrementa la preocupación entre los aficionados. Habrá que ver si Míchel es capaz de enderezar el rumbo. Ha llegado hace poco y es pronto para valorarle, pero, en mi opinión, ya cometió sus primeros errores al no alinear a Medel y Spahic.

El equipo dio una imagen tan paupérrima contra la Real Sociedad que parece haber tocado fondo. Da la impresión de que es imposible ganar, por la facilidad con la que nos superan nuestros rivales, pero estoy convencido de que podemos salir del abismo en que nos hemos metido. Aún queda tiempo y puntos. Dependemos de nosotros mismos. No tenemos equipo para ir a la Champions, pero tampoco para estar a tiro de piedra del descenso. Mi esperanza es que el Sevilla está, de sobra, capacitado para ofrecer un nivel mejor, como ya hizo en las primeras jornadas. Y si lo hicimos una vez, podemos volver a hacerlo de nuevo. Es cuestión de confianza y acierto. Es cuestión de que cambie la dinámica de una vez por todas. Es cuestión de estar unidos.

Con una victoria el sábado se verá todo de manera muy diferente. Confío en ello.

Obligación de asistir

Por si algún sevillista no se ha dado cuenta de la importancia que tiene el próximo partido, contra Osasuna, publico el comunicado de la Federación de Peñas Sevillistas San Fernando:

AHORA MÁS QUE NUNCA, SEVILLA FC

Hemos disfrutado mucho con nuestro Sevilla FC en los últimos años. Hemos alcanzado éxitos inimaginables hace una década, hemos conquistado títulos -hasta seis-, y en todos estos logros ha sido fundamental la participación de la afición.

Ahora toca sufrir, ahora el equipo necesita de nosotros y tenemos que demostrar que seguimos siendo igual de sevillistas o más que cuando tocábamos la gloria. Somos los aficionados los que tenemos que tomar la iniciativa para dar la vuelta al rumbo del equipo y llevarlo nuevamente a la senda de las victorias.

Por este motivo la Federación de Peñas Sevillistas “San Fernando” hace un llamamiento a los aficionados y peñistas para que en el próximo partido ante Osasuna se vuelquen con el equipo mediante una masiva asistencia al estadio y el ánimo constante a los jugadores como sólo esta afición sabe hacerlo.

Nuestro futuro está en manos de los jugadores, pero también en las nuestras.

Fdo: Junta Directiva de la Federación de Peñas Sevillistas “San Fernando”

Toca arrimar el hombro

Nuestro equipo está pasando por una situación complicada, muy complicada, y totalmente inesperada. Nadie podía pensar en pretemporada que, a estas alturas, estaríamos tan cerca de la zona baja de la tabla. Con lo cual, la ilusión que teníamos todos en pretemporada se ha convertido en decepción y desesperación.

Estamos pagando el precio de no haber hecho las cosas bien, quizás durante demasiado tiempo. Han quedado atrás los días en que íbamos a ver a nuestro equipo pensando en cuántos goles le caerían al rival, casi dando por hecho que ganaríamos, a poco que estuviéramos medianamente acertados.

Ahora la realidad es bien distinta. Ver al equipo se ha convertido en un verdadero suplicio. Es duro ver cómo transcurren los minutos y tu equipo se muestra incapaz de superar a cualquier rival, por flojo que sea, y que, además, no tiene capacidad de reacción. Da la impresión de que el partido podría durar 180 minutos y seguiríamos sin ser capaces de hacer ni un solo gol. Nos cuesta un mundo crear ocasiones y cuando tenemos la oportunidad, o tiramos al palo, o fallamos estrepitosamente o nos da por convertir al portero rival en candidato a la Selección Nacional. O nos anulan los goles injustamente. Que ésa es otra. Ya se sabe el dicho sobre el perro flaco.

En el último partido, contra la Real Sociedad, se pudieron apreciar con mucha claridad todas las carencias que tiene este equipo. Cuando finalizó el encuentro, se me quedó una cara de funeral que aún hoy no ha desaparecido por completo. Me daba cuenta de que la situación era más grave de lo que pensaba, pues ni siquiera con un nuevo entrenador –juzgarlo es absurdo, porque hace una semana que ha llegado– el equipo fue capaz de mostrar mejoría.

Precisamente por eso, por la gravedad extrema de la situación, es por lo que hay que arropar al equipo. El próximo partido, contra Osasuna, no es que sea importante, es que es crucial. Nos hemos metido en el ojo del huracán, y como no salgamos de ahí pronto, podemos volar en pedazos. Así que no hay excusas que valgan. No podemos abandonar al equipo en estos momentos. El sábado hay que ir al Ramón Sánchez Pizjuán a animar al equipo, a pesar de que esta temporada el equipo no esté ofreciendo nada y el buen juego haya pasado a la historia. A pesar de la desesperación que produce su juego, a pesar de que el nuevo entrenador no guste a la mayoría de aficionados, a pesar de la hora y del más que posible frío, no tenemos más remedio que hacer de tripas corazón. ¿O es que vamos a dar de lado al equipo, justamente ahora, que es cuando más nos necesita?

No quiero ni pensarlo. Es lo único que le faltaba al Sevilla, que le falle lo más valioso que tiene. Ése sería su fin.

Preocupación máxima

La preocupación que tengo no es por el resultado de ayer. Ni siquiera es por el pésimo juego mostrado. Mi preocupación es debido a que, independientemente de equipo a que nos enfrentemos, sea de la parte alta o baja de la tabla, siempre me da la impresión de que los jugadores rivales presionan más que los nuestros, corren más, se apoyan más y mejor, tienen mejor disposición en el terreno de juego, atacan con más sentido y más peligro, tienen más agresividad y defienden muchísimo mejor. Con lo cual, nos suelen superar sin muchos problemas, como ocurrió, sin ir más lejos, ayer mismo.

La Real Sociedad estaba por debajo de nosotros, pero fuimos incapaces de parar su juego sencillo y previsible. Les bastó un poco de orden y aprovechar algunas de las claras ocasiones de gol que regaló nuestra triste línea defensiva. Fueron superiores en todo, de principio a fin: en toque, orden, pegada, control del partido, agresividad… La agresividad, esa cualidad tan necesaria y tan escasa en nuestro equipo. Si ya de por sí el Sevilla es un equipo poco agresivo, si ya le quitamos a Medel y Spahic, apaga y vámonos.

Pero tampoco es cuestión de alinear a un par de jugadores para solucionar el problema. Ojalá fuera tan sencillo. El problema es mucho más grave, pues tenemos todos los síntomas de un equipo aspirante a bajar a Segunda División: defensa débil, un centro del campo que ni crea ni destruye, y una delantera pésima. En realidad, no es una delantera, sino un delantero, ya que Negredo parece ser el único que puede jugar ahí. Parece que es inamovible, por muy mal que lo haga. Quizás le vendría bien el banquillazo que lleva pidiendo a gritos desde hace mucho tiempo, pero eso lo debe decidir el entrenador, y, hasta ahora, los dos han confiado en él a ciegas.

Mención aparte merece la línea defensiva de ayer. Cala jugó los primeros minutos con el Sevilla esta temporada, y para mí, fueron muy decepcionantes. Se mostró inseguro, perdió la posición en muchas ocasiones y cometió, al igual que Coke y Fernando Navarro, errores al hacer –más bien por no hacer– el fuera de juego. Claro está que por un solo partido no se puede juzgar a un jugador, pero como repita actuaciones como la de ayer, mucho me temo que la venta de Cáceres habrá sido un error mucho más grave del que ya preví en su día.

Después del bochornoso espectáculo de Anoeta, donde perdemos año tras año sin remedio y casi por tradición, recibí con meridiana claridad el mensaje: el objetivo este año es la salvación. Es duro hacerse cargo de esto, porque el objetivo inicial era la Champions, pero visto lo visto, más nos vale a todos que afrontemos la realidad cuanto antes. Y cuando digo todos, me refiero a todos: Directiva, jugadores, cuerpo técnico y afición. El Ramón Sánchez Pizjuán no puede volver a ser un estadio silencioso, donde lo único que se oye es el murmurar de la gente. La afición tiene que darse cuenta de que es bonito estar a las maduras, pero también hay que estar a las duras, aunque guste menos. Sólo si hay una fuerte unión entre todos los estamentos del club podremos salir del oscuro pozo donde nos hemos metido.

Ahora bien, ¿estamos preparados para cambiar el objetivo? Me da la impresión de que ni la afición y, sobre todo, la directiva son capaces de afrontar la realidad. Ojalá me equivoque, porque, si no, lo único que se consigue es agravar aún más el problema.

Así pues, basta de mirar hacia arriba, ya hay que mirar hacia abajo. No valen más excusas, porque el descenso está a sólo tres puntos, y lo peor es que los equipos y aficiones que están por debajo, a diferencia de nosotros, están acostumbrados a deambular por esa zona. Lo cual hace mucho más peligrosa nuestra situación.

La situación es que mostramos una nula capacidad de reacción, estamos estancados en los 26 puntos y bajamos puestos en la clasificación de manera más que alarmante. Hasta el partido del Madrid éramos uno de los equipos menos goleados e hicimos algunos partidos donde creamos muchas ocasiones de gol. Parece que aquello pasó a la historia, porque hace mucho que no se ve. Ahora tenemos que contemplar unos jugadores a los que, aparentemente, les falta calidad –para mí, no hay duda de que la tienen– , sin alma, sin pundonor, sin ideas.

Viendo el partido, pensé que en nuestro filial hay jugadores más capacitados que los que nos representaban ayer. Quizás una solución fuera esa: darle la oportunidad a unos cuantos jugadores jóvenes, llenos de ilusión, velocidad y agresividad, tal y como hizo Julián Rubio en su día, que llegó a subir a cinco jugadores de una tacada. Creo que eran Velasco, Luque, José Mari, Salva y Loren. Pero tengo claro que eso no lo hará nunca un entrenador que no sea de la casa. Así que seguramente no tendremos más remedio que confiar en los que tenemos ahora.

Situación difícil, muy difícil, de la que sólo se sale con victorias. La cuestión es, ¿a quién podemos ganar en el estado en que nos encontramos? Eso es lo que me preocupa. Y me preocupa muchísimo.

Riesgo innecesario

Nada más llegar, ya se ha encontrado Míchel con el primer problema. Hacía muchísimo tiempo que el entrenador no tenía a su disposición a toda la plantilla, pero una pelea estúpida entre Medel y Spahic ha provocado que Míchel no cuente con ninguno de los dos para el importantísimo partido de esta noche.

A mi modo de ver, es una decisión errónea, y deja entrever que quizás Míchel no conoce la plantilla tan bien como él cree. No se explica de otra forma que no cuente con el único centrocampista de cierre que tenemos de garantías. O bien es eso, o bien es que confía muchísimo en Fazio o en un Tiberio Guarente que supuestamente está recuperado, pero que no ha contado, en absoluto, para Marcelino.

Pienso que Míchel se equivoca porque la prioridad, antes que castigar a jugadores por indisciplina, siempre debe ser el bien del equipo, y dudo mucho que dejar a Medel fuera del once titular, o de la convocatoria, vaya a ser positivo. Además, si se quiere dar ejemplo a estos jugadores, bien que se les podría haber sancionado con una fuerte sanción económica.

De entre las decisiones que tenía Míchel para solucionar el altercado, ha optado por la tremenda, y, la verdad, no lo entiendo; entre otras cosas, porque el propio Míchel pide intensidad en los entrenamientos, y a las primeras de cambio, quiere atajar, de manera demasiado contundente, algo que posiblemente sea producto de esa intensidad, como fue la pelea.

Más nos vale que esta noche los jugadores den el callo, porque, como bien ha advertido Montanier, no va a ser un partido fácil. El entrenador galo pondrá en liza un equipo muy luchador, donde destacan algunos jugadores más que interesantes, como Xavi Prieto, Griezmann, Aguirretxe y el mejicano Vela (ex del Arsenal).

La Real Sociedad es un rival que históricamente no se nos da nada bien. Si nos vencieran hoy, nos adelantarían en la tabla, dejándonos con cuatro equipos pisándonos los talones y sólo a tres puntos del descenso. Claro que también es cierto que  una victoria también nos dejaría a tres puntos de la Champions.

Por tanto, de nuevo es vital vencer hoy. Esperemos que se cumpla el dicho de «a entrenador nuevo, victoria segura». Ya no nos podemos permitir más derrotas, porque hasta los equipos de abajo ganan de vez en cuando.

Y si ganamos, Míchel, no hagas más locuras. No hay por qué correr riesgos innecesarios. Por lo que más quieras.

Ir a la Champions no sería un milagro

Para afirmar esto me baso en dos elementos:

En primer lugar, este año la Champions es más barata que nunca. Prueba de ello es que, actualmente, el cuarto puesto lo ocupa el Levante, que nos saca seis puntos de ventaja. Es evidente que el Levante deberá dejar esa posición con el paso de las jornadas. Para mí sería una gran sorpresa que no fuera así, cuando, además, lleva ya varias jornadas perdiendo fuelle.

Es decir, hasta ahora estamos realizando una temporada verdaderamente desastrosa, con tan sólo 26 puntos en nuestro haber y con una cifra ridícula de goles a favor, pero, aun así, sólo estamos a seis puntos del objetivo. Quedan por disputarse 17 partidos para reducir la distancia, y, por tanto, dependemos de nosotros mismos. De nadie más.

Y, en segundo lugar, también me baso en la calidad de la plantilla. Miro a las demás plantillas y sólo veo más calidad –aparte de los dos de siempre– en la del Valencia. La del Atlético de Madrid y, quizás, la del Athletic de Bilbao, las considero del mismo nivel, y a las del Málaga y Español un escalón por debajo. Hasta que no vea jugar a Babá y Cala, no tendré claro si la calidad de nuestra plantilla ha aumentado o disminuido tras los fichajes invernales. Ha venido Reyes, que puede aportar muchísimo, pero se ha ido Cáceres, al que consideraba un gran defensa y, sobre todo, un gran central, aunque en el Sevilla, de forma incomprensible, no haya jugado mucho en esa posición. Curiosamente, al uruguayo le ha dado por marcar dos goles al Milán en su propio estadio.

Pero que nadie se confunda. Al mismo tiempo que digo que no es imposible ir a la Champions, también digo que es difícil, ya que ahora mismo hay varios equipos de similar nivel por delante de nosotros y hemos cambiado recientemente de entrenador. Por tanto, los jugadores tendrán que asimilar un nuevo sistema y acostumbrarse a otro cuerpo técnico en mitad de temporada, con puntos importantes en juego, y eso no es nada fácil.

Ahora bien, si Míchel consigue sacar un buen rendimiento de los jugadores que tiene a su disposición, lo más normal es que superemos a la mayoría de los rivales que nos quedan, haciendo más que posible conseguir el objetivo. Eso sí, para ello será imprescindible, claro está, que nos tomemos los partidos en serio y con mentalidad ganadora. Porque en muchas ocasiones hemos saltado al terreno de juego a verlas venir, y eso no puede pasar en un equipo que aspire a puestos Champions.

También Míchel deberá convertir al Ramón Sánchez Pizjuán en una fortaleza inexpugnable. A partir de ahora, ningún mindundi deberá llevarse puntos de nuestra casa, y los rivales directos (Sevilla-Levante y Sevilla-At. de Madrid) deberán irse de vacío.

Como digo, no será fácil, pero si se corre igual o más que el rival, se dejan de fallar goles cantados, de regalar goles absurdos… en definitiva, si se hacen las cosas medianamente bien, el objetivo puede conseguirse. El juego del equipo y los resultados deben cambiar bastante, pero, afortunadamente, aún queda tiempo. Si no para lograr el premio gordo, al menos para evitar que la temporada acabe en desastre económico y deportivo.